V
-Aún no entiendo porqué te mudaste a Melbourne.
Era el tercer día en la casa de los tíos de Mariam y la convivencia había sido agradable hasta ese momento. En particular, resultaba interesante observar cómo Hansel y Mariam se encontraban pero decidían ignorarse mutuamente.
Originalmente, me imaginé que pasarían la mayor parte del tiempo discutiendo, pero fue totalmente diferente. Optaron por ignorarse completamente, tratando al otro como si no existiera en absoluto. Sin embargo, sus tíos parecían estar muy conscientes de esta dinámica y se esforzaron al máximo para hacer que los momentos juntos fueran agradables, a pesar de lo difícil que podría resultar
A veces, no sé si fue por suerte o desgracia, me di cuenta de que Hansel no era exactamente como lo imaginaba. Resultó ser un chico sumamente agradable y divertido. Casi siempre tenía una historia graciosa para compartir, y para mi sorpresa, también era un poco cohibido.
-No quería seguir siendo una carga para mis tíos.
-¿Pero tenías que mudarte tan lejos? Ahora te echan de menos.
-Si me quedaba cerca no sería mucha la diferencia. Ya era hora de que me volviera independiente.
-Lo sé.
En el pasado, la mayoría de mis conversaciones con Mariam giraban en torno a su deseo de independizarse y vivir sola. No era porque no se sintiera amada en casa de sus tíos, sino debido a su creencia errónea de que seguía siendo una carga para ellos.
Es cierto que el señor Bradth sacrificó muchas cosas para cuidar de ella, pero yo sé que nunca la consideró como una carga. Bradth es un hombre amable y afectuoso que siempre deseó lo mejor para Mariam y se esforzó por brindarle todo lo que pudiera.
Sé que ella lo sabe, así como también sé que se siente culpable.
-¿Todavía recuerdas el apartamento donde solías vivir aquí, en Sydney?
-Sí. Teníamos que dormir juntas, como ahora, cuando me venías a visitar.
-Sí -Sonreí-. También recuerdo que eras mucho más tranquila que ahora.
-Cosas de la edad. -Bromea.
Unos golpes en la puerta de la habitación interrumpen nuestra conversación y por ella se asoma la rubia cabellera de Lauren.
-Hola chicas.
-Hola Lauren. -Ella entró y se detuvo frente a la cama.
-Quería decirles que Bradht y yo vamos a salir. No creo que nos tome mucho tiempo. Estaremos aquí para las 10.
-No te preocupes, estaremos bien -Le sonríe Mariam-. Vayan a divertirse.
-Hay de todo en la nevera. Nada de salir de casa a estas horas -Mi amiga resopla y susurra un "injusto", siguiéndole el juego a Lauren y comportándose como una adolescente-. Y de más está decir cómo deben tratar a Hansel.
-Con tal de verlo lo menos posible, no saldré de la habitación.
-Mejor -Afirma Lauren, regresando a la puerta-. Nos vemos más tarde.
-Hasta luego. -Me despido y cierra detrás de ella.
Mariam y yo seguimos hablando un rato más hasta que nos apeteció comer fruta. Mi amiga estaba decidida a no salir de las cuatro paredes de su habitación, así que me tocó a mí salir por ella.
Cuando llegué a la cocina, me encontré a Hansel al otro lado del mesón; aparentemente, también le apetecía fruta. Tarareaba una canción mientras cortaba las manzanas para ponerlas en un tazón junto a uvas y peras.
-So Beautiful, de Pete Murray. -Nombré la canción que estaba tarareando y él volteó a verme.
-Hola -Saludó-. ¿También con hambre?
-Solo queríamos algo de fruta. -Él se volteó y siguió con la labor.
-Ya no quedan uvas.
-No importa -Me acerqué a la nevera y vi que aún habían manzanas, naranjas, peras y fresas-. Con las que quedan está bien.
-Toma las mías.
-Claro que no. -Hansel volteó a verme, secando sus manos luego de lavarlas.
-Son las favoritas de Mariam, tómalas.
Su afirmación me dejó reflexionando. Si lo analizamos lógicamente, no tiene sentido que Hansel sea tan amable con Mariam. Al parecer, él nunca quiso ser su amigo. Después de lo que hizo, lo más común sería esperar que actuara de manera despiadada con ella. Sin embargo, eso no sucede. Parece un mayordomo dedicado a su servicio. Incluso ha salido en mitad de la noche cuando a mi amiga se le ha antojado chocolate Lindt.
-A ti... ¿te gusta Mariam? -Pensé que había dicho eso solo en mi mente, pero su expresión de horror y el estruendo del vaso rompiéndose en el suelo confirmaron que no fue así.
-Diab... ¡Jesús! -Casi mal digo-. ¿Estás bien?
