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🌼Capítulo 5🌼

Algo que Jimin amaba por esas fechas; eran las tonalidades de las hojas en señal de que el otoño comenzaba, los colores del atardecer los sentía diferentes, y a pesar de que comenzaba el frío al mismo tiempo él podía sentir algo cálido en esa estación del año.

Daba un solitario paseo por el parque guardando cada detalle en su mente, la manera en que las hojas caían, los niños que saltaban a los montones de hojas esparciendolas por todos lados.

Definitivamente añoraría mucho esa vista, se acomodo la bufanda que llevaba puesta a causa de la fría brisa que estaba soplando, y continuo su camino hasta que llego a su destino.

Entro en aquella joyería caminando directamente hasta el mostrador donde se encontraba una joven de finos cabellos castaños.

—Buenas tardes ¿En qué puedo ayudarlo?.—saludo cortésmente la chica.

—Vengo a recoger un encargo.—del bolsillo de la sudadera gris que llevaba, saco el ticket que estaba doblado a la mitad para entregárselo.

Ella le sonrío y le pidió que esperara un momento en lo que iban por su paquete, cuando por fin lo obtuvo revisó que todo estuviera en orden y le hicieron el favor de envolver el pequeño presente.

Jimin salió sujetando con firmeza la bolsa; mañana era un día muy especial en el que posiblemente el proximo año no viviría de igual manera pero se aseguraría de que este año fuera perfecto para recordar.

Al llegar a su hogar oculto la bolsa en un lugar seguro y se dedico el resto de la tarde a poner todo en orden en la casa, Jungkook se había ido hace un mes y medio por cuestiones de su trabajo por lo cual Jimin no se preocupo de que interviniera en su noche especial.

(•••)

—¿Necesitas ayuda?

-Nop.

—¿Seguro?

—Si, sólo déjame consentirte.—colocó los ultimos dos platos que faltaban cerca del mayor para después sentarse a su lado.

—Bibimbap.

—Se que es tu favorito y dadas las circunstancias quiero recordar cada detalle de esta noche.

Yoongi tomó su mano por encima de la mesa dandole un pequeño apretón, ambos habían conversado acerca de las opciones que Jimin tenía que ciertamente no eran muchas; pues el tratamiento en sí, no había para su enfermedad así que el menor no quería hacerse falsas esperanzas ni que lo usaran para tratamientos experimentales.

Con el paso del tiempo comenzaron a aparecer en sus ojos pequeñas manchas amarillas obstruyendo su vista pero aún no lo suficiente como para evitar que siguiera con su vida, aunque se le presentaban dificultades para realizar alguna que otra actividad.

Jimin presentía que en cualquier momento su situación iba cambiar pues notaba la diferencia de sus ojos y sólo era cuestión de esperar su irremediable situación.

Luego de la cena ambos se acurrucaron en el sillón mirando una muy mala programación como era costumbre, les encantaba hacer comentarios sobre las actuaciones del programa y envolverse entre risas, con pequeños besos robados de por medio.

Finalmente Yoongi apagó el televisor y apretó con fuerza el cuerpo del menor apoyando la nariz en su cabeza aspirando su dulce aroma.—Hoy 6 de septiembre hace 4 años comenzamos oficialmente a compartir una vida juntos.—comenzó a hablar el menor.

—Y hace 3 años comenzamos a compartir la misma casa.

—En Marzo tuvimos nuestra primera cita.

—En Junio te lleve por primera vez a acampar.

—Y a la semana me enfermé porque no estoy acostumbrado a esos climas.

—No tenía previsto que iba a llover ese día, pero me encanto ser tu enfermero.

—Y estuviste en cada resital que me tocó presentarme.

—Adore verte en cada momento y al grupo que le enseñabas.

—Una de las cosas que más voy a extrañar, es verte al despertar; observar tú cabello cuando está totalmente desordenado, tus ojos abriéndose con dificultad porque quieres seguir durmiendo. O cuando llegues de la oficina y no pueda ir hacia ti para recibirte con un beso después de preparar la cena.

