Todos nos hallamos en una calle de la ciudad en la que no parece que haya mucha gente intentando volver a respirar con normalidad.

—Qué...— habla esta vez Eren, quién ya me ha soltado la mano para llevársela al estómago— qué acaba de pasar.

—¡YUJUUU, eso ha sido genial!— gritó y saltó Connie y todos nos reímos como pudimos.

Eren se queda entonces mirándome y me regala una de esas sonrisas suyas:

—Sí, sí lo ha sido.

Le devuelvo el gesto y me sonrojo. No puedo creer lo que hemos hecho... Lo que he hecho... Esta mal lo que le he hecho a Nifa... No se lo merece después de todo...

Ante aquel pensamiento hago un gesto triste con la cara, y Eren parece notarlo, ya que me frunce el ceño.

Espero que no piense que me arrepiento de lo da antes...

Iba a acercarme a él para intentar decirle lo que pienso de alguna forma, pero unos gritos detrás de nosotros hacen que todos nos giramos para ver de quién procedían.

—¡EREEEN!¡JEAAAAN!¡CONNIEEEE!—

—¿Quiénes son?— preguntó Jean.

—Se ven dos personas...—Connie se llevó las manos a los ojos simulando que eran unos prismáticos— ¡es Shasha!

—¡ARMIIN!— yo conozco esa voz...

—¿Quién es la otra?— habló ahora el pecoso.

Cuando distinguí quién era miré a Eren. Este ya se había dado cuenta de quién era también, ya que se veía un poco molesto.

—Nifa—saludé a la pelirroja.

Esta se lanzó a mí y me abrazó.

—¡Qué divertido ha sido!— gritó ella.

Se bajó de encima y empezó a recuperar el aliento junto a la otra chica, al igual que habíamos hecho nosotros hace apenas unos instantes.

—¿Qué hacéis aquí?— pregunto Connie acercándose a la que llevaba coleta.

—Pues...—tomó oxígeno— os vimos correr hacia aquí y como la policía se había ido por otro lado, nos pareció la mejor idea...

—Exacto...—le apoyó Nifa.

—Pues muy bien— se rió Jean— pero ahora hay que volver a la fraternidad. Así que no os ha servido de mucho seguirnos.

—¡Nooo! Qué rollo... Vamos a dar una vuelta— animaba la más baja de las chicas.

—Yo lo veo, Jean— se le unió Connie.

—No contéis conmigo, no me apetece irme a un bar o alguna discoteca ahora...

—Vamos, Jean, no seas aguafiestas— le dió un golpe en el hombro Marco y este le sonrió.

—Aguafiestas...—Mikasa se llevó la mano a la barbilla, parecía estar pensando en voz alta y todos nos quedamos mirándola—¿y si nos colamos a otro sitio?

«Quién eres tú y qué has hecho con Mikasa»

A los tres que ya habían hablado se les iluminó la cara ante la idea, Marco por su lado le volvió a sonreír a Jean, este estaba un poco sorprendido.

—¡VAMOS A COLARNOS A UNA PISCINA!— gritaron al unísono.

—Mikasa, no sabía que te gustará este tipo de cosas...— le dijo Jean.

—Bueno, es mejor que irse a dormir. Y porque lo hagamos una vez más...

«Definitivamente me estoy colando a demasiados sitios últimamente»

—¿Vosotros qué opináis?— Jean nos miró entonces a Eren y a mí. Ninguno de los dos habíamos dicho nada desde que estas dos aparecieron.

—Ah... S-sí, por mi bien— miré a Eren, el no parecía muy emocionado con el plan... O mejor dicho con quién entraba dentro de él —pero, ¿hay alguna piscina cerca?

—Claro, hay una pública a unas cuatro calles...— nos explicó Marco— no tardaremos mucho en llegar.

—¿Qué dices, Jeager?— volvió a hablar Jean.

El nombrado me miró enfadado unos segundos.

—Claro—cambió totalmente su cara a una amistosa— el último que llegue se baña desnudo.

Todos aplaudimos y dimos un gritito.

Comenzamos entonces a dirigirnos a nuestro destino.

