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seven: the doctor daddy who looks like the one from the turkish series

Hace seis meses.

CUANDO LA RUBIA DE METRO CINCUENTA y cinco creía que su vida estaba mejorando y que de una u otra forma lograría salir de sus deudas y cumplir sus sueños algo siempre aparecía para destruir su esperanza. La joven de en ese entonces veinte años mantenía un trabajo estable como carnicera durante la mañana mientras que por las tardes-noches acudía como conserje a un complejo de departamentos finísimos que siempre lograba deslumbrar los ojitos marrones de la chiquilla.

Sin embargo, cuando el dueño de la carnicería se acercó a ella para contarle que debía disminuir personal debido a ciertos problemas financieros supo de inmediato que una de las afectadas sería ella. Se mantuvo positiva y con gratitud firmo el cheque que anunciaba el termino del contrato de trabajo, ya que a pesar de todo aún conservaba su buen trabajo como conserje donde ganaba un poco más que en otros trabajos debido a que había realizado el curso de seguridad que impartía la policía.

Porque eso tenía Holly.

Ella no podía quedarse quieta.

Si bien no había logrado entrar a la universidad aquello no le impedía no realizar diversos cursos para llenar su hoja curricular con lo necesario para que se viera llamativo. La primera disciplina que realizó fue de primeros auxilios que una enfermera latinoamericana pero que residía en USA junto a su esposo e hijo había impartido de forma gratuita para todos aquellos que deseaban conocimientos de primera línea ante una emergencia. Luego realizó otro curso que duró aproximadamente seis meses como repostera, posterior a eso tomó algunos otros que no duraban más de un mes que lograron convertirla en una alfarera ceramista, algo relacionado con la soldadura pesada, una especie de técnica en mecánica automotriz y guardia de seguridad de primer nivel (lo que significa que solo puede ejercer como conserje).

Pero a pesar de tener tantos cursos ningún trabajo le duraba pasado del año.

A mes siguiente la botaron de su puesto como conserje y las cuentas comenzaron asfixiarla.

Sabía que su rommie universitaria Brenda la iba ayudar si necesitaba algo de dinero, pero ella era incapaz de molestarla.

Porque ella estaba acostumbrada a solucionar sus problemas por su cuenta y que absolutamente nadie se los resolviera.

Buscó por cielo, mar y tierra trabajos donde la quisieran contratar. Tuvo la suerte de encontrar una vacante como camarera en un diner restaurant donde los niños iban acompañados de sus padres para comer comida chatarra en abundancia junto a unos batidos de frutas. El trabajo estaba perfecto pero el dinero no era suficiente para pagar la maldita cuenta del hospital y los intereses que le estaba cobrando el maldito seguro, así que totalmente desesperada busco un oficio encontrándola en una clínica veterinaria que pertenecía a una empresa de gran renombre.

Nighthaven Global Corporation.

El dueño anónimo detrás de la corporación había logrado asentar en América, Europa, Asía y parte del Medio Oriente y África hospitales donde se atenderían a todo tipo de animalitos, y ahora se había instalado en cada estado de los estados unidos.

Simplemente la persona que estaba a cargo de esto era un completo éxito.

Todo lo opuesto a Holly Brigthwell.

Imprimió toda la documentación necesaria para presentarse a la entrevista, eligió su mejor tenida y se presentó totalmente optimista.

En el lugar observó como todo a su alrededor era tan lujoso, perfecto y aseado que le daba miedo si quiera moverse, ya que no quería ensuciar nada del lugar. Poco a poco los postulantes fueron desapareciendo convirtiéndose la última persona en pasar y cuando su nombre salió de los labios de la bonita recepcionista se colocó de pies y la siguió hasta donde se encontraba el jefe encargado de aquella clínica. 

Se quedó atrás de la mujer que impedía con su delgado cuerpo ver el interior de la habitación y cuando la hoyó presentarla al doctor se limpió las manos mientras se arreglaba el pantalón en un intento de cubrir su vientre.

—Doctor —se asomó la secretaría. —Aquí la ultima postulante —le sonrió a la chiquilla mientras la dejaba pasar y cerraba la puerta.

Y cuando Holly observó a través de sus lentes que la ayudaban con el astigmatismo se quedó sorprendida.

Anonada.

Sus ojos estaban siendo bendecidos al observar a un adonis de cabello azabache bien peinada, un porte corpulento y una tenida formal que realzaba aún más el atractivo del hombre.

Era igual a esos actores varoniles y perfectos de las series turcas que solía ver con su abuela.

—Buenos días —le sonrió nerviosa. —Soy Holly Brightwell —se presentó y lo oyó murmurar algo que no escuchó bien.

—Tome asiento 

—Gracias —se quitó su mochila pequeña de su espalda y la dejó sobre su regazo en un intento de cubrir su imperfección fisica ante la imponente perfección que tenía frente a ella.

—Háblame de ti y por qué estas postulando a este trabajo —sus ojos la miraron.

Y por primera vez en mucho tiempo la pequeña mujer se sintió cohibida e intimidada ante la mirada verdosa que estaba cargada de profundidad y era pesada.

Tragó saliva para evitar tartamudear.

—Bueno, eh —se rio. —Me llamó Holy Brightwell, tengo veinte años y estoy postulando porque en realidad necesito el trabajo y me gustan los animales —esta vez soltó una risita nerviosa ganándose una corta mirada del hombre mientras leía atentamente la hoja entre sus manos.

—¿Dónde has trabajado?