—Pero aprenderas a verme de otra manera.—acaricio la espalda del menor.—Estaré para ayudarte en todo momento.

Trataba de confiar en las palabras de Yoongi pero tenía tanto miedo de que llegara a su límite y terminara dejándolo completamente solo.

—Te traje algo.

—También yo.

Jimin se levantó y busco en el mueble de la sala, sacando el pequeño regalo que había escondido para después regresar al sofá, Yoongi por su parte tomó la bolsa que estaba detras del sofá entregándosela.

—¿Cómo fue que lo dejaste hay sin que yo lo viera?

—Los magos jamás revelan sus secretos.

—Humm.—Jimin sonrío y le entrego su presente.—Tú ábrelo primero.

Yoongi tomo la pequeña caja entre sus manos levantando con cuidado la tapa, se encontro con una esclava de plata que tenía grabada la palabra: Mi mundo.

—Hace cuatro años atrás te convertiste en todo para mí, hiciste que me fijara en ti desde el primer instante y me hiciste experimentar la dicha de sentirme amado, la primera vez que confié mi cuerpo en tus manos me sentí como la persona más hermosa y deseada en todo el mundo. Te volviste mí mundo entero Yoongi y nada me da más felicidad que amanecer todos los dias a tu lado, me atrevo a pensar que hice algo muy bueno en mi vida para tenerte porque ciertamente después de todo el sufrimiento que pase, al sentir el rechazó de personas que me importaban tu lograste acomodar nuevamente las piezas de mi corazón y me enseñaste a confiar ciegamente en ti.—tomó la pulsera colocandola alrededor de la muñeca de Yoongi.

Jimin no pudo evitar sonreír haciendo que sus ojos se convirtieran en dos medias lunas por la alegría que le causaba ver el pequeño presente en la muñeca del mayor, cuando trato de enfocar su vista en Yoongi miraba más borroso de lo normal, actuó como si nada pasara creyendo que sólo era momentaneo.

—Creo que ambos tenemos las mismas ideas para los regalos.—Yoongi saco de la bolsa una caja del mismo tamaño que la de Jimin.—Desde que te mire la primera vez, algo en mi interior sentía que no debía dejarte ir y que no había en la tierra hombre mas perfecto que tú, que tenía que cuidarte de todo mal que quisieran hacerte, me alegro de haber hablado solo ese día pues si no lo hubiera hecho no hubieras notado mi patética existencia. Cada día el amor que te tengo crece de maneras que no imaginas, me hace tan feliz estar contigo y compartir valiosos momentos.—él menor inhalo profundamente sintiendo como las lágrimas humedecían sus mejillas, Yoongi con su pulgar limpió cada una de ellas, saco la esclava de oro colocandola en la muñeca de Jimin.—Te volviste mi universo.

—¿Tu universo?

—Nunca has dejado de asombrarme cuando se trata de afrontar cada situación que se presenta, es difícil de saber cómo reaccionarás, siempre maravillas a cualquiera que te mire, y cuando estas pensando en algo sin mirar a algún lugar en especial es un misterio saber que es lo que ocupa tu mente en ese momento.—Yoongi acaricio la palabra que estaba en la esclava de oro de Jimin Mi Universo.—¿Te gusta?

—Yoongi...—el menor comenzó a llorar abrazandose con fuerza al cuerpo del mayor.

—¿Qué pasa cariño?

—No..—volvió a sollozar con fuerza, le era difícil tan hablar.—No...

—¿No qué bebé?

—No...puedo

—¿No puedes?

—No... puedo verla... no... no puedo... verte.

(•••)

—Debió checarse cuando sufrió ese golpe en la cabeza.

—Jimin pensó que no sería nada malo.

—Al parecer el golpe afectó una parte de su cerebro en donde se encuentra el sentido de la vista. Es por eso que perdió completamente la visión periférica que esperaba que al menos conservara.

Se formó un enorme silencio en la habitación, él menor no tenía nada para decir y también era cierto que había dejado de hablar durante hace algunos días preocupando por completo a Yoongi.

