Diecinueve
—¡Mgh! ¡Ah, Taehyungie! —un sonrojado Jungkook gemía sin reparo mientras entre sus piernas su novio jugueteaba—. ¡S-si! ¡Ugh, Alfa!
El alfa en cuestión chupaba con gula el lubricante que salía de la entrada de su omega, a su vez sonreía ligeramente y amasaba sus muslos sensualmente.
Sus ojos brillantes y con pupilas dilatadas no se perdían de ninguna de las acciones y reacciones ajenas mientras se encargaba de saborearlo y hacerlo sentir bien.
Era el amanecer del tercer día del celo de ambos, en teoría tenía que ser el día en que sus instintos iban disminuyendo y la consciencia humana volvía a ser la que dominaba en el raciocinio de sus cabezas.
Si, en teoría.
Jungkook literalmente se había despertado teniendo a Taehyung entre sus piernas, el mayor había sido atrapado con las manos en la masa... O mejor dicho, con su pene en su boca.
Luego de una exquisita felación y un orgasmo sin igual fue el turno de su rosadita y húmeda entrada para recibir atención.
Justo ahora el menor se sentía como un rico postre que era devorado por un goloso hombre amante de lo dulce en su paladar, la lengua entraba, salía y hacía círculos alrededor de sus bordes para probar su sabor.
—¡E-espera! Ah, Hyung.. —Jungkook se mordió el labio inferior al sentir su vientre cosquillear—. T-taehyungie, se siente muy.. ¡Que rico!
Junto a la lengua del mayor se unieron los dedos centrales del mismo, empezaron a moverse en conjunto y muy pronto consiguieron ese cúmulo de nervios que hacía a Jungkook virar los ojos y temblar de placer.
—¡Alfa, alfa! ¡A-ahí, más!
—¿Te gusta aquí, cariño? —susurró dejando un beso en el interior de su muslo izquierdo, frotando con ahínco la próstata del menor—. Dime, mi vida.
—M-me gusta, me gusta mucho.. —lloriqueó el menor al sentir su vientre tenso y su miembro con inicios de espasmos—. C-creo que estoy... ¡Me voy a correr!
Ante aquello Taehyung asintió, dejó algunos besos por el muslo ajeno, subiendo poco a poco hasta tomar en su boca los rosados testículos de Jungkook. El menor chilló, los dedos ajenos trabajandolo por dentro, su boca en sus testículos y la zurda volviendo a masturbarlo.
Fue demasiado placer para un cuerpo tan pequeño.
Cómo era de esperarse el omega terminó por correrse entre gritos y jalones a las sábanas, lo que realmente fue una sorpresa para el alfa fue sentir un líquido tibio caer en su pecho.
Cuando lo notó sintió su boca seca y sus instintos le dijeron solo una cosa: bebelo todo.
Sin esperar más tiempo sacó sus dedos y apegó su boca a la abertura que chorreaba líquido dulce sin parar, bebió como loco la esencia ajena hecha lubricante, tragó todo y no dejó escapar más que aquello que chorreó por su cuello.
Después de aquello la habitación quedó en silencio, siendo únicamente los jadeos mezclados de ambos los que creaban un ambiente de descanso luego de la emoción de su excitación.
Cuando Jungkook logró acompasar nuevamente su respiración volvió a levantar la mirada y lo que vio logró sacarle un gimoteo.
Sus mejillas se colorearon y se calentaron de manera inmediata, la vergüenza lo embargó cuando notó a Taehyung empapado en sus jugos, su pecho, su rostro e incluso parte de su cabello estaban mojados en su lubricante. No logró contenerse, mientras se relamía los labios limpió una pequeña gota que se resbalaba por la mejilla del mayor, posó la yema en los labios del mismo y sonrió ladino cuando lo vio lamer y chupar con gusto.
—Justo ayer soñaba con estar bañado en tu aroma y lubricación... —susurró Taehyung acercándose peligrosamente a los labios ajenos—. Y mírame ahora, mi amor, siendo tan tuyo y tan adicto a ti.
Jungkook lo tomó por los hombros al no soportar la lejanía mínima que existía entre sus cuerpos, cuando estuvieron cara a cara iniciaron un beso, uno lento y especialmente apasionado.
Cuando sus lenguas se unieron al baile erótico que tenían sus labios, sus cuerpos volvieron a adquirir esa fiebre que el celo les hacía padecer.
Pero el dolor no existía, porque ahora estaban juntos y todo aquello se había convertido en el más puro y enorme deseo.
Las caderas del omega se menearon incitando al alfa con un ligero roce entre sus intimidades, a su vez provocando ligeros jadeos de parte y parte. El alfa supo que nada de eso era un juego cuando el menor terminó por abrazarlo por la cadera con sus piernas, sabía que era una demanda, una silenciosa pero directa.
—Alfa, quiero que me folles... —lloriqueó el menor nuevamente sintiéndose necesitado del calor y la atención de su alfa—. Quiero que estés dentro, por favor..
Suaves besos fueron repartidos por el fino rostro del menor a la par en que Taehyung alineaba su miembro y poco a poco iba metiéndolo. Jungkook gimió al instante, sus paredes húmedas siendo estiradas y las venas ajenas haciendo palpitar su interior; se sentía tan jodidamente bien.
—Jungkookie, estás apretándome tan bien.. —Taehyung jadeó por lo bajo, no sé reprimió de hacer gemir nuevamente al menor al dar una suave embestida—. Tan cálido y mojadito para mí, mi ángel.
Jungkook nunca se había sentido tan pequeño, tan frágil, tan omega. No hasta que llegó este hombre y empezó a amarlo, a valorarlo y sobre todo a proteger todo su ser, no fue hasta ese momento que amó ser un omega, el omega destinado del hijo menor de Asmodeus.
Sus pensamientos terminaron cuando los embistes dieron inicio, siendo primero suaves y luego poco a poco empujándolos al abismo del placer y la locura.
Gemidos rotos y agudos de parte de Jungkook, jadeos roncos y gruñidos posesivos de parte de Taehyung, alfa y omega reconociendose y volviendo a marcarse entre sí no solo como muestra de su pertenencia sino también de ese inmenso amor que empezaba a florecer y convertirse en un bello jardín dentro de sus almas.
Nuevamente los amantes terminaron enredados entre sábanas, pero eso no importó cuando podían descansar juntos en ese que sería su pequeño nido por el momento.
—Pronto debería buscar una bella casa para ti, mi amor. —el susurro de Taehyung resonó junto a su oído, bajo y acaramelado—. Mi bello omega merece solo lo mejor y voy a dárselo.
Un beso fue despositado en su nuca luego de eso y Jungkook no pudo evitar pensar en cuánto amaba lo meloso que podía ser Taehyung luego del sexo.
—Mientras me follas eres digno de llamarte hijo de Asmodeus, aunque luego pareces hijo de la diosa del amor o algo así.
—Si, lo soy. —respondió Taehyung.
Jungkook abrió mucho sus ojos y rápidamente se volteó para ver al mayor, mismo que aún lo abrazaba por la cintura y le sonreía esta vez. —¿En serio?
Taehyung rió por lo bajito y negó.
—No, precioso, solo soy hijo de mi padre, ninguno de mis hermanos ni yo tenemos madre.
Jungkook volvió a quedar en un estado de perplejidad, pero antes de que dijera algo más el alfa lo silenció con un pequeño beso.
—Estabamos teniendo una conversación sería sobre buscar una casa para nosotros, nuestros cachorros y nuestros siete gatos. —volvió a explicar el mayor.
—Bien, bien, pero luego quiero una explicación de lo otro.
Taehyung asintió y como promesa entrelazaron sus meñiques y luego juntaron sus pulgares.
Sus lobos estaban contentos, así que que por ahora dormirían un poco para dejarlos convivir mejor.
Sería un día muy agradable.
[...]
¡Hola, hola! Aquí Moon saludandoles nuevamente, espero que se encuentren muy bien y que el frío sea agradable para ustedes.
Me hace feliz anunciar (nuevamente) que hemos llegado a las 3k de vistas en esta bella historia que es mi consentida por ser mi primer bebé.
Antes les había dicho que está muy próxima a terminar y realmente no les miento, estamos a pocos capítulos de llegar al final y eso me tiene muy feliz y a su vez muy sentimental, pero en fin.
¡Muchas gracias por el apoyo!
Sin más que agregar, se despide...
-Moon.
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