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enfrentando la realidad

El joven vampiro se encontraba acostado en su cama con las manos en su nuca y mirando su techo, mientras a él, venían los pensamientos que empezaban constantemente a acosarlo. Ya había pasado una semana y media desde que Ichigo había decidido ser vecino de Orihime, la humana que le causaba estragos en la cabeza y que no comprendía porque la chica no quería salir de sus pensamientos. Después de aquel incidente en el parque las cosas habían cambiado y también empeorado, porque muy a menudo no dejaba de pensar en ella cuando él se encontraba a solas, luego estaba el hecho de que siendo un vampiro, a veces tenía que mantenerse alejado de ella lo más posible que pudiera porque su sangre era demasiado atrayente y su instinto lo impulsaba a querer morderla y por ultimo y lo peor de todo, era que en estos momentos se encontraban disgustados el uno con el otro, o más bien, él, se encontraba disgustado con ella ¿la razón?

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Orihime estaba en su primer día de trabajo y se sentía feliz por estar ahí. —Y ¿qué te parece? ¿Cómo se me ve? —la chica le enseñaba su uniforme de maid a Ichigo mientras él se encontraba sentado en una de las mesas esperando a que la chica terminara su turno, pues habían quedado de acuerdo en que después de clases la dejaría en el trabajo, él se iría y después pasaría por ella. Ichigo la observo de pies a cabeza, sinceramente el uniforme le sentaba bastante bien y resaltaba su perfecta figura. —No está mal —dijo el chico sin mucho interés para que Orihime no notara su asombro por verla con ese uniforme.

— ¿De verdad? Gracias. ¿Quieres pedir algo antes de que termine mi turno? —pregunto la chica con amabilidad.

—Un café está bien —la chica asintió y se retiro, en ese momento dos de las compañeras de la chica comenzaron a saludarlo desde lejos, el fingió no verlas y miro hacia la ventana. Poco después llego la chica con el café de Ichigo y en ese momento la campanilla de la entrada sonó y dos tipos entraron en ese momento. La chica dejo el café en la mesa y quiso dirigirse al mostrador para atenderlos, pero Ichigo se lo impidió tomándola de la mano y ella lo miro desconcertada. —Deja que los atiendan ellas.

—Pero están ocupadas —Ichigo las miro con enojo, pues ellas en cuanto vieron entrar a los tipos, fingieron estar limpiando. —No tardare, los atenderé rápido —Orihime sonrió y corrió hasta el mostrador, pues aquellos tipos exigían ser atendidos. Ichigo observaba desde su asiento como al llegar la chica les sonreía con amabilidad y como esos tipos la miraban como idiotas; el chico los miraba de forma asesina y a Orihime con enfado mientras sentía como algo despertaba en él.

—Está es la primera vez que te veo aquí. ¿Eres nueva preciosa? —Orihime asintió y no pudo evitar que sus mejillas se tornaran rojas y el joven vampiro se molesto aun mas. Se supone que él era el único que causaba esos efectos en ella, el único que tenía derecho sobre ella porque él la protegía. Era suya y de nadie más. Se sentía egoísta y posesivo por tener que compartirla, ¡sí! Porque en la escuela, cuando caminaban juntos a cualquier lado y ahora en su trabajo; él debía soportar que hablara con otros hombres y que estos se deleitaran con su presencia. Su paciencia y el que se estuviera conteniendo para no ir a golpear a los cretinos esos, se desvanecieron cuando uno de ellos le tomó la mano y el otro le intentaba acariciar la mejilla. El chico hiso añicos la taza de café con su propia mano al momento que veía esto y apretaba la taza al punto que termino por romperla. Todos lo miraron desconcertados y Orihime corrió hacía él cuando vio que se había hecho daño .

—Kurosaki-kun, ¿estás bien? —la chica tomo su mano y la envolvió en un pañuelo que saco de su delantal para cubrir la herida.

—Es hora de irnos Inoue —la voz de Ichigo sonaba fría y molesta, la chica sintió un escalofrió recorrer su columna y de pronto Ichigo la tenía tomada de la mano y jalándola a los vestidores. Caminaron hacía su casillero, le pidió la llave a la chica, saco sus cosas y ambos salieron del lugar mientras eran observados por los demás con total desconcierto y miedo, pues el chico poseía una mirada glacial que a más de uno congelo. Por su parte Yuriko solo veía aquella escena sin mostrar ninguna importancia a lo acontecido.

Mientras caminaban por la calle, Orihime trataba de soltarse del agarre del vampiro, quien no se daba cuenta del daño que le causaba a la muñeca de la chica, de pronto Orihime hiso que se detuviera al momento que ella se detenía y tiraba de su mano para que la soltara. — ¿Qué es lo que te ocurre, Kurosaki-kun?

