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Capítulo 19

«Agg, que mal cuerpo joder»

Sentí punzadas en mi estómago y luego en mi cabeza.

«Mierda mierda mierda»

Abrí los ojos y tras unos segundos me acostumbré a la luz de la habitación de Eren.

Espera.

¿Qué coño hago en la habitación de Eren?

Me giré y miré para todos lados.

No parecía haber nadie en la habitación.

¿Qué pasó ayer?

Llevé mi mano a mi frente para intentar hacer que parara el dolor. Era inútil.

Escuché entonces la cadena del baño y automáticamente volví a tumbarme en la cama, para fingir que estaba durmiendo. (Y porque me dolía demasiado la cabeza)

Alguien salió del baño, oí sus pisadas acercarse a la cama y poco después sentí un peso detrás de mí, seguido de un cálido abrazo y la fragancia de la persona que se había echado a dormir conmigo. Un olor reconocible a millas.

Siento como hasta mis orejas se sonrojan. Eren está abrazándome y tiene su cara hundida en mi cuello.

Me quedo inmóvil.

«¿Qué se cree que está haciendo?»

No habremos dormido juntos está noche, ¿no?

Mierda mierda mierda, otra vez.

No sé muy bien que hacer. Sinceramente me da vergüenza moverme, ¿Qué va a decirme? ¿Qué hice ayer? ¿Está enfadado? No. Si lo estuviera no dormiría conmigo.

Miró al techo en busca de inspiración o de alguna idea, pero otro pinchazo en la cabeza me recuerda que ayer bebí demasiado.

Vale. Vuelve a dormirte. A lo mejor tienes suerte y cuando te vuelvas a despertar ya no está.

Gracias al cansancio y al dolor de cabeza conseguí dormirme pronto, acurrucado al lado de Eren.

Volví a despertarme. Miré el reloj, había pasado una hora desde entonces. Ahora Eren no estaba.

Vía libre.

Salí de la cama y me dirigí al pasillo. No se escuchaba a nadie. Decidí entrar a mi habitación.

Tras cruzar el pasillo y llegar al cuarto, me encuentro a Eren en mi cama. La madera del suelo cruje en cuanto pongo un pie en el cuarto, haciendo que el instruso se mueva en mi cama. Mikasa, la cual dormía plácidamente en su cama, parecía no haber notado nada.

-Mmmm- Eren bosteza desde la cama. Se levanta, se limpia los ojos y me mira.

Me quedó mirándolo de vuelta, sin saber muy bien que hacer.

-¿Cómo estás?- dice el moreno susurrando.

-He estado mejor...-le digo tímido.

Eren sale de la cama, intentado no hacer mucho ruido y cuando pasa por mi lado me susurra al oído:

-¿No decías que tú no te ibas a emborrachar nunca?

El hecho de que me dijera eso, y aún encima al oído hace que me sonrojé completamente y no sea capaz de mirarlo a la cara.

Qué vergüenza.

Eren suelta una sonrisa ladina y se dirige a la puerta.

-Gracias por dejarme dormir en tu cama- le digo antes de que se fuera.

-De nada. Además, tu cama no es tan incómoda.

Lo busco con la mirada, pero Eren ya había salido de la habitación.

«¿Te crees que no sé que has dormido conmigo? Tsk»

Me tiró ahora a mi cama.

El olor de Eren me llega en cuanto lo hago. Qué buena sensación. Y ese olor me lleva de nuevo al armario en el instituto... Espera. Yo estaba enfadado con Eren.

Iba a levantarme para ir a hablar con Eren, pero el dolor de estómago me lo impide.

Joder. No recuerdo que Eren lo pasará tan mal la semana pasada.

¿Por qué siempre acabo pensando en Eren?

Me echo la almohada a la cara, intentado echar al moreno de ojos verdes de mi mente.

Me besa y luego no me habla, y ahora me levanto en su cama ¡con él!

Tras unos minutos dando vuelta sin conseguir dormirme, decidí que es mejor levantarse y desayunar para despejarme, si es posible.

No voy a volver a beber en mi vida.

Bajo a la cocina pasando por el salón. No parece haber nadie. En esta casa no son para nada madrugadores.

Me preparo un café, y cuando ya consigo despejarme totalmente, Eren hace su aparición en la cocina.

Sus ojos verdes no tardan ni un segundo en encontrarse con los míos. Siento el cosquilleo en mi cuerpo, desde los dedos de los pies hasta la cabeza.

Se queda parado unos segundos y finalmente se acerca a mí.

Nos quedamos callados durante unos segundos.

-¿Lo pasaste bien?- dice él finalmente mientras se acerca al frigorífico para coger leche.

