No te acerques al acantilado;
mucho menos, en noches de bochorno y tormenta
pues es una sirena,
oculta entre las rocas y la espuma,
quien adormece tus sentidos, rompe el cielo y a la luna
—y a la cordura— eclipsa con relámpagos y rayos.

No te acerques al acantilado:
la pérfida sirena te estará esperando,
no permitas que te guíe la locura nocturna de su engaño
encarnado en una dulce voz
que no es promesa de dicha sino de destrucción.

Hazme caso: si te dejas hechizar por ella,
te hará precipitarte al abismo sin que puedas evitarlo,
te atrapará al vuelo entre sus garras
y, antes de caer al agua,
tu cuerpo, destrozado por su siniestro abrazo,
y tu alma, condenada por sucumbir a la prohibida tentación
de embriagarte con la cercanía de la sirena y su mortífera canción,
te gritarán desde lo profundo de tus entrañas desgarradas
que no debiste acercarte al acantilado. Jamás. Por ninguna razón.

***

Poema para el Reto 6 de revolucionpoetica: escribir un poema oscuro, de no más de veinte versos (veinte justos he hecho xd), utilizando uno de los dos grupos de palabras propuestos. [Grupo de palabras escogido: sirena, nocturna, canción, siniestro]

Nada más leer las palabras, pensé en enfocarlo desde el punto de vista más oscuro de las sirenas: más monstruo que criatura hermosa. Y así fue saliendo este poema tan tierno y bonito (#SarcasmoON) y tan poco frecuente en mí (o eso creo, no recuerdo ahora mismo haber escrito poemas de este estilo).

¿Sabéis? A veces la vida tiene coincidencias un tanto macabras: dejar este poema en reposo un par de días, esperando a ver si cambiaba una expresión, ha hecho que ahora tenga un nuevo e inesperado significado...