Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4: El deseo de una esclava

Me apresuré a hacer una reverencia.

—Su majestad—él hizo un ademán con la mano para indicarme que podía levantarme—. Disculpé mi indecente aspecto—dije tratando de cerrar la bata con ambas manos—, al parecer, he perdido mis ropas.

—Veo que ya te has instalado, María—me dijo él sin prestar atención a mis palabras.

—Así es, su majestad. Le agradezco infinitamente que me haya recibido en su casa y mucho más que eso, le agradezco estos aposentos.

—¿Te gustan? Quería unos más grandes para ti, pero me dijeron que era impropio.

—Estoy fascinada con ellos —giré mi vista a la ventana que daba vista al jardín de flores—. Desde aquí se puede respirar el relajante aroma del campo.

—Cuando me quede en tu casa—menciono el príncipe—, parecías muy emocionada porque la habitación que me diste tenía vista al bosque.

—Disfruto el campo, mi lord—respondí tratando de ocultar el tono carmesí de mis mejillas.

—Hiciste bien en irte antes del amanecer—pero el príncipe parecía querer que el calor me consumiera—, si no lo hubieras hecho, te habría robado ahí mismo y te habría traído arrastrando hasta aquí. Pero, Noom me recordó que soy un príncipe y debo actuar conforme a la norma.

—Lo entiendo, señor.

—¿Lo entiendes?

—Ya ha hecho bastante por mí con traerme a su hogar, impedir mi matrimonio y darme tanta comodidad. No necesita hacer nada más, porque con eso yo ya he recibido de usted más amabilidad de la que he recibido en toda mi vida.

—¿Qué significa eso?

—Significa que, entiendo que la razón por la que me trajo es porque se siente en deuda conmigo, pero no me debe nada. Yo, por mi parte, prometo hacer todo lo que pueda para no convertirme en una carga para usted.

La carcajada del príncipe casi me hace levantar la cabeza, pero tenía que recordar mi estatus inferior.

—¿Deuda? —se levantó en un solo movimiento y llego hasta mí, sostuvo mi rostro entre sus dedos y me obligo a levantarlo para ser atrapada en el hechizo de sus ojos— ¿Cómo te atreves? Yo soy un príncipe y tú una esclava. Tu lugar en la jerarquía es el penúltimo, solo por encima de los mendigos y los caballos, el mío roza el primero, solo superado por el rey y dios en persona. Arriesgar tu vida por salvar la mía no fue ningún favor de tu parte, era tu deber.

"Si te dije que te recompensaría es solo porque soy generoso. Pero el hecho de que haya prometido pagarte con una vida propia, no significa que yo tenga una deuda contigo, es solo una promesa.

"Y si te traje a este sitio y te he dado estos aposentos, lo he hecho para quedarme contigo, no para pagarte nada.

—¿Quedarse conmigo? ¿Cómo su esclava?

—Así es, tú aún eres una esclava, María.

—Lo sé. Y disculpe si me atrevo a preguntar, solo no entiendo entonces, ¿para qué me trajo? ¿Acaso no tiene suficientes esclavas? —pensaba que igual y si le proponía lo del convento, él accedería.

Pero las risas volvieron a llenar el ambiente.

El príncipe entonces me tomó por la cintura de una manera lujuriosa, juntó su frente a la mía y me susurro.

—Son para fregar pisos—luego me levanto de las caderas y me puso sobre la mesilla junto a la cama—, en cambio, tú...—sus labios entonces, encontraron su deseo y tomaron los míos en un beso— Tú eres una esclava para mi disfrute personal.

La segunda vez su beso fue más apasionado, más intenso y más codicioso.

Él abrió el listón de mi bata y exploro con sus manos mi vientre.

"Soy una esclava" repetía para mí mientras él se me libraba de su manto ", no puedo hacer nada" buscaba engañarme a mí misma cuando, quedando solo en pantalones, el príncipe recorría mi cuello con sus besos ". Solo soy una esclava" me repetí cuando metió sus manos en mis hombros y las deslizo tirando mi bata al suelo.

Después volvió a besarme y cuando su lengua recorrió mi piel desde mi boca hasta mi vientre, lo vi perder su cabeza entre mis piernas mientras yo me justificaba ante dios "solo soy una esclava sirviendo a su amo".

