Era un hermoso hogar de estilo francés. Sus elegantes paredes cobijaban a tres personas en una de sus salas, mientras la noche inminente envolvía el tenue haz de luz persistente. La chimenea encendida proporcionaba calidez en medio del frío y húmedo invierno, haciéndolos olvidar la nieve de afuera.

Guardaban silencio.

Y parecía que se ignoraban, pero no.

La conexión entre ellos casi hacía innecesarias las palabras.

El ambiente era cómodo y agradable, pero lejos de lo común. El magnetismo entre los tres cuerpos presentes en la sala complicaba su resistencia a devorarse mutuamente. Por eso era un raro momento.

-¿Recuerdan cómo llegamos aquí? -Una voz tonta y aletargada, como si estuviera más dormida que despierta, cuestionó con un matiz cariñoso y melancólico.

Dos pares de ojos azules pasaron a mirarla.

-Si, recuerdo. -Su tono ronco a pesar de ser el más despierto la hizo abrir los ojos.

Las manos ásperas acariciaron con enorme afecto los cabellos esparcidos en su regazo, en un intento de adormecer a la persona que se resistía al sueño.

-Buenos tiempos. -Agregó el tercero. Sus ojos, fijos en la madera crepitante de la chimenea, parecían brillar por recuerdos perdidos en los años vividos.

Isabella sonrió y se sumergió en sus propios recuerdos. Sus pensamientos difusos pesaron sus párpados y los dejó caer. Disfrutó de las caricias de esa mano cariñosa y, al final, quedó completamente dormida.

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📚Aprendiendo con Eu:

1-N: La N presente como nombre del capítulo, hace referencia a la palabra proveniente del latín nullus (nulo), que representa al cero en números romanos.