8-Feliz
Kristal
No tengo palabras para describir lo que estoy sintiendo, ¿cómo un beso puede hacerte sentir que estás tocando la mismísima luna?.
Daniel me besa con mucha ganas aunque el beso no pierde su lado tierno, siento mi corazón queriendo abandonar mi pecho, pero no me importa, eso significa que esto era todo lo que yo quería.
Sus labios se separan de los míos y mi cuerpo enseguida protesta por la distancia entre ambos aunque no es mucha.
Tiene la respiración tan agitada como yo, sus pupilas están dilatadas y un gris oscuro apodera su mirada, mis labios se sienten hinchados por el tiempo que llevábamos besándonos y en seguida me muerdo el inferior por acto reflejo.
-por favor no hagas eso sí no quieres que me vuelva mas loco y te bese de nuevo- me suplica.
-no veo que te lo impide.
Le digo de una forma tan atrevida que hasta yo me sorprendo, pero las ganas de volver a besarlo son tantas que nublan mi razón.
Cierra los ojos y toma una fuerte respiración antes de volver a hablar.
- vamos a conversar, ya luego veré si puedo o no hacerte todo lo que llevo deseando desde hace mucho.
Me tiende el casco y en un abrir de ojos ya estamos en movimiento y voy abrazada a su torso como si no hubiera un mañana.
Vuelvo a sentir la misma adrenalina que siempre me invade cada que me subo a su moto, descubrí que si antes me intrigaban y gustaban, ahora me gustan doblemente, en especial si tengo a mi tormento cerca de mí.
Al cabo de un buen rato nos encontramos nuevamente frente a la casa de la playa aunque esta vez llegamos ya de noche, nos adentramos y soltamos los cascos, Daniel se aproxima a la chimenea para encender la leña y entrar en calor, ya está haciendo bastante frío estamos entrando en el último mes del año, pronto nevará.
- voy por una copa de vino, ¿quieres que te prepare un chocolate caliente?.
Lo pienso por un momento y aunque no acostumbro a beber quiero hacerlo junto a él.
-trae dos copas, voy a acompañarte - hoy no tomé medicamentos asi que puedo tomar un poco.
Él va a la cocina en lo que me acomodo frente a la chimenea, aunque esta vez no me subo a ningún sillón inflable, me siento sobre la acolchonada alfombra que se encuentra frente a esta, Dani regresa enseguida con una botella y dos copas y se sienta a mi lado, las llena con el líquido rojo qué, desde aquí siento que huele muy bien, es de uva, mi fruta predilecta.
- no sabía que bebías- me dice tendiendome mi copa con vino.
-no acostumbro a hacerlo pero me siento benévola hoy así que te acompañaré.
Los dos sonreímos porque fue exactamente lo que me dijo ayer, me encuentro muy nerviosa cuando paramos de reír y sus ojos me miran con tanta intensidad que me tomo todo el contenido de la copa a curucuru.
Mi cuerpo arde como mi garganta pero no creo que sea por la misma razón y me tiembla hasta la quijada de arriba.
- Daniel sobre lo que pasó hace un rato...
-no voy a disculparme- me interrumpe con semblante serio - hace mucho que deseaba besarte y no pude contenerme más.
- no quiero que lo hagas, solo quiero entenderte, me dijiste un montón de cosas que aún no asimilo y no sé que creer.
-kristal mira, se que soy un tanto difícil y mi carácter es un asco, y hay cientos de comentarios sobre mí por toda la escuela, pero no soy un mentiroso y quiero que creas cada palabra que te dije porque son ciertas.
El pulso vuelve a latirme acelerado y hasta podría decir que estoy sufriendo una taticardia por todo lo que sale de su boca, por supuesto que le creo, no solo me lo dice su voz, sus ojos me gritan también que lo que acababa de decir es cierto.
- quizás no sientas lo mismo y lo entiendo, solo quiero que no me alejes de tí.
- no pensaba hacerlo, quizás no sienta exactamente lo mismo que tú como has dicho, pero...- recuerdo perfectamente su te amo, todavía no lo asimilo-... Me... me gustas Daniel, me gustas mucho y lo último que deseo en este mundo es separarme de tí.
Sus ojos resplandecen de felicidad absoluta, coloca su copa en el suelo y comenza a acercarse a mí hasta que junta nuevamente nuestros labios, el beso inicia siendo muy dulce pero poco a poco va en aumento hasta que se vuelve apasionado en exceso, suelto mi copa y enredo mis manos en su pelo, su garganta emite un sonido gutural exitante y poco a poco va acostándome en la alfombra.
