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UNIQUE

La habitación permanecía oscura a pesar de la pequeña lámpara, cuya iluminación era tenue pero lo suficiente para Seokjin, quien no se alejaba de la mesa de luz continua con el objetivo de terminar la mitad del primer movimiento de la sonata para piano en la cual estaba trabajando arduamente. Aunque intentaba concentrarse, los besos constantes en su espalda y cuello por parte de su pareja no se lo permitían; sin embargo, tampoco quería apartarlo en el único tiempo que tenían para estar juntos después de varias semanas separados, aún si mantenía la idea de que acabar la mitad del primer movimiento de la composición músical era más importante. No obstante, Seokjin era partidario de creer en la atención y cariño que una pareja merece, de saber administrar los tiempos y organizar los espacios para brindar esos afectos correspondientes, en especial con Namjoon; una persona sumamente dedicada, afectuosa y tierna con su pareja. Por eso, Seokjin no quería ignorar los besos del joven a pesar de verse más interesado en la sonata.

Dejó el lápiz y la hoja en la mesa de noche y volteó para tomar el rostro de Namjoon entre sus manos y besarlo sin delicadeza alguna. Su cintura fue sujetada por las manos del menor y en un instante el cuerpo de Seokjin se encontró encima del regazo de su pareja. Entendió cuál era el propósito de aquella acción, sin más, enredó sus brazos en el cuello de Namjoon y movió sus caderas hacia adelante y hacia atrás, en un vaivén que causó una sonrisa satisfecha en el rostro ajeno. En consecuencia, Seokjin sintió un fuerte apretón en su cintura y caricias en su glúteo izquierdo, así como también la lengua que se introdujo en su boca sin permiso.

—Espera, necesitamos hablar sobre la composición —suspiró al sentir la mano de Namjoon ingresar en el pantalón y acariciar su entrepierna— ¿cuáles son los detalles? ¿es obligatorio usar el mismo piano o podemos usar dos? sería más cómodo.

—Amor... ¿de verdad quieres hablar de eso ahora? —acarició con lentitud el miembro— tenemos dos meses para trabajar en ello. Sabía que si te contaba la noticia ibas a estar toda la semana pensando en eso —plantó unos besos cortos en el cuello— me gustaría un poco de tu atención, cariño.

—Tienes razón, me ganó la emoción.

—Lo sé, has trabajado muy duro y por fin vas a tener la oportunidad de demostrarles a todos tu talento —quitó la mano y lo abrazó por la cintura— lo mejor de todo es que podremos hacerlo juntos. Nada me hace más feliz que estar a tu lado en esto.

—Sí... juntos.

—Acuéstate cariño, esta noche me encargo yo de hacerte sentir bien —Namjoon mordió su labio inferior ante el cuerpo de Seokjin.

Dejó el lápiz en la mesa y centró su atención en las palabras del director. Intentaba formular una sonrisa ante las caricias en su cabello por parte de Namjoon pero una simple mueca podía hacer porque en realidad solo quería escuchar al director hablar sobre el concurso que se llevaría a cabo en dos meses.

—En resumen, deberán componer una sonata con el instrumento que dominen mejor, esto lo harán en pareja para que resulte menos tedioso el trabajo. El día que se presenten, habrá tres jueces evaluandolos y ellos decidirán la pareja ganadora o, en su defecto... el músico ganador. Por eso, no solo deberán esforzarse en la composición de la sonata sino también en una correcta coordinación con su pareja, pero si esto no ocurre, solo un miembro del dúo obtendrá los premios; formar parte de la Orquesta Real del Concertgebouw y en cada ocasión que la orquesta se presente en algún teatro, el dúo podrá presentar una función propia en el cual destacarán y así tomar relevancia en la música.

—¿Usted nos ayudará? —preguntó un joven.

—Desafortunadamente, no tengo tanta experiencia en esos ámbitos y me gustaría de todo corazón que puedan dar lo mejor de sí, por eso, la academia contactó a un joven músico que forma parte de la Orquesta Real del Concertgebouw y que está dispuesto a prepararlos —el director, quien también era uno de los principales profesores, sonrió tras leer un mensaje en su celular— de hecho, él está en camino y está ansioso por empezar hoy mismo.

—¿Ahora? Pero aún no hemos preparado nada —se quejó Seokjin.

—No te preocupes, tal vez quiera conocer un poco sus habilidades. Deberían pensar qué tocar para impresionarlo.

El director salió del gran salón mientras los veintidós alumnos y alumnas comenzaron a organizarse. Seokjin y Namjoon no se quedaron atrás, buscaron un rincón apartado del resto para decidir la melodía que tocarían en cuanto el joven músico apareciera. Las partituras favoritas de Seokjin fueron desplegadas en el suelo junto a las escogidas por Namjoon.

—Quizás nos permita tocar un solo movimiento para que no nos lleve tanto tiempo, si ese es el caso, considero la Sonata para Dos pianos en Re mayor de Mozart una buena elección, específicamente, el primer movimiento —Seokjin dejó los documentos en el suelo y centró su atención en Namjoon— ¿qué opinas?

—Sabía que escogerías esa, te conozco muy bien Jinnie —sonrió en grande el moreno mientras repartía besos en las mejillas del mayor —la hemos practicado con anterioridad y el profesor no nos ha dado una mala retroalimentación, estoy seguro que lo haremos excelente.

—Eso espero, recuerda respetar los tiempos de cada uno.

—Lo sé —las mejillas se tornaron coloradas por la vergüenza pero dejó su actitud tímida a un lado cuando siguió a Seokjin hasta uno de los pocos, pero magníficos, pianos con los que contaba la academia y el cual la pareja Kim usaba con frecuencia ya que había muy pocos en el alumnado que tocaban dicho instrumento.

Prepararon la partitura y tras conversar unos segundos sobre las limitadas e insípidas correcciones que el profesor les había hecho a ambos meses atrás, empezaron a practicar. La sincronización era perfecta y los dedos de los dos pulsaban las teclas con confianza y elegancia. Luego de haber practicado varias veces, la puerta del salón se abrió y un hombre ingresó con torpeza. Su vestuario era de marca y su apariencia lucía más joven de lo que pensaban los alumnos y alumnas, sobre todo para alguien partícipe de la reconocida orquesta originada en Holanda.

—Lamento llegar tarde, el tráfico es espantoso a esta hora —dejó una carpeta negra sobre la mesa ubicada en el medio del salón y luego observó rápidamente a su alrededor— mi nombre es Kim Taehyung, tengo veinticinco años y soy un músico de la Orquesta Real del Concertgebouw desde hace un año —observó nuevamente a cada uno de los presentes— me resulta gratificante poder ayudarles a presentar un digno espectáculo musical y nada me haría más feliz que tener a dos nuevos compañeros o compañeras. Sin embargo, me gustaría aclarar que esta es una oportunidad más de las que la vida les pondrá en sus caminos. Les prohibo desanimarse si no consiguen ganar el concurso, cada uno de ustedes posee un talento especial y todos tendrán su momento de gloria.

El director entró al salón y se acercó a saludar de inmediato al joven con una sonrisa en el rostro. Se pusieron a conversar mientras el resto se preparaba para exponer lo que habían estado practicando.

Taehyung asintió ante las palabras del dueño de la academia y se dirigió una vez más a los presentes. —Atención todos, el director Friedrich me estaba comentando acerca de las melodías que han elegido para demostrar sus talentos, es una idea estupenda, sobre todo, para crear un ambiente cómodo y así puedo conocerlos un poco más. ¿Quienes quisieran empezar?

—Oh, si mi opinión no le molesta, recomiendo a Kim Seokjin y Kim Namjoon puesto que son un orgullo para nosotros por el impecable desempeño que realizan —el director le guió un ojo al dúo y el resto del alumnado estuvo de acuerdo.

—De acuerdo —sonrió Taehyung— pueden pasar primero.

Ambos chicos hicieron una venia al joven y cada uno fue a sentarse al taburete del piano que les correspondía. Namjoon le regaló una sonrisa a Seokjin para calmar los nervios de este último, quien miraba a cada rato a Taehyung. 

El movimiento ágil de los dos cautivo una vez más al alumnado y al profesor, no obstante, Kim Taehyung no parecía mostrar ninguna reacción ante las intachables notas que producían. Cuando la sonata terminó, el joven músico tomó un papel y anotó un par de cosas antes de hablar. —Me gustó, pero hay mucho por mejorar, sobre todo tú... Seokjin —se sentó en el medio del lugar y miró a todos— Esto que voy a comentarles no es nada particular, de hecho, es más normal de lo que parece. Tanto Seokjin como Namjoon son buenos músicos y eso no está en discusión, pero el problema radica en el trabajo cooperativo. Todos sabemos que Mozart escribió la sonata y fue Seokjin quien tocó sus partes, por ende, tuvo un poco más de protagonismo que Namjoon lo cual es sumamente entendible pero... ¿Cuál es el verdadero problema? El primer movimiento, Allegro con spirito, está caracterizada por una fuerte introducción en el cual la melodía principal está dividida para los dos pianos, sin embargo, noté que la sonata no fue interpreta correctamente porque Seokjin ha tocado más notas de las que debería, eso resulta en una mala distribución y los tiempos pueden llegarle a jugar en contra a Seokjin, lo cual ocurrió. Esto se evitaría si ambos desarrollaran las partes que les corresponde. ¿Ambos habían acordado tocar la sonata de esta forma?

—Sí, nunca nos habían corregido lo que usted mencionó —comentó Seokjin— pero apreciamos su crítica, prometemos mejorar en eso.

Taehyung sonrió y se acercó a Seokjin. —Aún no termino. La interpretación de Namjoon fue estupenda para lo poco que pudo lucirse; por el contrario, tú has fallado en algunas notas, ciertas transiciones para la introducción de los temas y... —observó fugazmente los penetrantes ojos de Seokjin— ...una mala postura.

Seokjin soltó una risa extraña al escuchar la última corrección. —Entiendo, haré lo todo lo posible por perfeccionar aquellos aspectos.

—Eso espero —comentó Taehyung antes de llamar al siguiente dúo.

«No tienes control sobre lo que hace el otro, solo tienes control sobre lo que tú haces». -A.J. Kitt

Las manos de Seokjin impactaron con brusquedad en las teclas del piano tras practicar la melodía en la cual estaba trabajando. Suspiró frustrado por no llegar a completar correctamente la combinación de notas y aunque él sentía sus dedos deslizarse rápidamente, no lograba tocar los últimos cinco sonidos. Observó como la lluvia salpicaba las ventanas y los truenos cubrían el cielo, ni siquiera había notado en qué momento se hizo de noche pero eso no le importaba demasiado, porque no pensaba en dejar de tocar el piano, al menos hasta conseguir terminar esa parte. Continuó hasta oír una llamada y por el sonido identificó que era Namjoon.

—¿Qué ocurre?

—Tu actitud me hace querer llorar, ¿no me extrañas Jinnie?

Suspiró. —Por supuesto Nam, solo estoy algo agotado y mi humor no es el mejor ¿puedes venir a mi casa más tarde?

—Claro, tengo ganas de verte y sacar tu culo de ese taburete porque estoy seguro que has estado metido en la composición desde hace días.

—Algo que también deberías estar haciendo, tenemos un mes y medio, Namjoon. ¿Escuchaste el audio que envió ese arrogante? Aish... ¿quién se cree?

—Lo hice y tal vez sonó un tanto creído pero Kim realmente quiere ayudarnos. Te prometo que mañana practicaremos pero esta noche quiero comer algo y ver una película con mi novio ¿sí?

—Bien, te espero.

Colgó y fue directo a darse una ducha.

Dos horas después, Namjoon ingresó al departamento de Seokjin y halló el lugar con las luces apagadas. Despreocupado, dejó las compras para la cena en la cocina y fue a buscar a Seokjin a la habitación en la cual los instrumentos del mayor eran guardados. Al entrar, encontró a Seokjin con partituras en una mano y un vaso de vino en la otra.

—No es posible... —suspiró antes de sentarse al lado del mayor— habíamos hablado de cenar y ver películas esta noche, pero ya estás sentado ahí de nuevo. Por favor cariño... he estado estudiando y a penas hemos podido vernos.

—Solo perdía el tiempo, ahora que estás aquí podemos hacer lo que quieras.

—Bien, empecemos por cerrar este cuarto con llave y luego prepararemos la cena juntos ¿te parece?

—De acuerdo.

"Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos." -MOLIÈRE

Uno, dos, tres, cuatro... Los segundos pasaban a medida que el reproche de Taehyung se tornaba más severo. Las palabras retumbaban en el salón mientras Seokjin no dejaba de apuntar cada cosa que el joven músico decía, incluso si se le escapaba una risita cada tanto, demostrando burla ante el reproche del otro. Aquella actitud no pasó desapercibida por Taehyung, quien decidió ignorarlo por el momento.

Cuando el discurso se terminó, el alumnado salió del salón de práctica, sin embargo, cuando Seokjin y Namjoon iban cruzando la puerta de salida, Taehyung llamó la atención de ambos.

—Seokjin... ¿Qué le parecía tan gracioso? ¿Estaba realmente anotando mis consejos o simplemente garabateaba cualquier cosa?

—Desde lo profundo de mi corazón, dejé plasmado cada consejo que dijo porque de verdad creo en sus palabras y si quiero mejorar debo respetar su experiencia y aplicarla —sonrió como si el comentario despectivo de Taehyung no le hubiera chocado— Namjoon a veces susurraba uno que otro chiste, por eso me reía ¿verdad, cielo?

—Sí... así es.

Taehyung caminó hasta detenerse muy cerca de Seokjin, no le apartó la mirada ni un segundo al igual que Seokjin. —Eso espero, todos tienen que tomar en cuenta mis palabras si quieren ganarse ese puesto en la orquesta y... sobre todo tú.

La sonrisa de Seokjin se esfumó pero aún así no quitó la mirada. —Entiendo.

—Puedes irte, sin embargo, necesito hablar un par de cosas más con Namjoon... en privado.

Seokjin hizo un vaivén y se fue del salón con un fuerte portazo a sus espaldas. Un suspiró se escapó de la boca del joven músico, pero tras respirar hondo, volteó a ver con una gran sonrisa a Namjoon. Le señaló los grandes sillones del salón para que tomaran asiento y así poder conversar con calma.

—Lamento hacerte quedar unos minutos más un día viernes pero, desde mi punto de vista, es urgente. Falta un poco menos de un mes para la presentación y esperaba que a esta altura la situación se hubiera resuelto pero desgraciadamente no fue así. No quiero sonar tosco ni nada por el estilo Nam pero... no es la primera vez que lo digo y aún así la situación sigue igual, pareciera que... no me escuchan. ¿Sabes de lo que habló? Del mal dúo que tú y Seokjin hacen -hizo una mueca tras escuchar la risa molesta e incómoda de Namjoon— lo digo de verdad Nam, no debería meterme en eso pero esa relación no lleva a ningún lado...

—¿Todavía estamos hablando de nuestro desempeño juntos como músicos o has cruzado tú límite al hablar de nuestra relación amorosa?

Taehyung carraspeó y evitó chocar la mirada con Namjoon. —Ambas —suspiró— escucha... no es de mi incumbencia pero hablo en serio al decir que aquello no va a terminar bien, no lo veas desde tu relación amorosa con él si así lo quieres, pero miralo desde el lugar que ocupas como su compañero en la composición ¡No e-s-t-á-n en s-i-n-t-o-n-í-a! ¿Comprendes? Además, la mala distribución aún sigue ahí, él está luciéndose mientras tú apenas puedes hacerte notar y si me lo preguntas a mí... tú mereces brillar, ¿sabés por qué? Porque eres el mejor pianista y lo sabes muy bien.

—Yo...

—¿Alguna vez le has llevado la contra? ¿O siempre haces lo que él dice? Debes dejar de pensar en él y concentrarte en tu futuro porque te aseguro que los jueces no van a elegirte si participas con él.

—No todos piensan como usted, toda la academia reconoce el trabajo de los dos pero sobre todo, él de Jinnie. ¿Y adivina? Estoy de acuerdo. Él es un excelente músico y que yo reconozca eso no hace mi talento menos.

—¿Y él piensa lo mismo? ¿Alguna vez has sentido que él te apoya de la misma manera que tú?

—¿Qué pretende exactamente?

Taehyung hace sonar su cuello mientras se aproxima aún más a Namjoon. —Si quieres ese lugar, solo debes dejarlo, sabes... yo puedo ayudarte —colocó una mano en la pierna del contrario— si tú y yo...

La mano de Taehyung fue quitada bruscamente cuando Namjoon la apartó y se levantó para irse del lugar sin decir ni una sola palabra.

—Mierda —susurró Taehyung.

"El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece." -Benavente, Jacinto

Faltaban unas dos semanas para la presentación y la pauta principal del concurso había cambiado rotundamente debido a las dificultades que se les presentaron a alumnos y alumnas al crear sus propias composiciones en un lapso un tanto acortado para la poca experiencia que tenían. Por eso, el alumnado poseía la ventaja de elegir alguna composición musical que ya habían practicado. Con esa nueva consigna, Seokjin y Namjoon decidieron escoger nuevamente la Sonata para Dos Pianos en Re de Mozart, a pesar del mal gesto que hizo Taehyung al escuchar tal elección.

Los días pasaban más rápido de lo esperado y el humor de Seokjin parecía empeorar con el paso de estos. Desde su punto de vista, Namjoon no estaba esforzándose lo necesario, incluso si Taehyung lo halagaba todo el tiempo y aquella situación creó un ambiente incómodo en la academia porque todos podían ver el mal trato de Seokjin hacia Namjoon durante las prácticas, pero todo cambió cuando Taehyung anunció ante toda la academia que Seokjin ya no podía participar del concurso debido a su comportamiento poco profesional, sin dejar de mencionar que estaba un tanto decepcionado porque la academia había vendido la imagen de Seokjin como uno de los mejores músicos junto a Namjoon, pero Taehyung aclaró que no era así. Sin embargo, Seokjin no reaccionó de manera molesta ese día, de hecho, hizo un vaivén a Taehyung antes de retirarse de la academia indiferentemente mientras que Namjoon sí se molesto y tuvo una conversación privada con Kim, dejando en claro su descontento con la situación y afirmando que ya que no quería participar en el concurso si Seokjin no lo hacía.

Durante la última semana, Namjoon intentó comunicarse con Seokjin para proponerle una locura pero este no respondió las llamadas. Cansado, fue a su departamento y luego de esperar afuera de su casa una hora y media, Seokjin le abrió la puerta. Sus ojos lucían cansados, ojeras prominentes y cabello alborotado, al parecer apenas se había levantado de la cama.

—¿Por qué estás aquí?

—Jinnie... deja de ignorarme,te extraño y realmente quiero verte feliz —sonrió al ver una reacción en Seokjin— ¿estás molesto conmigo?

—No, estoy enfadado conmigo mismo.

—¿Puedo pasar? —sintió un alivio cuando Seokjin lo invitó a pasar a su departamento— ¿por qué? ¿por qué permites que Taehtung diga cuánto vales? Eres el mejor de la academia y todos saben eso. Estoy seguro que los motivos de Kim no están relacionados con tu talento.

—Lo sé. Está interesado en ti ¿no es cierto? —hizo una mueca ante el silencio de Namjoon— lo supuse.

—Eso no importa porque no logrará nada conmigo y, ¿sabes que otra cosa tampoco logrará? Quitarte la oportunidad de participar en el concurso. Tú mismo me lo dijiste hace unos años, jamás has perdido uno y aquella vitrina llena de trofeos lo comprueba —señala la puerta que lleva a la habitación en donde está el piano de Seokjin y demás cosas— eres el mejor en todo y me aseguraré que también triunfes en este concurso.

—Eres... el mejor novio ¿lo sabías? —susurró antes de acercarse para besarlo.

"En el mundo hay sólo dos maneras de triunfar: por la propia capacidad o por la imbecilidad ajena." - Jean De La Bruyère

Una sola pastilla basta para que la persona empiece con sensaciones de mareo, incapacidad para pensar correctamente y una reacción tardía a los sucesos externos. Solo se necesita un vaso con alcohol y un par de minutos para que la pastilla tenga efecto en la persona que lo beba, por eso, Namjoon fingiría interés por conversar con Taehyung minutos antes de la apertura del concurso con el objetivo de darle tiempo al efecto secundario de la pastilla.

Taehyung estaba tan emocionado por la charla que ni atención prestó a los hielos en su vaso, que estaban al fondo de este debido a las drogas.

—Entonces, ¿usted me asegura que podré ganar ahora que Seokjin no estará tocando conmigo?

—Por supuesto Kim, los jueces van a mostrarse sumamente interesados en ti ahora que vas a destacar durante toda la composición. Confía en mí.

—Estoy un poco nervioso, aún queda una hora para pasar al escenario.

—Lo harás bien —Taehyung pasó su mano por la frente para sacarse un poco de transpiración— necesito ir al baño un momento, me siento un poco mareado. ¿Por qué no vas a tu camerino a cambiarte? Te deseo lo mejor para tu presentación —quiso besarlo pero Namjoon le corrió el rostro— lo siento, nos vemos luego —salió de la habitación y Namjoon se fue a su camerino con una sonrisa de oreja a oreja.

La puerta se cerró a su espalda y Seokjin volteó ante la llegada de Namjoon. —¿Lo hiciste?

—Sí, todo salió bien. Ahora... —se acercó hasta tomar su cintura— deberíamos cambiarnos para estar listos cuando nos toque a nosotros salir —dejó dos besos cortos en los labios del mayor— haré lo que sea para llevarte a la cima de la fama ¿lo sabes?

—Lo sé, lo haré... a cualquier precio —se abalanzó a los labios ajenos y lo besó con fuerza, sujetando la nuca del moreno para quitar cualquier distancia entre ellos. Fue correspondido al instante. Las manos de Namjoon se pasearon por toda la espalda de Seokjin hasta volver a la cintura, en donde dejó un pequeño apretón. Sus respiraciones comenzaban a ser más rápidas. Las fuertes manos de Namjoon sujetaron a Seokjin y lo levantó para sentarlo en la gran mesa del tocador y al instante las piernas del mayor se envolvieron en la cintura del moreno. La camisa de Namjoon fue abierta botón por botón hasta dejar su abdomen y pecho descubierto; las manos de Seokjin acariciaron la zona hasta tirar del cuerpo ajeno contra él para rozar los miembros que aún estaban tapados por los pantalones pero que podían sentir al otro a través de los roces provocados por el reciente movimiento pélvico de Namjoon contra Seokjin.