-Sí, ¿y tú?- le digo cortante. Recuerdo que me fui a la fiesta porque él se trajo a una chica aquí.

-Si no hubiera tenido que estar cuidándote lo hubiera pasado mejor.

-Nadie te pidió que lo hicieras.

Se queda mirándome sin saber muy bien que decir.

-Da igual. Me preocupo por ti.- el moreno habló finalmente, y al hacerlo no pude evitar sentirme mal.

«Si de verdad lo hicieras no me besarias y luego me dejarías de hablar y te irías con otras»

Susurró esto y me dispongo a salir de la cocina. No quiero estar ahora mismo con él.

Cuando estoy por salir de la cocina, siento como Eren me empuja hacia él cogiéndome del brazo.

Me mira y yo a él. Se ve tan neutro. Me molesta tanto.

-Perdón por haberte besado... No sé qué me pasó.

Finalmente Eren habló de lo que ocurrió, pero no es esto lo que yo quería que me dijera. Joder, me siento demasiado mal. No significó nada para él...

Me deshago de su agarre y salgo de allí.

Ahora sí que no lo voy a poder mirar a la cara...

¿Por qué?

Tsk.

Porque para mí sí que significó algo...

No no.

¿Por qué me pide perdón si antes estaba durmiendo conmigo?

Otra vez las preguntas no... Mierda.

Subo corriendo las escaleras y al llegar a mi habitación me visto rápidamente con la primera sudadera que pillo.

-¿Armin?- Mikasa me habla soñolienta desde su cama-¿Qué haces?

-Nada, me voy. No me esperéis para comer- salgo tan rápido de la habitación como había entrado. Dejando a mi amiga con la palabra en la boca.






Soy un subnormal. Definitivamente.

Beso a Armin y luego le digo que no sé porqué lo hice. ¿Lo hice porque estoy empezando a sentir cosas por él? No lo sé. La verdad es que me llamó la atención desde el primer momento que lo vi y no he podido evitar pensar en él todo el rato. Pero no soy gay.

Mierda.

Me llevo la mano a la frente.

Lo bueno de hoy es que todos están muertos vivos después de la fiesta y parecen zombies mientras comen, por lo que no están muy pendientes de como se encuentren los demás ahora mismo.

Armin se ha ido hace una hora y no aparece por aquí.

No sé qué debería hacer.

Sí le digo lo que pienso o lo que me pasa pensará que soy raro o se reirá de mí... Bueno no creo, Armin es muy bueno.

Me vino su imagen en la cabeza, esa piel tan perfecta, sus mechones rubios, su sonrisa... Mierda su sonrisa. No merece que nadie le haga perderla, y mucho menos un capullo como yo.

Joder, Armin se merece alguien mejor que yo...

Un sentimiento de culpa y remordimiento recorrieron todo mi cuerpo, haciéndome sentir mal al instante. Me entraron incluso ganas de llorar por un momento de pensar que no podía hacerlo feliz.

«Eren. Para»

Joder. ¿Por qué nunca antes me había pasado esto?

Es Armin.

No tarde ni un segundo en reaccionar tras pensarlo.

Me levanté de la mesa y salí corriendo de la cocina sin dar ninguna explicación. En cuestión de segundos había atravesado todo el campus, no tengo no puta idea de dónde ir.

¿Qué haría yo si la persona que me gusta me dijera que me besó por ninguna razón? Bueno, suponiendo que yo le guste a Armin.

Un idea me vino a la cabeza. Sin duda sería lo que yo haría, pero Armin... Por favor que no lo haga...

Volví a empezar a correr, pero está vez tenía un destino.

Todo el campus estaba vacío por suerte, bueno, suele estar así después de una fiesta.

Pero hay un lugar que tiene que estar abierto.

Entré en la cafetería y efectivamente, Armin estaba allí. Ni más ni menos que con Nifa. Parecían estar teniendo una conversación muy animada, hasta que los dos se percataron de mi presencia.

Me quedé mirando a Armin, él hacía lo mismo.

-Hola, Eren- habló la pelirroja- ¿qué haces aquí?

-Hola. Quiero hablar con Armin- dije cortante.

-No tenemos nada que hablar. Ya hablaremos luego- dijo el rubio y apartó su mirada de mi.

-Armin... Déjame que t-

-Eren, estoy con mi novia. No jodas más. Ya hablaremos luego.

«Tch, ¿novia?»

¿Ha ido corriendo a por Nifa en cuanto le he dicho que fue un error? Me reí por dentro, aunque no pudo evitar sentir una punzada en el estómago. Pobre Nifa. No sabe que Armin no está nada interesada en ella...

