bajo la luna llena
-Mira más la oscuridad; amala, siéntela y abrázate a ella, porque ya no podrás liberarte de sus cadenas -aquella voz sonaba tan imponente, atrayente y seductora, que aquella chica caminaba en dirección hacia ella en medio de aquel bosque lúgubre. Las hojas secas de los arboles que la rodeaban eran arrancadas con fiereza por el fuerte viento que soplaba en esos momentos; sus pasos se detuvieron al ya no oír la misteriosa voz y un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir una presencia detrás de ella, su miedo provoco que no se moviera y su instinto le decía que corriera, pero por más que le pedía a su cuerpo que lo hiciera este no reaccionaba; aquella presencia camino hacia ella y con una caricia gentil le acaricio la mejilla, la joven quiso voltear a verlo pero él se lo impidió. -No lo hagas.
-¿P-por qué no? -se atrevió a preguntar la muchacha con algo de miedo.
-Porque ya no sería divertido -aquel hombre misterioso deslizo su dedo por el cuello de la joven, para luego retirar su cabello de este, entonces se acerco mas a ella y la chica sintió su respirar en su cuello dándole una sensación placentera y escalofriante; los labios del desconocido se posaron en ella, dejándola aun mas temerosa. -No tengas miedo, solo quiero probar -dijo aquel desconocido mientras abría la boca y dejaba a relucir unos grandes colmillos.
El despertador sonó como loco y Orihime despertó de golpe con una capa de sudor en su frente, tomo el despertador y lo apago. -Otra vez no -alego mientras se secaba el sudor de su frente con la manga de su pijama. Desde hace varios días tenía aquel extraño sueño, al principio pensaba que era porque últimamente le gustaba ver y leer cosas sobrenaturales que según ella la sugestionaban, pero realmente no era lógico porque los fantasmas no tenían nada que ver con los vampiros y ese desconocido era uno.
-¡Orihime! ¡¿Ya te levantaste? -la voz de su hermano la saco de sus pensamientos que la llamaba y tocaba su puerta.
-Si hermano, ya desperté -la chica se levanto de la cama y se dirigió a su puerta abrir; Sora traía consigo una bandeja con el desayuno para Orihime.
-Buenos días bella durmiente -el chico deposito la bandeja del desayuno sobre la cama para luego darle un beso en la cabeza a su hermana, Orihime lo miro con una ceja arqueada y con algo de enojo en su rostro, su hermano solo le sonrío y le dio un suave pellizco en su mejilla.
-Sera mejor que nos demos prisa -fue todo lo que dijo su hermano para luego marcharse, la chica negó con la cabeza para luego empezar a desayunar con resignación.
El calor era bastante agobiante esa tarde, pues el verano estaba comenzando. Orihime miraba con melancolía por la ventanilla del coche en el que viajaba, el cual era conducido por su hermano, este la miro de reojo y sonrío.
-Ya verás que la ciudad de Karakura te gustara -dijo Sora con gran entusiasmo en sus palabras para levantarle el animo a su hermana.
-…
-Estoy seguro que harás nuevos amigos y que este ambiente te sentara bien -insistió su hermano mientras posaba una mano en su cabeza.
-Mentira, estábamos bien en Tokio -dijo la chica mientras hacia un puchero y mantenía su vista en la ventanilla.
-Por favor Orihime, dale una oportunidad a Karakura, hazlo por mí -la chica volteo a ver a su hermano que la miraba con ojos tristes, entonces volvió su mirada de nuevo a la ventanilla y suspiro con resignación.
-… Está bien.
-¡Muchas gracias hermanita! Verás que todo sale bien -ambos hermanos se miraron y sonrieron, era inevitable que Sora se saliera con la suya y siempre terminara convenciendo a Orihime al punto de que ella no pudiera negarse y ¿Cómo hacerlo? si su hermano era lo más preciado que tenia, como ella lo era para él, pues desde que habían muerto sus padres en un terrible accidente, ellos prometieron cuidar uno del otro siempre.
La noche había caído sobre la ciudad cuando ellos llegaron y se dirigieron al departamento que sería su nuevo hogar. Cuando llegaron y entraron todas sus cosas ya estaban ahí, solo hacía falta desempacar y acomodar; a Orihime el lugar le pareció agradable y acogedor mientras miraba el departamento.
-Bueno, iremos acomodando poco a poco, pero eso será después, ahora hay que dormir porque mañana yo voy a mi nuevo trabajo y tu señorita a tu nueva escuela.
-¡¿Eh? ¿Tan pronto? -la chica se cruzo de brazos, mientras miraba con reproche a Sora.
-Así es, no quiero que te retrases en tus estudios -Sora la miro fingiendo severidad.
-Pero no estoy lista, no tengo uniforme ni mucho menos lo que ocupare en mi nueva escuela y…
-No te preocupes, eso ya está listo, en el que será tu cuarto están tus cosas y el uniforme, me ocupe de comprarlos cuando la mudanza vino a dejar las cosas.
-Hermano eres un elitista -Sora comenzó a reír ante el comentario de su hermana y ella se contagio de esa risa también, entonces después de cenar algo de comida que compraron, se fueron a dormir los dos. Orihime se acostó en su cama y se dispuso a dormir, rogaba infinitamente no soñar con aquel lunático que quería morderla y al que nunca lograba verle la cara, mientras conciliaba el sueño se puso a pensar que era probable que los duendecillos o los alienígenas conspiraban en su contra y hacían que soñara esas cosas, no lo sabía con exactitud pero ya se encargaría de encontrar un método contra ellos, y justo cuando sus ojos se cerraban por el cansancio vio una sombra en su ventana; alarmada se paró de golpe y la sombra se fue, con los nervios de punta se aproximo lentamente hasta su ventana, recorrió la cortina pero no había nada. -¿Qué fue eso? -murmuro la chica para sí misma, volvió a cerrar su cortina y se encamino hasta llegar a su cama para acostarse; volteo para ver si ahí estaba otra vez pero nada ¿Habría alucinado? Podría ser, porque una persona asomándose no era posible ya que ella estaba en un edificio del onceavo piso ¡Claro! Los alienígenas que venían a molestarla, pero era inútil porque ella ya había descubierto su plan; negó con la cabeza varias veces, lo mejor era no seguir pensando esas cosas, mañana tenía que ir a la escuela y no quería dar una mala impresión en su primer día si por quedarse dormida llegaba tarde, así que por fin se acostó dándole la espalda a la ventana. En el techo de aquel edificio, un hombre de ojos azules sonreía. -Hay nueva sangre en la ciudad -el hombre se relamió los labios y luego se alejo para desaparecer en la oscuridad de la noche.
Orihime escucho la melodía de unos pajaritos cantar y eso hiso que se despertara, parpadeo varias veces y lanzo un gran bostezo, gracias a Kami-sama ella no había soñado nada, tomo su reloj para ver la hora y… -¡No puede ser tan tarde! -la chica salió corriendo de la cama, había olvidado poner la alarma y su hermano seguramente ya se había ido pues le había dicho que se iría temprano; tomo sus cosas para bañarse y en un tiempo record se baño y se vistió, mientras se colocaba un zapato dando saltos se dirigió a la cocina y encontró una nota de su hermano donde le decía que le dejaba preparado el desayuno, lamentablemente no había tiempo para eso, así que tomo sus cosas y salió corriendo de su departamento, cuando se encontró en la calle miro un papel que contenía la dirección hacia su destino, entonces se detuvo con un policía de tránsito y le pregunto por la preparatoria Karakura, este amablemente le indico las calles por las cuales debía irse y Orihime después de agradecérselo salió disparada hacia la escuela. La chica corría por una calle que estaba desierta y sintió que alguien la observaba, se paró de golpe y volteo pero no había nadie; esa sombra en su ventana la había dejado sugestionada seguramente, volvió a pegar carrera pues lo que menos tenía era tiempo para detenerse a pensar en esas cosas.
Y por fin llego; su respiración era agitada y se detuvo un momento a que esta se normalizara, una vez repuesta se encamino hasta llegar a la dirección donde toco la puerta y el director le autorizo la entrada.
-Buenos días -la joven se acerco hasta quedar frente al director que la miraba con algo de desaprobación.
-¿Por qué tan tarde señorita Inoue?
-Yo me perdí por las calles -bueno eso era mentira porque había dado con la escuela perfectamente, el retraso se debía a que se había quedado dormida, pero una mentirilla blanca no le hacía daño a nadie.