En un segundo se encuentra sobre mí, sus labios y los míos danzan a un ritmo perfecto, su lengua se adentra en mi boca y no hay nada que halla probado que me resulte más exquisito, al parecer siente mis nervios por como tiembla mi cuerpo porque para al instante de besarme. pero no solo es por el nerviosismo de tenerlo tan cerca, su tacto en mi piel me acelera y me estremece.
-¿qué ocurre, hice algo mal?- Me pregunta con preocupación arrugando su ceño.
- no es eso- respondo tímidamente- es que nu... nunca lo he hecho con na... nadie- paresco una imbécil gagueando- y estar tan cer...ca de tí..
Pensé que iba a molestarse o a burlarse de mí pero su mirada cambió a una llena de ternura, se pasa la lengua por los labios(cosa que me provoca bastante) y me sonríe e inmediatamente se levanta de ensima de mí y me ayuda a sentarme al lado suyo.
- yo no tengo apuro Kristal, perdón por la impulsividad pensé, pensé qué, olvídalo ahora me gustas más, tenemos todo el tiempo del mundo, pasará cuando tu quieras y estés preparada.
Sus palabras me calman de sobremanera, a Daniel le interesa estar conmigo mucho más allá de algo carnal, no solo es sexo como ocurría con las otras, yo soy diferente y él me lo está demostrando, enseguida me relajo y le sonrío.
-gracias- fue todo lo que digo mientras me acurruco a su lado, inalando su aroma.
Adoro su olor y sentir el calor de su piel junto a mí, sentí que se atirantaba un poco pero se fue relajando con el paso de los segundos.
Comenzamos a conversar sobre nuestros gustos buscando encontrar más cosas en común, vamos tomando vino mientras reímos y contamos historias nuestras de cuando eramos niños, por esta noche se me olvida todo, solo existímos el y yo y estoy que exploto de la felicidad porque lo siento mucho más abierto conmigo en comparación a la primera noche que pasamos en este lugar.
Olivia:
Hace mucho que no salíamos- le digo para cortar lo raro que está el ambiente.
Me siento nerviosa pero no puedo demostrarlo, Daimon no tiene ni idea de que estoy enamorada de él y no puede ni sospecharlo, todo está hecho un lío desde que el idiota de Daniel, que ya no me parece tan idiota, se había ido casi a los puños con el actual idiota Erick por defender a Kristal, y yo que lo apoyaba en su interés amoroso por ella.
- ya no recuerdo la última vez- Daimon mira su cóctel como si no hubiera nada más importante mientras le hablo.
- creo que nunca lo hemos hecho, solo coincidimos en fiestas pero nunca llegamos a compartir mucho porque siempre terminas llendote con algún chico.
Se oye algo diferente, pero no puedo creer que sean celos, el siempre me ha visto como una amiga.
- ¿me estás diciendo puta?.
- ¡¡claro que no!!- rectifica enseguida y esta vez el azul de sus ojos impactan contra el azul de los míos - nunca pensaría así sobre tí.
-ok te creo pero, ¿me lo dice el que vive rodeado de chicas?- le doy un trago a mi cóctel luego de sonreirle aunque tengo que admitir las innumerables veces que he llorado por este tema sin que nadie lo supiera.
Daimon niega con la cabeza y se bebe lo que le queda en su copa sin para y luego se gira hacia mí.
-¿Te apetece bailar?.
-¿es en serio?- estoy confundida- pensé que nos iríamos pronto.
-bueno no tengo nada mejor que hacer y ya que estamos aquí, aprovechemos, digo, ¿si quieres? sino podemos irnos.
-esta bien- digo demaciado rápido tomando su mano estendida hacia mí y tengo que cortar mi claro entusiasmo para no levantar sospechas- yo tampoco tengo nada que hacer, quedémonos un poco más.
Comenzamos a bailar con algo de distancia y a seguir tomando, resulta que el lugar tiene dos pisos, abajo es bar y en la parte de arriba hay un reservado que parece una minidiscoteca y ahí nos encontrábamos bailando.
Llevábamos 1 hora allí y ya había perdido cuántas copas llevábamos arriba y bailábamos lo suficientemente pegados como para sentir lo que mis movimientos provocan en él.