Eren se había adelantado e iba hablando con Mikasa,Jean y Marco, más adelantados iban Connie y Shasha. Por tanto, Nifa y yo nos habíamos quedado más retrasados.

«Tengo que decirle la verdad»

Obviamente no voy a decirle que me he besado con Eren, pero si debo decirle que no podemos seguir estando juntos.

Todo el camino habíamos estado en silencio, es por eso que siento que sabe algo... Qué momento más difícil.

—Oye, Armin— rompió ella el silencio con un tono de voz muy suave— ¿do-dónde estabas antes de que llegara la policía?

Me puse nervioso instantáneamente. Sabe algo. Intenté que no se me notará mucho, ya que ella va agarrada de mi brazo.

—Ah, pues había salido a qué me diera al aire...— en cierto modo no le estoy mintiendo.

—Ya veo...

Volvió el silencio.

«Tengo que decirle la verdad»

—Oye, Nifa...

—Armin, creo que sé lo que me vas a decir— ella se paró y poco después yo también.

Nifa levantó su cabeza y por primera vez en todo el rato que llevábamos juntos nos miramos a los ojos.

Definitivamente, no es lo mismo que con él...

—¿Qué crees que te voy a decir?

—No... No quieres seguir conmigo, ¿verdad?— su voz sonaba un poco rota.

Mierda. Soy una mierda. Pero tengo que ser sincero.

—Lo siento, Nifa... He sido tan...

—No, Armin... No digas nada. He sido demasiado egoísta. Lo único que he hecho ha sido ir dándote pena... No tienes nada de lo que pedir perdón...—una pequeña lágrima cayó por su mejilla en ese momento.

Puse mis manos en sus mofletes y se la sequé.

—Sí. Te tengo que pedir perdón. No tenía que haberte dicho que lo intentaremos aún sabiendo que no sentía nada por ti.

Nos mirábamos a los ojos. Me sentí peor cuando me di cuenta que no había tratado nada bien a Nifa. Ella desde el primer momento fue sincera y real con sus sentimientos. Yo por mi lado la he utilizado... No se lo merece.

—De verdad, no me pidas perdón. Me hiciste muy feliz cuando me lo dijiste... Todo ha sido muy rápido, te he presionado... Solo espero que podamos seguir siendo amigos.

Abracé entonces a Nifa.

—Pues claro.

Por fin he hecho algo bien con ella. De verdad que quiero tenerla cerca de mí, ella fue una de las primeras personas que me trató bien cuando llegué, no como yo a ella. Espero poder contarle pronto la razón por la que lo nuestro no ha funcionado.

Nos separamos del abrazo y nos sonreímos. Miré entonces hacia los demás. Eren se había girado y nos había visto abrazarnos.

Seguro que se alegra de saber porqué ha sido.

—¿VAIS A VENIR U OS VAIS A HACER OTRAS COSAS?— gritó Connie entonces.

Nifa y yo volvimos a tomar nuestro camino.

Se secó lo poco que había mojado aquella lágrima y mi ,ahora sí, amiga, habló:

—Oye, ¿te importa si no decimos nada ahora? Ya sabes, no quiero hacer que esto sea ahora incómodo... Con los demás y tal...

—Sí sí, claro. Ya se lo diremos mañana.

Pillamos finalmente a nuestros amigos.

—¿Todo bien?— preguntó Marco.

—Sí— respondimos los dos a la vez.

Todos nos estaban mirando un poco confundidos, pero no tardaron en volver a la normalidad y seguir andando. Menos Eren, que aún parecía un poco enfadado.

Disimuladamente me fui acercando a su lado, dejando atrás a los demás, ahora entro ellos Nifa. Eren se había adelantado un poco, imagino que no querría estar con Nifa.

Qué celoso.

Me reí un poco y terminé a su lado.

No me miró.

—Supongo que vas a hacer como que nada ha pasado y te vas otra vez a los brazos de Nifa...— madre mía, sí que se ha montado una película. Lo ha malinterpretado todo. Su voz sonaba super molesta.

Yo solo pude soltar una pequeña risa.