-Está bien, comprendo su situación, tome este papel y diríjase al número de aula escrito aquí.
-Muchas gracias -la chica se inclino en forma de agradecimiento y se marcho, al parecer el director era una persona agradable y la escuela no era tan estricta, eso era bueno. Orihime buscaba cual sería su salón y luego de un rato lo encontró y dudosa toco la puerta, una mujer de cabello castaño le abrió mientras le dedicaba una sonrisa. -Muy bien, un cerebro nuevo que ilustrare con conocimiento y sabiduría -dijo sonriente su nueva profesora mientras le daba unas palmadas a la espalda de Orihime y esta se tambaleaba. -Anda linda, entra y preséntate -la chica entro y miro a sus nuevos compañeros los cuales la miraban curiosos.
-Me llamo Orihime Inoue y espero que nos llevemos bien -la joven se inclino ante los presentes y la profesora le indico que se sentara atrás de una chica de cabello rubio, a su lado una de cabello negro se volteo a verla y le sonrió, Orihime hiso lo mismo y la clase continuo, a pesar de las miradas de sus nuevos compañeros que la hacían sentir incomoda, Orihime presintió que la escuela le iba agradar y eso era un punto a favor de su hermano en la decisión que se mudaran a Karakura. Las clases terminaron y Orihime recogía sus cosas cuando un grupo de chicos se le acerco y comenzaron a preguntarle un sin fin de cosas, la chica los miro desconcertada y se hundió en su asiento, entonces la chica que se sienta a su lado se abrió paso entre todos ellos y se puso frente a Orihime. -Ya basta montón de locos, que no ven que la asustan.
-Pero solo queremos conocer un poco más a Inoue-san, Arisawa.
-Alguien como tú no quiere conocer, quiere manosear Asano, al igual que tú Chizuru -Tatsuki estrello su puño en la cabeza de esta que ya estaba a punto de abalanzarse contra Orihime, la chica quedo tendida en el suelo para susto de todos los presentes que se alejaron de inmediato del lugar. -Vámonos Orihime -Tatsuki jalo a la chica hasta que salieron del aula.
-Gracias Arisawa-san.
-Dime Tatsuki y bienvenida a Karakura -dijo la chica mientras le extendía la mano y Orihime se la recibía gustosa.
-Gracias Tatsuki-chan -ambas chicas platicaban mientras se dirigían a la salida, pero un chico llamo a Tatsuki diciéndole que la necesitaban en su club y la chica se despidió de Ortihime.
Orihime caminaba hacía su departamento pensando todo lo ocurrido el día de hoy, le alegraba haber conseguido una amiga tan agradable como Tatsuki, ya quería llegar y en cuanto llegara su hermano contarle sobre su primer día de clases. Cuando llego a su departamento se dispuso acomodar algunas de las cosas de la mudanza, en ese momento sonó el teléfono y la chica se apresuro a contestar. -¿Sí, diga?
-Hermana, soy Sora -se oyó del otro lado de la línea.
-¡Hermano! Qué bueno que hablas, dime ¿Qué te gustaría cenar? Tengo tantas cosas que contarte -la chica detonaba alegría, mientras su hermano la escuchaba feliz de saber que Orihime había tenido un buen día, pero se sintió mal pues no iba poder compartir esa alegría esa noche.
-Perdóname Orihime, pero me temo que no llegare a cenar contigo esta noche.
-¿Qué? ¿Por qué? -la alegría de la chica se esfumo al escuchar a su hermano decir esas palabras.
-Mi jefe quiere que comparta algunas ideas con él, dice que tengo un excelente desempeño y brillantes ideas, así que me invito a cenar, perdóname -la voz de Sora sonaba triste por tener que hacerle eso a su hermana, pero la chica al escuchar la razón se alegro; ella sabía todo el esfuerzo que Sora había puesto para salir adelante y darle a ella una vida estable. Sora había tenido razón al aceptar el trabajo que le habían ofrecido ahí en Karakura, pues la oportunidad de sobresalir como el tanto lo había soñado se le estaba presentando.
-No te preocupes hermano ve con tu jefe, ya platicaremos tu y yo luego.
-Muchas gracias Orihime, prometo que te lo compensare después, ah y no olvides dormirte temprano, no ver películas de terror y hacer la tarea.
-Sí papá, prometo portarme bien -Sora comenzó a reír ante el comentario de su hermana, entonces se despidió de ella no sin antes decirle que la quería y corto la comunicación; Orihime deposito el teléfono en su lugar y suspiro con resignación para luego volver a sus deberes; una vez que termino de arreglar lo más esencial, se dispuso hacer la tarea y luego de que terminara esta, ceno para luego irse a la cama. Tomo un libro de su pequeño librero con el título "No mires por las noches bajo tu cama" y se puso a leerlo; Sora le había dicho que no viera películas de terror, pero no le había dicho que no leyera ¿no?, Además aun era temprano, así que tampoco lo estaba desobedeciendo en ese aspecto. No muy lejos de ahí un joven saltaba por los edificios mientras con una espada se defendía de las agresiones y ataques de un grupo de hombres que lo atacaban. –Maldito tramposo -dijo el chico de la espada negra y cabellera naranja mientras un hilo de sangre le escurría por la boca.
-¿Qué pasa Kurosaki? No me digas que es todo lo que tienes -dijo burlon un hombre de cabello negro y largo con un parche en uno de sus ojos.
-Cállate, ambos… sabemos que tu solo no… podrías contra mí… por eso has traído contigo a estos imbéciles Nnoitra -las palabras de Ichigo hicieron enfurecer al hombre del parche quien se dirigió atacar al chico.
Orihime se encontraba realmente distraída y asustada con lo que leía, pues Sally la protagonista había escuchado extraños ruidos debajo de su cama y como es lógico en ese tipo de historias, la chica se asomaba poco a poco y en el momento que leía que la chica había sido jalada por algo, un fuerte ruido se escucho por toda la habitación, pues algo o más bien alguien se había estrellado con su ventana rompiéndola, la chica pego un fuerte grito por el susto, mientras salía de la cama y se escondía debajo de esta, cosa irónica porque al recordar la historia salió deprisa de ahí y se escondió tras un mueble, entonces asomo sus orbes grises para ver que había pasado y pudo contemplar que el chico se levantaba con dificultad, pues estaba mal herido, de pronto sus agresores se colaron por la ventana dispuestos a seguir atacándolos; Ichigo tomo su espada para poderse defender pero uno de los hombres de Nnoitra le dio una fuerte patada que lo mando a estrellarse contra la pared. Orihime veía horrorizada todo aquello ¿Cómo era posible que se pudieron meter por su ventana así como si nada? ¿Pues que eran? Ichigo apenas y podía levantarse y la chica considero que aquello era un acto muy cobarde, cinco contra uno eso era muy injusto, entonces tomando valor de dios sabe donde se paro frente a Ichigo encarando a Nnoitra que la miro asombrado. -Mira nada más lo que tenemos aquí, por estar tan distraídos no nos percatamos de la presencia de esta chica.
Orihime lo miro con temor pues aquél hombre la miro de forma sádica, la chica tomó su lámpara de la mesita de noche para defenderse si este se acercaba atacarla. –T-tengo una l-lámpara y n-no dudare en usarla -por supuesto su pobre lámpara no iba a poder hacer mucho y ella lo sabía, incluso se había sentido un poco tonta al decir esas palabras pero por lo menos tenía algo con que defenderse un poco ¿no?
Nnoitra y sus hombres comenzaron a reír a carcajadas mostrando unos grandes colmillos, Orihime al verlos se le helo la sangre, ¿Acaso ellos eran vampiros? -Imposible -murmuro la chica mientras sus pupilas se dilataban.
-¿Qué pasa jamás habías visto un vampiro? -por supuesto que no que pregunta más tonta, pensó Orihime mientras retrocedía.
-Hueles muy bien, el festín que me voy a dar después de matar a Kurosaki -Nnoitra se relamió los labios cosa que desagrado por completo a la chica y justo cuando estaba a punto de írsele encima a Ichigo con su arma, la voz de uno de sus hombres lo detuvo.
-Deténgase Nnoitra-Sama, él nos está llamando y prohíbe que usted lo mate -Nnoitra miro a Tesla con furia y retrocedió hasta quedar al lado de ellos.
-Te juro Kurosaki que tomare tu cabeza como trofeo y tu niña me beberé hasta la última gota de tu sangre -el grupo de hombres se marcho dejando totalmente desconcertada a Orihime, entonces escucho un quejido de parte del chico tras ella y se acerco auxiliarlo e Ichigo se puso en pie con dificultad; la chica coloco el brazo del muchacho alrededor de sus hombros y lo ayudo apoyarse mejor, entonces lo llevo hasta su cama y lo recostó en está. -Tranquilo, estarás bien, voy a llamar a una ambulan…
-No -el chico entre abrió los ojos y contemplo a Orihime, quien lo miraba asustada.
-Pero estas muy mal herido -insistió la chica.
-Tan solo déjame descansar y en un par de horas estaré bien -la chica lo miro desconcertada pero entonces comprendió que el también era un vampiro y temerosa se alejo de él.
-Eres uno de ellos ¿verdad?
-Sí, pero descuida no te hare nada, además ¿Cómo podría en estas condiciones? Es más fácil que tú me lastimes con tu lámpara -dijo riendo un poco a lo qué Orihime se sonrojo por su comentario y lo miro con enfado, entonces para desquitarse de su burla fue a la cocina y trajo consigo un recipiente con agua y un trapo, el cual sumergió en el agua, lo exprimió y sin delicadeza comenzó a limpiar las heridas de su rostro; Ichigo se quejo de dolor y la miro con su seño fruncido.
-Lo estás haciendo a propósito -se quejo el chico.
-Claro que no, además los verdaderos hombres saben soportar estas cosas ¿no? -la chica sonrió triunfante y el solo se quedo callado, ¿Qué le pasaba a esa humana? Acaso no temía que él se enojara y la mordiera, con resignación se dejo limpiar hasta que ella termino y se quedo dormido. Orihime se sentó en una silla y se quedo observándolo, sinceramente el chico era muy apuesto y un inmenso deseo de tocar su rostro se apodero de ella, pero se contuvo, luego pensó que era una verdadera suerte que los vecinos no hayan salido alarmados por semejante escándalo, vio su ventana rota y suspiro, mañana tendría que resolver ese problema; ante todos aquellos pensamientos el sueño la venció y se quedo dormida.
Eran la una de la mañana cuando el sonido de una puerta abrirse lo despertó, probablemente alguien que vivía con ella había llegado y como sus heridas estaban curadas por completo decidió marcharse; contemplo a la chica que dormía en la silla y la tomo en brazos para depositarla en la cama, luego se dirigió a la ventana, salto en ella y mirando una última vez a Orihime se marcho. Sora entre abrió un poco la puerta y contemplo que su hermana estaba dormida, gracias a la oscuridad de la noche no vio la ventana rota y los vidrios esparcidos por el cuarto, entonces sonrió y serró la puerta tras de sí.
Los rayos del sol despertaron a Orihime, con pesadez se levanto y al recordar los eventos de la noche pasada se paró de golpe buscando al chico vampiro, pero el ya no estaba, probablemente al recuperarse se había marchado; Orihime suspiro y miro su reloj. -¡Otra vez no! -a la chica se le había hecho de nuevo tarde y otra vez tendría que padecer lo mismo que le había pasado ayer, así que otra vez se dispuso darse prisa porque seguramente hoy si la castigarían.
Durante el almuerzo Orihime permaneció en total silencio y Tatsuki se percato de eso. -¿Qué ocurre Orihime estas muy rara? -la joven la miro, por más que se había esforzado en aparentar que estaba bien, fue inútil pues el cansancio provoco que se durmiera en clase y que en esos momentos estuviera dormitando.
-Es que no dormí bien.
-¿Pues qué paso? -Orihime la miro con duda, ¿Podría ser que ella supiera de la existencia de los vampiros en esta ciudad? Pero y si no, que tal si la tomaba por loca, lo mejor era no decirle nada.
-Yo leí una historia de terror y por eso no pude dormir -Tatsuki la miro dudosa pero acepto creerle entonces Orihime sintió una fuerte mirada sobre ella y con la mirada busco al responsable y entonces lo vio; era él chico vampiro que se encontraba a lo lejos de la vista de los demás recargado de lado en un árbol con los brazos cruzados y que miraba a Orihime con seriedad, la chica quedo pasmada, ¿Qué hacia él en su escuela y a plena luz del día?
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