Aprovecho para dar lo mejor de mí, la liga de bebidas me está ayudando a soltarme y se que me veo muy sensual bailando porque se me da bien el baile y estoy segura de todo lo que mis movimientos de caderas provocan en Daimon.
- me estás volviendo loco- me susurra en el oído de forma lenta.
Me recorre una corriente por todo el cuerpo que me enciende mucho más, está oportunidad la voy a aprovechar bien si me arrepento será por haber hecho algo al respecto y no por no hacer nada como una cobarde, me giro y mis labios quedan a centímetros de los suyos, puedo sentir su aliento etílico ligado al mío.
-tengo mil formas de seguir haciendolo, te lo digo en caso de que quieras comprobarlo- sonrío con perversión mientras sigo bailando y desplazo las manos de Daimon de mis caderas a mis nalgas.
Daimon sonríe de lado con perversidad mientras aprieta de manera deliciosa mis glutios, está bastante tomado, no quiero aprovecharme de él pero quiero creer que no me mira solo así por la bebida.
-estoy ansioso porque me muestres.
Y terminando de decirme eso no lo pienso más y lo beso, lo beso como hace tanto tiempo he querido y he soñado, y sienti las mismas ganas por su parte, no paramos de hacerlo hasta que necesitamos aire y con la misma continuamos besándonos, mi ropa interior está empapada, su lengua atornillandose a la mía, sus manos haciendo estragos en mis nalgas y sentir como me restriega su erección me tienen con la pelvis a punto de estallar.
-salgamos de aquí- le digo con un tono seductor y desesperado.
-yo voy a donde sea que me lleves, lo único que quiero se encuentra frente a mí, y me tiene como un maldito loco.
No puedo creer lo que oigo, ya no se si es real o los tragos me estan pasando factura.
Sonreímos y salimos del bar, llamamos a un conductor para no dejar el carro botado hasta mañana y vamos por todo el camino besándonos como si nuestras vidas dependieran de ello, ni siquiera nos preocupamos de no encontrarnos solos en el auto, luego de llegar a la uni y pagarle al señor cuando mete el auto en el estacionamiento, subimos a su habitación.
Por suerte está sola, comenzamos a desvestirnos hasta quedar en ropa interior, pero algo me hace detenerme, quiero todo con él, pero estoy tan enamorada que no deseo ser una más o que al otro día las cosas sean raras porque él no sienta lo mismo, así que mis miedos al final si ganan.
-Daimon para por favor, no quiero hacerlo en el estado que estamos, no soportaría ser el error de una noche de fiesta- sus besos por mi cuello se detienen al instante.
-tú nunca serías un error, pero si no quieres no voy a obligarte- se aleja un poco de mí mientras se pasa la mano por el pelo.
Su rostro se crispó desde el momento que yo había dicho la palabra error y creo que está molesto.
Nos sentamos en la cama y los segundos se me hacen eternos porque ninguno de los dos dice nada, hasta que es él quien rompe el silencio.
-¿Podrías ayudarme a entrar al baño?, necesito una ducha urgentemente.
Aciento con la cabeza y lo acompaño, él no puede mantenerse mucho en pie así que termino metiéndome con él bajo la ducha, esta helada y estámos temblando un poco pero es la forma más rápida de pasmar una borrachera que utilizando el agua caliente.
Daimon levanta su mirada, sus ojos igual de azules que los míos me eclipsan, siempre me gustaron más los suyos, en ellos veo tanto por decir pero sus labios no emiten sonido alguno, los dos nos mantenemos la mirada un buen tiempo hasta que él comenza a hablar nuevamente.
- tengo algo que confesarte- enseguida lo interrumpo depositando mis dedos en su boca.
- creo que mejor me lo dices mañana cuando estés totalmente sobrio.
Tengo miedo de que ahora que está más lúcido diga algo que me duela escuchar.
- Olivia, el agua está helada, si lo que querías era acabar un poco con mi estado lo has logrado grandemente, no me interrumpas por favor, necesito mucho valor para hablar y creo que me ayudará un poco la bebida que aún fluye por mis venas.
Me quedo mirándolo sorprendida por lo serio que está, lo he visto así pocas veces, pues es el tipo de chico que siempre le adorna en su cara una sonrisa.
- se que esto te va a sonar raro pero es algo que llevo ocultando mucho tiempo y no quiero seguir haciéndolo y menos después de todo lo ocurrido hoy- sigue mirándome a los ojos de forma intensa mientras el agua sigue cayendo y sus manos acarician las mías- es... estoy enamorado de ti desde que te conozco.
Su revelación me deja pasmada, no es lo que esperaba que dijera y tengo que pestañar varias veces porque creo haber oído mal.
-eso es imposible nos conocemos desde los 10 años - hablo apezar de mi desconcierto.
- pues entonces ya sabes que llevo más de 10 años enamorado de tí.
No se que decir, por un instante pienso que es una broma, pero Daimon no es ese tipo de personas además siento su desesperación y sufrimiento en cada palabra.
- desde la primera vez que mis ojos te vieron supe que quería ser ese príncipe azul con el que siempre soñabas, te acuerdas, decías que eras como Rapunzel, porque tenías el pelo largo y rubio y esperabas que tu príncipe llegara a salvarte... siempre hablabas de eso cuando,
-me sentía triste luego de que discutían mis/tus padres.
Hablamos al mismo tiempo y mis lágrimas no se contienen de rodar por mi mejilla igual que las suyas.
-pensé que era cosa de niños pero me di cuenta que no cuando lo que sentía por tí en vez de desaparecer crecía y se volvía más fuerte con el tiempo, y me puedes llamar acosador pero tengo mi laptop llena de fotos tuyas desde que te conosco- los dos sonreímos a pesar de las lágrimas- y nunca he tenido el valor de decírtelo porque no quería perder tu amistad y que te sintieras incómoda conmigo, pero ya no quiero ocultarlo más.
Baja su mirada con miedo de mi respuesta pero si ya el ha tomado valor yo haré lo mismo.
-Daimon yo igual te amo- levanta su cabeza al instante y puedo ver su asombro- no hace tanto tiempo como tú, pero estoy enamorada de tí desde el instituto, hace 5 años que no sales de mi mente ni de mi corazón y debo admitir que he sido una idiota por ocultártelo pero tenía los mismos miedos que tú, lo siento.
-no te disculpes por favor, los dos teníamos que habérnoslo dicho, no puedo creer que sintiéramos lo mismo, tanto tiempo perdido, tantas noches que moría de celos cuando te veía con otro, las veces que me desesperaba cuando sabía que te encontrabas mal y no podía estar a tu lado tanto como quería.
- no pensemos en eso, piensa que todo pasa por algo, las cosas pasan cuando tienen que pasar y ahora podemos recuperar todo el tiempo perdido, claro, ¿si quieres?.
Esto último lo digo más bajo porque el miedo de que se eche para atrás me tiene considerablemente nerviosa.
-estás muy mal de la cabeza si en algún momento pensaste que no quería, ¡¡¡claro que quiero!!!- lo grita mientras me levanta por la cintura riéndose- es todo lo que he querido desde niño, ¿acaso no me escuchas?.
- sí ya me ha quedado claro, ¿Daimon Velet quisieras ser mi novio?- le pregunto sonriendo y con el corazón disparado.
-tu novio, tu amigo, tu amante, todo, quiero ser tu todo como tú eres todo para mí.
Nos besamos ardientemente, seguímos bajo la ducha pero ya ni sentía el frío, salimos del baño y caemos en la cama sin separar nuestros labios, no nos importa mojar el suelo, las sábanas ni nada.
Sus besos comienzan a recorrer mi cuerpo de forma lenta y amorosa luego de terminar de desnudarnos, hasta llegar a mi feminidad, siento su lengua caliente explorarla, primero suave pero poco a poco sus movimientos van en aumento haciendo que mi espalda se arquee de placer y que mis gemidos imnunden la habitación, meto mis dedos entre su cabello y tiro más para mi misma, quiero sentirlo más cerca pero eso ya no es posible.
No tardo mucho en que mis fluidos llenen su boca por mi orgasmo, mi respiración es un desastre y aunque acabo de explotar de placer quiero más, Daimon tiene los ojos de un azul oscuro que nunca antes había visto, se relame los labios de forma provocadora y sus besos suben de nuevo por mi cuerpo hasta detenerse en mis senos, se mete uno en la boca supsionando el pezón, mientras al otro lo acaricia con su mano derecha, y con la izquierda traza círculos en mi zona más sencible.
Es indescriptible todo lo que me está haciendo sentir, tanto que me hace suplicarle que me haga suya, mientras que él sin perder esa sonrisa traviesa me introdujo su erección lentamente sin dejar de besarme abriendose espacio dentro de mí.