— ¿Alguno de ellos te gusto? —Orihime quedo perpleja ante su pregunta y el la miro con su seño fruncido esperando su respuesta.

— ¿Pero de que hablas? Por supuesto que no, ni siquiera los conozco.

— ¿Entonces porque te sonrojaste y dejaste que te tocaran? —la chica lo miro aun mas desconcertada y entonces trato de decir algo pero el chico comenzó a caminar ignorando que ella lo empezó a llamar.

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Después de aquel acontecimiento, el chico apenas y le dirigía la palabra, y su relación se había vuelto bastante tensa, eso y sin mencionar que cada que ella hablaba con otro chico, él siempre terminaba interrumpiéndola y fulminando con la mirada a los hombres que se le acercaban.

Ichigo se dio la vuelta hacia la pared y cerro sus ojos regañándose a sí mismo por haber empezado adoptar esa forma tan inmadura y berrinchuda propia a la de un niño que no quiere compartir con nadie algo que considera suyo. Él jamás había sido así y le molestaba que Orihime causara todo eso en él, y por más que intentaba volver hablar con ella y pedirle de alguna manera disculpas por su actitud, siempre terminaba empeorando las cosas. —Maldición —murmuro el vampiro, se levanto molesto para abrir la ventana y sacar la cabeza para sentir la briza del viento.

Orihime se encontraba en su habitación realizando su tarea sin poder concentrarse. En cuanto habían llegado de su trabajo, él se encerró en su apartamento como lo venía haciendo desde que se había molestado sin ninguna razón con ella y le había hecho esas preguntas tan absurdas. No entendía que era lo que pasaba con Ichigo, lo cierto era que empezaba a sentir un extraño sentimiento de culpabilidad al sentirse emocionada por ver en esa actitud al vampiro. ¿Podría ser que Ichigo estuviera celoso? ¡No!, eso no estaba bien, ella no debía tener esos pensamientos tan vanidosos sobre sí misma, además de que la molestia del vampiro podría deberse a otra cosa. Cerro su libro y decidió hablar con Ichigo, ya no podía dejar que las cosas continuaran así.

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Renji reía mientras se tiraba al suelo y se apretaba el estomago, pues empezaba a sentir dolor por la risa que le causaba escuchar a Ishida lo que había ocurrido días antes cuando se atrevió a decirle a Mayuri la relación que mantenía con Nemu. — ¡Basta Abarai! Sabía que no debía contarles nada —Uryuu miro con un enorme sonrojo y molestia al chico de cabello rojo y luego miro a Sado de la misma manera porque aunque el otro vampiro no reía de la misma manera que Renji, sabía que Sado estaba aguantando las ganas enormes de echarse a reír.

—L-lo sien-to Ishida pero jajajajajaja Hubiera dado cualquier cosa por ver todo lo que paso ahí dentro, lástima que solo escuche todo el escándalo y me perdí la mejor parte de todo jajajajaja.

— ¡Que dejes de reírte! Escucha bien Abarai, mas te vale no ir divulgando con nadie lo que les acabo de contar o soy capaz de ir a decirle a Byakuya lo que sientes por Kuchiki-san y lo que has dicho de él en nuestras reuniones —en ese momento las carcajadas de Renji se detuvieron y miro con espanto a Ishida, quien sonrió victorioso ante la reacción del peli-rojo. —Veo que eso ya no te causo ninguna gracia.

—Eres un mañoso igual que Ichigo, ¿por qué a Sado no le dices lo mismo? —reclamo cruzándose de brazos Renji.

—Porque sé que él es discreto y no dirá nada, ¿verdad Sado-kun? —el vampiro de piel morena asintió sin ninguna expresión mientras miraba a Renji.

—Está bien, está bien, puedes confiar en mí en que no le diré a nadie que el capitán Mayuri estuvo a punto de quitarte tu hombría y que de no ser por Nemu…

— ¡Cállate! Alguien puede escuchar —el vampiro de los tatuajes comenzó a reír nuevamente e Ishida lo miro con expresión de irritabilidad, entonces Renji se levanto del suelo y se sentó en la silla con un semblante alegre mientras se acomodaba la ropa.

—Por cierto, ¿alguno de ustedes ha sabido algo de Ichigo? Desde que se fue no se ha comunicado con nadie, ni siquiera con su familia —al momento de hacer aquella pregunta; Ishida carraspeo y su semblante cambio a uno de incomodidad. Claro, después de todo, le atemorizaba que alguien descubriera que él tenía pleno conocimiento de donde estaba y que estuviera involucrándose con una humana.

—P-pues no, yo también ignoro donde está y que hace —tanto Renji como Sado se miraron desconcertados ante la reacción de Ishida. Sin embargo, no prestaron mucha atención a esto y el vampiro peli-rojo solo se encogió de hombros y se cruzo de brazos.

—Esperemos que por lo menos de pronto señales de vida.

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—Me sorprende mucho la agilidad con la que manejas las cosas, mi querida Yuriko —aquella chica solo hiso una pequeña reverencia ante Aizen que miraba complacido por el ventanal, después de haber escuchado todo lo que le contaba. Si había una forma de describir a esa mujer, era su increíble modo de hacer las cosas, además de calificarse como alguien meticulosa, cuidadosa, fría y calculadora. Por eso y mucho más, Aizen la tenía en un alto concepto de eficiencia única que caracterizaba a la chica. Tras unos segundos de silenció llamaron a la puerta y Aizen autorizo la entrada.

—Disculpe la interrupción Aizen-sama, pero le tengo noticias satisfactorias.

—No te preocupes Szayel, te escucho —Szayel miro a Yuriko y luego a Aizen, dudando si era prudente que la chica escuchara lo que iba a decirle. —Puedes hablar con confianza, Yuriko tiene conocimiento de nuestros planes —Szayel asintió y saco de una caja lo que parecía ser un frasco que contenía un liquido de color purpura. Se lo extendió a Sousuke para que lo tomara y lo viera, a lo que el hombre sonrió y examino el frasco con singular fascinación. —Así que, ¿está listo?

—Efectivamente Aizen-sama.

— ¿Y nuestro sujeto de prueba? —pregunto Aizen mientras entrelazaba sus manos sobre el escritorio.

—Está listo —el hombre de cabello castaño sonrió aun mas y se levanto de su asiento para mirar nuevamente al enorme ventanal.

—Perfecto, hagamos la prueba esta noche —Szayel asintió y se retiro de la habitación haciendo una reverencia mientras anunciaba que se retiraría, a lo cual Aizen accedió. —Esta noche sabremos hasta que punto llegaras… Kurosaki Ichigo.

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Orihime toco repetidas veces la puerta del joven vampiro, el cual se negaba rotundamente abrir. —Deja de ser tan niño y abre la puerta Kurosaki-kun —la chica dio un hondo suspiro y se recargo de espaldas contra la pared. —No puedo entender tu comportamiento, ¿Qué te hice yo para que actúes así conmigo? —dentro del departamento, Ichigo se encontraba de igual forma recargado a la pared con los brazos cruzados, sin saber que estaban espalda con espalda y que tan solo era un muro el que los separa. En cuanto el chico había escuchado que llamaban a su puerta, se había levantado de la cama dispuesto abrir, sabía que se trataba de ella y en cuanto estuvo a punto de girar la manija para abrirle, se detuvo inmediatamente, y es que no sabía que decirle en cuanto la tuviera frente a frente, era tan complicado.

— ¿Qué debo hacer? —se pregunto así mismo en un susurro el vampiro.

Orihime bajo la mirada al suelo, ¿es qué acaso a Ichigo no le importaba lo que ella sentía? La estaba lastimando con su actitud, pero ya era suficiente, si él no quería hablarle más, lo mejor era que renunciara a su propósito de protegerla. —No podemos seguir así Kurosaki-kun. Yo… No logro entenderte, si tu actitud se debe a que no deseas estar más conmigo… Entonces te pido que no te sientas obligado a protegerme —la chica miro con dolor que la puerta no se abría y que mucho menos había respuesta, así que decidió marcharse.

Ichigo abrió los ojos como platos al escuchar las palabras de Orihime, ¿sentirse obligado? ¿No querer estar a su lado? —Que estúpido soy —se dijo así mismo el chico, se sentía como un imbécil, y por su culpa Orihime se sentía mal consigo misma pensando que ella era la culpable de su comportamiento. No podía permitir que ella se siguiera sintiendo así. Inmediatamente el chico abrió la puerta y vio como Orihime se dirigía a su departamento, entonces la tomó del brazo deteniendo su andar. —No te vayas.

—… ¿Kurosaki-kun? —Orihime volteo su rostro y miro como Ichigo bajaba la mirada, parecía que le costaba mirarla a la cara, pero entonces levanto la cabeza mostrando un gran signo de arrepentimiento.

—Lo siento Inoue, lamento que mi actitud haya llegado hasta estas consecuencias. Te aseguro que no es tu culpa que yo reaccione así contigo, así que… Por favor… Perdóname —la chica abrió los ojos con asombro. Las palabras de Ichigo estaban llenas de sinceridad y arrepentimiento, así que negando con la cabeza y pasando la manga del suéter para secar las lagrimas que estaban a punto de salir de sus ojos, se giro completamente hacía él y sonrió llena de felicidad.

—Está bien, no te preocupes. Me alegra saber que podamos estar como antes —Ichigo sonrió de lado y asintió.

—De eso puedes estar segura… Chica lámpara —Orihime entre cerró los ojos e Ichigo comenzó a reír a carcajadas al ver su reacción. A pesar de sus burlas, Orihime sonrió, se sintió feliz y satisfecha de saber que las cosas volvían a cómo eran antes y más al ver nuevamente al Ichigo que había conocido.

Ambos jóvenes se encontraban dentro del departamento de Orihime, quien lo había invitado a tomar algo. Ichigo se encontraba sentado esperando que la chica le sirviera el té, en ese momento tocaron a la puerta e Ichigo se levanto para poder abrir. Al momento que abrió no encontró a nadie, con extrañeza miro hacía ambos lados sin encontrar a nadie. —Que graciosos —murmuro molesto el chico al pensar que se trataba de una broma, pero al momento de querer cerrar la puerta, algo en el suelo capturo su atención. Se trataba de un sobre, al parecer parecía una carta. Ichigo la miro desconcertado y al mirarla por el reverso, su expresión cambio a una de asombro, pues la carta estaba expresamente dirigida a él.

— ¿Quién es, Kurosaki-kun? —pregunto Orihime desde la cocina, pero Ichigo no respondió, pues tenía toda su atención en aquella carta. ¿Cómo es que le habían mandado una carta a él? Se supone que nadie sabe en donde se encontraba, claro que, solo Ishida lo sabía y dudaba mucho que el mismo le hubiera escrito esa carta porque la letra no era de él y de ninguno de sus conocidos. De pronto escucho que Orihime se acercaba a él y rápidamente escondió la carta en el bolso de la chaqueta que traía puesta. Lo mejor era no decirle nada al respecto hasta que el no la leyera y evaluara la situación. — ¿Pasa algo malo?

—No, nada y probablemente alguien hiso una broma tocando la puerta.

— ¿En serio? Bueno, ven que ya está servido el té —dijo la chica con entusiasmo y jalando la mano de Ichigo para llevarlo hasta la cocina, pero el chico vampiro hiso que se detuviera al no seguirle el paso. — ¿Ocurre algo?

—Nada, ¿puedo pasar a tu baño? —la chica asintió e Ichigo se dirigió rápidamente a este. En cuanto cerró la puerta, saco la carta del bolso de su chaqueta y abrió el sobre para leer el contenido de esta. Los ojos del chico se abrieron con tanto asombro que sintió un repentino escalofrió, se llevo una mano a la cabeza y apretó la hoja hasta que esta se arrugo. —Puede ser una trampa… Pero si no me arriesgo… Tengo que ir —decidiendo no decirle nada a Orihime, pues era lo mejor; el chico volvió a guardar la carta, pero no se dio cuenta que no lo hiso bien y esta cayó al suelo sin que se diera cuenta al salir apresuradamente del baño.

—Lo siento Inoue, pero olvide que tengo que ir a mi comunidad para hacer algo importante —Orihime lo miro entre dudosa y preocupada al verlo salir de esa manera tan repentina y diciendo aquello sin más; ciertamente parecía ser de inmensa importancia, pero si había algo que también había notado en los ojos de Ichigo, era algo que no le gustaba y que probablemente era algo malo.

— ¿No hay problema si lo dejamos para otro día? —Orihime asintió mostrando una leve sonrisa y disimulando la repentina incertidumbre que comenzó a sentir en ese momento. —Nos vemos luego ¿de acuerdo?

—De acuerdo —respondió mientras Ichigo se despedía de ella y se marchaba. ¿Qué era esa angustia que estaba sintiendo? ¿Qué era esa necesidad de salir corriendo tras él e impedirle que se marchara?. —Tranquilízate Orihime, no pienses cosas malas —se reprendió a si misma por aquellos pensamientos negativos, pero el miedo no quería irse, así que se dirigió al baño y abrió el grifo, tomó agua entre sus dos manos para refrescarse la cara y se miro al espejo. De pronto ladeo la cabeza y en ese momento vio la carta tirada en el suelo. Con gran desconcierto la levanto y desarrugándola comenzó a leerla.

"El culpable de tu desgracia te vigila.

¿Quieres saber más?

Ven a las bodegas abandonadas del lado sur y te diré lo que quieres saber"

Orihime no entendía nada de lo que quería decir eso, pero era más que obvio que esto era una mala señal que aquella reunión era trampa para Ichigo. ¿Y si se trataba de Nnoitra? Sin pensárselo dos veces, Orihime tomo una sudadera y salió corriendo hacia el lugar indicado en la carta.

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La noche había caído sobre la ciudad y al mismo tiempo esta se ilumino. La actividad nocturna comenzó para algunos y entre los transeúntes se distinguía una cabellera larga de color naranja. Después de haber salido a carrera de su departamento para ir hacía las bodegas abandonadas, Orihime tuvo que caminar unas cuantas cuadras para tomar un taxi que la llevara a ese lugar, pues por lo poco que conocía de la ciudad, sabía que el sitio quedaba lejos y ella tenía que apresurarse, pues para el vampiro no suponía algún problema llegar rápido debido a su naturaleza. —¿Me puede llevar a las bodegas abandonadas que se encuentran del lado sur de la ciudad? —Pregunto la chica tras llegar al sitio de taxis y acercarse a uno.

— ¿A las bodegas abandonadas? No sé por qué razón quiere ir a ese lugar pero, yo que usted señorita me lo pensaría mejor —la mirada de aquel hombre se torno asustada. Se tendría que estar loco para ir a esas bodegas donde se rumoreaba que cosas extrañas pasaban.

—Por favor, en verdad necesito ir —el conductor se rasco la nuca y suspiro con resignación.

—Está bien, pero no cuente con que me adentrare más de lo debido a ese sitió —Orihime sonrió y se metió en el taxi.

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Eran casi las nueve de la noche e Ichigo llegó al lugar citado y estando alerta para no recibir un ataque sorpresa. La oscuridad rodeaba todo el lugar y la única fuente de luz que lo acompañaba era la luna. El chico caminaba por el lugar, visualizando todo a su alrededor y con la mano puesta en la empuñadura de su espada. — ¡Ya estoy aquí! ¡Sal de donde quiera que te encuentres! —la voz del chico retumbo y sintió que era observado tras su espalda. Se giro inmediatamente pero no vio a nadie.

De entre un montón de escombros, una figura amorfa se movía con sigilo, vigilando cada movimiento o reacción que pudiera hacer Ichigo. El joven vampiro comenzaba a desesperarse al no ver ninguna señal del supuesto informante. —No pienso seguir esperando. Si no piensas dar la cara, entonces me marchare —Ichigo apretó los puños y maldijo por lo bajo. No sabía cuál era el motivo por el cual lo habían citado en ese sitió, pero no estaba dispuesto a ser la burla de nadie.

Al momento de elevarse en el aire para poder marcharse, aquel ser salió de su escondite y se abalanzó contra el chico, quien no tuvo tiempo de reaccionar y termino contra un muro que se hizo pedazos debido al impacto. — ¡¿Pero qué demonios?! —sin tregua alguna, aquella criatura volvió a atacar al chico, pero esta vez Ichigo reacciono con más rapidez y esquivo el golpe logrando poner distancia entre ambos. Los ojos del joven vampiro no daban crédito a lo que veían sus ojos, ¿Qué era esa cosa? Jamás en su vida había visto algo como lo que veía en esos momentos. Aquel ser se asemejaba a un escarabajo gigante, pero con la forma humanoide al de un ser humano. Grandes tenazas en lugar de brazos y un agujero en el pecho, pero lo que más llamo la atención del joven, fue que una máscara decoraba su rostro —Imposible —fue lo único que fue capaz de decir el chico antes de ser atacado nuevamente

—Hemos llegado señorita —Orihime miraba por la ventanilla del taxi las viejos almacenes que comenzaban a rodearlos, luego dirigió su mirada hacía el conductor y asintió mientras que comenzaba a sacar dinero de su bolsillo para pagar los servicios del hombre. —Olvídelo, no tiene que pagar.

— ¿Cómo? Pero…

—En verdad no se preocupe, solo tenga cuidado y buena suerte —dijo aquel hombre seriamente e inclinando la cabeza. La chica asintió y agradeciendo el gesto y amabilidad del conductor, se bajo del taxi e inmediatamente este se marcho. Orihime decidió adentrarse más al lugar. Ciertamente aquel lugar daba un aire sombrío y lúgubre a todo lo que la rodeaba, pues las bodegas tenían un aspecto deprimente al verse en aquel estado de deterioro, debido que algunos años atrás aquella zona se incendio por razones inexplicables y que unos pocos catalogaron como algo provocado, ¿la razón? Nadie lo sabía. Era realmente extraño que alguien quisiera hacer algo así, pues lo único que se almacenaba era material de construcción y material de reciclaje.

Orihime caminaba entre algunos escombros que obstruían su paso, y en ese momento un ruido ensordecedor se escucho en el lugar. Inmediatamente la chica se alarmo y lo primero en lo que pensó fue en Ichigo, así que tras saltar una barra de metal comenzó a correr en dirección donde se había escuchado aquel ruido.

