Nadie es imprescindible,
por mucha falta que haga esa persona
y, aunque no suene creíble,
es esa la verdad, no otra.

Cuando pierdas a esa persona
sin la cual no puedes vivir,
continuarás viviendo;
créeme cuando te digo esto,
pues no estoy mintiendo.

Una vez desaparezca
el temor,
el miedo,
y solo quede la pena,
el dolor,
el recuerdo,
tú seguirás viviendo,
vivirás tu vida
a pesar del sufrimiento.

Lo sé porque lo he vivido:
he perdido
a esa persona imprescindible
y he sobrevivido,
he continuado viviendo
a pesar de que su recuerdo
nunca caerá en el olvido.

Y como yo, todo aquel que haya perdido
a un ser querido
y haya tenido que seguir con su vida
a pesar de la falta
que la persona amada
le hacía.