Los labios ya estaban hinchados pero ellos seguían besándose, acariciando sus lenguas durante el proceso y con Seokjin mordiendo lentamente de vez en cuando los labios inferiores del otro.

—Déjame bajar, quiero chupártela —pronunció apenas entre besos Seokjin mientras se bajaba del tocador para arrodillarse y con prisa desprendió el pantalón de Namjoon y sacó el miembro de este sin bajar demasiado el pantalón. Comenzó un vaivén en el falo con la mano izquierda y con la derecha acariciaba el prepucio hasta sentir como el pene empezaba a ponerse más duro ante su tacto. Los suspiros de Namjoon le demostraban lo bien que lo estaba haciendo, por eso, paso al siguiente paso; fue realizando un camino de besos hasta la cabeza del glande para luego escupir un poco y consiguientemente introducir el miembro en su boca. Su lengua se deslizaba por todo el falo y cada tanto lo metía hasta el fondo provocando un par de arcadas que le volaron la cabeza a Namjoon, sobre todo cuando Seokjin jamás le quitó la mirada en todo el proceso. Con la mano izquierda se dedicó a sostener y acariciar suavemente los testículos mientras con la derecha hacía presión en la cintura de Namjoon para marcar una mejor profundidad a la felación y el moreno no se quedó atrás, afirmó su agarre en el cabello de Seokjin para ayudarlo; cuando lo notaba cansado, Namjoon tomaba el control y hacía constantes penetraciones a medida que la excitación recorría su cuerpo, obligándolo a buscar aún más placer en la rapidez pero Seokjin quería torturarlo un poco, por eso, preciso los movimientos de manera lenta.

—Jinnie, ya detente —el susodicho hizo caso y al separarse tras un sonoro "pop", se levantó y fue inmediatamente empujado contra el tocador. Las manos de Namjoon lo sujetaron hasta volver a sentarlo en la mesa— ¿tenemos tiempo para seguir hasta el final?

—Sí, tú solo continua —su voz salía ronca y su respiración se aceleró más al sentir los pantalones deslizarse sobre el cuerpo para finalmente caer al suelo. Se inclinó hacia atrás hasta tocar el espejo con la espalda y abrió sus piernas para darle mejor acceso al moreno. Fue besado con delicadeza luego de chupar los dedos de Namjoon para hacer el proceso un poco menos doloroso tras la falta de lubricante. Desde su posición, podía visualizar el momento exacto en el que un primer dedo acariciaba los costados del ano buscando la forma de ingresar lentamente; algunos quejidos salían de los labios de Seokjin pero seguía dándole el visto bueno a Namjoon para que este prosiguiera. Una vez dentro, los movimientos de tijeras eran acompañados de pequeñas penetraciones y sin aviso, un segundo dedo fue introducido. Un gemido más fuerte se oyó en el lugar seguido del hombre de Seokjin en susurros por parte de Namjoon.

—Ya, hazlo de una vez porque en cualquier momento te van a llamar —protestó Seokjin buscando quitar los dedos de su interior para guiar el pene de su pareja a ese mismo lugar.

—¿Seguro? Puede dolerte, Jinnie.

—No, confía en mí.

Namjoon alineó su miembro hacia la zona erógena y lo introdujo de a poco, pero al sentir las paredes apresarlo tan exquisitamente, perdió el control y se dejó llevar, impulsando su pene hasta el fondo de una sola estocada. Sus gemidos se mezclaron con los de Seokjin y fue cuestión de segundos para que sus labios volvieran a unirse en un beso más profundo. Namjoon se mantuvo unos minutos quieto para darle tiempo a Seokjin y una vez recibió un asentimiento por parte de este, comenzó a penetrar aquel caliente interior que poco a poco empezaba a consumir todo su ser. Sus dedos presionaban la piel ajena en un intento de mantener el ritmo constante. Entró y salió una y otra vez hasta sentir un cosquilleo en su interior que fue captado por Seokjin.

El mayor se removió en su lugar y empujó suavemente la pelvis de Namjoon para obligarlo a quitar su pene tras un sonoro gemido. Cuando su interior se sintió vacío, se bajó del tocador y se dio la vuelta apoyando sus manos en la mesa y su mirada fija en el espejo. —¿Harías lo que sea por mi?

—Cualquier cosa, todo por verte feliz —Namjoon recorrió con su mano la espalda del otro y bajó para luego dejar un fuerte azote en la nalga derecha; un sonoro gemido de satisfacción fue pronunciado por Seokjin y segundos después sintió aquel miembro entrando nuevamente en él. Podía vislumbrar a través del espejo la mirada atenta de Namjoon, como los ojos de este viajaban por todo su cuerpo, en especial las expresiones de satisfacción que el rostro de Seokjin mostraba ante cada penetración. Las manos del moreno se situaban en la mesa del tocador para ayudarle a impulsar su cuerpo y Seokjin no dudó en tomarlas para colocarlas juntas, una encima de la otra. Se movió un segundo para buscar algo en la mochila que había dejado apenas ingresó a la habitación la primera vez. Revisó una vez más como la mirada de Namjoon se había desviado esta vez hacia los movimientos que él mismo hacía para penetrarlo, sin perderse ningún detalle de cómo el pene ingresaba y salía.

Seokjin sacó de su mochila un hacha de mano y lo colocó delante suyo.
—Nam... soy el mejor ¿verdad?

—P-por supuesto, cariño —comentó entrecortado por los suspiros— ¿por qué la pregunta?

—Quería asegurarme, soy consciente de mis múltiples talentos pero al parecer esta vez hay alguien superior a mi.

—¿Q-qué? ¿Quién?

—Tú —observó como la vista de Namjoon se había cruzado con la suya cuando ambos se miraron al espejo— y eso no puedo permitirlo —sujetó el mango de la hacha y la enterró en las muñecas de Namjoon sin llegar a cortarlas del todo por la poca fuerza que usó. Hizo más presión pero Namjoon se removía tanto que le fue imposible. Quitó el hacha y Namjoon cayó al suelo tratando de entender la situación.

Seokjin se lanzó hacia Namjoon y lo aprisionó contra un gran armario, le sujetó nuevamente ambas manos y volvió a cortar con el hacha, pero esta vez, un poco más arriba de las muñecas y sin dejarlo reaccionar, dejó múltiples heridas en los dedos. Namjoon lo empujó con fuerza y quiso levantarse pero el dolor de sus manos le hacían ver estrellas. Sin previo aviso, Seokjin volvió a abalanzarse hacia él pero en esta ocasión, no hizo nada. Apuntó con su hacha la frente de Namjoon sin tocarlo, esperando una reacción.

—¿Por qué esa cara? Prometiste convertirme en el mejor —secó las lágrimas que caían sin cesar del rostro ajeno— ¿te duele mucho? No te preocupes, todo terminó. Ahora, tenemos un show por dar... y yo un concurso que ganar —sujetó las muñecas y las vendó muy suavemente, con pocos movimientos se saldría y la sangre seguirá derramándose.

Fuertes aplausos se escucharon desde el escenario y la voz del director resonó con el micrófono. -Bienvenidos y bienvenidas al 7º concurso realizado y patrocinado por la Orquesta Real del Concertgebouw. Sin más, disfrutemos el show —el director hizo un vaivén a los tres jueces y leyó el papel con el orden de los participantes— Démosle la bienvenida al primer músico, Kim Namjoon.

Seokjin miró directo a los ojos llorosos y asustados de Namjoon. —¿Escuchaste? Nos toca, así que levántate y cumple con tu promesa —lo ayudó a pararse y tras limpiar las lágrimas, se colocó un nuevo saco negro y plató un beso en los labios del menor— vamos, tengo un concurso que ganar.

El camino al escenario fue silencioso, quizás porque todos estaban tan ocupados en sus presentaciones que no tenían tiempo de prestarle atención a las manos de Namjoon, o tal vez porque Seokjin sonreía ante todos como si nada estuviera ocurriendo. Al subir los pocos peldaños del escenario, se encontraron con el director, quien cambió su actitud de inmediato al visualizar a Seokjin junto a Namjoon.

—¿Qué haces aquí? Taehyung dijo que no podías participar

—Por favor director, quiero probar de lo que soy capaz, usted me conoce.

El suspiro del hombre provocó una sonrisa de satisfacción en Seokjin. —Bien, te dejaré participar —miró por un instante a Namjoon pero en donde se encontraban las luces a penas iliminaban sus caras— ¿todo está en orden?

Seokjin asintio y paso rápidamente por el lado del director y llevó a Namjoon del brazo al escenario, frente a las luces, a los familiares del alumnado y a los jueces. Seokjin sonrió, porque sabía que si Taehyung lograba despertarse de las drogas, ya no podría hacer nada.

Peinó un poco el cabello de Namjoon y sujetó su rostro —Gracias, por demostrarme que sigo siendo el mejor de todos, único.

—No voy a poder tocar correctamente, esto no tiene sentido.

—Eres un buen músico, lo harás bien pero... no mejor que yo.

Ambos se sentaron en sus lugares y el teatro se sumió en el silencio; la música del piano comenzó a resonar por el lugar. Seokjin cerró los ojos y dejó que sus manos hagan todo el trabajo, las teclas son presionadas con agilidad y precisión de su parte. Cada nota musical sonaba tan perfecta; pero las partes veloces de la sonata empezaban a aparecer y Namjoon no podía seguirle el ritmo a Seokjin, no cuando sus manos dolían cada vez más y la punta de sus dedos se sentían picosas, no cuando la sangre salía en grandes cantidades, manchando las teclas del piano en consecuencia. Namjoon empezó a sentirse cansado y con pocas fuerzas para apretar correctamente las teclas.

Primera equivocación.

Seokjin seguía tocando mientras sentía sus ojos picar por el aviso de las lágrimas acumulándose en ellos. Por un momento los abrió y pudo ver a Taehyung sentado detrás del telón, mirándolo fijamente y con un vaso de agua. Sus ojos lucían rojos y al parecer recién había cobrado conciencia.

Segundo y tercer error.

Namjoon mordía su labio inferior para mantenerse consciente porque sabía que la parte más complicada de la sonata comenzaba y era Seokjin quien tocaba esa parte, él debía lucirse.

Cuarto desacierto.

Y la parte más llamativa de la Sonata para Dos Pianos en Re de Mozart dio inicio y Seokjin... lo hizo a la perfección; pero faltaba tanto para que terminara y Namjoon no aguantaría mucho más, finalmente sintió como sus ojos se cerraban y en un instante dejó caer su cabeza contra el piano, provocando un fuerte ruido que interrumpió la sonata. Todos comenzaron a murmurar y Taehyung, junto al director y profesor de la academia, se acercaron corriendo al menor.

—F-fui... yo —susurró por último Namjoon antes de fallecer.

Taehyung buscó a Seokjin con la mirada pero este ya no se encontraba en el lugar.

—¿Pero qué hiciste Namjoon? —murmuró el profesor.

El director de la orquesta estaba como invitado en el palco y ante la extraña situación, llamó a Taehyung.

El concurso debe continuar, lleva a ese joven a otro lado y sigue con esto ahora mismo.

Una persona acaba de morir, ¿y a usted le importa el concurso?

—Tsk, lo sabía, jamás debí pedirte hacerte cargo de esas cosas, Taemin hubiera manejado mejor la situación ¿tienes una idea del dinero que he invertido en este maldito concurso? Nuestros músicos ya no quieren continuar en la orquesta y somos una de las más prestigiosas a nivel mundial ¡Necesitamos nuevos músicos! No puedo perder el tiempo en un chico suicida.

—Pues continúa buscando a nuevas personas porque yo también me voy de la orquesta. Vete al carajo colgó la llamada.

Un mes después.

Seokjin tomó la carta que contenía la invitación para ser parte de la Orquesta Real del Concertgebouw y la guardó en su enorme vitrina junto a su otros trofeos, aquellos que le rendían honor a cada uno de sus talentos. Observó cada uno de ellos y nuevamente su mirada se dirigió al cuadro con la foto de él y Namjoon en sus primeros meses juntos. No pudo evitar sentir un nudo en su garganta, aquel que aparecía cada vez que recordaba al moreno. Sujetó el cuadro en sus manos y sin dudarlo, lo guardó dentro de la vitrina.

—Me arrepiento tanto de lo que hice. Fuiste la única persona que logró enamorarme de verdad, el resto... jamás me importó cuando les hizo lo mismo que a tí. Lo único que me interesaba era ser el mejor. Supongo que tenerte todo ese tiempo... también fue un triunfo para mí —soltó una risa falsa— fui el único que pudo enamorarte ¿verdad? Guardó las cartas de Taehyung, en los cuales lo acusaba de la muerte de Namjoon y de que buscaría pruebas para mandarlo a la cárcel.

Cerró la vitrina y salió del cuarto. Luego de sacar la comida del microondas, encendió la televisión y comenzó a comer sin ánimos, perdido en sus pensamientos hasta que algo en la televisión llamó su atención.

... así es, soy el afortunado periodista capaz de entrevistar a nuestro novato, pero maravilloso, bailarín. ¿Podrías contarnos un poco acerca de tu vida privada? Quizás... ¿estás soltero?

—Sí, no tengo pareja. En este momento estoy enfocándome en mis sueños.

—Esa es la actitud, nos encantaría poder verte bailar un poco ¿podrías?

Por supuesto.

—Excelente —miró a la cámara— con ustedes, el mejor bailarín del momento, Jung Hoseok.

—¿El mejor? —
susurró Seokjin— eso ya lo veremos.

FIN

Se suponía que iba a ser un especial de Halloween pero se me hizo imposible con la universidad :')

Espero que les haya gustado.

<♥>

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