Ichigo se encontraba en una clara desventaja al estar acorralado contra un muro y tratando que aquel monstruo no le perforara el pecho con una de sus tenazas. —Maldita sea —dijo con dificultad y tratando de alejar a su oponente de él. Por lo que parecía, aquel monstruo no tenía conciencia más que el instinto de quererlo matar. Mirando alguna forma de escapar, aquella criatura aferro mas su ataque amenazadoramente y con la otra tenaza golpeo a Ichigo, quién salió disparado y estrellándose contra el suelo. Inmediatamente la criatura se dirigió hacia él, e Ichigo miro con desesperación como su espada se encontraba a unos metros lejos de él. No tenía como defenderse del próximo ataque y su cuerpo no le respondía al estar lastimado. La criatura dirigió su ataque a Ichigo, pero se detuvo al ser golpeado con algo en la cabeza.

— ¡Déjalo en paz! —tanto la criatura como Ichigo miraron a la persona que estaba tras el monstruo. El chico tras haber escuchado aquella voz que inmediatamente reconoció, se alarmo.

— ¡¿Inoue?! ¡¿Qué diablos haces aquí?! ¡Vete! —la chica lo ignoro y comenzó arrojarle más cosas al monstruo para llamar su atención y que Ichigo pudiera levantarse e ir tras su espada, cosa que consiguió ya que la criatura se dirigió a ella con aire amenazador. Ichigo capto inmediatamente y aprovechando la situación, se levanto y corrió tras su espada, una vez que la tuvo de nuevo en sus manos, rápidamente tomó a Orihime en brazos, quien ya se encontraba corriendo siendo perseguida por el monstruo. Al estar fuera del alcance de aquella criatura, Ichigo se oculto con ella en una de las tantas bodegas para poder tomar fuerza y poner a la chica a salvo.

— ¿Qué es esa cosa Kuro…

— ¡¿Pero en qué rayos estabas pensando?! ¡Maldita sea, eso fue peligroso! —la mirada del chico detonaba furia y angustia, lo que provoco que la joven se sintiera culpable y bajara la mirada, pero inmediatamente volvió a mirarlo y asevero mas su mirada a la de él.

—¡Y fue aun más peligroso que tu vinieras solo y dejándote llevar sin reflexionar antes las cosas! —Ichigo frunció el seño y estuvo a punto de replicar, pero Orihime tenía razón, ese era su problema, era demasiado impulsivo y a veces no pensaba bien las cosas antes de actuar y esta vez, fue él quien bajo la mirada y la chica sintió algo de arrepentimiento al decirle eso, pero tenía que hacerle ver también su error. Un silencio incomodo los rodeo hasta que a la cabeza del chico le surgió una enorme incógnita.

—Espera, ¿cómo supiste de esto? —la joven saco de uno de los bolsos de su sudadera la carta de Ichigo, a lo cual él la miro sorprendido y comenzó a buscar en su bolsillo, percatándose que no la tenía, el joven vampiro chasqueo la lengua maldiciendo su descuido. —Bien, escucha, por nada del mundo salgas de aquí, yo me ocupare de esa cosa ¿entendido?

—No, iré contigo — dijo con determinación la chica mientras se levantaba del suelo.

— ¿Pero acaso te has vuelto loca? Estas muy equivocada si crees que te expondré de esa manera.

—Escucha Kurosaki-Kun, se que yo no puedo enfrentarlo, pero puedo distraerlo para que tú puedas…

— ¡¿Cómo carnada?! ¡Olvídalo! —Orihime lo miro con enfado, ¿por qué Ichigo era tan necio? Si ambos actuaban sería más fácil o al menos eso pudo observar cuando distrajo al monstruo.

—Por favor Kurosaki-kun… Sé que me quieres proteger, pero yo también quiero hacerlo, no soportaría que te pasara algo malo… Yo… —Orihime lo miro determinante e Ichigo se asombro ante sus palabras. En ese momento quiso decirle que no se preocupara, que ella no necesitaba protegerlo, porque ella jamás tendría necesidad de hacerlo, ya que él jamás le fallaría, pero en ese momento el lugar donde estaban fue invadido por aquel monstruo que destruyo uno de los muros. Una capa de polvo se levanto y Orihime aprovecho aquella oportunidad. —Es el momento Kurosaki-kun —y dicho esto, salió corriendo del lugar, logrando capturar la atención de la criatura, que sin duda fue tras ella.

— ¡Inoue, no! Pero era demasiado tarde, la chica ya se encontraba lejos con la criatura tras ella. Ichigo no lo pensó dos veces y los siguió. La chica se mantenía corriendo y moviéndose ágilmente entre las bodegas. Ichigo buscaba un punto que atacar y al ver que aquel monstruo no hacía otra cosa más que poner toda su atención en Orihime sin percatarse que él iba tras él, inmediatamente se lanzo con gran rapidez y le clavo la espada en la espalda. Un rugido de dolor se escucho y el monstruo inútilmente trato de sacar la espalda, hasta que rendido cayó al suelo, quedando inmóvil.

—Inoue, ¿estás bien? —pregunto alarmado y preocupado el chico mientras se acercaba corriendo hacía Orihime que se encontraba arrodillada y con las palmas en el suelo tratando de recuperar el aliento.

—Si —la chica sonrió, pero luego miro a la criatura que yacía en el suelo y no pudo evitar sentir pena.

—No volveré a dejar que hagas cosas locas como esta —Orihime soltó una pequeña risita al ver la expresión de regaño de Ichigo, a lo que él la miro aun más molesto. —Hablo en serio.

—De todos modos, me alegra que lo hayamos logrado —Ichigo negó con la cabeza y ayuda a la chica a estar de nuevo en pie, pero en ese momento la criatura se levanto furioso de lo que había pasado y con sus grandes y largas tenazas los atrapo en ellas. Tanto Ichigo como Orihime se sorprendieron de verlo en pie mientras luchaban para soltarse del agarre pero la criatura no cedía y hacía el escape algo imposible.

— ¡Suéltala maldito! —grito furioso el chico mientras miraba como Orihime desfallecía debido a la fuerza con la que era sujetada la chica. Lleno de impotencia al ver a la joven sufriendo, una rabia incontenible se apodero de él y usando toda su fuerza, trato de liberarse mientras sus ojos comenzaban a cambiar de tonalidad dorada con negro y una máscara blanca con franjas rojas se forma a la mitad de su rostro.

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~ ¡Je! Qué patético eres, rey. Mira que tener que recurrir a mí, a mí a quien tanto odias.~

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Sin esfuerzo alguno Ichigo se soltó y con brutalidad tomó la tenaza del monstruo y se la arranco e inmediatamente hizo lo mismo con la otra que tenía prisionera a Orihime. La chica entreabrió un poco los ojos y lo vio, no podía creer lo que veía, aquel no era Ichigo, ¿o sí? Además… ¿Qué era esa mascara? Parecía un poco a la que poseía el monstruo. Sintiendo un poco de terror lo llamo y a duras penas se levanto. Ichigo volteo a verla y una sonrisa siniestra se dibujo en sus labios. —En un momento estoy contigo, princesa —dijo mientras reía y se posaba tras el monstruo que lanzaba alaridos de dolor por sus extremidades mutiladas. Con suma agilidad, el joven vampiro tomó la espada y elevándose en el aire levanto la espada para después cortar a la criatura por la mitad.

—Dios… —Orihime se llevo las manos a la cara para taparse los ojos, aquel espectáculo sanguinario la había horrorizado. La criatura cayó al piso muerta por fin, mientras que en la cara de Ichigo se reflejaba un signo de burla y asco.

—En verdad patético… —una última mirada de despreció surco en su rostro y luego volteo a mirar a Orihime. — ¿Estás bien, princesa? —Orihime no sabía que responder, se sentía intimidada y atemorizada. ¿Qué era lo que le había pasado a Ichigo? Pero de pronto, algo la lleno de más pánico, esa voz, sentía que ya la había escuchado antes… ¡En sus sueños! Si, había sido en sus sueños, ciertamente se parecía a la de Ichigo, pero esta sonaba mas distorsionada. No podía entenderlo, quizá se estaba equivocando y el miedo le estaba jugando una mala pasada. Retrocedió un poco al ver que el chico se le acercaba con una sonrisa burlona.

—Kurosaki-kun… ¿Q-qué es… —pero el chico no le permitió continuar porque inmediatamente se poso tras ella y la tomó del rostro levantándoselo para colocar su rostro en el cuello de la chica.

—Tú aroma… Me gusta, déjame probar y arrastrarte a la oscuridad —Orihime tembló al sentir el contacto de la lengua de Ichigo en su cuello y como la pegaba mas hacía el de forma posesiva. —El rey no ha sabido aprovecharte bien, pero yo si lo hare —confundida con aquellas palabras, la chica trato de separarse de él, pero el otro no se lo permitió y hundiendo mas su cabeza a su cuello se dispuso a morderla, Orihime forcejeo aun mas mientras le pedía que se detuviera y como si aquellas palabras hubieran hecho efecto, Ichigo se separo de ella y con desesperación se tomó el rostro.

— ¿Kurosaki-kun? —Pregunto confundida al ver su reacción.

— ¡No! Tú no eres lo suficientemente capaz, maldita sea... ¡Eres débil y no mereces tener el control!

— ¡Kurosaki-kun! ¡¿Qué pasa?! —Ichigo cayó de rodillas y tomando aquel fragmento de mascara en su rostro, la arranco con brusquedad; Orihime miraba aquel acto totalmente alarmada, así que corrió al lado del joven vampiro y se coloco a su lado para ayudarlo apoyarse, ya que se veía totalmente agotado y a punto de desfallecer.

—Nadie… Y mucho menos tú, le hará daño… Maldito bastardo —el chico respiro con dificultad y miro a Orihime con culpabilidad. —Lo siento, no pude protegerte y en mi desesperación, él tomó el control.

— ¿Él? —Pregunto confundida la chica.

—Esto era a lo que me refería cuando te dije que tenía que investigar algo respecto a mí… No sé cómo es que este ser vive dentro de mí y tampoco lo que es… Por eso debo llegar al fondo de esto… … Y yo… Yo entenderé si quieres alejarte de mí —aquellas palabras sonaban con decepción y amargura. ¿Por qué tuvo que tornarse todo así? Temía a su respuesta, temía que se alejara de él, temía perderla, sobre todo a eso, porque ahora ya tenía claro todo aquello que sentía y que debía enfrentar la realidad de que se había enamorado como un idiota de una humana que tenía un inmenso efecto y poder sobre él. Que irónico que una simple mortal hubiera vencido a un ser como a él de esa manera. ¿Qué le había hecho Inoue Orihime?

— ¿Por qué me dices eso Kurosaki-kun? Por supuesto que yo no pienso… Y mucho menos quiero alejarme de ti. Sea lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos —Ichigo la miro estupefacto, ¿realmente ella estaba dispuesta a estar a su lado a pesar de todo? Ichigo dudo, pero no de las palabras de la joven, si no de la decisión que estaban tomando, porque él estaba dispuesto a mantenerla a su lado, pero ¿Y si estaban cometiendo un error? En sí, el ya estaba consciente de que estaba rompiendo las reglas, pero la sola idea de ya no estar más con ella le afectaba.

— ¿E-estás segura? —Orihime asintió sin tener alguna duda de ello, pues el sentimiento de Ichigo hacía ella era el mismo. Ella también se había enamorado de él, una pequeña parte de ella sentía algo de miedo por no saber lo que les esperaba, pero estaba dispuesta a enfrentar lo que sea por él.

—No tengo ninguna duda —por largo rato se miraron hasta que Ichigo la tomó del brazo y se acerco a ella; recordó lo del parque y tomando su rostro entre sus manos se acerco a ella. Una vez que él uniera sus labios con los de ella, ya no abría vuelta atrás, estarían unidos y dispuestos a estar el uno con el otro a pesar de las diferencias, porque sin importar que, él la protegería de lo que sea y ella haría de alguna forma lo mismo. Sus labios por fin se unieron en un beso inocente pero no simple, ya que para los dos era el primero. Se separaron por unos segundos y Orihime se sonrojo, a Ichigo le paso lo mismo; si bien, el tendía a presentarse como alguien seguro y maduro, en esos momentos se sentía como un adolescente que apenas está aprendiendo de la vida. Orihime le sonrió con dulzura, lo cual provoco que Ichigo se sonrojara mas.

—Eh… Yo… Yo… —la chica comenzó a reír, a lo que Ichigo frunció el seño y la miro molesto. — ¿De qué te ríes?

—Pensé que eras tú el que debía ponerme nerviosa ya que eres el experto —Ichigo enarco una ceja, ¿desde cuándo era Orihime quien se burlaba de él?

—Jaja muy gracioso, será mejor que volvamos a casa —dicho esto la tomo en sus brazos dispuesto a usar Shunpo y que de esa manera llegaran más rápido, pero Orihime lo detuvo y lo miro con preocupación.

—Sera mejor que caminemos, estas herido.

—Para nada, ya estoy bien, además tu hermano llegara pronto y debemos estar ahí antes que él.

—Está bien… Por cierto, hablando de mi hermano, me dijo que si algo surgía entre nosotros, tenías que hablar con él para que tuviéramos su consentimiento —la cara de la chica se puso de un rojo intenso mientras veía a Ichigo, quien casi suelta a Orihime de la impresión.

— ¿E-en serio? —Orihime asintió sintiendo la vergüenza inundar su cara mientras Ichigo solo soltaba una risa nerviosa. Vaya cosa y pensar que él se burlaba de Renji e Ishida, ahora él se encontraba en la misma situación que ellos.

Mientras ellos se marchaban de aquel lugar, dos figuras se elevaron y los miraban irse. —Parece que, aunque ha progresado, aun no puede controlarlo.

—Vámonos, ha sido suficiente por hoy y tenemos que decirle a Aizen-sama los resultados…

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