Seúl, Corea del Sur.
31 de diciembre del 2021.

Siendo el último día del año las calles estaban repletas de personas que iban de un lado al otro.

Todos se mantenían haciendo algo durante los últimos minutos que le quedaban al año.

Justo así estaban los dos distintos grupos de amigos.

Por un lado estaban Jungkook, Jimin y su gruñón novio, Yoongi.

Ellos paseaban por el centro comercial antes de que esté cerrara, buscando golosinas para comer luego de una rica cena típica.

Por otro lado estaban Taehyung, Seok-Jin y sus novios, Namjoon y Hoseok.

Estos estaban, curiosamente, en el mismo centro comercial, haciendo algo de turismo para adaptarse a algunas cosas.

Y aunque no se les hizo tan difícil familiarizarse con su ambiente, era algo... Raro.

—¡Oh, Hyung! ¿Podemos entrar? Quiero ver esos bonitos peluches de panda. —Un entusiasmado Jungkook daba saltitos en su lugar, con sus manos unidas, suplicando.

—Claro que sí, Kookie, ¿Verdad Yonnie? —dijo el otro mirando al mayor de todos, a lo que este solo asintió sin poder refutar lo contrario.

Omegas - 1 Alfas - 0

Y así fue como se adentraron a la pequeña tienda de peluches tiernos.

—Uyyyy, miren que cositas taaaan tiernas. —habló Seok-Jin fuera de la misma tienda, mirando los peluchitos de panda que se veían tan tiernos.

Solo segundos separaban a los destinados, pero puede que esta vez la suerte estuviera de su lado.

—¿Quieres entrar, Hyung? —Esta vez habló el hermano del mayor, a lo que este contesto en un asentimiento de cabeza.

No pasó mucho para cuando también estaban dentro de la tienda.

Todo era acogedor alrededor dentro del pequeño local, los peluches, una música suave y un aroma delicado a Jazmín y madera, siendo este de un purificador de aire.

El alfa menor del grupo terminó solo cuando su hermano y cuñados se perdieron de su vista.

Suspiró algo frustrado, limitándose a mirar el lugar y caminar atento a las figuritas hechas peluches suaves.

Solo miraba a su alrededor sin mirar realmente al frente.

Eso hasta que chocó con un cuerpo un poco más pequeño que venía en contraría y tampoco miraba por dónde iba.

Los dos cuerpos cayeron de culo al suelo, para luego mirar adelante, divisando con quién habían chocado.

Ambos abrieron sus ojos como platos, sus corazones latiendo como si quisieran escapar y sus lobos aullando con fuerza en sus pechos.

No tenían palabras para expresar su sorpresa.

Jungkook porque literalmente estaba frente al chico de sus sueños, era él, simplemente eso era imposible, pero allí estaba.

Y Taehyung, estando frente a su bello Omega no sabía cómo reaccionar, estaba helado.

Era más hermoso de cerca y su aroma tenue lo estaba hechizando poco a poco.

No seas imbécil, ayúdalo a levantarse.

Haciendo caso a la voz de su alfa en su cabeza se levantó y tomó las manos del menor para ayudarlo a ponerse de pie.

Un escalofrío los recorrió enteros ante el toque.

—Y-yo, lamento eso, n-no fue mí intención. —habló Jungkook totalmente sonrojado, bajando su mirada apenado.

Taehyung sonrió pensando en lo bonito que se veía.

—Tranquilo, estas cosas pasan, no tengo problema. —comentó con su voz algo ronca, el más bajito tembló—. Mi nombre es Taehyung.

De nueva cuenta extendió su mano, larga y elegante ante el Omega.

Este la tomó sin dudarlo ni un momento.

—J-jungkook, m-me llamo Jungkook. —El alfa solo asintió con su cabeza, queriendo decirle que lo sabía todo de él, pero no podía, aunque así lo quisiera.

—Tienes un nombre que le hace justicia a tu belleza. —habló mientras lo miraba atentamente, observando como ahora el menor estaba todo rojito.

—G-gracias, Hyung.. —Trató de esconder su rostro tras el peluche en sus manos.

El pelirrojo rió.

—¿Tienes planes para esta noche, bonito? —Atacó lentamente pero sin anestesia, aquella pregunta siendo directa, más no invasiva.

Y antes de ser contestada por el Omega, el mejor amigo de este quién por cierto estaba escondido viendo y escuchando todo, habló sonriente.

—¡Claro que no los tiene! ¿Verdad que no, Jungkookie? —Codeó al menor, quién lo miró perdido.

—P-pero, Hyung... —Lo miró sin entender.

—El pensaba cenar conmigo y mi novio, pero si quieres invitarlo a otro lugar yo te lo presto. —Asintió con su cabeza a sus propias palabras.

Oh.

—De hecho, si pensaba invitarlo a cenar en mi casa, pero si lo hace sentir más cómodo tu y tu novio también pueden venir. —El Omega menor sonrió radiante.

—Eso suena genial, ¿Irás conmigo, Jimin-Hyung? —El asentimiento del mayor lo hizo emocionarse en sobre manera.

—Bueno, en ese caso seremos siete en la cena, mi hermano y sus Alfas estarán allí también, ¿No tienen problema? —Al verlos negar el asintió—. Podemos intercambiar números, así les aviso mi dirección.

Jungkook lo miraba con gran atención, y como si sus palabras fueran una orden el pasó su celular al mayor, tomando el suyo al mismo tiempo.

En cuestión de segundos agregaron el contacto y tomaron sus celulares de nuevo.

—¡Tae, vámonos! —Se pudo escuchar la voz de su hermano, a lo que despertó de su ensoñación y se despidió torpemente.

—Estaremos en contacto, nos vemos en la noche. —Les dedicó una sonrisa de cajita y se fue rápidamente.

Dejando al omega con un suspiro en sus labios y a su amigo molestandolo.

Y justo cuando creía morir de la vergüenza, revisó el contacto.

"Mi futuro Alfa"

—No puede ser.. —Sus mejillas iban a explotar.

—AYYYYYY, PRONTO TENDRÉ CUÑADO —Un emocionado Jimin gritó.

—Ah, ¿De qué me perdí? —El alfa pálido apareció, haciendo que Jimin lo mirara feo por su comentario.

—Jungkookie conoció a un bonito Alfa, y nos invitó a los tres a cenar. —Cruzado de brazos dijo.

Tras aquello la pareja discutía infantilmente y se besaba en suaves picos.

Mientras tanto Jungkook caminaba desorientado, pensando en aquel Alfa que dejó a su Omega desesperado.

¿Acaso ese hombre era su alma gemela?

Ojalá fuera así.

-Moon.