Capítulo 3
Bin
—Y creo que es todo...
Minhyuk frente a mí tenía una mirada sorprendida, casi de incredulidad, lo que me hacía pensar que no creía nada de lo que terminé de contarle.
Le mostré lo que quedaba de las marcas en mi cuerpo, para probarle que todo era verdad, mientras esperaba que él dijera algo que logre reconfortar ese sentimiento de que no iba a hacer caso a mi problema.
—Y-Yo... Dongmin, ¿tus pastillas no tienen efectos secundarios?
—¿Qué?
Me lanzó una mirada incómoda.
—No pienses que ignoro lo que dijiste, sólo me aseguraba de que esas vitaminas tuyas no afectaran en nada.
No me hacía gracia, así que ignoré por completo en comentario.
—Escucha, no creo que estés quedando loco o algo así, pero... es demasiado extraño, y en cuanto a Jaehyun, hablar con él es lo mejor que podrías hacer, con la posibilidad de que lo niegue todo y te mienta.
No sabía qué responderle, así que bajé la mirada, era cierto, Jaehyun podía mentirme descaradamente, y me enojaba pensar que lo consideraba un buen amigo hasta entonces, pero no sabía qué rayos pensar después de ese incidente.
—¿Tienes clase luego de la junta? Tal vez... podrías acompañarme a hablar con él.
—Tengo una reunión del consejo, ya sabes, debo estar ahí —me dijo con un suspiro de cansancio — Pero trataré de salir lo más temprano y así acompañarte.
Pensé que era lo indicado, pero al mismo tiempo, sabía que el consejo tenía a Minhyuk como encargado de muchas cosas, no deseaba quitarle el tiempo para hacer algo que posiblemente era una tontería, mas yo era el insistente, así que debía ir yo solo.
—A todo esto, ¿dónde está Jinwoo?
Minhyuk hizo una mueca de fastidio.
—Uh, conoció a un chico en el bar la noche que ustedes iban a ir, dijo que era muy atractivo y al parecer hoy decidió saltarse las clases para ir con él a no sé dónde — por milésima vez en el día, Minhyuk suspiró — No dejó de hablarme de él en todo el fin de semana.
—Oh... ya veo. Tal vez logre contarle luego entonces.
Porque sí, luego de haber llegado a casa y llorar como es debido, sólo alcancé a pedirle disculpas por no aparecerme en toda la noche y dormirme.
Desde eso no habíamos hablado, tenía vergüenza de verlo a la cara y contarle sobre el asunto, porque si Minhyuk no tenía palabras, él menos.
La ansiedad me consumía, así que apenas el timbre sonó para mi última clase, corrí al pasillo donde estaban los salones de matemáticas.
Jaehyun salía de su salón con un chico, así que apresuré el paso antes de que se vayan.
—Ehm, Jaehyun.
Él se volteó, y me regaló una sonrisa que me causó unas inmensas ganas de darle una bofetada.
—Hola Dongmin, ¿qué tal?
—¿Podemos hablar? Es algo importante.— lo corté.
Tal vez fue mi rostro serio o la voz casi entrecortada que tenía, pero noté que su rostro cambiaba a uno serio.
—Claro, Jungwoo, ¿nos vemos luego?— se despidió de su amigo y se volvió hacia mí, poniendo toda su atención.
Me aseguré que todos estuvieran enfocados en sus propios asuntos, para poder hablarle sin temor a que alguien escuchara.
—Tú... de casualidad, ¿no sabrás algo sobre Bin? No sé, alguna noticia o novedad.
Su semblante me indicaba que estaba casi tan extrañado como Minhyuk cuando le conté todo lo que pasó.
—Dongmin, las novedades con las que me quedé fueron las que ambos fuimos a pedir la última vez...
Y eso fue hace un año.
—Lo sé, pero... — no sabía cómo hacer que las cosas sonaran coherentes — Tal vez, algún contacto con alguien que sea cercano a él o...
Recordé la mirada que me dio cuando yo estaba amarrado a la silla, una llena de superioridad e ironía que parecía reírse de la desgracia de otros, de la tristeza y los problemas causados a todos menos a él mismo, y luego lo miré directamente, la persona frente a mí me veía con compasión, con un dolor casi compartido porque claro, él también había estado cuando el caso de Bin era muy reciente.
—¿Sucedió algo? Juro que no sé nada, además, he estado en contacto con Sua y la señora Moon, de vez en cuando les pregunto si hay noticias, y Dongmin, sabes que si yo supiera algo te lo diría, ¿no?
Se sentía abrumador, esta plática era abrumadora. Asentí a lo que dijo, pero ya no soportaba no saber nada y que la duda me consumiera hasta que de verdad quedara loco.
—Ya no lo soporto, escucha...
Y lo dije todo, si ahora me preguntaran, sé que no fue la decisión más inteligente, pero tenía que decirlo, probablemente él confesaría o peor, me vería como un bicho raro con alucinaciones, pero ni mi mente ni mi corazón podían con aquello.
Hablé lo más bajo que pude, aunque no hacía tanta falta, la gente ya se había ido, pero sentía que debía decirlo de esa forma.
—¿Estás seguro de no haberlo soñado? ¿Hablaste con alguien sobre eso?
—Sé que no es un sueño — le mostré las marcas apenas visibles — Traté de hablarlo con Minhyuk pero igual piensa que es algo muy extraño.
No me sentía con el ánimo de seguir hablando y en seguida me arrepentí de haberlo dicho.
—¿Por qué no regresas ahí? Digo, tal vez sea algo estúpido, pero, ¿qué tal si se obtiene alguna pista? Escucha, Jungwoo y yo iremos el sábado a dar una vuelta por ahí, si gustas puedes venir y, aclarar lo que sea que esté sucediendo.
Sonaba convincente, pero no me sentía en la confianza suficiente de estar a solas con ellos, pero si todo era una actuación suya, debía estar acompañado, protegido con algo.
—Está bien.
—Nuevamente, siento que hayas pasado eso, espero que todo se pueda resolver y, si ese otro yo que dices es cierto, tal vez podamos deshacernos de él, no da una buena imagen sobre mí.
Sé que lo decía de broma, pero pensar en otro Jaehyun que no fuera el que conocía sonaba como algo estúpido y no pude verle nada de chiste.
Así que tenía que esperar el resto de la semana.
—¿Estás seguro que quieres que vaya?
Minhyuk se cerró los botones de la camisa, se le veía incómodo.
—Escucha, Jaehyun dijo que vendría por mí y honestamente, luego de ese... incidente, no pensarás que actuaré con toda normalidad con él, ¿no?
Minhyuk asintió.
—Pero, ¿por qué tengo que ir? ¿no es más riesgoso así?
—Tal vez piensa que iré solo y no soy tanta amenaza a su lado, pero tú eres experto en artes marciales y si te ve, tal vez pensará que dos contra uno no es la mejor opción.
—Sigo pensando que es una mala idea ir.
—Tenemos gas pimienta, cualquier cosa, úsalo y listo.
—Pero ese tal Jungwoo también viene, y sé que él es más alto incluso que tú y yo, no lo sé...
El timbre interrumpió las quejas de Minhyuk, así que solo tuve que hacer por empujarlo y subirse al auto de Jaehyun.
Fue un viaje incómodo, a decir verdad, Minhyuk podía ser cinta negra, pero en ese momento, parecía querer vomitar, veía a Jaehyun con inseguridad y a Jungwoo, que estaba en el asiento de copiloto, parecía querer cerrarle la boca de tanto que estaba cantando la música que sonaba dentro.
La pesadilla comenzó cuando llegamos, todo estaba lleno de gente, incluso en la farmacia que estaba a un lado había gente parada, esperando por entrar.
Seguía pensando en lo que me había sucedido, en aquellas chicas que al parecer me habían esperado e incluso esperé verlas de nuevo para confirmar mi teoría, pero había tanta gente que no alcanzaba a distinguir ningún rostro conocido.
Entramos como si nada, el guardia conocía a Jaehyun desde hace tiempo y pensé que era extraño que fuera un cliente frecuente, nunca lo había visto en el lugar las veces que yo había ido.
Entrar me hizo pensar en todas las veces que Bin y yo nos habíamos reunido ahí, para charlar, tomar algo, sus pláticas y caricias suaves que daba cuando nos poníamos a bailar en la pista a pesar de toda la gente ahí.
—¿Bailamos?
—Dongmin, no sé bailar una mierda.
—Entonces arreglemos ese problema — le dije en ese entonces — Vamos, tonto, sólo movernos de un lado a otro es suficiente.
Y bailamos, ese día y todos los demás que fuimos, él había aprendido a bailar lentamente para hacerlo conmigo y ese día que él me propuso salir a bailar por su cuenta, creí que había quedado más enamorado de lo posible.
—Dongmin.
La voz de Minhyuk resonó.
—Ven, tomemos algo.
Jaehyun había ido a hablar con un hombre que cuidaba las escaleras a la zona VIP, los vi platicando y en algún momento él nos llevó a todos a esa zona, donde todo era más lujoso.
Pronto pasaron dos horas, Minhyuk, que se suponía que debía cuidarme, estaba hasta el tope de ebrio, al igual que Jungwoo, y en ese momento, berreaban aferrados a la mesa, discutiendo sus problemas en la vida.
—¿No deberías estar preocupado por él? — me dijo Jaehyun en voz alta porque la música sonaba demasiado fuerte.
—Está estresado, en parte entiendo sus ganas de querer emborracharse.
En toda la noche, ni Jaehyun ni Jungwoo habían hecho algo sospechoso, y daba miedo, no quería desconfiar demasiado pero la inseguridad siempre es la primera en aparecer cuando menos queremos, así que tuve que estar alerta.
No tomando demasiado alcohol para empezar.
Jaehyun había reído por lo que dije.
No había pasado nada más, incluso comencé a aburrirme porque mi razón de ir no era divertirme, iba por respuestas, y en todo ese tiempo no había nada.
Tal vez sí me estaba volviendo loco.
Decidimos irnos, cansados de esperar algo que posiblemente no llegaría. Minhyuk, quien suponía ser mi ayuda en la noche, mi posible salvador de algo cuestionable, reposaba en mis brazos porque tuve que llevarlo cargado al coche, y lo mismo con Jungwoo, que se aferraba al abrazo que Jaehyun le daba para llevarlo.
Subimos al auto, ellos dos iban en los asientos de atrás porque estaban hechos un completo desastre.
Y entonces la ví.
Una de ellas, de las que había estado en ese "sueño", parada en la puerta de la farmacia.
Jaehyun hablaba y yo no podía hacerle caso, porque mi vista estaba en ella.
—¿Dongmin? ¡Dongmin!
Jaehyun gritó cuando me bajé corriendo tratando de llegar a ella.
La chica sonrió con malicia, viéndome como si fuera lo mas divertido del mundo. Corrió hacia la puerta lateral de la farmacia, que no estaba a la vista de las personas del bar, Jaehyun se había bajado del auto y ahora llamaba mi nombre a gritos, pero no podía escucharlo, todo era confuso y sólo podía correr hacia ella.
Y cuando abrió la puerta y corrió por el pasillo ocurrió lo más improbable que yo podía pensar.
Desapareció.
Así como si nada.
Ella, como si algo se la hubiera tragado, desapareció en pleno pasillo, donde se suponía que debía haber algo de mobiliario de la farmacia.
Pero no había nada, sólo el vacío mismo.
—¿Qué fue eso?
Jaehyun estaba boquiabierto, sus ojos casi saltados del susto.
Se acercó a mí, como si nos hubiéramos comunicado telepáticamente, nos acercamos hacia donde la chica había desaparecido.
Ya no podía con lo que estaba sucediendo, quise pellizcarme para despertar de lo que pudo ser un sueño extraño, pero conforme avanzamos, supe que nada era un sueño.
Porque al llegar a ese punto, tuve la sensación de haber sido absorbido por algo.
Jaehyun gritó algo que no pude entender y mi estómago se sintió revuelto.
Cerré los ojos, la sensación era horrible.
Y cuando los volví a abrir, el pasillo ya no estaba.
Un bosque se mostraba ante mí, estaba oscuro y había un auto estacionado.
Jaehyun a mi lado no daba nada de crédito a lo que sucedía, parecía querer llorar.
—¿Q-Qué mierda? Dongmin, ¿qué rayos pasó? — casi gritaba de la desesperación.
—N-No lo sé — solté en un balbuceo.
—¿Dónde está el auto? ¿Y Jungwoo y Minhyuk? Dongmin...
La voz de Jaehyun fue callada por una risa, que sonaba más cercana de lo que me hubiera gustado.
El coche que estaba estacionado ahí abrió sus puertas, y pude ver que cuatro personas se bajaban. Quisimos retroceder, pero el susto no nos permitía ni siquiera parpadear.
Si nuestro miedo ya era evidente, este se multiplicó al ver quién se bajaba del asiento del copiloto.
Porque, ¿qué tan normal era ver a dos Jaehyun ahí?
El mismo rostro, el mismo cuerpo, el mismo cabello, todo era tan terrorífico que ni siquiera podía creer como podía estar conciente en ese instante.
La chica del pasillo estaba ahí también, y otras dos personas que pude reconocer de la sucedido antes.
—Que bueno verte de nuevo, Lee Dongmin.
—¿Quiénes son?— había dicho yo en un intento de sonar fuerte.
La risa de ese Jaehyun era tan diferente a la que estaba acostumbrado, que cuando sonó, quise esconderme y nunca aparecer de nuevo.
—¿No habías dicho tú que me conocías?— desvió su vista a mi acompañante — Ahora veo a qué te referías. Hola, otro yo.
Y Jaehyun, el que yo conozco, cayó inconsciente.
—Lo que me faltaba — se quejó — Bien, no tenemos más tiempo, Lee Dongmin, así que, te pido que subas al auto y nos vayamos.
Quise negarme, tal vez luchar con él, pero sus acompañantes fueron más rápidos en tomarme a la fuerza, arrastrándome hacia el auto como si fuera una bolsa de papas y no una persona. Veía cómo el Jaehyun desconocido cargaba a su otro yo inconsciente sin cuidado, para luego lanzarlo a la cajuela del auto y cerrarla con un golpe.
—¿Dongmin? ¡Dongmin!
Mis ojos se abrieron al escuchar semejantes gritos justo a mi lado.
Jaehyun se encontraba junto a mí, llorando y gritando desesperado.
Recordaba las risas de aquellos sujetos, sus actos bruscos y...
Al otro tipo que parecía ser gemelo de Jaehyun.
¿Qué diablos pasaba?
—¿Dónde estamos?— quise aclarar.
—No lo sé — respondió Jaehyun (el que yo conocía, claramente) — Y-Yo... desperté y ya estábamos aquí — escuché su respiración agitarse del miedo, tal vez tenía un ataque de pánico — Dongmin, Jungwoo y Minhyuk están solos y borrachos, nosotros... no sé qué vaya a pasar y no entiendo qué es eso que vimos.
Como un niño, se soltó a llorar cada vez más fuerte, no lo culpaba, el miedo me carcomía al igual que la duda, porque ambos éramos los menos ebrios entre los cuatro que habíamos salido, a menos que sin saberlo hayamos consumido alguna sustancia...
Creo que prefería haberme drogado a lo que pasaba en realidad.
La puerta del minúsculo cuarto donde estábamos encerrados se abrió, confirmando que todo era real cuando el Jaehyun malvado entró.
Pero no fue todo.
Entraron dos personas con él, una que yo había visto la última vez que me vi casi en la misma situación.
Mi respiración se cortó y no sé cómo le hice para seguir consciente cuando ví a la siguiente persona entrar.
Su cabello, negro y corto como yo lo recordaba, su cuerpo fornido que tantas veces me había abrazado...
Su rostro, tan serio, que parecía irreconocible al que yo frecuentaba y al que había extrañado por esos años.
Jaehyun a mi lado parecía igual, no podía decir nada y su rostro se contorcionaba en muecas de miedo e incredulidad.
Mi corazón estuvo a punto de salirse.
—¿Bin?
Él me miró, sus bellos ojos de posaron en mi ser con una indiferencia que me dolió demasiado.
—¿Te conozco?
Su voz había salido con la fuerza con la que un militar hubiera gritado, me encogí en el lugar donde me encontraba, tratando de no lanzarme hacia él porque claramente no parecía que fuera a corresponder el abrazo que quería darle.
Pero mis ganas de abrazarlo y no dejarlo ir nunca me ganaban, ese dolor que había pasado por dos años, esa preocupación que sentía y el miedo a recibir malas noticias todos los días seguían presentes.
¿Cómo podía explicarme esto? Ese no era mi Moonbin. Pero estaba ahí, físicamente, y yo no entendía absolutamente nada.
—S-Soy yo, Bin. Soy Dongmin, tu novio.
Deseé internamente haber desaparecido cuando escuché su respuesta:
—No conozco a ningún Dongmin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro