Capítulo 4
El celular nos tenía locos a todos. Vibraba cada diez minutos por que a la "tía" desconocida, llamaba por si nos pasaba algo en la oscuridad de la noche.
Claro que nos distraía del silencio y de pensar en que cualquier cosa nos estaría observando como si fueramos sus presas en la oscuridad tan densa que nos rodeaba.
Me pregunto en qué estaba pensando cuando quize caminar sola por estos bosques. El orgullo me enloquece, ahora lo sé.
Ahora que hay tiempo, empezaré a socializar y no especificamente para hacernos amigos y vivir felices por siempre si es que se lo preguntan. Tengo que hallar respuestas como sea.
__¿Me dicen sus nombres?__Mi voz salió más amigable de lo que esperaba.
Empezó el chico con cabello rojo, se llamaba Unax, el chico de cabello negro Tarik y por supuesto Xan. Luego se animaron las chicas, Ariel, Vanesa y Olivia.
Por último hice mi respectiva presentación, para luego quedar en silencio de nuevo.
Tenía mucho sueño, intenté dormir un poco, pero cuando cerré los ojos, escuché el ruido del motor de un auto. Todos nos levantamos de golpe a la espectativa. Hasta que por fin, a unos metros se distinguía una camioneta.
La mujer frenó y bajó del auto. Para ser la voz detrás del teléfono lucía muy jóven aún, cabello largo y rizado, alta y muy delgada. Parecía como si en vez de ir a rescatar a unos jóvenes al bosque, hubiera venido a una fiesta elegante.
__¿No me van a abrazar?__ abrió los brasos y puso su mejor sonrisa. Tenía razón, se supone que la conocíamos de hace mucho tiempo. Olvidé completamente el detalle del reencuentro.
__¡Claro que si! Te extrañamos mucho__No podía creerlo. Se lo agradecía de todo corazón, pero no lo había conocido en su faceta como actor. Entonces me miró y volvió a mirar a la mujer, entonces lo entendí.
__Nosotros también te extrañamos__ dije dando pasos rápidos en su dirección. Afortunadamente todos cooperaron con la misión y nuestro recibimiento actuado salió mejor de lo que esperaba.
...........
El camino a "casa" fue en total silencio. Todos los chicos dormían, menos Xan que iba de copiloto mirando el lugar y yo, que me mantenía a la espectativa de lo que podría pasar. Después de casi cinco horas llegamos a una ciudad.
No recuerdo haber visto una igual a esa en mi vida ni siquiera en un libro, significaba que no estaba en la ciudad donde vivía. Todos eran edificios coloridos con lunas transparentes dando vista de lo que sucedía en el interior de cada piso. Obviamente algunos estaban tapados con cortinas elegantemente combinadas para más privacidad. En la entrada de estos vi arboles y arbustos que le daban ese toque de naturaleza a un lugar tan urbanizado. También vi anuncios y focos de colores en todas partes, no habían postes de alumbrado público si no la luz provenía del suelo de las aceras y otra gran parte de los mismos edificios. No había absolutamente nadie en las calles, lo que no me parecía extraño pues aún estaba amaneciendo.
Me guardé el asombro para no causar alarma, por si me estuviera viendo por el espejo retrovisor.
Pasaron diez minutos y nos dirigíamos a las afueras de la ciudad, al otro lado del bosque donde nos conocimos. Después de un tiempo nos metimos a un desvío, la carretera sin pavimento hacia que nos movieramos de un lado a otro despertando a los durmientes, cuando llegamos había una enorme casa en medio de la nada. Bajamos y nos quedamos parados admirando el lugar detalladamente. Nada de vecinos para pedir ayuda, aquí nadie nos escuchará gritar, pensé.
Cuando la mujer abrió la puerta miré a todas partes analizando la casa. Todo blanco y fino, una sala decorada con jarrones plateados, mesa de vidrio en el centro y debajo una alfombra gris, como me lo esperaba. No necesitaba ser adivina para saber que esta mujer debía estar forrada en dinero, una casa inmensa, muy bien equipada y ropa de modelo de revista.
__Vayan a sus habitaciones, necesitan descanzar__señaló al segundo piso para después perderse por uno de los pasillos del primer piso.
Muy obedientes subimos y abrimos puerta por puerta para encontrar algo que nos dijera cuales eran nuestras habitaciones.
Entonces revisamos la primera, se encontraba justo al terminar las escaleras.
Abrimos la puerta, las paredes blancas, una cama queen y un velador donde había una foto. Nos hacercamos y vimos la foto de Unax y una chica un poco más baja que él a su lado, los dos abrazados en un parque de diversiones.
__Yo...no recuerdo esto__cogió el portarretrato y lo observó intentando recordar. Pero su cara lo decía todo. Nada.
Lo dejamos ahí mientras recorríamos los demás cuartos, sorprendentemente cada uno tenía una foto en su velador, por lo que no tuvimos mayores problemas para ubicarnos.
No sabía si todo esto era correcto, pues estabamos como huéspedes en una casa donde supuestamente vivíamos desde hace mucho. Pero si no eramos hermanos o primos.
¿Qué nos unía tanto como para vivir todos en una sola casa?
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