—¿Por qué mierdas te ri-

—Nifa y yo lo hemos dejado— hablé al mismo tiempo que él interrumpiéndolo.

Eren se paró y me miró. Su expresión había cambiado totalmente a una más ¿aliviada?

—¿QUÉ MIERDAS LE ESTÁS CONTANDO A TODOS PARA QUÉ OS TENGÁIS QUE PARAR A HABLAR?—Connie, que al parecer en ese momento estaba mirando hacia atrás nos gritó.

Todos posaron su mirada entonces en nosotros. Jean se acercó desde atrás:

—Eso, Armin. ¿Qué les estás diciendo?

Lo seguían los demás, Nifa me miró entonces un poco nerviosa.

—Nada, solo me había contado un chiste muy malo.

Eren empezó a andar otra vez y todos hicimo lo mismo.

Volví a colocarme a su lado, me reí y le hablé de modo que nadie que fuera el pudiera escucharlo.

—No era ningún chiste.

Me quedé mirandolo a ver qué hacía, su rostro no cambio, pero saco su mano del bolsillo de la sudadera y buscó la mía.

Una vez que la encontró y cuando correspondí el agarré, el la apretó más fuerte y empezó a acariciarla con él dedo gordo.

Mire entonces hacia todos lados. Todos parecían muy concentrados en su conversación e iban un pelín más adelantados, por lo que no nos estaban prestando atención.

Todo mi cuerpo sintió un cosquilleo.

Mierda. Me he puesto muy nervioso, me va a empezar a sudar la mano.

No hablamos nada en todo el camino, hasta que escuchamos que Jean nos quería meter en la conversación que estaban teniendo. Fue entonces cuando Eren me soltó y ambos volvimos a hablar con todos.

Pocos minutos después llegamos al edificio de la piscina.

—Ya estamos aquí—dijo Connie llevándose los brazos a la cintura y sonriendo.

—Bien, ¿y como se supone que vamos a entrar?— pregunté.

—Lo primer es saltar el muro— dijo Eren señalando la pared.

—¿Habéis hecho esto antes, verdad?—preguntó Mikasa.

—Solo alguna vez— le contestó Shasha sonriendo y yéndose a una parte del muro.

Jean y Marco empezaron a hacer pie a las chicas, luego fue Connie y detrás yo, luego Eren y últimos fueron Marco y Jean.

El lugar era bastante amplio, pude ver dos piscinas, una de natación normal y al lado de esta una más pequeña, seguramente para los infantes.

Empezamos a andar en silencio, pasando de largo esas dos , llegando a un edificio cerrado con llave.

—¿Hay una piscina cubierta?— preguntó Mikasa en susurros.

Todos menos yo asintieron con la cabeza.

—¿Cómo vamos a entrar?

—¿Y tú lo preguntas?— Eren pasó por mi lado y se agachó a la altura de la cerradura. Poco después esta ya estaba abierta.

Eren se levantó y nos hizo una seña con la cabeza para que entráramos, sonriendo.

Pasamos la pequeña entrada que había, a ambos lados había lo que serían los vestuarios y al pasarla llegamos a la piscina.

Connie y Shasha fueron los primeros en quitarse la ropa y zambullirse en el agua, no tardaron ni cinco segundos.

—¿Llevaban bañador debajo?— pregunté, un poco estúpido por mi parte.

Fue por eso que todos me miraron y se rieron.

—¿Acaso hace falta?— Jean cogió a Marco y lo tiró junto a él al agua. Obviamente estaban bañándose en ropa interior.

—Oye, ¿y aquí no hay cámaras o algo de eso?— preguntaba mientras veía como Mikasa y Nifa terminaban de ordenar su ropa en un banco y se acercaban a la piscina.

—Lo dudo, Armin— la pelirroja se tiró al agua y con ella Mikasa, esta lo hizo de cabeza, con mucho estilo, por cierto.

—¿Piensas quitarte la ropa o te la voy a tener que quitar yo?— Eren habló detrás de mí acercándose más de lo que debería y agarrando mi sudadera desde abajo.

Él ya se había quitado su ropa, por lo que su perfecto abdomen, y todo su cuerpo en general, ya estaba al descubierto.

Para mi mala suerte, la única luz que entra es la que refleja la luna.

—C-creo que puedo yo— como era de esperarse el acercamiento de Eren hizo que me ruborizara.

—Yo también, pero si te ayudo mejor— terminó  sacándome él la sudadera y la camiseta, yo fui bajándome y los pantalones tras haberme quitado las zapatillas y los calcetines.

En cuanto me encontré igualado en ropa que Eren, este no tardó ni un segundo en empujarme  con él al agua.

Me lleve la mano a la nariz para evitar que me entrará agua.
Sí, soy de esas personas.

Y ya note todo el agua calar hasta la última parte de mi cuerpo. Por suerte, esta no está muy fría.

Eren se separó un poco de mi al caer, pero una vez que salimos del agua me giré para nadar en frente de él.

—¿Me ha parecido que te has tapado la nariz?— se rió.

—¿Tienes algún problema con eso?— intentaba no ahogarme mientras nadaba. Estamos justo donde más cubre y mi resistencia nadando es mucho menor que corriendo.

—¿Qué vas a hacer si te meto debajo del agua?

—Nada, por qué no lo vas a hacer.

Vi como me sonreía de lado.

—Eren. No.

Antes de que me dijera nada, él ya me había empujado con sus fuertes brazos hacia abajo. Intenté salir lo más rápido que pude, pero este hizo más fuerza aún, para luego atraerme a él y besarme debajo del agua.

Dejé de intentar salir y le correspondí el beso. Una vez fuera lo seguimos unos pocos segundos. Paramos para coger aire, estando él una pegado al otro. Frente con frente.

Nuestros amigos ya estaban en la zona que hacían pie, por lo que no habían visto nada.

Sin embargo, cuando empezaron a llamarnos, tuvimos que separarnos e ir con ellos.

Así pasamos toda la noche. Todos estuvimos haciéndonos ahogadillas y echándonos agua y tal... Buena las cosas que se pueden hacer en una piscina. Connie y Shasha parecía que ya se habían confesado porque los había visto besarse en varias ocasiones.

Después de una media hora, y cuando nuestros labios se empezaron a poner un poco morados por el frío, decidimos que era hora de irnos.

A pesar de haber cortado con Nifa, el rato que pasó con nosotros fue bastante agradable. Me alegra que se lo haya tomado tan bien.

Por su lado, nadie sabe aún nada de lo que sea que Eren y yo tenemos, o no porque nosotros se lo hayamos dicho.

Alrededor de las tres, casi cuatro de la mañana, llegamos a la fraternidad. Bueno, Connie se había ido a acompañar a Nifa y a Shasha, todo un caballero...

—¿A alguien le apetece algo caliente ante de irse a dormir?— dijo Marco entrando en la cocina y sacando la leche.

—Yo— dijo Jean.

—Yo voy a ducharme.

—¿Ahora, Mikasa?— me quejé.

—Sí.

—Si te molesta puedes dormir conmigo—habló Eren mientras se bebía también un vaso de leche

—¿Qué?— dije sorprendido.

—¿Qué?— preguntaron a la vez también Marco y Jean.

—¿Qué?— dijo Eren entonces extrañado.

—¿Qué acaba de pasar?— se rió Mikasa.

Yo miré a Eren sonrojado, luego a Jean. Este y Marco se reían.

—Era broma— dijo finalmente Eren y subió corriendo las escaleras, después de haber dejado el vaso vacío en el fregadero.

Yo miraba a mi compañero que acababa de huir prácticamente.

Me giré para mirar otra vez a la pareja.

—¡Qué tonto!— dije finalmente, todo esto hablando en voz baja, ya que probablemente todos se encontraban durmiendo.

—Sí, eh— Jean le pegó un trago a la leche—Bueno, yo estoy un poco cansado. Mañana habamos— Jean le dió un beso de buenas noches a su pareja y se despidió de los dos dejándonos a Marco y a mí solos.

Tras unos segundos de silencio el pecoso habló:

—Os he visto a ti y a Eren.