—Inicié mi vida laboral trabajando en una cafetería llamada Coffee Sunrise —la mirada que el doctor le estaba brindando era de completa atención. —Mientras que en paralelo trabajaba como conserje de un complejo de apartamento. También he trabajado como conductora designada, carnicera y estuve unos meses reemplazando a unas auxiliares de aseo en el hospital universitario de Gotham —evitó mencionar que trabajó un tiempo en una constructora donde aprendió a soldar y que debió salirse debido a un pequeño accidente.

—¿Estudias? —su pechó dolió un poco. Apretó sus manitas al oír aquella pregunta que, aunque los contratantes no lo supiera, la lastimaban al recordarle inconscientemente que no había sido capaz de ingresar a la universidad. Su sonrisa se debilitó por unos microsegundos pero la retomó creyendo que el hombre frente a ella no lo había notado.

—No —negó moviendo su cabecita.

—¿Qué haces en tu tiempo libre?

—Trabajo en otros lugares

—¿Dónde trabajas?

—En lo que sea en realidad —sonrió de forma cerrada mucho más tranquila ante la penetrante mirada del hombre. —A veces cubro turnos como conserje, otras veces haciendo aseo

—¿Puedo saber por qué tiene tantos trabajos? —se recostó en la silla sin apartar la mirada de la mujer.

—Por cuestiones económicas y personales —evitó decir que tenía una gran deuda en el hospital que debía pagar todos los meses luego de que su abuela falleciera.

—¿Qué turno te acomoda más si trabajas acá? —la pregunta le sorprendió y decidió ser sincera.

—El turno de la tarde porque trabajo durante la mañana

—Bien —vio como se quitaba los lentes de marco negro y los dejaba sobre la mesa. —Estas contratada

—¿De verdad? —preguntó con extrema efusividad.

—Inicias mañana. Recibirás un candado para que guardes tus pertenencias en el casillero y también recibirás el contrato ¿Esta bien?

—Esta perfecto —asintió emocionada y contenta. —Muchas gracias, eh ¿Cuál es su nombre?

—Damian —el tono de su voz se profundizó y sonó pesada provocando un escalofríos en la chiquilla. —Doctor Damian Al'ghul

—Muchas gracias doctor Damian —le agradeció con total sinceridad con una inmensa sonrisa siendo totalmente inconsciente de lo que le provocaba al hombre.

Y así fue como inició a trabajar en la veterinaria, teniendo nuevamente dos empleos para subsistir en la vida.

Sus turnos en el restaurant iniciaban a las siete de la mañana y terminaban a las cuatro treinta, luego de eso literalmente corría hacia la veterinaria, ya que su jornada laboral partía a las cinco y terminaba a las diez con treinta minutos.

Pero si le preguntaban que trabajo le gustaba más Holly respondería a ojos cerrados que la veterinaria.

Todos en el lugar eran muy amables y se marchaban a eso de las nueve-nueve y media de la noche dejándola completamente sola y encargada de cerrar el lugar. Durante las ultimas horas podía escuchar con tranquilidad la música ochentera que tanto amaba y por supuesto hablar un poquito con los bonitos animales.

Disfrutaba un montón ver desde lejos como los profesionales titulados del lugar desplegaban sus conocimientos haciendo sus labores con tanta seguridad. Pero había un hombre en particular que Holly le gustaba observar.

Y era al doctor Damian Alghul.

Aquel hombre se había ganado el apodo de "Doctor papito" debido a su forma de ser. Siempre tan serio y distante con las mujeres que le coqueteaban provocó que la rubia creyera con gran profundidad que era gay aunque los rumores entre los pasillos dicen que aquello no era cierto. Sin embargo, aquella apariencia dura cambiaba completamente cuando estaba con los animales o los dueños afligidos por la condición de sus mascotas.

El doctor cambiaba completamente.

Se volvía alguien amable, empático y amoroso cuando ejercía su profesión.

Y aquello provocó que la pobre chiquilla con apego evitativo generara un Crush con él.

Aunque Holly sabía que el adonis de cabellera azabache y ojitos atractivos jamás le daría una mirada. Al menos no a ella porque no era el tipo ideal de los hombres exitosos.

Estaba segurísima que a él le encantaban las mujeres noventa-sesenta-noventa, con buen busto y trasero. Que fuera esbelta, exitosa y que se vistiera con marcas de lujos.

Él estaba muy lejos de su alcance y Brigthwell agradecía aquello, ya que ella no deseaba involucrarse en relaciones ni en ninguna porquería que tuviera que ver con el amor romántico y sexual.

Estaba segurísima que el doctor papito no la veía como una mujer porque jamás le ha brindado una mirada extra más de la que sea necesaria.

Y estaba contentísima con aquello debido a que podría admirarlo en secreto.

Admirar su trabajo.

Su profesión.

Y envidiar como él era una persona exitosa y con estudios.

Aunque ella estaba segurísima que Damian era gay.

Pero lo que Holly no sabía era que todos sus pensamientos e intuiciones estaban erradas.

Demasiado erradas.

30 votos y 30 comentarios para desbloquear el próximo capitulo.

Hola ¿Cómo están? espero les haya gustado el capitulo desde la perspectiva de la protagonista.

¿Se dieron cuenta que hice un guiño a la protagonista de The perfect girl? Dicha historia siempre tendrá un lugar especial en mi corazón debido a que es mi primera historia y jamás la soltaré.

Me gustaría saber que vibes les da Holly y el Damian de esta historia.

Por cierto, les dejó la explicación del imperio empresarial de Damian Wayne.

Night: Hace referencia a la conexión con el sigilo y la noche, atributos asociados con la familia Al Ghul y el simbolismo de Batman.

Haven: Sugiere un refugio seguro, un lugar de cuidado y protección, ideal para una empresa dedicada a clínicas veterinarias.

Global: Representa el alcance mundial y la magnitud de la empresa.

Espero les haya gustado, nos leemos en el próximo capitulo.

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