-Sí.
-No te muevas, iré por la escoba y el recogedor. ¿Cómo sales hasta la cocina descalso?
-Bueno, no imaginé que se me caería un vaso. -Bromeó.
-Solo espera.
Salí de la cocina y en tres pasos llegué a la puerta que daba al jardín. En la pequeña terraza, se encontraba un armario y al abrirlo, allí estaba lo que buscaba, junto a muchas otras herramientas de jardinería.
Tomé los utensilios, pero cuando me disponía a entrar, me detuve abruptamente al notar algo inquietante: había una persona entre los árboles del jardín. Mi corazón se aceleró al darme cuenta de que su mirada estaba fijamente dirigida hacia mí. Me invadió una sensación de miedo mientras permanecía estático, sin hacer ningún movimiento, simplemente observándome. Las manos comenzaron a sudarme y retrocedí lentamente, sin apartar mis ojos de aquella figura. Aunque estaba en la oscuridad y no podía distinguir muchos detalles, sentí claramente su mala intención, más clara que la luz del día.
Entré rápidamente y cerré la puerta, asegurando todos los pestillos disponibles. Luego, con el corazón aún latiendo aceleradamente, corrí hacia donde se encontraba Hansel.
-Oye -Me llamó y lo miré fugazmente; mi atención seguía fija en la puerta por si aquel hombre intentaba abrirla-. ¿Está todo bien?
-Hay... hay alguien en el jardín. -logré decir, sintiendo como las palabras se me atragantaban en la garganta.
-¿Qué? -El ceño de Hansel se frunció, formando una arruga en su frente- ¿Alguien? ¿Pudiste ver quién era?
-No. Pero era un hombre... muy alto. Estaba entre los árboles y no dejaba de mirarme. -El corazón no dejaba de latir desbocado en mi pecho. Una inquietante intuición me advertía que ese hombre quería que lo viera, y que se acercaba con malas intenciones.
-No te muevas de aquí.
-¿Qué? -Cuando lo volví a ver, ya se había saltado el mesón.
-Llama a la policía.
-¿A dónde crees que vas? -Corrí al ver que iba hacia la puerta de atrás- Ni se te ocurra. -Lo detuve sosteniendo su brazo.
-Yo...
-¿Tú qué? ¿Solo saldrás a ver? -Lo reprendí, un poco alterada por la preocupación- El que se encontraba afuera era tres veces más grande que tú, y si sigue ahí, dudo que se quede quieto por segunda vez si te ve.
-No puedo quedarme sin hacer nada.
-Pero lo harás. Te quedarás aquí dentro y por nada del mundo saldrás. No necesito valientes, necesito sensatos. -Él echó otra mirada a la puerta antes de suspirar y finalmente aceptar
-Bien.
-¿Qué sucede? -La voz de Mariam desde las escaleras nos asustó hasta el infarto.
-Nada. Que se me cayó un vaso e Isa me estaba regañando por saltarme el mesón para limpiarlo. - Le lancé una mirada de desaprobación por su mentira. No podíamos ocultar la presencia del hombre en el jardín a los demás, eso los pondría en peligro
-Tan troglodita como siempre. -Resopló llegando a nosotros.
Hansel evitó mirarme por segunda vez y se puso a barrer el vaso roto.
-¿Esta es nuestra fruta? -Rodeó el lugar del desastre y agarró el tarro donde Hansel había preparado su fruta- Quedaban uvas, que bien.
-Yo me voy a dormir. -Dijo Hansel cuando terminó de barrer.
Yo permanecí incapaz de pronunciar una palabra. La imagen del hombre en el jardín parecía atascar mi garganta. Aún me sentía un poco asustada. No era apropiado que aquel hombre estuviera allí. Su mera presencia encendió todas mis alarmas, y eso no era una buena señal.
-¡Oye! -Mariam me zarandeo- Te estoy hablando.
-Estaba pensando, perdona.
-¿Pensando en qué? Parecía que te habían abducido el alma.
-No es nada. Trabajo. -Agregué cuando no la vi muy convencida.
-Bien, pero estás de vacaciones, así que olvida eso.
-Tienes razón. -Respiré y me calmé. No podía ponerme paranóica.
-Vámos -Tiró de mí hacia las escaleras-. A que no adivinas con quién chateaba mientras te esperaba. -Su voz traviesa y la forma innecesariamente seductora en la que llevó la uva a su boca no eran señales muy prometedoras.
-¿Quién?
-Javier. -Entró en la habitación y se tiró sobre la cama. Yo cerré la puerta, sin dejar de mirarla con mi interrogante ceja alzada.
-¿Y de qué hablaron?
-Resumiendo... Mañana se trasladarán a Sydney.
-¿¡Qué!?
-¿Qué te puedo decir? No pudieron esperar a que regresara.
-Estás hablando en plural o es idea mía. -Me tiré junto a ella, tomando un trozo de manzana.
-Obvio que Archer también viene. O sea, un trío no se monta con dos.
-¡Mariam!
-¿Aún te espantas? -Se burló.
Nos miramos fijamente por un momento y luego estallamos en carcajadas.
[...]
El incidente del hombre en el jardín quedó olvidado. Al día siguiente, mi paranoia disminuyó y dejé de verlo como algo tan grave. Hablé con Hansel y acordamos que era mejor no asustar a nadie más. Y así lo hicimos.
Transcurrió todo un día sin que sucediera nada fuera de lo común. Salimos a dar una vuelta y todo estuvo tranquilo y sin complicaciones, a excepción del tráfico.
Todo iba bien hasta que cayó la noche y fui despertada bruscamente por mi amiga amorosa, aunque no precisamente silenciosa.
-¡Vamos, vamos! ¡Arriba! -Su voz chillona y emocionada me despertó entre empujones y sarandeos- Alístate, que vamos a salir.
-¿Qué? -Conteniendome de pegarle para sacarla de encima de mi, estiré mi mano para ver la hora en mi celular- Juro por todo lo divino que si no tienes una muy buena razón, y cuando digo buena razón me refiero al fin del mundo, para despertarme a las dos de la madrugada, voy a matarte.
-Te dije que pasar mucho tiempo sin follar era malo, mira que refunfuñona estás -Cuando ve que estoy por refutar, levanta su mano y me detiene-. ¡Shh! Alto ahí. Las próximas horas quiero tener sexo, no hablar de él.
-Oh, por Dios. ¿Qué droga fue esta vez? -Ironicé-¿Tú viste la hora?
-Sí, y vamos tardísimo. Así que arriba y ponte divina. Javier y Archer me están esperando.
-¿Javier? ¿Archer? ¿Por qué? Por amor a Cristo, Mariam. ¿No pueden esperar a mañana?
-Obvio no. Y ya es hora de que subas de nivel, querida -Caminó hasta la puerta del armario, escogiendo ropa-. Espero que cuando termine de arreglarme estés lista. -Sentenció, y por su mirada, sé que si no me levanto será capaz de arrastrarme.
Suspiro, dejando de lado el sueño, y me levanto para arreglarme y lucir espléndida, como diría Mariam. Elijo un vestido negro de tirantes sin espalda, con encaje en el frente y una falda plisada de cintura ajustada, junto con unos tacones rojos. Suelto mi cabello, pero no me convence, así que decido hacerte una coleta alta. Satisfecha con mi apariencia, me maquillo los ojos de forma sencilla y aplico carmín en los labios.
Me doy una última mirada en el espejo y justo cuando estoy por tomar mi cartera de mano, Mariam aprovecha para darme un golpecito travieso en la trasero.
-¿Estás lista? -Ya había venido del baño.
-Si. -Me toma por los hombros y me da una ojeada.
-Wao. Para no querer salir, te pusiste de muerte.
-¿Y lo dices tú? -Esta vez soy yo quien la mira.
Su vestido azul índigo, de cuello alto, falda recta y espalda baja, le quedaba de infarto, al igual que todo lo que se ponía. Los toques plateados de sus accesorios, junto con su cabello suelto y un maquillaje suave, realzaban aún más su belleza natural.
-Si, pero yo si quería salir. -Reímos y, tomando prestadas las llaves del auto de su tío, nos escabullimos para irnos de fiesta.
Cuando llegamos, Javier y Archer ya nos esperaban. Ambos lucían un estilo entre elegante e informal. Archer llevaba una camisa blanca con cuello, pantalones negros ajustados y botines. Por otro lado, Javier vestía un pulóver blanco debajo de un saco color vino, pantalones de vestir a juego y zapatos que complementaban el conjunto. Realmente se veían muy bien.
Cuando nos bajamos del auto, Mariam se acercó a un trabajador designado para estacionarlo y le entregó las llaves. Luego, volteó hacia Javier y Archer, y los tres se miraron seriamente, sumidos en un total silencio.
-Entonces haremos esto -Dijo ella y esta vez fue el turno de ellos de mirarse y asentir-. Bien -A mí no me tomó mucho tiempo darme cuenta de lo que hablaban, pues mi amiga no había dejado de informármelo desde hacía dos noches-. Entremos y veamos que pasa.
Los chicos me saludaron y juntos caminamos hacia la entrada del edificio. Todo lucía sumamente elegante y era evidente el esfuerzo que habían puesto en cada detalle. Una vez en el ascensor, Mariam presionó el botón del segundo piso y las puertas se cerraron.
-Confías en mi, ¿verdad? -Volteó a verme.
-Oh, rayos. La última vez que dijiste eso me llevaste a ver sexo en vivo. -Los chicos se rieron al escucharme y ella tampoco pudo contenerse.
-¿Recuerdas que te dije que debías experimentar cosas nuevas, salir de tu zona de confort, arrojarte a más experiencias?
-Si, y sé que solo hablabas de sexo, no de que me pusiera a viajar.
-Cierto -Volvió a reír bajo-. Pues este lugar está hecho para eso. Para quedarte con la culpa y no con las ganas.
-¿A dónde me haz traído esta vez?
Las puertas del elevador se abrieron antes de obtener mi respuesta y bajamos en lo que parecía ser un recibidor. Todo estaba muy tranquilo, como el ambiente de oficina. Era como si viniera a una entrevista de trabajo, sin ninguna connotación relacionada con el sexo. Incluso la decoración reflejaba un estilo más bien aburrido, con colores que oscilaban entre blanco, gris, champán y negro.
Nos acercamos a la chica que estaba sentada frente a un ordenador detrás del recibidor de mármol blanco. Parecía tan aburrida como la decoración. Tenía el pelo rubio corto, ojos café, gafas de pasta y llevaba una camisa blanca lisa junto con una falda estilo secretaria. Era bonita, sí, pero cuando mi amiga algo excéntrica me propuso salir, imaginé a alguien con un estilo y actitud más... ¿atrevidos?
Salir con Mariam me estaba afectado.
-Buenas noches. -Saludó la señorita, poniéndose de pie con una sonrisa perpetua.
-Buenas noches. -Mariam devolvió el saludo con la misma sonrisa de dientes.
-Bienvenidos a Paraíso. ¿Qué están buscando para pasar la noche?
-Que sea una especial y una de vondaje, por favor -Respondió Mariam y yo estaba muy perdida gracias a que nunca se tomó el tiempo para explicarme nada-. La de vondaje con Dom. -Agregó antes de que la señorita terminara de teclear.
-No esperaba que te gustaran estas cosas. -Javier se volteó hacia mí y su rostro reflejaba una mirada curiosa y divertida, como si fuera algo que analizar.
-No me gustan, pero cuando tienes a Mariam Loughty de mejor amiga, le vas cogiendo el truco.
-Este es un buen lugar. Seguro te gusta -Afirmó como quien ha venido más de una vez-. Es bueno para divertirse.
-No sé ni dónde estamos. -Resoplé, sintiendo bastante inútil estar perdiendo horas de sueño.
-Aquí tienen. Que lo disfruten.
-Gracias. -Mariam tomó las dos llaves que le ofreció la secretaría y volvió al ascensor, con nosotros siguiéndola.
-¿Ya me vas a decir qué hacemos aquí?
-Volviendo a lo que te decía antes -Volteó hacia mi-. Te traje aquí para que te descubrieras, te conocieras. No te preocupes, no tendrás sexo. Eso lo harás cuando te sientas preparada.
-¿Entonces?
-Peeero, eso no quita que puedas divertirte de otras maneras. No todo es penetración, mi amor. -Me guiñó un ojo, coqueta, y yo no pude ni responderle. Estaba más ocupada analizando su respuesta y en sentirme avergonzada por escucharla decir eso frente a desconocidos.
Las puertas del ascensor se abrieron después de algunas plantas y nos encontramos en un corredor con solo cuatro puertas negras y paredes en un tono gris claro. Seguí caminando detrás de Mariam hasta que nos detuvimos frente a una de las habitaciones.
-Bien, aquí estamos -Miré la puerta y luego de nuevo a ella, sin tener muy claro que rayos iba a hacer yo ahí-. No tienes nada de que preocuparte, nadie hará nada que no quieras. Dentro te estará esperando un Dom. Él te explicará mejor algunas cosas. Tú solo a disfrutar, ¿de acuerdo?
No estaba segura de qué otras opciones había en un lugar donde se practica el sexo, si no se está interesado en participar en él. ¿Existen otras actividades disponibles en estos lugares?
Pero aún así volteé hacia la puerta con la sensación de ir a mi juicio final, y no de estar en un hotel con servicio especial.
♡📖♡📖♡📖♡
✨️Preguntas por las que Eu siente curiosidad:
1-Mariam, la chica extrovertida, nos deja ver sus inseguridades, ¿qué les hizo pensar?
2-Al parecer, a Hansel le gusta Mariam, ¿se lo esperaban?
3-¿Creen que el hombre en el jardín es francés o italiano?
4-¿Qué creen que pasará con Isabella en el próximo capítulo?
🔺️Recuerda dejar un triángulo invertido si te gustó el capítulo🔻
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