Regresaron a la casa y aunque él pelinegro trató de que conversaran Jimin no dio ninguna señal de querer responderle.

(Es comprensible para el paciente aislar sus sentimientos y reflexivamente retraer su interés del medio ambiente al conocimiento de las emociones relativas a su condición, en orden a protegerse el mismo de severos dolores que de otra manera sentiría)

—¿Cuánto tiempo lleva sin hablar?

—Exactamente 5 días seguidos.

—Debe ser difícil para ti.

—Me preocupa mucho, pero consulte a un psicólogo y dijo que era normal. Entro en una especie de shock o algo así, pero que debo darle tiempo para que acepte completamente su realidad.

—Recuerda que puedes contar conmigo para lo que necesites.—sujeto la mano del mayor con firmeza.

—Gracias Jungkook, me alegra que pueda contar con tu apoyo.

Jungkook se había quedado a dormir pues quería estar cerca de su hermano, exactamente a la media noche Yoongi se levantó por un ruido fuerte en su habitación.

Encendió la lámpara junto a él y la poca luz alcanzó a iluminar el cuerpo del pelirrubio en el suelo, rápidamente fue para ayudarlo a levantarse viendo claramente las lágrimas que adornaban sus mejillas.

—¿Te hiciste daño?.—simplemente negó con la cabeza.—Sabes que si necesitas ayuda debes de decirme.—alzó al menor colocándolo nuevamente en la cama, revisó que no se hubiera hecho alguna herida.—¿Qué tratabas de hacer?

—Que...quería ir...al baño.

Yoongi lo miro por un momento, al fin estaba hablando nuevamente o lo estaba intentado.—Se que quieres hacerlo tú solo pero por el momento debo de ayudarte.

—No necesito ayuda.

—Cariño.—acarició su mejilla pero el menor se apartó.

—No quiero tu ayuda, puedo solo.

—Amor, aún no puedes hacer las cosas solo.

—Soy un adulto, así que puedo cuidar de mi mismo.

—Jimin, ya habíamos hablado de esto.—el menor bufó.

—Yo se que puedo hacerlo solo, así que déjame en paz.

(Durante las primeras etapas de la ceguera, la persona es casi totalmente dependiente en los otros, incluso en los más pequeños requerimientos.
Esto, incluso, se extiende a la necesidad de ser alimentado.
En muchas formas después de la pérdida de la vista el paciente se transforma en un infante nuevamente.)

Yoongi sabía que debía de tener mucha paciencia como él médico le había dicho, pero para Jimin no era fácil, ser totalmente dependiente de alguien y le frustraba no poder hacer las cosas que hacía antes de quedar totalmente ciego.

(Él debe aprender nuevamente a caminar, oír, hablar y comer. Su casi total dependencia despierta nuevamente sus conflictos infantiles.)

(•••)

—Aún faltan dos escalones, con cuidado.—Yoongi sujetaba la mano de Jimin para guiarlo hasta la cocina y poder darle de desayunar.

—Buenos días a los dos.—saludo con euforia el castaño.

—No me dijiste que Jungkook estaba aquí.

—Llegó ayer en la noche, cuando tú estabas dormido.—le ayudó a sentarse en la silla, Jungkook ya había hecho el desayuno lo cual Yoongi agradeció.

—Me alegra que estes hablando nuevamente Jimin.

Jimin prefirió quedarse callado, sentía que se estaba burlando de él, últimamente se tomaba todo más personal y eso le frustraba.

—No tienes que alimentarme como si fuera un bebé.

—Se que no eres un bebé, pero según él médico deberás aprender a hacer todo de nuevo.

—No podré aprender si me sigues tratando como un niño pequeño.—se acomodó los lentes de sol que llevaba puestos.

—Nunca he podido entender, porque los ciegos se ponen lentes de sol.

Jimin apretó los dientes.—Y yo no he podido entender porque siempre has sido un mediocre.

—Sólo era un comentario, no tienes que ser grosero con Jungkook.

—¿Te estás poniendo de su lado?

—No, pero estás exagerando un poco.