Pero cuando su lengua inspecciono mis adentros, no tuve que decirme nada porque mi mente quedo bacía.

Yo nací bajo el frío y las penumbras de una noche de otoño, pero el calor que el príncipe despertaba en mí era equivalente a todo aquel que el sol me había negado a lo largo de mi vida.

Mientras apretaba mis senos con sus manos y la humedad entre mis piernas se mezclaba con la de su boca, mi propio aroma comenzó a embriagarme.

Él estrujaba ese pecho y sostenía mi corazón en él, con las yemas de sus dedos pellizcaba las puntas de mis pezones y lascivos sonidos se me escapaban en grandes bocanadas de aire.

Sentí que moría cuando aparto esos besos de mí, pensé que había terminado, pero oír sus pantalones caer me hizo darme cuenta de que apenas iba a comenzar.

Volvió a sostener mi seno izquierdo, lo metió en su boca sin ningún reparo. Mientras lo devoraba ajeno a toda pena, el príncipe entro en mí, deteniendo las palpitaciones de mi cuerpo, solo para acelerarlas al grado en el que sus caderas cogían ritmo.

Aunque se le escapaban los jadeos, se negaba de dejar de succionarme los senos, incluso los mordía, apretaba mis glúteos y se daba gusto con mi sexo.

Y morí.

Definitivamente, morí en el algún punto en el que sentí un violento tirón saliendo del centro de mi ser, que me arranco el alma haciendo reventar mi corazón.

Él no paró, no hasta que la caliente sustancia de los hombres salió de él, llenando mi interior como lava.

Era consciente yo de mi falta de derecho, pero cuando lo hizo mis manos reaccionaron por sí solas y apretaron tanto sus hombros que los rasgaron mis uñas.

Estaba aterrada por la reacción que tendría el príncipe, pero mientras mi cuerpo encontraba en el ambiente algo de oxígeno, todo lo que hizo fue volver a besar mi cuello.

Después se dirigió a mis labios y aunque todavía tenía mi sabor dentro de su boca, volvió a besarme.

Sus besos eran tan gentiles y a la vez con tanta pasión que más que saberse mi dueño, actuaba como si ansiará obtener aún más de mí.

Aún estábamos desnudos cuando me tomo en sus brazos, me recostó en la cama y continuo un rato más con sus besos.

Después acaricio mi mejilla y me dijo:

—Quédate aquí—torció sus labios y agrego—. Debo ir a casarme con tu hermana.

Después se levantó.

Pensé que me había acostumbrado al dolor, pero mientras se marchaba, sentí un dolor tan grande que me hizo un hueco en el pecho y solo fue ligeramente apaciguado por las tibias lágrimas que corrieron por mis mejillas.

Porque, aunque no se casara con mi hermana, una esclava jamás podría ser la esposa de un príncipe.

Sin embargo, esa misma noche, él regresaría.

Su noche de bodas la pasó conmigo y en las noches siguientes, al alba, visitaba mi lecho con la convicción de bajo la oscuridad del cielo nocturno hacer de mí su mujer.

En ese momento lo supe. Nuevamente, era una esclava con un deseo condenado a la decepción.

Yo que nunca anhele nada en la vida, ahora vivía en un eterno deseo, un deseo por el esposo de mi hermana.

Me pregunté si, realmente, ese calor que me despertaba era como el del sol que se me había negado tanto tiempo o acaso, eran las imponentes llamas del infierno que crecían cada vez que me entregaba descaradamente a él esperando al día de mi muerte para condenar mi alma a bailar en ellas.

Notas del autor:

Hola, soy shixxen, la autora, pasando por aquí para preguntarte ¿Qué te ha parecido esta historia?

Sinceramente, a mi me esta gustando como esta quedando. Los capítulos son algo cortos pero así esta bien, no me siento presionada ya que también tengo otra historia y no quiero saturarme.

Por esto mismo, es posible que sean varios capítulos. Aun así, creo que al fin estoy dominando este tipo de narración ¿tú que piensas? 

Me encetaría leerte. 

Soy shixxen y me despido. CiaoBye.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro