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4:- Pasos mortales

Al escapar Ga'Bleo su madre tuvo dudas, quizás el necesitaba un tiempo solo, quizás estaría mejor lejos de todo, en un sitio donde no tuviera que reprimirse por temor a que sus seres queridos fueran castigados.

Lamentaba que Ga'Bleo fuera su hijo, pero no por el, sino por ella, no sentía que alguien tan fuerte como el mereciera una madre tan débil y susceptible a los problemas del mundo, si ella no fuera tan débil Ga'Bleo podría haber actuado antes, muchas personas en el reino no hubieran sido lastimadas.

El shock de lo sucedido la hizo cometer un error, le reprochó algo a su hijo de lo que no tenía culpa.

Algunas personas vieron a una mujer recorrer el pueblo sin un rumbo fijo, preguntándole a todos sobre el paradero de Ga'Bleo. La sangre de aquel hombre manchaba las manos de su hijo, pero no por eso dejaba de ser su hijo, sabía que de haberlo hecho no lo hizo con gusto, el tomo una vida para que muchas, y sobre todo la suya no se perdieran.

Tenía miedo de no encontrarlo, quizás el habría escapado a otro reino, pero no quería resignarse tan pronto, y tras horas de búsqueda sintió algo.

Observo los árboles del bosque, y una sensación de atracción se hizo presente, sentía que algo la llamaba, y junto a Lucky bajaron por un canino de tierra, llegando a dónde estaba su hijo, tirado a las afueras del bosque con el rostro más pálido que nunca y unos ojos que no daban señales de vida.

Temiendo lo peor coloco su oido en el pecho de Ga'Bleo, sintiendo sus latidos, lentos e irregulares, pero presentes.

Intento levantarlo, y no podía, su hijo estaba sujetado por varias raíces que crecieron sobre el, el bosque lo había reclamado como suyo.

Rápidamente se dispuso a liberar a su hijo, rompiendo las raíces. Al mismo tiempo Lucky comenzó a chillar temerosamente, ocultándose detrás de la mujer.

La vegetación de aquel sitio no permitiría que tomarán algo del bosque, y la raíz que sujetaba el brazo de Ga'Bleo paso a enrollar el de su madre arrastrándola hacía la oscuridad de los árboles. Que la hubiese consumido de no ser por un acto de valentía del canino de la familia, que se lanzó contra la raíz, liberando a la mujer.

Lastimosamente eso le costó más de lo que muchos estarían dispuestos a sacrificar, la raíz nuevamente cambio de objetivo, y tomando de las patas delanteras a Lucky lo llevo hasta la oscuridad, dónde incluso sus ladridos disminuyeron hasta ser silenciados del todo.

La madre de Ga'Bleo estaba en shock, pero su vida y la de su hijo corrían peligro, sacando fuerzas de dónde no tenía lo arrastro varios metros, alejándose así de los dominios del bosque.

Las personas con sueño ligero escucharon los ladridos del perro, y al despertar miraron por sus ventanas a una mujer arrastrando un cuerpo, una escena cuanto menos tetrica.

Nadie en su sano juicio habría salido a investigar de no ser porque ese cuerpo le pertenecía a Ga'Bleo, un hombre junto a su esposa salieron a revisar. Y una vez la señora explicó la situación estos pidieron tocaron otras puertas, despertando a otros vecinos que ayudaron en el traslado de Ga'Bleo a su casa, el tratamiento de sus heridas y la limpieza la herida en su frente, que entre el color verdoso que estaba adoptando y las líneas negras que cubrían lo que debería ser la costra parecía estar infectada.

......

......

......

Desearía no estar consciente, pero sucedió, despertó una vez más, y deseo con todas sus fuerzas haber muerto en su último combate, ni siquiera el dolor de sus heridas lo hacía sentir otra cosa que no fuera culpa.

-Ahora soy un asesino, que bolas.-

Los rayos de sol colándose por su ventana hicieron que se cubriera el rostro, y estando tan centrado en que sucedido el día anterior no noto que su madre estaba sentada en el borde de la cama.

-¿Podemos hablar un momento?- Pregunto la mujer mientras acercaba su mano al pie de su hijo, pasándola de lado a lado lentamente, imitando el movimiento que hacía para tranquilizarlo cuando era más pequeño.

No recibió respuesta, pero aún así decidió continuar.

-El Intento matarte primero... Y eso no debería ser una excusa para matar, pero tú no mataste por gusto, mataste para salvar tu vida, y la de todos en el pueblo, se que es complicado tener sangre en tus manos, pero te aseguro que acabando con ese hombre salvaste a muchos más.-

Al escuchar las palabras de su madre Ga'Bleo abrió sus ojos hinchados, saliendo de la sabana para así observarla fijamente.

-Lo que quiero decir es que, no eres un asesino, hijo, eres, y siempre serás una gran persona, te quiero mucho.- Dijo mientras le daba un abrazo a su hijo.

En ese momento el chico no dijo nada, emocionalmente estaba hecho un caos por el asesinato de Nomura, pero físicamente estaba peor, al ser visto por su madre logro provocó una expresión de sorpresa, su hijo se veia terrible, sus ojos eran acompañados por ojeras mucho más marcados de lo normal, y estaban sumamente rojos.

La noche anterior era evidente que Ga'Bleo no estaba bien, pero intuyo que se trataba del frío, o algo que le había hecho la vegetación, quizás algun veneno, pero no era así, al menos no del todo.

No se trataba de una gripe o una infección, sino de un veneno, Ga'Bleo se estaba muriendo y recién ella lo notaba, se sintió como lo peor del mundo, y decidio preguntar algo instintivo.

-¿Como te sientes? No te ves bien, no deberías ir a pelear.-

-Tu lo dijiste... No hago ésto solo por mi, sino por todos en el pueblo, por ti...- Respondió Ga'Bleo con una voz ronca, para ese punto incluso su garganta dolía -Si no lucho, todos los que me apoyaron ayer morirán ejecutados, y tú, mi hermana y todos estarán condenados...-

Tras escuchar eso la madre de Ga'Bleo lo abrazó, no quería que su hijo fuera a pelear, pero no podía negar que el era la única esperanza de salvarse de un gobiernante tan cruel.

-Puedes hacerlo.- Mencionó con una expresión seria, que más que ser indiferencia era una cortina para ocultar el miedo que sentía, el temor a que Ga'Bleo no se volviera una de las tantas víctimas de la sangre Saballo.

Momentos pasaron, y Ga'Bleo ya había salido de la casa.

<<... No me considero un caballero, es más, creo que estoy más cerca de ser un dragón, rompiendo cosas hasta sin quererlo. Pero bueno, en está ocasión todos dependen de mi, me consideren bueno o no, haré todo lo que pueda para salvar este pueblo ...>> Pensó mientras movía sus piernas de lado a lado, buscando acabar con la contracción dolorosa que experimentaba cada que caminaba.

Al mismo tiempo Abdelnour II miraba su reflejo en el brillo de una espada, realmente no sabía usarla del todo, y más que traerle seguridad lo hacía sentir patético, en ella veía la sonrisa confiada de su padre, misma qué mantenía ante el público para ocultar la tristeza que le daba haber perdido a su mujer, y tener que cargar con un hijo solo.

¿Como hubiera lidiado ella con eso?

Cuando eran jóvenes, Abdelnour padre no tenía tanto como hubiese querido, por mucho tiempo se desempeño eficientemente en lo que sabía hacer mejor, y no veía frutos.

¿Era su falta de talento lo que lo encasillaba en la definición de fracasado? Realmente no.

No era precisamente reconocido, y por ello no tenía mucho dinero, pertenencias o animales para ofrecer a la familia de la chica de sus sueños, aún así, ella no dudó en estar junto a el, aunque fuera bajo la mesa, ocultos, a escondidas cuando todos se iban a dormir.

Lamentablemente esto no duró mucho, la chica salió embarazada, y nada más enterarse su familia la obligo a usar vendajes, los cuales además de ocultar su vientre abultado, y en constante crecimiento, le provocaban dolores casi similares a los que experimentaría una vez diera a luz.

Abdelnour ofreció todo lo que tenía, e incluso más para poder negociar la vida de su bebé, y lo consiguió, pero no pudo mantener con el a su esposa, de quien no supo nada más una vez Abdelnour II nacio.

<<... ¿Algo hubiese cambiado si ella estuviera aquí? Quizás si, quizás no, no se si quiero averiguarlo, porque de hacerlo quizás mi padre sería un monstruo mucho peor ...>> Pensó con pesar <<... Quiero creer que solo es un demonio nacido por una cadena de eventos desafortunados, porque si la realidad fuese otra, y realmente siempre fue así, entonces definitivamente el diablo se queda corto a su lado ...>>

Para aquél momento levantaba la espada, pasando el filo por su cabello, recordando momentos que lo hacía anhelar la muerte, y hundiéndose cada vez más en su amargura.

Para ese punto las lágrimas ya bajaban por sus mejillas, delatando un sufrimiento que lo hacía rogar por una salida.

Recordaba las veces que su padre lo usó para "Rememorar" lo que era pasar tiempo con su madre, y sintió náuseas, pero no pudo vomitar, puesto a que no había nada que expulsar.

Quizás los tres hubieran formado una familia feliz, quizás, quizás, quizás, para ese punto no le importaba el quizás, lo que podría ser, sino lo que era. Su vida pareció pasar en un instante, recordó la última conversación que tuvo con el príncipe, la última vez que vio a su padre, y el festín que se dio con el príncipe.

<<... Lo único que me duele de toda está mierda, es qué dónde sea que éste, estaré con el, recordando a cada momento el sabor dulce de su carne...>> Pensó antes de dar un suspiró, el cuál se quedó a medias luego de pasar el filo por su cuello.

Por otra parte Ga'Bleo se presentó en el coliseo, mostrando una leve sonrisa, ya no le atemorizaban las miradas del público, no buscaba reconocimiento, solo hacer lo mejor.

La escena era cuanto menos curiosa, tenía un brazo vendado, ojos hinchados, y el rostro palido, básicamente todo lo que podría denotar que no estaba en condiciones de pelear era visible en el.

Frente a el se encontraba un hombre cinco centímetros más alto que el, por lo que escucho, su nombre era José, y actuaba con una seguridad inquietante, casi tomándoselo como un juego, al cual llevo su espada.

José era conocido por su amplio conocimiento en artes marciales, y combate con armas. Su trabajo como mercenario no dejo inconforme a nadie, y en sus manos cargaba con la sangre de miles.

Algunos presumían de que el ostentaba el título de "El hombre más fuerte del mundo" y fuese o no así, tal estatus le trajo el peor castigo que alguien podría sufrir, un aburrimiento tal que perdió todo propósito. No acepto la tarea que representaba asesinar a Ga'Bleo por el dinero, sino por la promesa de luchar con alguien fuerte.

-¿Ya puedo matarte?-

-Te quedarás con las ganas.-

En aquella ocasión el escenario era distinto, el príncipe estaba tan seguro de que Ga'Bleo no sobreviviría, que incluso dejo varios montículos de tierra con dagas, espadas y todo tipo de armas punzocortantes, las cuáles los contendientes podrían tomar a voluntad

<<... Es una lastima que estés al borde de la muerte, poner a pelear a un león con un gato es injusto, ¿Tienes noción de lo justo que sería si el gato estuviese envenenado? ...>> Preguntó José mientras dejaba su arma a un lado <<... Podras esquivar uno o dos cortes, ¿Y si el león tuviese una espada? Probablemente no sabría usarla, pero igual, si supiera usarla sería injusto para el gato  ...>>

<<... Creo que el veneno no me hace delirar solo a mí ...>> Dijo Ga'Bleo mientras tomaba su posición de combate.

<<... Ese es el dilema, ¿Ser o no ser? ¿Pelear o no pelear? No importa, pensé que eras más rápido ...>> Afirmó mientras se movía de lado a lado, notando que cuando Ga'Bleo reaccionaba a un paso el ya había dado tres.

El primer golpe lo conecto José, Ga'Bleo decidió bloquearlo para tantear su fuerza, y en segundos supo que estaba fuera de su liga, su antebrazo salió disparado y golpeó su propia nariz, haciéndolo retroceder.

Por momentos Ga'Bleo solo estuvo retrocediendo, buscando una brecha para atacar, la velocidad de José era tanta que no dejaba aberturas, pero tampoco tiempo para frenar una vez golpeará. José nuevamente giro, y Ga'Bleo no volvió a retroceder, en su lugar lo recibió con una patada en el abdomen, frenandolo en seco.

Lanzó tres golpes en un segundo pero ninguno conecto, José los esquivo haciendo el minimo esfuerzo y aprovechando la cercanía tomó una de sus muñecas para darle un codazo que no alcanzo a conectar en el rostro de Ga'Bleo, sino en su antebrazo, obligándolo a retroceder por el dolor. Luego de ello los golpes de José dejaron de ir en linea recta, tomando una dirección cruzada.

Un sonido similar al de un látigo resonó, el pie de José conecto de lleno en una de las piernas de Ga'Bleo, y éste no se echó para atrás.

Sus piernas se tornaron firmes, tomo de los brazos a José, y con toda la fuerza de su abdomen inclinó su cuerpo, lanzándolo con fuerza hacía adelante en un cabezazo, que fue contrarrestado con otro cabezazo. Al primer cabezazo Ga'Bleo resintió el dolor, con el segundo aflojó su agarré, y de no ser porqué evitó soltar a José no hubiese alcanzado a golpear con el tercero.

Por momentos lo tuvo en frente, ambos tenían gotas de sangre bajando por la frente, pero eso no le impidió a José sonreír, e incluso bostezar.

-¿¡Eso es todo!?- Preguntó Ga'Bleo con frustración, conectando otro cabezazo a pesar del dolor.

-¿No se suponía que eras una especie de guerrero bendecido por los dioses, o algo así?- Dijo luego de retroceder, el último cabezazo si le dolió -Solo eres un niño con delirios de grandeza, ¿Que te hizo ese corte? ¿Un samurái que entreno quinientos años?-

-Fue un maldito mercenario.- Respondió mientras estiraba sus brazos, preparándose para lanzar un golpe que chocó con la pierna de José, concluyendo en un crujido.

-Eso dolerá mañana.- Afirmó José con una sonrisa, le había roto tres dedos a Ga'Bleo.

El chico de cabello largo esperaba un golpe, o una patada, pero en su lugar vio venir un cabezazo que consiguió esquivar a las justas. Aprovechando la posición tomo del cuello a José, dispuesto a terminar la pelea con un movimiento fulminante.

Pero no lo hizo, al tenerlo a su merced no aprovechó la oportunidad, y José se libero.

-Perdiste la única oportunidad que tenías de ganarme, Ga'Bleo.- Dijo mientras daba pasos hacía atrás, tomando su arma, con la cual apuntó al rival -¡Te daré una muerte gloriosa!- Sentenció, haciendo estallar de emoción a la grada.

-¡Que así sea!-

El se dispuso a terminar el combate, y Ga'Bleo correspondió con la misma emoción, tomando una daga media larga en casa mano. El filo junto con la pesadez de la espada de José sin dudas hubiese partido a la mitad a Ga'Bleo, pero sus dagas le permitieron bloquear, y vivir para echarse hacia atrás, dando un giro que uso para lanzar una de las dagas hacía el rostro de José, cortando su trapecio al fallar.

Con ambas manos sujeto su daga restante, bloqueando nuevamente un golpe de la espada, aunque con mayor dificultad, ya que la daga se tambaleó, al igual que las manos de quien la portaba. Primero fueron golpes, y después estocadas, con ello los movimientos de José eran más complicados de evadir, provocando que el filo de la espada se abriera camino en la defensa de Ga'Bleo, atravesando su hombro izquierdo, y bañando su metal en el carmesí de su sangre.

Por instinto retrocedió, y al hacerlo la sangre salió disparada, sobresaltando a los espectadores.

La siguiente estocada rompió la daga, y Ga'Bleo quedó completamente desarmado.

Los cortes dejaron de ir en linea recta, y las estocadas se convirtieron en golpes que iban de un lado a otro, amenazando con decapitar a Ga'Bleo cada que pasaban cerca de su rostro. El cansancio fue fatal, y el chico de cabello largo decidió apostarlo todo en una última treta, permitiendo que José clavará la espada en su pie, y dando un giro que lo golpeo en el mentón, desequilibrandolo de tal forma que no vio venir un golpe del pie destrozado, bañando su rostro en sangre al momento de dejarlo tendido en el suelo.

Ga'Bleo cerró los ojos, tan solo mantenerlos abiertos era un esfuerzo brutal, sujetaba su hombro con fuerza, resintiendo el dolor de sus heridas, pero aún así el se alzaba como el ganador del duelo.

Parecía haber ganado una merecida ovación, pero aquel sentimiento de victoria fue fulminado una vez José se apoyó en una de sus rodillas, levantándose con dificultad.

Hay cosas que sin palabras o acciones son evidentes, y esa era una de ellas, su recorrido había terminado.

Acepto el destino, escuchando con tranquilidad como José se acercaba antes de dar el golpe final, que tan pronto hizo colisionar el filo de la espada con la piel de Ga'Bleo dejo escapar una gran cantidad de sangre

<<... No pensé que pudiese cortar tan profundo ...>> Pensó con intenciones de hablar, pero sin fuerzas para hacerlo.

Su cuerpo cayó estrepitosamente al suelo, y José se mantuvo frente a el, dándole respeto en sus últimos momentos.

El duelo había terminado.

En sus últimos momentos le pareció escuchar el grito de su madre, que en conjunto con las risas del príncipe formaban un ruido que le recordaba su fracaso.

<<... Admito que esperaba una muerte más gloriosa, ¿Sabés? Algo más que solo morir con el rostro hundido en la tierra, algo más que dejar este mundo sin ser realmente relevante, quizás me hubiese gustado ser la inspiración para algo, algo que hiciera de Ga'Bleo alguien a quien todos admirasen ...>>

Disparos comenzaron a resonar en la zona, afectando a todos los que se encontraban ahí, menos a José, y al cuerpo al que le guardaba respeto.

Esperaba tener un duelo como cualquier otro, y en su lugar encontró la mejor pelea de su vida, en su mente aún estaba ese movimiento tan perfecto, ese giro en el que depósito todas sus esperanzas.

<<... No somos tan diferentes ¿Verdad? ...>>

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