Conocerte
fue lo mejor
que en toda la vida me pasó.

Quererte,
amarte,
fue lo más sencillo,
pues fue inevitable
que el amor y el cariño
inundaran mi pecho
y cada centímetro
de mi cuerpo.

Perderte
fue lo peor
que me pasó.

No soy capaz
de encontrar
las palabras
necesarias
para expresar mi dolor
y en ocasiones creo
que se acabarán las lágrimas
que acompañan mis lamentos,
pero siempre compruebo
que estaba en un error
y seguramente antes de que eso suceda
ya habré creado
un nuevo océano
con ellas,
pues voy a seguir
llorando
siempre por ti,
lamentando
no tenerte junto a mí,
y todo por culpa de una enfermedad
que ni siquiera me atrevo a nombrar.

Pero poco antes
de perderte,
de que tuvieras que marcharte,
me enseñaste
una gran lección:
lo verdaderamente importante
está en el interior.

No podías llevar más razón
diciendo aquello
y tú eras el mejor ejemplo:
era tu corazón
el más hermoso y bueno
que jamás conoció el mundo
y por eso me sentí desolada
al comprobar cómo todo aquello
que para uno es importante
puede desaparecer en un instante,
en un solo segundo;

me sentí perdida
y sin rumbo,
deseando reunirme contigo,
pues de qué me sirve seguir en este mundo
si tú no estás conmigo;

me sentí rota, vulnerable,
pues no concibo mi vida
sin que estés aquí,
sin que me abraces,
sin que me beses
y sin que me digas
que me quieres
igual que yo a ti,
pues necesito que me convenzas
de que vale la pena
el dolor de perderte
por haber podido antes conocerte.

***

Este poema pertenece a la nueva obra de poemas que estoy subiendo, la cual es una recopilación de los poemas más especiales que he compuesto y que más significan para mí. Se titula "Mis sentimientos hacia ti en forma de poemas".