La Diosa Luna es el ser todopoderoso para los lobos, un ser eterno emanado de la unidad divina que colmaba el intervalo entre la divinidad y la materia, siendo la creadora de su mundo espiritual.

Sola, la Diosa Luna vivió en la Luna por eones, viendo a la Tierra ir cobrando vida. Llena de curiosidad, después de haber admirado a lo lejos la belleza de ese mundo, decidió visitarlo, enamorándose de la vida pero más de un lugar en específico. El Ártico.

Esa fue la región que más le recordaba a su frío y solitario mundo, pero con una hermosura desmesurada y jamás vista por ella. Lo que solo sería una visita, se tornó una estancia permanente sin fecha de partida. Utilizando los recursos de este planeta y guiándose por algunas especies ya creadas, creó a varios animales para contribuir con la Tierra.

Algunos vivieron, otros no contaron con la misma suerte, pero su obra maestra y preferida, fueron los lobos que con los años se fueron expandiendo mientras le hacían compañía en un intercambio mutuo de afecto.

Según fue pasando el tiempo y los lobos fueron esparciéndose, estos comenzaron a emigrar y mutar en adaptación según los fenómenos que iban dándose en la Tierra, como por ejemplo, el movimiento de las placas tectónicas. Así como el planeta comenzó a fracturarse y dispersarse hasta alcanzar la situación de los continentes en un proceso que aún continúa, los lobos se fueron separando y alejando.

Sus destellos de energía se veían siempre reflejados en la Aurora boreal que solía admirarse no solamente en el cielo nocturno como en la actualidad, sino también de día y con tonalidades diferentes en constante variación dependiendo de su estado de ánimo. Casi siempre fueron colores cálidos que se tornaron fríos cuando comenzó a contemplar a su creación alejarse de todo aquello que ella creó.

Como castigo a sí misma por no tener el valor de castigarlos a todos, se confinó a un rincón del Ártico con un grupo de lobos que permanecían tal cual fueron creados y que, agradecidos, nunca la abandonaron. Gracias a los poderes de esta Diosa, con el paso de los años desarrollaron la habilidad de transformarse en otra especie, volviéndose también los primeros licántropos.

Este grupo de leales seres fueron los únicos que siguieron teniendo poder cuando la Diosa un día simplemente desapareció. Ellos y sus descendientes, fueron los únicos que contaban con ciertas habilidades apodadas "magia" corriendo por sus venas. Con el paso del tiempo, incluso ellos terminaron perdiendo cualquier conexión con la Diosa Luna y nunca fueron capaces de descubrir en su totalidad lo que eran capaces de hacer o ser.

En su forma de lobo, la Diosa Luna luciría así:

Si tienen alguna duda o creen que he olvidado colocar algo, no duden en decírmelo.
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