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one: laziness in a 5'1 body

          EL ESTRUENDOSO RUIDO QUE EMITÍA la alarma del teléfono móvil de Holly era capaz de despertar a todo el vecindario menos a ella. El pobre parlante del teléfono llevaba más de diez minutos emitiendo el sonido de la traumática canción de metal pesado que tenía como música despertadora, pero aún así la rubia no era capaz de moverse de la cama. En un movimiento rápido subió las colchas por sobre su cabeza en un intento de amortiguar el sonido y poder seguir durmiendo con toda la paz y tranquilidad del mundo, y creyó que aquello se iba a lograr.

Cuando la alarma se tuvo que callar por si sola la joven se digno a destaparse de las colchas que le cubrían por encima de la cabeza y reacomodarse para seguir durmiendo pero el sonido de unos pasos furiosos y la abertura violenta de su puerta provocó que abriera uno de sus ojos.

—¡Holly! —grito la morena estando adentro de la habitación y encendiendo la luz de la habitación. —¡Apaga tu jodida alarma! ¡Despierta a todo el mundo menos a ti!

—Apaga la luz —se quejó alargando las dos ultimas letras de la palabra a la par que le daba la espalda a su compañera de piso.

—No estúpida, tiene que ir a trabajar —destapó con brusquedad a la chiquilla.

—¿Qué tan necesario es ir a trabajar? —se sentó en la cama luciendo el cabello revuelto en un chongo mal hecho, un hilo de saliva seca en su mejilla y su viejo pijama.

—Si no trabajas no tienes donde vivir. Si no tienes donde vivir no tienes donde comer 

—¿Crees que este muy difícil conseguirse un viejito con dinero? —la de cabello afro la miró con el entrecejo arrugado para luego poner los ojos en blanco. 

—Siempre que te levantas dices estupideces

—Y a ti te gusta oírlas

—Ve a alistarte mientras preparo el desayuno —le ordenó antes de salir de la habitación cerrando la puerta y dejando la luz encendida.

—Ahhhh —se quejo antes de volver a acostarse, pero cuando iba a cubrirse con las colchas escucho el grito de su amiga.

—¡No vuelvas a dormirte Holly!

Al oír el grito de su amigo se dispuso a ponerse de pies y arrastrarlos hasta llegar a las cortinas que provocaban que su habitación se viera oscura. Con la peor de las ondas las corrió generando que la luz del día nublado entrara por la habitación emitiendo un gemido en protesta por el día sin sol.

Después de estirarse tendió su cama, escogió la ropa del día, el cuál consistía en una camiseta manga larga amarillo que estaba cubierto por un suéter morado con rayas celestes, rojas y amarillas. Sus piernas iban a ser cubiertas por un jean slouchy y su pies con unas zapatilas cara beth piratas.

Cuando terminó de alistarse vio que el reloj marcaba las siete de la mañana así que corrió por el viejo pasillo de su hogar y llegó a la diminuta cocina, que estaba unida al comedor y la sala de estar.

—¡Son las siete! ¡No alcanzo a desayunar! —dijo apurada mientras metía a su mochila toda comida en envoltorio que pillaba.

—Si alcanzas

—Que no

—Que si

—No

—Si

—¡No! —la miro.

—Siéntate y comete todo en cinco minutos y después te largas

 —Pero...

—Te estoy hablando

Y sin chistar mucho más se sentó a comer por ordenes de su amiga Brenda.

(...)

Holly se sentía cansada mientras caminaba más rápido con el fin de llegar a su segundo destino del día. El trabajo en el diner restaurant por primera vez en mucho tiempo había estado tedioso y la gente fue mucho más grosera de lo normal. La gran mayoría de las meseras del local no le daban importancia y fingían no escuchar, pero ella no podía hacerlo.

Ella no era así.

Cada vez que veía una injusticia o la pasaban a llevar con palabras ofensivas se prendía en rabia, como si de pasto seco se tratase, y respondía sin medir las consecuencias. Era tan impulsiva que no se guardaba absolutamente nada en lo que respecta a su opinión: si alguien estaba haciendo mal ella lo señalaba, si alguien la ofendía ella respondía y si por abecé motivo presenciaba algo injusto o que iba totalmente en contra de lo que ella consideraba moralmente correcto luchaba para que las cosas se volcaran a realizarse de forma correcta.

Así era Holly Brightwell.

Cuando llegó al hospital veterinario ingreso por el callejón donde debían entrar todos los trabajadores. Caminó por el pasillo saludando con una radiante sonrisa a todo aquel que pasaba e ingresó al pequeño cuarto del conserje que estaba asignado para las personas que se desempeñaban realizando aseo en el lugar. Se vistió con su traje de cuerpo entero de color negro con franjas blancas que le daba la identidad como auxiliar de aseo, pero en vez de colocárselo completo s e amarró las mangas en la cintura. Luego se quitó su suéter junto a su camiseta quedando solo en brasier, buscó en su mochila la camiseta negra de mangas cortas que la tenía especialmente asignada para el trabajó y se la colocó.

Una vez que se sujetó el cabello en una coleta alta tomó su carrito de aseo y comenzó a trabajar limpiando primeramente los camarines. Se tardó treinta minutos en sacudir, barrer y por último trapear con dedicación. Cuando se dispuso a ir a los baños del personal para asearlos se detuvo para conectar sus auriculares a su viejo celular y poner la playlist de música ochentera que tanto amaba.

Su jornada laboral iba de viento en popa. Primero fueron los baños, luego las sala de descansos de los profesionales veterinarios, posteriormente pasó a limpiar los box de atención desocupados de cada médico. Fue así hasta que vio como cada persona que trabajaba ahí se iba retirando y Holly supo que venía la mejor parte:

Ir a limpiar la sala de hospitalización de los pacientitos no infeccioso que estaban a la nada misma de ser dados de alta.

Esa era la parte favorita de todo el día de Holly ¿La razón? Era porque podía ver a cada animalito internado en el lugar para darle palabras dulces y llenar de amor mientras le deseaba con todo su corazón la pronta recuperación de la mascota.

Una vez que terminó de limpiar el ultimo box limpió el trapero en el agua con liquidos desinfectantes que tenía. Cuando lo acomodó en la escoba se secó el sudor de la frente y cambió la música de su reproductor colocando "You spin me round" de Dead Or Alive. Corrió su carrito a un costado del pasillo para poder limpiarlo antes de entra a la habitación de hospitalizados, vio que ya no había nadie en el lugar siendo ya las diez con veintitrés de la noche y se sintió libre de solo ser ella con su publico de fans de perros y gatos.

Trapeó con ímpetu al compas de la música, comenzó a mover sus cadera y a realizar movimientos raros como un intento de baile. Tomó el palo de la escoba y comenzó a cantar con él como si de un micrófono se tratase. 

—You spin me right round, baby right round like a record, baby. Right round round round... —dio vueltas mientras seguía bailando. 

Ingresó a la sala de hospitalización haciendo un movimiento raro con las piernas.

—Hola publico —habló bajito mientras soltaba el escobillón y se agachaba para mirar a un can a través de la rejilla. —Hola perrito hermoso ¿Cuál es tu nombre? —miró el espacio a un costado donde estaba escrito el nombre. —Te llamas Holly ¡Igual que yo! Tienes cara de Holly —rio bajito. —Espero que te mejores pronto porque eres un perrito muy lindo, bonito y pechocho —agudizó su voz sin llegar a ser molesta.

Pasó por cada cajita de metal donde estaban resguardado los animales y cuando finalizó volvió a tomar su escoba trapeando al compas de la música. Salió de la habitación mientras hacía el paso de thriller con "Call me" de Blondie pero pego un gritito cuando vio al doctor más guapo de la clínica y por la que gran mayoría de las trabajadoras babeaban.

—Doctor —lo llamó mientras se llevaba una mano a su pecho de la impresión y se sujetaba del palo de la escoba. —Me espantó

La pobre muchacha no sabía donde meterse de la vergüenza, pero su mente la ayudó a salir de tal estado recordando el mantra que ella tanto utilizaba.

"Vergüenza se tiene para robar".

—Lamento haberte asustado —su tono de voz.

Holly quería desmayarse.

El medico veterinario Damian Wayne, el hombre más apuesto, pulcro, perfecto y exitoso del lugar la miraba con gracia y una diminuta sonrisita en sus labios.

Él, el hombre de sus sueños que se parecía a esos actores turcos de las series que su abuela solía ver le estaba dirigiendo la mirada y se disculpó.

Con ella.

Una auxiliar de limpieza bajita, gordita y sin mucho vibro.

¿A quién iba a engañar? Ella era magnifica pero era solo una simple mortal que debía buscarse a otro simple mortal para estar juntos.

—Creí que todos se habían ido —le dijo la rubia.

—Estaba por marcharme pero escuche ruido en la habitación —miró la sala de hospitalizados. 

—Si —sonrió. —Lo siento ¿Usted se va a casa así? —le preguntó sin pelos en la lengua porque aún vestía la bata blanca y de su cuello colgaba el fonendoscopio.

—Si —le respondió. —Me voy en mi auto así que no me es problema irme así

Ja. Auto. 

Y ella debía tomar transporte publico porque se le ocurrió ser el espermatozoide más rápido y nació en una familia de clase media-baja.

"¡El transporte!" pensó al recordarlo y le sonrió a su jefe.

—Vaya ojalá tener esos problemas —soltó sin pensar. —Quiero decir, eh. Que tenga buena noches doc, seguiré trabajando

—¿No es hora de que te vayas ya? son las diez cincuenta y tu turno finalizó hace veinte minutos 

—Cierto —asintió. —Iré a terminar la sala de hospitalización y me retiro —le sonrió para nada avergonzada. —Buenas noches doc

—Buenas noche Holly

"Un momento. El doctor hermoso sabe su nombre" se dijo emocionada pero sin voltear a mirarlo ni detenerse. "Obvio que sabe ridícula. Trabajas hace medio año ahí" se respondió así misma.

Subió su escoba al carrito y entro a la habitación para despedirse de los animales.

—Nos vemos mañana mis adorables fans. Chao Holly. Chao Max. Chao Kiko. Chao Kuky... —comenzó a despedirse nombrando a cada uno y una vez que terminó salió creyendo que el doctor hermoso se había marchado.

Pero que equivocada estaba.

Damian, oculto y apoyado en la pared oscura, miraba con una sonrisa tierna y ojos depredadores a la chiquilla de hebras rubias pensaba en la ternura y belleza de Holly Brightwell.

Y como ella era la mujer ideal para él.

Sepan que esta historia es soft e inocente, nada sexual o que da alusión a aquello

Hola ¿Cómo están? ¿Qué les pareció el capitulo? Se viene perspectiva de Dami así que atentas

Nos leemos pronto. Besos

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