Cada vez que hablaba contigo.

Sentía una completa calma.

Una vez me contaste acerca de un higo.

Yo tome uno con mi palma.

Decías: suelta esa cosa tan asquerosa.

Solo te vi sin comprender.

Pensé: creo que es hermosa.

Tú seguías sin entender.

Teníamos unos gustos diferentes.

Yo por lo dulce y tu por lo amargo.

Nadie lograba descifrar nuestras mentes.

Sólo estábamos a cargo.

Las mentiras nunca se me dieron bien.

Pero a ti si, a la perfección.

Era un torpe con una pistola en la sien.

Y tú una musa con una vocación.

No pude disparar.

Ya que tus palabras me salvaron.

Debiste contrastar.

Las fraces que te dañaron.

Mi galaxia.
Este es mi último respiro.