Miraste arriba y dijiste: algún día...

Yo no entendía a que te referias.
O tal vez si, y lo trataba de evitar.

¿Acaso piensas en abandonarme?

No, por favor.

¿Por qué dices que eres feliz conmigo? Si cuando te hablo pareces tan distraída.

Mi cielo.
Tantas veces te lo he dicho.

Mi cielo.
Tan dulce y radiante en el día.
Tan fría y oscura por la noche.

No necesitas huir.

Sé feliz a mi lado.

Creeme esta vez.

¿Es que acaso me odias? No.
No lo haces.

Siempre buscas la forma de hacerme caer a tus encantos.

Pero eso son...
Sólo encantos.

Mi cielo.
Sigue estando conmigo todos los días de mi vida.

Necesito de eso...

Necesito de...