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Capítulo 10

Vi como Eren llegaba al salón. ¿Va un poco borracho o soy yo? Jean lo cogió de los hombros y alzó su brazo arriba. Todos los asistentes gritaron.

-¡Que empiece la noche de las novatadas!-

En cuanto Jean acabó su gritó, los miembros de la fraternidad empezaron a echar espuma de afeitar por todo un redondel que habían dibujado en el suelo.

Los chicos y chicas presentes se empezaron a abrir mientras estos acababan de echar la espuma.

—Bueno, la primera prueba es fácil. Ya que habéis entrado en el equipo de fútbol, tendréis que "marcar un gol", ¿no?—Jean sacó una moneda de su bolsillo, retiró un poco de espuma en medio del círculo y dejó la moneda en medio de esté—El juego es fácil, dos de vosotros deberéis enfrentaros en esta prueba, el juego consiste en llevar la moneda al lado del otro solo usando la nariz.

Todos gritaban y aplaudían.

«Me tienen que estar vacilando, ¿mancharme hasta arriba de espuma?»

—Oye, pero entonces uno de nosotros se quedara sin jugar— dijo Marlo— a mí me apetece hacer las pruebas así que yo la haré si no os importa.

—Claro, Marlo, yo jugaré también...—prefiero hacerlo yo a que lo haga Mikasa, no todos los presentes serán tan corteses como nuestros amigos—

—Armin, no tienes porqué—

—No te preocupes, Mikasa, es solo un juego— le dediqué una sonrisa—Si lo piensas es solo espuma de afeitar, podría ser peor.

Ella sonrió y se echó atrás.

Jean nos invitó a situarnos a cada lado del círculo. Todos los presentes gritaban y vitoreaban sin parar.

—Chicos, camisetas fuera— gritó entonces Connie, quién estaba al lado del líder.

Marlo no tardó ni un segundo en quitarse su camiseta y girarla por encima de su cabeza.

—Ehh, ¿es obligatorio?— dije mirando a mis amigos.

—¿Qué pasa, Armin?— se burló Connie— ¿te da vergüenza?

—Venga, rubito— habló entonces Eren— no tienes nada de que avergonzarte— añadió balbuceando, apenas entendible y mirándome fijamente.

—Déjalo, Eren— fue Nifa la que habló entra la multitud, acto seguido me miró y me sonrió. Todas sus miradas pasaban de ella a mí y no pude evitar sonrojarme.

—Vale, como quieras— gritó Eren moviendo todo su brazo de una y tirando toda su bebida encima de los presentes, especialmente en Nifa ¿lo habrá hecho aposta? —

Una música rockera empezó a sonar y Jean gritó "3,2,1". De que me quise dar cuenta Marlo ya estaba en el suelo  intentado mover la moneda hacia mi lado. Yo lo seguí segundos después. En mi primera tirada choqué con la cabeza de Marlo, el cuál se echó atrás del golpe.

Sentí como todo mi cuerpo se empezaba a mojar por la espuma, no le hice caso e intenté aprovechar que Marlo se había caído hacia tras para mover la moneda hacia él.

«¿Esto se estará viendo tan ridículo como yo lo veo?¿En serio Nifa tiene que verme así?»

Mientras pensaba eso todos los presentes animaban y gritaban, entre ellos Nifa, que no paraba de gritar mi nombre.

Marlo se volvió a lanzar al campo de juego y nuestras frentes chocaron de nuevos pero ahora ninguno de los dos cedió, intente atraer la moneda hacia mí, pero Marlo se movía demasiado brusco y más fuerte.

«¿Qué estoy haciendo con mi vida?»

La bombilla se encendió en mi cabeza, era ridículo aquello, o por lo menos para mí. Cuando Marlo se volvió a lanzar contra mí y a pegarme un cabezazo decidí apartarme y fingir que me dolían un montón y me aparté para que Marlo pudiera lleva la moneda a mi campo. ¿Además, más da si pierdo?

Cómo había planeado, Marlo lanzó la moneda a mi campo y esta pasó la raya. Gol. Todos empezaron a gritar y a felicitar al chico, el cual había dado un salto de alegría e iba todo mojado.

De la emoción no me había ni dado cuenta de que mientras competíamos nos estaban lanzando cerveza con una manguera un barril.

Sequé la espuma de mis ojos, me habían empezado a irritar. Cuando pude aclarar mi mirada, esta chocó con la de Eren, el cuál no estaba animado ni gritando como sus compañeros. Seguro que de lo borracho que va no se ha enterado ni de lo que acaba de pasar. Vi como me hacía un gesto de negación con la cabeza y acto seguido empezó a dirigirse hacia mi. Cuando él empezó esa acción alguien tocó mi hombro, era Nifa, la cual me tendía su mano para levantarme, la acepte encantado. Me giré para volver a mirar a Eren, pero este había cambiado su rombo y ahora se dirigía el jardín, dándome la espalda.

—¿Le has dejado ganar verdad?— me sonrió la pelirroja.

—¿Tanto se ha notado?— le devolví el gesto.

—Creo que ellos no— esta giró su cabeza en dirección a los chicos que felicitaban a Marlo.

—Armin—fue Mikasa la que me llamó ahora.

—¿Por qué le has dejado ganar?— me preguntaba la azabache.

—¿Qué más da?—.

—¿Cómo qué que más da?— ella me miró molesta— ¿Acaso no sabes lo que le pasa al que pierde?

Miré a Mikasa y luego a Nifa extrañado, no sabía de que hablaba y por la cara de Nifa, ella tampoco parecía tener idea.

—El perdedor es el sirviente de uno de los de la fraternidad durante una semana—

—¿Qué?¿Por qué nadie me había avisado de eso?—.

—Eso es nuevo— añadía la más baja.

—Da igual, pero no pierdas en la siguiente prueba—.

—Lo intentaré— pase mi mano por mi pelo el cual iba muy mojado, al igual  que mi camiseta. Que vergüenza.

—Vaya, deberías habértela quitado— Nifa paso su mano por mi estómago, sentí un cosquilleo. Pero el contacto fue muy breve, ya que Eren apareció y echó sus brazos sobre mis hombros, haciendo que ella se apartará. Volví a sentir el mismo cosquilleo, pero más intensificado.

—Lo iba a hacer, pero tú dijiste que no— señaló Eren, él cual se acababa de acoplar en la conversación y se notaba que iba bebido.

—Ya buen...—

—Has perdido tu oportunidad— le dijo Eren cortándola.

—¿Mi oportunidad de qué...?— habló Nifa, pero no pudo acabar de hablar ya que Eren me estaba empujando hacia el jardín y no la escuchamos.

No dije nada en la conversación, la presencia de Eren aún me ponía nervioso, y más si estaba Nifa. No parecían llevarse bien.

—Mmm, Armin— murmuraba Eren.

—¿Qué pasa, Eren?— le pregunté mientras prácticamente lo cargaba, ya que no andaba lo que se dice bien.

—Que si que va a tener oportunidad.

—¿Qué si que va a tener oportunidad quién? ¿De qué?— no entendía que me estaba diciendo.

Este se dió unas palmaditas en la cara, hizo unos movimientos y empezó a andar bien. Quería disimular su borrachera al parecer.

—Tienes que quitarte esa camiseta—dijo por fin entendible.

—¿Qu...?

—Venga, Armin— empezó a agarrar mi camiseta por abajo— no te hagas el interesante, todos hemos visto como se te marca la tableta, ¿de qué vas?

Aparté las manos de Eren y me sonrojé.

—Venga, te dejaré la mía— saco su camiseta y me la extendió, dejando exhibido todo su musculado cuerpo.

No pude evitar sentir vergüenza por Eren, ya que todos nos estaban mirando. Aunque bueno, con ese cuerpo no sé de que tendría vergüenza. Hice lo que me ordenó y me saqué la camiseta mojada rápidamente, pero al ir a coger la que me estaba prestando levantó su brazo sobre su cabeza.

—¿De qué tienes vergüenza?— se reía— estás igual de fuerte que muchos de nosotros.

Todos los que no nos estaban presentado atención ahora sí lo hacían, y parecían estar disfrutando de la escena.

Yo por mi lado estire mi brazo para intentar coger la camiseta de Eren, este me agarró de la cintura para reducir los saltos que estaba dando. Nuestros cuerpos estaban demasiado cerca, al igual que nuestras caras.

Bajé mi mirada desde la camiseta, pasando por su trabajado brazo hasta llegar a sus ojos y su sonrojada cara, imagino que por el alcohol.

«¿De verdad se podía ser tan guapo?»

No pude evitar ruborizarme ante el pensamiento que había tenido sobre Eren, este notó mi sonrojo y sonrió aún más.

Fue entonces cuando le di un golpe en el estómago lo suficientemente fuerte para que bajará el brazo y así poder coger la camiseta, pero no tanto como para que el dolor no se le fuera en unos segundos.

Cuando tuve la camiseta en mis manos no tarde ni dos segundos en ponérmela. Ahora que ya estaba vestido me giré para ver a la gente en el jardín, todos nos estaban mirando y sonriendo. Choqué mi mirada con la de Nifa, ella no estaba sonriendo. Parecía molesta.

Eren simplemente me dedicó una sonrisa y se pasó otra vez a la casa.

Yo me fui a hablar con Nifa.

—Maldito, Er...

—Espero que ganes la siguiente prueba — me cortó ella y me sonrió.

—Sí, yo también— le contesté unos segundos después. 

—Imagínate tener que servir a alguien tan imbécil como Eren.

Me quedé mirándola unos segundos. Al parecer estaba en lo cierto. Sí que se llevan mal. No lo parecía en el café o por lo menos no se les notaba tanto.

-Ya... Sí— le contesté yo sin saber que decir muy bien.

Ahora toda la gente se había concentrado en el jardín. Los chicos estaban bebiendo cerveza boca abajo y haciendo las típicas cosas que ves en las películas.

Cuando Eren salió otra vez al jardín, los gritos volvieron a empezar. Él salió con una camiseta, espera, ¿esa camiseta no es mía?

Eren le chocó el puño a Jean y este gritó, llamando la atención de todos.
Eren me miró con una cara ahora maliciosa, pero se notaba que iba aún borracho. Me reí, estaba tratando de intimidarme, pero así no lo iba a conseguir.

—DEMOS COMIENZO A LA SEGUNDA PRUEBA ¡LA BUSCA EN BOLAS!

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