—Mi intención no era ofenderte Jimin.

—Voy a mi recámara.

—Todavía no terminas de comer.

—Se me quito el hambre.—Yoongi lo sujeto para guiarlo al cuarto pero Jimin se soltó.—Puedo irme solo.

—Jimin...

—Puedo solo.

Con dificultad Jimin logró salir de la cocina, él mayor lo seguía muy de cerca y lo sostuvo las veces que se tropezó en la escalera hasta que llegaron a su habitación. Yoongi creyó que iba a acostarse pero en cambio se dirigió al baño o bueno al menos eso intentaba.

—¿Qué estás haciendo?

—Quiero darme un baño.

Se acercó para tomarlo del brazo y meterlo al cuarto de baño.—Te prepararé la bañera.

Yoongi se arrodilló para abrir las llaves del agua en lo que Jimin se quitaba la ropa, una vez que estuvo lista se levantó para mirar al menor, le retiró los lentes colocándolos en el lavamanos y sin poder evitarlo beso los carnosos labios del menor.

—Yoongi...

—Shh.—siguió reclamando los labios del menor sujetándolo de la cintura, Jimin pasó sus manos por el cuello de Yoongi para acercarlo más.—Te amo.

—Yoongi....—sujeto los hombros del mayor para apartarlo.—Realmente quiero bañarme.

—¿Quieres que te ayude?

Las mejillas de Jimin se sonrojaron y asintió levemente, Yoongi lo ayudó a meterse en la bañera y después el se desvistió para meterse colocándose detrás de Jimin. Lo ayudó a enjabonarse aprovechó la situación para acariciarlo en el proceso.

Jimin se apoyó en su pecho cerrando los ojos y disfrutando de la sensación que le provocaban las manos de Yoongi.

—Lamento ser una carga.—Min detuvo sus movimientos, mirando desconcertado a Jimin.

—No eres una carga.

—Hasta yo sé que estoy siendo muy insoportable.

—Un poco, pero es comprensible. A nadie le gusta ser tratado como un niño pequeño.

—Debo ser un dolor de cabeza para ti.

—No pienses de esa manera, ¿Está bien?

—Lo siento.—Yoongi beso la sien del menor.

—No te disculpes, yo te voy a ayudar a que vuelvas a ser totalmente independiente. Pero también ocupó que seas paciente.

—Me resulta un poco difícil.

—Entre los dos nos apoyaremos.—Yoongi sujeto la barbilla de Jimin para que volteara y poder volver a besar sus dulces labios.

—No te merezco.

—No me gusta que pienses de esa manera, te amo de la misma forma que tú me amas. Yo te pertenezco así como tú me perteneces a mí.

Jimin no pudo evitar sonreír por las palabras de Yoongi, trataría de esforzarse para no llegar a fastidiar al mayor y volver a ser independiente o no tan dependiente al menos.

(•••)

Lo intentaba.

Jimin realmente trataba de adaptarse lo mejor que podía, pero se desesperaba demasiado rápido. Creyó que en unos pocos días podría hacer todo perfectamente pero estaba en un gran error.

—¿Jimin?

—Perdón... no, no... quería despertarte.-rápidamente se limpió las lágrimas.

-—¿Qué sucede cariño?

—Pensé que.. que ya podría volver a hacer las cosas por mi cuenta.

Yoongi acarició su espalda desnuda, no entendía como Jimin tenía tantos cambios de humor; hace unas horas estaban haciendo el amor y ahora su pequeño estaba llorando porque se sentía frustrado.

—Apenas han pasado dos semanas, el proceso de adaptación lleva tiempo.

—¿Cuánto más debo seguir de está manera? Me siento inútil y patético.

—Puede llevar unos meses, trata de mantener la calma.

—Es fácil para ti decir que tenga calma, pero no entiendes mi situación.

Yoongi suspiró con frustración.—No, no entiendo tu situación pero tú tampoco comprendes la mía. Trató de que estes bien, pero sólo escucho quejas de ti todo el tiempo sin darte cuenta que yo también estoy sufriendo, odio que llores y tengas lástima de ti mismo cuando deberías tratar de seguir adelante y seguirte esforzando como lo has estado haciendo.

Aunque el mayor quería darle ánimos a Jimin este no se tomó muy bien las palabras que le había dicho y empujó a Yoongi para que se alejara.—Véte entonces, si tanto problema es estar conmigo véte.—Jimin se sentó en la cama apretando sus puños con fuerza, su mirada estaba agachada pero aún sentía que Yoongi seguía a su lado.

—No te estoy diciendo que eres un problema, sólo que también me cuesta trabajo ayudarte. No puedo estar contigo todo el día porque también debo estar en la oficina a pesar de que realmente quiero estar pegado a ti las 24 horas del día.

—Lamento distraerte de tu trabajo.

—No es lo que trate de decir, él doctor te dijo que necesitarías mucha ayuda.

—Sólo tratas de hacerme sentir mejor, pero ambos sabemos que soy una carga para ti.

—Jimin no digas esas cosas, estás aprendiendo desde cero todo nuevamente. Como cuando eras un bebé y aprendías a hablar y caminar, es exactamente lo mismo que estás haciendo ahora.

—¡No soy un jodido niño!

—¡Pues te portas como uno!.—Eso termino por enfurecer al menor.

—¡No te quiero aquí! ¡Véte!.—sujetó una almohada arrojándola a donde escucho la voz de Yoongi pero fallando en su intento de golpearlo.—¡Déjame sólo de una buena vez!

Yoongi pasó sus manos por su cabello antes de gritar por la frustración que tenía, tomó sus bóxers del suelo colocándoselos nuevamente y salió de la habitación dando un portazo.

Jimin se abrazó a sus piernas pegándolas a su pecho y comenzó a llorar, ¿Qué me está pasando? Se cuestionó por la rabieta que acababa de hacer, Yoongi tenía razón se comportaba como un niño.

No sabía a qué hora se había dormido por completo, abrió los ojos a pesar de que sólo miraba oscuridad; suspiró sonoramente frotándose la cara con las manos, tanteó con su mano para encontrar sus gafas y se las colocó.

Se levantó con cuidado de la cama dado que aún le costaba un poco guiarse por la habitación, escucho la puerta abrirse sintiendo levemente el olor de la colonia de Yoongi.

—Creí que seguirías dormido.—su tono era cortante, pero Jimin sabía que se lo merecía por haber actuado como un niño malcriado.

—¿Me ayudas a ir al baño?

Yoongi no respondió pero se acercó sujetando la mano de Jimin, le colocó sus bóxers para guiarlo hasta el cuarto de baño.

4, 5, 6, repasaba cuantos pasos estaba dando, 11, 12, 13, a veces eran 14 pasos exactos, otras veces eran 16, y eso sólo era para entrar al baño pues tenía que contar nuevamente para llegar a la bañera y al inodoro.

—Siéntate un momento en lo que seco tú cabello.

Jimin inclinó la cabeza mientras Yoongi le pasaba una toalla por su cabellera, ¿Cómo se mirara? Si bien se preocupaba por tratar de adaptarse no había pensado en su apariencia, ¿Su cabello se miraría bien? ¿Tendría ojeras? ¿Sus labios estarían resecos y agrietados? ¿Habría subido de peso?

Yoongi lo ayudó a vestirse con ropa cómoda, un pans, una camisa holgada y unos tenis era lo que usualmente estaba vistiendo. ¿Me miraré bien?

—Hoy no tengo que ir a la oficina si necesitas algo me llamas, estaré a bajo limpiando.

—Lo siento.—susurró demasiado bajo que apenas el se había escuchado, tomó una profunda respiración para hablar fuerte y claro.—No quería gritarte de esa manera, tienes demasiada paciencia conmigo y yo solo... lo siento.

Se formó un enorme silenció en la habitación, Yoongi suspiró sonoramente, sin decir nada se acercó rápido al menor dejando un beso en su frente susurrando un te amo.

Siempre habrá días malos pero también habrá días muy buenos.



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