-Me alegro de que tengas novia. Espero que le cuentes todo sobre ti- miré con una sonrisa ladeada al menor, quién se había puesto colorado y había vuelto a mirarme.

-Cállate- dijo este enfadado.

-¿Por qué? Solo te estoy dando un consejo- frunció su ceño más aún- Sabes que yo tengo más experiencia que tú.

«Vas a dónde duele, ¿verdad?» pensó el rubio.

-Pues piérdete y ve a ganar una poca más, a ver si pasas de nivel- acto seguido Armin se lanzó a la pelirroja, quién estaba observando todo como una simple espectadora, sin entender nada lo que pasaba.

Me contuve un momento por no ir y separarlos y llevarme al rubio que me acababa de desafiar como un saco de patatas y salí de allí.

Odio a Nifa.

Me fui bastante frustrado a la fraternidad. Cuando volviera se iba a enterar.

Estuve todo el día esperando a que volviera, pero el maldito rubio no lo hizo. Ni si quiera vino para dormir.

Al día siguiente apareció en las clases acompañado por su, al parecer, nueva novia. Me irritó ver cómo se despedían dándose un beso.

Estuvieron toda la semana así, y Armin, evitándome a toda costa y sin pasarse por la fraternidad en ningún momento. ¿En qué momento había ido a coger más ropa?

Eso, mucho más que hacer que quisiera pasar de él, me hacía querer buscarlo más y explicarle y aclararle lo que pasó de una vez. Porque sé, que aunque esté pasando de mí, no me odia. Por las numerosas veces que lo he pillado mirándome de reojo o las veces que se intentaba de quitar de encima a Nifa... Solo no quiero agobiarlo. Necesito que aclaré sus ideas, y yo necesito aclarar las mías también.

Pero no podré hacerlo hasta que no le diga todo lo que pienso.

Aún así yo tampoco he estado perdiendo el tiempo. Sé que siento algo por Armin, pero un chico tiene necesidades, o yo por lo menos. Esta semana me he estado viendo con Yelena. La conocí el día que estuve huyendo de mis sentimientos por Armin de casualidad. Teníamos mucho en común y como parecía estar huyendo de algo, o alguien, también nos vinimos bien el uno al otro.
Me sorprendió que me volviera a hablar después de que la dejara el otro día en mi habitación... Menos mal.

La invite a una fiesta que hacían de neón en el gimnasio.

Al parecer las de Mare habían conseguido encontrar un modo de colarnos ahí por la noche y se les ocurrió la gran idea de organizar una fiesta.

El encuentro iba a ser a las doce de la noche. Tenemos que llevar capucha y máscara, en caso de que algo se torciera y tuviéramos que salir corriendo.

Ella aceptó encantada, aunque es dos años más grande.









-¿Por qué no nos ponemos las sudaderas de Eldia?- se quejaba Connie.

-Porque vamos a colarnos al gimnasio para hacer una fiesta, si nos las ven sabrán que hemos sido nosotros- le explicaba por cuarta vez Jean.

-Pero si con esas sudaderas siempre vas genial, Connie. ¿De qué te quejas?-alagué a mi amigo.

-Sí, la verdad es que el negro me queda genial. Y con las máscaras estas parece que seamos los coreanos esos-dijo él subiéndose la máscara que llevaba al cuello.

-Se llaman BTS, y llevas una máscara de ellos- le dije señalándole la máscara que se acababa de subir.

-¿QUÉ? ¿Esto es de los coreanos? Pensaba que significa "Beer The Sun" o "Back To School" o algo así.

-¿Bebe el sol o vuelve a la escuela? ¿Eso es lo que piensas cuando ves "BTS"?- se rió Marco.

El pelado simplemente hizo un puchero y seguimos nuestro camino, cada vez hablando más bajito. Me estoy acostumbrando a esto de colarme en la universidad.

Después de cruzar todo el campus, llegamos al punto de encuentro.

Aquí había ya bastante gente, apenas conocía a alguien ya que todos llevaban las mascaras y las capuchas acordadas. Tampoco pude encontrar a Eren. Sé que va a venir, y al parecer con la chica rubia esa. Según me ha dicho Mikasa se han estado viendo últimamente.

Tch.

-¡Chicos y chicas!- Historia habló entre la multitud haciendo que los susurros que había se silenciaran- la fiesta de hoy va a ser una fiesta épica y recordada por muchos años- todos animábamos el ambiente en voz baja.- Sed bienvenidos.

La chica alta y pecosa abrió la puerta detrás de Historia, Ymir creo que se llama. Todos entramos y observamos que el lugar estaba bastante bien decorado. Repartieron luces y pulseras para todos, y les pintaron la cara a la gente que no había venido pintada.

La fiesta acababa de empezar.



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