Capítulo #4: Al borde de la muerte.
Ya ha pasado un año desde que Issei conoció todo esto de la magia. Por fin el castaño ha cumplido sus 16 años hace dos meses dónde no lo celebró solo.
Ahora levantándose de su cama, hizo algunas series de estiramientos para comenzar el día, con un bostezo cansado salió de su habitación bajando a la primera planta.
Sentándose en el sofá, alguien salió de la cocina acercándose a Issei con una taza de té recién hecha. Era un chico pelinegro de aproximadamente 17 o 18 años con una mirada indiferente.
—Buenos días Ise-sama.— Dijo el chico dándole la taza de té al castaño.
—Gracias Peter.— Issei le agradeció, y el pelinegro se inclinó hacia delante en una reverencia antes de irse a sentarse en el comedor con una expresión aburrida.
El era Peter, un homunculo creado por mi para que me sirviera, ciertamnete fue un reto crearlo siendo un novato como mago, pero gracias a un libro que encontré y leí me pude guiar para su realización. Poseía un ojo místico que le permitía ver lo que sucedería en dos segunos, y gracias a eso pudiendo adelantarse a los movimientos de sus oponetes.
No me pregunten dónde conseguí ese ojo místico, después de todo en el taller subterráneo había todo tipo de cosas impresionantes.
Alguien abrió la puerta de la cabaña, y de ella entró una castaña con una edad entre 20 a 25 años de edad. Ésta hermosa mujer tiene el pelo atado entre una coleta color marrón oscuro. Su vestimenta principal es un vestido rojo/blanco similar al que usan las ninjas, con tres escotes por detrás cada uno con pasadores cafés redondos y zapatos ninja color marrón con rojo con un cinturón negro en su cintura.
Está era Mai, el otro homunculo que había creado junto a Peter, ella era mi mayor orgullo no solo por su belleza sino también por lo fuerte que era. El arma que me había dado era un abanico japones llamado (abanico mariposa), no sabía muy bien de que se trataba, pero este no era ninguna broma, podía cortar la magia como mantequilla al igual que generar fuego.
Si lo sé, la homuncula fue creada en referencia de Mai Shiranui del juego Fatal Fury, y The King of Fighters, pero es que no me pueden criticar, me quedó similar a la del juego jaja.
—¡Ise-sama! Todo está en orden, la barrera no muestra aún signos de debilitamiento.—
—Muchas gracias Mai.— Dije mientras tomaba un sorbo de mi té.
Al momento que dije esas palabras la homunculo hace una reverencia mientras su rostro era decorado por una sonrisa.
—Peter me podrías traer un libro de mi taller por favor.— Ante mi orden el homunculo se puso de pie subiendo a la segunda planta. —Mai, me podrías servir más té.— La castaña asistió antes de llevarse la taza a la cocina.
Mi mundo está ocupado en mis pensamientos, la barrera estaba apunto de caer, no tenía pruebas pero tampoco dudas, esa era la razón por la que mandaba a Mai todas las mañanas a revisar. Ya de por si tener dos homunculos como escudos de carne era algo tranquilizarse, sé qué sonaba mal, pero para que engañarme, si para eso los creé.
No iban a caer con facilidad esos dos ni mucho menos, después de todo no eran "personas" como tal, eran unos jodidos homunculos, tenían la fuerza, velocidad y resistencia de un Demonio Clase Media a inicios de camino, y con el ojo místico de Peter junto al abanico mariposa de Mai, estos podrían asegurarme de alguna manera mi ruta de escape mientras ellos son cercenados, degolladoz y hasta mutilados. "Estaba bien", era mi pensamiento, después de todo eran humanos artificiales, no podían sentir dolor alguno, y aunque los cortaran por la mitad seguirían vivos.
—¡Ise-sama! ¡Corra!— Las voz de Mai llamó mi atención.
—¿Qué pasa?— Pregunté confundido ante la expresión sería de la homuncula.
—¡La barrera desapareció! ¡Los demonios se dirigen acá!—
Sentí el alma mía saliendo de mi cuerpo, mi respiración se cortó y mi corazón se detuvo un momento por el miedo. ¿Esto era el Karma verdad? ¿El maldito destino le gusta verme sufrir acaso? Primero fue el terremoto que me quitó a mis amigos, lo segundo la maldita barrera y renegados que me tenían como aún ave enjaulado privandome de mi libertad, tercero el antebrazo de dragón que me matará y por último... ¿Moriré comido y masticado por demonios...? ¡¡No me jodas!!
No estaba dispuesto abajar los brazos y morrir, era joven, tenía que ver y conocer cosas que el mundo me negó al estar siempre privado de mi libertad como si fuera hecho algo malo, quería ser libre y volar, ese era mi mayor sueño.
Me puse de pie y salí de ahí subiendo a la segunda planta para entrar a mi habitación. Las palabras de Hiro en ese momento sonaron una y otra vez en mi cabeza.
——————————
—¡¿Acaso no lo comprenden?! ¡Estamos aquí! ¡Encerrados como si fuera un Zoológico sin poder ver el mundo exterior! ¡Estamos en una situación lamentable!—
——————————
Truuuuhhhh...
Rodando mi cama de su lugar pude ver la escaleras subterráneas que llevaban a mi taller.
¡¡¡BAMMMM!!!
La puerta de mi habitaciones explotó en mil pedazos, y de el empezaron a entrar renegados, o mejor dicho, monstruos deformados que querían comerme.
—¡Mai! ¡Peter! ¿¡Dónde demonios están!?— Asustado bajé las escaleras subterráneas seguido por los demonios, eran cientos de estos que seguían entrando por la puerta de la habitación. —¡Maldición!— Tropecé torpemente con mis pies y empecé a rodar escalón por escalón hasta llegar a mi taller.
Los demonios me rodearon, me sentía pequeño ante la situación en la que me encontraba, no era valiente, de hecho odiaria serlo, pues eran aquellas personas con valentía que morían más rápido que Krilin.
—¡Alejense de mi malditos!— Agarré un tubo de metal que encontré a lado mío, empecé a agitarlo con la intención de espantar a estos monstruos, inútil, cuando uno de esos demonios que tenía tentáculos en su espalda mando a volar mi "arma" lejos.
—Huele delicioso... ¡Creó que lo probaré yo primero!— Uno de los demonios con apariencia de rata arácnida se lanzó hacia mi.
—(¡No! Maldición... Mamá... Papá... Siempre los quise conocer... Así fuera en una foto... Pero... ¿Acaso la vida no me permitirá ni eso...?)— Ya estaba aceptando mi muerte, después de todo este era mi destino, ya fuera por mi antebrazo de dragón o por estos demonios horribles, iba a morir de cualquier forma.
........
Una gran cantidad de sangre salió disparada por los aires manchando todo a su alrededor incluyendo a Issei.
—¿Eh?— La confusión del castaño fue evidente, no se suponía que iba a morrir.
—¡Ise-sama! ¿Está bien?—
—Peter...—
Al frente suyo, el homunculo armado con un sable había cortado a la mitad al demonio rata arácnida.
—Ise-sama, huya de aquí—
Inexpresivo como siempre, el pelinegro con ayuda de su ojo místico predijo lo que sucederá en dos segundos, preparando su espada la agitó en diagonal a una gran velocidad, realizando una fina y delgada línea roja que dividió a dos demonios que intentaron a acercarse al homunculo.
—¡Si!— Issei reaccionó, y activando su Circuitos Mágicos que parecieron en su tórax, brazos, piernas, manos, pies y cuello, en resumen toda su piel y una parte de su cabeza, activó [Repatriación de Memoria] y [Aceleraciones del pensamiento] para manter sus emociones en calma y pensar en como escapar de su taller llenó de demonios.
—¡¡¡Aaaaah!!!— Con un grito de guerra, Peter lanzó corte tras corte con su sable, partiendo, dividiendo y decapitado a cualquier estorbo, abriéndole un camino de escape a su creador. —¡Ise-sama! ¡Váyase!— El castaño no perdió tiempo empezando a correr entre los demonios vivos, muertos y moribundos.
Peter no se dio cuenta, pero un demonio aparecio detrás de él, al momento de enterarse tuvo los minisegundos suficiente para moverse aun lado, desafortunadamente el vagabundo logró devorar la mitad de su brazo derecho antes de escupirlo en desagrado.
—Sabe horrendo.— Cuándo el demonio dijo eso tuvo que mirar con algo de asombroso al pelinegro quién no sangraba por su herida. —No eres humano ¿verdad? ¿O es que acaso no posees sangre en tu cuerpo?— Con una voz gruesa, el deformado renegado fijo su vista en Issei que subía la escalera subterránea.
—¡Ni lo pienses!— Peter corrió detrás del renegado intentando alcanzarlo. —¡No lo tocarás!— Lanzando su sable como si fuera una lanza, la delgada hoja atravesó al demonio desde su espalda y salió por su abdomen.
El vagabundo se detuvo por unos segundos, pero siguió su camino quitándose la espada para tirarla aún lado y seguir persiguiendo a Issei subiendo escalón por escalón.
—¿¡Porqué no te detienes!?— Peter se alarmó y corrió a un más rápido para lograr alcanzar al Vagabundo.
Issei se percató que a su espalda un jodido monstruo dos veces más grande y acuerpado como un gorilla corría detrás suyo.
—¡Peter! ¡¿Qué diablos haces?!—
Deteniéndose para darse medía vuelta, Issei apuntó sus dos manos al demonio acribilládolo con fuego, agua, hielo, viento, rayo, ráfagas de luz y oscuridad, disparando sin contenerse toda las magias de ataque posibles.
Las manos del castaño se convirtieron en metralletas, desapareciendo poco a poco al demonio, deteniéndose, los escalones dónde se encontraba parado el vagabundo estaban quemados, mojados y congelados, mientras la cabeza del renegado fue lo único que quedó de él.
Los circuitos mágicos de Issei liberaron vapor por lo caliente que estaban, la temperatura corporal del castaño había aumentado lo suficiente como para dejar aún humano común y corriente inconsciente.
—L-lo siento Ise-sama...—
—Esta bien, pero no te descuides, cuida mi espalda ¿sí?—
—Cómo ordene.—
Issei siguió subiendo la escalera hasta que por fin llegó a su habitación, rodando su cama reforzada con magia en la entrada de su taller, no le importó si Peter quedaba atrapado, de igual forma dudaba mucho que el homunculo saliera con vida.
—Ise... sama...— Por la puerta de su cuarto ingresó Mai, está se encontraba arastrándose hacia el. —Huya... Por favor...— Sin la mitad de su brazo derecho junto a la cuenca vacía de su ojo izquierdo faltante, la apariencia de la castaña era lamentable.
Aunque era una homunculo, y no poseía sangre como tal, estaba bañada por ese mismo líquido carmesí muy posiblemente perteneciente a vagabundos. Lo único intacto de la castaña de coleta era su otro brazo que era el izquierdo, la mano aferándose a su abanico mariposa.
—Mai... ¡Mierda!— Fue un gran golpe en la esperanza de Issei ver a su mayor orgullo arastrandose por el suelo bañada de sangre, sin la mitad de su brazo derecho y con un ojo faltante.
—Ise... Sama... Hu-huya de aquí...— La homuncula castaña de coleta se puso de pie. Cómo un humano artificial no podía sentir cansancio o dolor, asique podía seguir luchando hasta que la devoraran o se pararán su cabeza de su cuerpo.
—¡Maldición Maldición Maldición Maldición! ¡¡MALDICIÓN!!— Issei se sentía imponente, sabía que había creado a Peter y Mai para que lo sacarán de aquí con vida, pero ver a la homuncula casi derrotada bajo sus esperanzas a cero. —¡¡¡MALDICIÓN!!!— El castaño que tenía sus Circuitos aún activos para mantener [Aceleración del pensamiento] y [Repartición de Memoria], utilizó de igual manera [Praná Booster] para que sus huesos no se hicieran mierda por lo que iba hacer.
Tirándose por la única ventana de la habitación cayó directo al suelo, aterrizando de pie en el césped. Aún así un pequeño hormigueo recorrió todo su cuerpo principalmente sus músculos, por fortuna ya estaba fuera de la cabaña, pero eso no significó que no viera renegados a lo lejos.
—¡Tengo que salir con vida de aquí!— Empujando su refuerzo más de lo que su cuerpo podía soportar, aumentó su [Praná Booster] al 28%.
De inmediato un fuerte dolor se extendió por todo su cuerpo, sus Circuitos Mágicos se calentaron como tubos de acero al rojo vivo. Si bien la temperatura corporal de un humano a los 42 o 43 grados centígrados podía provocar daño cerebral o incluso la muerte, Issei intentaba desesperadamete enfriarse con magia.
Su magia de refuerzo estaba siendo en este momento un arma de doble filo, no sólo por la exagerada sobre calentación que le proporcionaba a sus Circuitos Mágicos, sino también por el exceso mágico en su cuerpo que amenazaba con hacerlo reventar como un globo.
De sus brazos, piernas y ojos empezó a salir un aura azul, siendo este el vapor que salía de sus Circuitos, retirándose el guante negro de su mano derecha descartó [Alteración] para así hacer aparecer su antebrazo dragónico.
El antebrezo envuelto en escamas azules liberó un aire frío que empezaba a enfriar los Circuitos, desapareciendo el vapor azul de sus brazos, piernas y ojos.
—Perfecto, con mi antebrazo de dragón y magia podré mantener a raya la sobre calentación de mis Circuitos Mágicos.— Viendo a los demonios acercarse a él, desapareció en un estallido de velocidad sólo para volver a aparecer detrás de un grupo de renegados que cayeron muertos.
[Praná Booster] Era una magia de refuerzo físico de nivel medio, ciertamente habían cientos de hechizos iguales o mejores, pero el castaño se acomodaba muchísimo más con este.
Issei volvió a desaparecer y aparecer detrás de un demonio quién fue partido a la mitad. Uno eso monstruos intentó atacar al castaño quién fue obligado a dar un gran saltó hacia atrás para no ser golpeado y muy posiblemente noqueado.
El oji miel vio con detenimiento al demonio que intentó golpearlo, encontrándose con un jodido golem de dos metros aparentemente hecho de rocas y fuego.
—¿Un demonio renegado de alineación torre?—
Issei sabía que no debía tomarse esto a la ligera. Una torre tenía la fuerza de un demonio multiplicado por 50, un sólo golpe de ese vagabundo podía matarlo en definitiva.
Ha diferencia de los demás demonios que parecían ser simples peones de clase baja, la torre frente suya podía ser de rango medio por lo meno. El castaño con su magia de refuerzo podía por lo menos llegar a la fuerza, velocidad y resistencia de un Clase media a inicios de camino, apenas si podía salir del nivel de un clase baja.
—Mierda... Tengo que huir.— Dispuesto a darse media vuelta e irse del lugar, la cantidad de renegados que había se lo impedían. —¡Quitén se de mi camino!— Poniéndose en cuclillas tocó con su mano de dragón el suelo, del mismo emergieron cientos de estacas de hielo de 3 metros que empalaron brutalmente a varios demonios que murieron al instante.
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Con Peter.
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El homunculo pelinegro empuñaba el mango del sable con su mano izquierda, puesto que le faltaba la mitad de su brazo derecho sumando aún gran agujero en su abdomen. Bañado con la sangre de los renegados, trazó una fina y delgada línea roja antes de que cinco vagabundos cayeran al piso sin cabeza.
—Organisaré el taller de Ise-sama después de acabar con ustedes.— Peter observó con detenimiento las paredes y el piso manchado con sangre de esos apestosos monstruos sacados de pesadillas.
Agitando su sable en un veloz movimiento, retiró la sangre que manchaba la delgada hoja de su arma. Dándose medía vuelta miró con seriedad a los últimos tres vagabundos restantes.
Por suerte Issei habia bloqueado la entrada al taller con su cama, un gran alivió para Peter ya que así no ingresarian más demonios. Por supuesto que no se sentía cansado o adolorido por sus heridas que ni sangraban, después de todo era un homunculo, no un humano que si bien ya estaría muerto por simplemente desangrarce.
Ciertamente fue un problema lidiar con tantos demonios, pero para su fortuna fueron simples peones que no pensaban a la hora de atacar, perdiendo su cordura por la transformación a monstruos en la que estaban. Pero esos tres parecían diferentes, tenían una presencia más imponente y por lo menos parecían estar cuerdos.
—Tuvieron la oportunidad de atacarme pero no lo hicieron...— Peter no se sentía intimidado ni mucho menos asustado, tenía la fuerza para por lo menos enfrentarse a un Clase media a mitad de camino, y con su ojo místico se creía así mismo invencible.
—No somos tan cobardes.—
Uno de esos demonios dio un paso adelante. Parecía el mismísimo diablo a cómo se relataba en historias y hasta en la misma Biblia. Con cuernos, patas de caballo, garras y la piel al rojo vivo, lo único que le faltó fue que el piso se partiera en dos y de ahí saliera el presentándose como Satanás.
—¿No son cobardes? Entonces porque no me~.— Antes de que Peter terminará de hablar su ojos místico le mostró lo que sucedería en dos segundos, apretando con la única mano que le quedaba la empuñadura del sable, puso su arma al frente suyo.
La espada sirvió para amortiguar la embestida del demonio de cuernos, aún así fue mandado a estrellar contra la pared que se agrieto por el choque.
Peter nunca se esperó tal velocidad y fuerza, su único brazo bueno que hasta ese momento era el izquierdo cayó inerte a su costado, colgando como el de un muñeco de trapo. Su sable cayó al piso al no tener con que sujetarla.
—(Sino fuera por mi ojo místico ya hubiera muerto al no cubrirme con la espada. La fuerza y velocidad de ese demonio es impresionante, ¿Cuánta gente tuvo que devorar para llegara ese nivel?)—
—Vaya que eres impresionante— La gruesa voz de aquel demonio llamó su atención. —Ese embestida sería suficiente como para hacer añicos a un humano, pero después de todo no eres uno.— El renegado camino lentamente al homunculo. Peter acercó su boca a la empuñadura del sable antes de morderlo con sus dientes.
Poniéndose de pie y con la espada tomada por sus dientes dejaba en claro que no se iba a dar por vencido tan fácilmente. El demonio frente suyo parecía ser tan fuerte como un Clase media a finales de camino, básicamente el triple de fuerte que él.
Cuándo lo tuvo a escasos centímetros movió su cabeza a un lado lanzando un corte con la hoja de su sable. El filo de la espada no cortó ni en broma la dura piel carmesí del demonio quién dio una sonrisa golpeando con su puño el abdomen de Peter causando que este soltara el agarré que tenía en su arma con ayuda de sus dientes.
Cayendo arrodillado frente a su oponente, el renegado piso la cabeza del homunculo hundiendo la cara del pelinegro contra el piso.
—Vamos, vamos, por lo menos divierteme, después de todo no hueles lo suficientemente delicioso como para molestarme en comerte.— Aplicando más fuerza en su pata, la cabeza del pelinegro se hundió más contra el piso.
—Ise..... Sama..... Lo siento por no ser tan bueno como Mai....—
Capítulo #4: Al borde de la muerte.
—Por favor sobreviva... ¡Auto destruccióooon!—
Continuará....
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