Sus estocadas cada vez son más profundas y más rápidas y su lengua me recorre el cuello hasta llegar a la oreja y morderme el lobulo izquierdo y nuevamente vuelve a besarme con una intencidad arrolladora, al cabo de un rato no puedo contenerme más cuando el orgasmo arrasa conmigo nuevamente y con él después, gruñe de una forma tan varonil alargando mi éxtasis cuando nos vinimos juntos. Cae ensima de mí pero sosteniendo su cuerpo con sus brazos para no aplastarme.
Seguímos mirándonos a los ojos, jadeando con nuestras frentes pegadas y con la inconmensurable felicidad de estar verdaderamente juntos por fín.
Daimon se acuesta en la cama boca arriba y yo me acurruco en su pecho, sus dedos me recorren la espalda y cada dos por tres besa mi cabeza.
-ya lo eres- le digo un poco adormilada pero muy conciente de lo que hablo.
-¿qué cosa?- pregunta sin saber a lo que me refiero.
-mi todo- levanto el rostro para besarlo en los labios diciéndole con el beso más que con mil palabras.
Daimon sonríe y pega mi cuerpo más al suyo si es que se puede y enseguida me quedo dormida.
***
Siento unas llaves abriendo la puerta, recuerdo todo lo ocurrido esta madrugada y donde me encuentro ahora y sin abrir los ojos en mi cara se dibuja una sonrisa por la felicidad.
Me abrazo más a Daimon y es cuando noto que si no fue él quien anda con llaves es... Abro los ojos de golpe y veo a Kristal colorada hasta más no poder y a Daniel con una sonrisa de niño que acaba de hacer una maldad.
-buenos días tortolitos, ¿durmieron bien?, no me digan la sonrisa de Olivia me lo dice todo.
Daimon da un brinco y cae sentado en la cama, todavía estámos desnudos pero tenemos las sábanas cubriéndonos, aunque a él no tanto, tiene todo el pecho descubierto y se ve increíble acabado de levantar!.
-lamento interrumpir pero es lunes y todos los presentes aquí tenemos clases o, ¿quieren seguir lo de anoche todo el día?.
-basta Daniel, no vez que esto da mucha vergüenza- le dice Kristal tapándose los ojos mientras Daniel se destornilla de la risa, es la primera vez que lo veo reír y que lo encuentro de tan buen humor.
-muy gracioso, ¡vete de aquí!- le dice Daimon lanzándole una almohada a la cabeza.
- vamos a desayunar.
Kristal lo jala del brazo para sacarlo de la habitación mientras el muy cabrón no para de burlarse.
-¿Los esperamos o no?- sigue diciendo el imbécil que se cree gracioso, espera, ¿desde cuando Daniel hace bromas y se ve tan abierto al público? Humm..
-espérennos en la cafetería ya bajamos-digo mientras Kristal lo logra sacar del cuarto y cierran la puerta.
Daimon y yo nos quedamos mirándonos y sonreímos.
-buenos días amor.
-buenos días mi príncipe- y le doy un beso.
Kristal:
Los tórtolos como les dice Daniel no tardaron mucho en llegar, nos sentamos en una mesa y todas las miradas están sobre nosotras.
Los chicos van a buscar el desayuno mientras nos quedamos en la mesa esperando.
-¿No me vas a preguntar?- me dice Oli.
-no porque estás feliz y si tú eres feliz yo también lo soy- ella me sonríe con mucha ternura.
-pues yo sí que quiero todos los detalles porque al parecer no soy la única que amanece con novio, los ví cogidos de la mano y antes de irse Daniel te dió un beso en la frente, está de un humor nunca antes visto eso explica muchas cosas.
- pues sí, somos novios, es algo nuevo para mí porque sabes que nunca había tenido uno, pero me prometió esperar el tiempo que yo decida para ya sabes he.. he...
-¿tener sexo?- mi cara me arde de vergüenza y Olivia comienza a reír.
- vale no te pongas así, es genial que te haya dicho eso, parece que sí que es diferente contigo y yo me alegro.
-gracias mi ojitos de cielo, solo te pido que aunque Daniel sea difícil de tratar lo intentes por mí y por Daimon, el no es como aparenta ser, solo tienes que conocerlo más, ¿sí?.
- está bien voy a intentar llevarme bien con el imbé... Digo con Daniel por ustedes, ¿feliz?.
-mucho, tanto que no hay palabras para explicarlo.
Otro capítulo terminado mis niñas, espero les haya gustado, al comienzo del capítulo tienes la foto de Oli y Daimon, besos las quiero😘😘😘.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro