12-rota
Empecé mis prácticas junto a Daniel y Daimon en el Eliter luego de tomarnos el primer día del año como descanso antes de comenzar a trabajar.
-¿lista para el primer día? - me pregunta Dani mientras aparca la moto justo al lado del auto de Daimon.
-más que lista, es un sueño estar aquí.
- entonces debes disfrutarlo al máximo - me dice Daimon revolviendo mi cabello mientras caminamos al interior del hospital.
Estoy emocionada, aún no me creo poder estar aquí, aunque tengo miedo de no ser suficiente y no merecer esta oportunidad que Elena me está brindando, de todas formas me voy a esforzar el quíntuple para que todo me salga bien y estén orgullosos de mí.
Todos los nuevos nos reunimos en la sala de reuniones donde Elena nos da la bienvenida pero tiene que dejarnos con su vicepresidente porque al parecer algo surgió de momento.
Lo primero que nos dejan claro es que después de empezar las prácticas en un centro de trabajo no se pueden dejar porque nos hacen como un contrato, no permanente por supuesto, pero hay que cumplirlo sino nos cae una buena demanda y aparte la universidad podría hasta hecharnos.
Firmo mi contrato cuando llega mi turno y estoy super contents; ahora podré ayudar un poco más a mis padres ya que cobro muy bien por trabajar aquí.
Mi tormento está serio a no ser que me mire y me sonría, se que lo hace para que no me preocupe pero tengo la certeza de lo tenso que se encuentra.
- ¿Si te cuento un chiste dejarás esa cara larga y mejorará tu estado de animo?.
- no lo sé puedes intentarlo - me anima a hacer el ridiculo pues soy malisíma comediante, es más si tuviera que ganarme la vida así me moriría de hambre.
- ¿qué le dice una chinche a Otra chinche?.
- no lo sé, ¿qué le dice?.
- chincheramente eres fea -Daniel comienza a reír y me siento satisfecha.
- Kristal cariño como doctora seguro serás la mejor pero en la comedia no tienes futuro te lo digo como amigo que te quiere.
- lo sé Daimon pero Dani siempre sonríe con mis malos chistes y para mí es suficiente con eso.
- ¿aunque hagas el ridículo?.
- sí, cuando se ama no importa como te vean los demás con tal de hacer feliz a la persona amada.
Dani termina de reír y logra hablar - ¿cómo ridículo si lo hace perfecto?.
- Si lo que digas -ahora soy yo quien sonríe.
Nos están dando un tour por todo el hospital para irnos familiarizando cuando la veo, la misma rubia que me empujó por las escaleras, creo que se llama Sara, en un instante sus ojos hacen estancia en mi novio que no se a dado ni por enterado de que ella se encuentra aquí y ahora que lo pienso no entiendo ¿por qué? si no estudia medicina, creo que va a derecho pero no a las mismas clases que Oli.
- ¡Daniel! - grita mientras se acerca remeniando todo su cuerpo- me dijo mi madre que harías tus prácticas aquí- dice cuando termina de acercarse- al principio me costó creerle pero ahora que te veo mis dudas se disipan.
- sí- responde un poco hosco- no pensaba hacerla aquí pero mi novia me convenció.
Dani me señala pero ella ni atención me presta sus ojos siguen clavados en él, cuando yo la miro me siento insignificante, es una chica muy hermosa, rubia y de ojos verdes, con un cuerpo bastante voluptuoso y un carisma envidiable, en fín, no podría pasar desapercibida para nadie.
En cambio yo tengo mis ojos oscuros igual que mi cabello, me considero simple y sencilla para todo, soy delgada aunque tengo todo en el sitio que tiene que estar, conclusión, nada que ver una con la otra, pero Daniel ni siquiera le presta atención.
- ¡Daimon hola!, como siempre el sancho panza de el Quijote.
- lo lamento Sara pero no es un placer verte así que si me disculpas voy a seguir mi camino.
- está bien no es contigo con quién quiero hablar, sino con Daniel.
Lo siento más tenso que antes y creo que algo no va bien.
- digo... si quieres puedo hablar aquí en presencia de... bueno ya sabes - levanta una seja mientras lo mira arrogantemente.
Pienso que su respuesta va a ser negativa pero me sorprende mucho cuando me manda a seguir el recorrido con Daimon.
- no te preocupes Daniel no siente absolutamente nada por ella,- me aclara mientras caminamos- estuvieron una noche y fue porque ella se aprovechó de que estaba muy tomado, pero hasta allí y fue hace mucho tiempo solo que ella no lo supera.
- no puedo prohibirle que hable con ella pero debo admitir que me molesta bastante, ¿qué hace aquí en el hospital? - avanzo enojada.
- su madre es una de las accionistas mayoritarias y su padre trabaja en el bufete de abogados del padre de Daniel.
- ¿entonces puedo pensar que es el tipo de novela dónde la chica está enamorada del muchacho y sus familias son muy abyegadas y aunque él no siente lo mismo; termina dándose cuenta de que siempre la quiso y... se quedan juntos?.
- Kristal no va a ocurrir para Daniel solo existes tú, soy su mejor amigo y te lo digo porque lo conozco, no sé ¿cómo lograste que estuviera aquí o qué pasara días festivos con su familia?, pero de algo tengo certeza y es que de no ser por tí nada de eso habría ocurrido.
- ¿tú crees? - pregunto emocionada.
- claro que sí además, ¿no te has dado cuenta lo mucho que a cambiado?, Ya no está tan amargado, sonríe más y es un poco más amable, no te lo he dicho hasta hoy pero gracias por ser esa claridad en su vida, Daniel a vivido mucho tiempo en completa oscuridad y tú eres esa luz que ilumina un poco toda esa tiniebla que carga su alma.
Sus palabras me hacen sentir triste y a la vez feliz, no sé por todo lo que él a tenido que pasar pero estoy contenta de haberle servido de ayuda tanto como él lo a sido para mí.
Estamos llegando a la sala de cardiología cuando Daniel nos alcanza, prácticamente no me mira y está igual de raro que como lo sentí días atrás mientras estaba en mi casa pero trato de no pensar en eso ahora, necesito concentrarme.
Nos ponen a atender pacientes en recuperación para tomarles los signos vitales, revisar el progreso de sus operaciones y ver su estado anímico, para empezar está bien no tenemos la experiencia de un médico graduado o con años de trabajo y de igual forma para mí lo importante es aprender poco a poco.
Busco a Daniel con la vista y lo encuentro frente a una ventana con la mirada perdida en el cielo, se ve deprimido y triste y me estoy arrepintiendo de obligarlo a venir conmigo, quizás no se siente bien aquí y eso influye mucho en su estado de ánimo.
El resto del día fue igual, sigue pensativo, no habla ni conmigo ni con su mejor amigo a pesar de que le preguntamos cosas para hacerlo hablar.
En el comedor casi ni prueba el almuerzo que tengo que decir que es toda una delicia, me imaginaba la comida del hospital sosa y asquerosa pero me equivoqué, se nota que estamos en un hospital de lujo.
-Mira Dani el postre que tanto te gusta, tu favorito - se lo muestro pero niega con la cabeza porque no quiere.
-Daniel que tal si por la noche vamos con las chicas a tomarnos nos tragos para celebrar nuestro primer día.
- hoy no creo poder - y se levanta para devolver la bandeja y salir del comedor - Daimon y yo nos miramos preocupados y salimos detrás suyo.
Pero las cosas me preocupan más por la tarde cuando le pide a su amigo llevarme a la escuela.
- ¿amor ocurre algo?- lo enfrento no pudiendo contenerme más.
- no todo está bien, déjala en la entrada de la habitación junto a tu novia- se dirige de nuevo a Daimon- después nos vemos.
Y sin más se marcha, mi acompañante me mira con la misma expreción de sorpresa que de seguro tengo yo, es la primera vez que se va sin darme un beso y sin más se monta en la moto y lo veo salir a toda velocidad.
- no te preocupes, seguro después va a verte y te cuenta lo que le ocurre.
Asiento con la cabeza porque no tengo ganas de hablar, sé que algo va mal y estoy inquieta es como un mal presentimiento de que algo realmente malo va a ocurrir y no puedo evitar pensar que tiene algo que ver con Sara porque antes de que se quedaran hablando él no se comportaba así.
En la noche no lo veo, llamo varias veces a su móvil y me da apagado, como con Oli y Daimon en el comedor de la universidad y es cuando no puedo más.
- algo malo le ocurre, lo sé tengo ese presentimiento y lo peor es que creo que tiene que ver con Sara.
- ¿Sara la loca que te empujó por las escaleras?, - Oli me pregunta mientras termina su comida.
- sí ella, al principio pensé que era por estar en el hospital pero luego me di cuenta que antes de quedarse hablando con ella estaba serio pero a mí me sonreía y no dejaba de hablar conmigo y con Daimon.
- tienes razón, no debimos dejarlos solos.
- esperen un segundo, esa vívora se quedó sola con Daniel y tu Krista ¿lo permitiste?.
- ¿y qué más podría hacer?, Él mismo nos pidió intimidad para hablar con ella - le explico bajando la cabeza.
- ¡Pero está loca! - Olivia golpea la mesa con la mano asustándome - eso es algo que no debiste permitir, ¿o acaso a Daniel le gustaría que te quedaras hablando a solas con un chico claramente interesado en tí?.
- Bueno tienes un poco de razón pero confío en él y...
- Pero en ella no deberías confiar, mira ahora como estás de preocupada y seguro por su culpa.
- Bueno ya, Daniel nunca se a dejado influenciar por ninguna chica mucho menos por Sara, debe tener un buen motivo y seguro que luego nos explica, demosle espacio, a veces necesitamos un tiempo con nosotros mismos.
- sí, tienes razón Daimon, no puedo evitar estar preocupada pero confío en él, le daré su espacio y luego lo buscaré y lo apoyaré en lo que necesite.
- Si eso es lo que deseas ok te apoyo pero si no quieres que esto vuelva a ocurrir aleja a Sara de tu novio.
Son las tres de la mañana y no logro dormir, estoy preocupada y desesperada por saber de Daniel, lo extraño y me duele que esté pasando por lo que sea que esté pasandole solo, luego de ir al baño por gusto cinco veces y de dar vueltas sin parar en la cama termino dormida.
Al otro día llamo a Daimon por noticias pero desafortunadamente no sabe nada Danielo no llegó a dormir y lo peor es que faltó a las clases por la mañana y tampoco fue al hospital en la tarde.
Cuando llego a mi cuarto recibo un sms de Daimon avisándome de que acaba de llegar a su habitación y lo encontró en la cama tirado y para colmo que no lo ve nada bien, sin pensarlo me mando a correr hasta allá y sin tocar me adentro al cuarto.
- ¿Dani qué ocurre estaba muy preocupada por tí?- pregunto nada más entrar de forma agitada y con el corazón en la garganta.
Él no se inmuta con mi pregunta, sigue andando en su móvil tal y como lo encontré cuando entré.
- Daniel estoy hablando contigo ¿qué pasa, dónde estuviste toda la noche y todo el día?.
- Kristal ahora no quiero hablar, vete.
- ¡¡no!!, ¿Sabes lo mal que la he pasado sin saber nada de tí? -El recuerdo de la noche anterior casi en vela por la preocupación vuelve a mi mente.
- bueno ya me viste estoy bien, ya puedes marcharte.
Su mirada sigue fija en su celular y su voz me dice claramente que no quiere hablar conmigo, nunca me había tratado así.
- Daniel sabes que pase lo que pase no voy a juzgarte y que siempre te voy a apoyar.
En ese momento sus ojos miran los míos y veo mucha tristeza y miedo en su expreción pero enseguida esta se transforma su mirada me hiela la sangre.
- ok, ya que tanto quieres saber y no vas a juzgarme voy a contarte- me dice poniéndose de pie y posicionándose delante de mí- ya no quiero seguir contigo, he perdido el interés y te quiero a metros de distancia de mí.
Sus palabras me caen como balde de agua helada, no pensé que fuera a decirme eso y menos de una forma tan cruel.
- ¿por qué dices eso sí entre nosotros está todo bien?- pregunto un poco desesperada y con la voz rota.
- ¿todo bien?, hay por favor llevamos un mes juntos y eres una maldita mojigata, te has hecho la estrecha todo este tiempo y ya me cansé.
- ¿tú estás terminando conmigo porque no nos acostamos? Ni cuando lo digo en voz alto logro creerlo.
- no, estoy terminando contigo porque nunca me gustaste, porque siempre fuiste un juego, eras la nerd de la escuela, la chica que no tenía cabeza para más nada que para los estúpidos estudios, así que quise ponerme el reto de enamorarte y que te acostaras conmigo pero terminé aburriéndome de esperar y además ya se me hace bastante tedioso tener que seguir fingiendo que me importas cuando me da igual cualquier cosa que te ocurra.
Me lo ha dicho todo de una forma tan despectiva que se me hace imposible pensar que se trate de la misma persona que me prometió quedarse toda una vida conmigo, a todas estas no mira mis ojos y va caminando de un lugar a otro.
- y si es así, ¿por qué no me miras a los ojos y me repites todo de nuevo?, porque no te creo nada, ¿sabes las veces que me has demostrado que estás enamorado de mí? - grito porque el dolor por sus palabras me asfixia.
Se acerca y retroceso dos pasos cuando me mira de la forma en que lo hace, jamás lo había visto mirar a nadie así ni si quiera a su madre, su mirada es tan gélida que comienzo a temblar aunque no sé si es por miedo a su persona o por miedo a lo que va a decirme, aunque me voy más por lo segundo.
- ¿quieres que te lo repita todo, estás sorda o eres estúpida?, pensé que con tanto estudio lo ibas a entender a la primera pero veo que no, ¡No Me Importas!, todo fue una apuesta, estaba cansado de que las mujeres se me dieran tan fáciles y quería algo diferente, te usé todo lo que quise y por lo menos cumplí un objetivo; que terminaras enamorándote de mí pero me aburrí, lo que quería era aprovecharme de tus sentimientos para tener sexo pero no me resultó, quizás si te hubiera ofrecido dinero, a lo mejor te abrías más rápido de piernas.
Sin pensarlo ya mi mano le ha virado la cara hacia un lado por el impacto del galletazo, mis ojos están llenos de lágrimas y mi cuerpo no puede moverse, tengo el pulso a mil y me tiemblan hasta las piernas, aún no creo lo que estoy escuchando.
Esto tiene que ser una broma de mal gusto Daniel nunca me haría eso, pero es él, aunque me duela admitirlo es la misma persona, sus ojos vuelven a los míos y ahora me mira como si fuera algo insignificante.
- ¿ya te sientes mejor?.
- ¿de verdad me estás preguntando eso?.
Mi voz casi es un susurro al punto que siento mi garganta cerrarse por el nudo que tengo allí, y sin poder contenerme, las lágrimas comienzan a caer.
- pues si ya te respondí a todo y ya estás satisfecha por golpearme vete de aquí a llorar a otra parte, me parece muy lamentable que tires tú orgullo así por alguien.
- una pregunta más... ¿hay otra en tu vida? -Mis ojos se encuentran con los suyos, quiero mirarlo bien mientras me responde.
- te voy a responder a ver si de una maldita vez te vas y me dejas tranquilo, sí, estoy con Sara, una mujer hermosa que no es tan estúpida como tú y que está en mí mismo nivel social, ¿te quedó claro?, Ahora marchate que eres la última persona que quiero volver a ver.
Me encuentro cayendo de un acantilado, es como si cada parte de mi cuerpo doliera y mi alma estuviera vacía, todo este tiempo me engañó y jugó conmigo y tiene razón, la única estúpida fui yo por permitírselo.
- no te preocupes ya me quedó transparente todo lo que me has dicho, nunca me imaginé esto de ti Daniel.
- esa era la idea niña, que creyeras en mí - una sonrisa arrogante se dibuja en sus labios.
- en estos momentos no sabes cuanto te odio -lo digo sabiendo que no es así pero no quiero que se siga burlando de mí.
- ódiame o ámame, amabas están a mi favor. Si me amas voy a estar siempre en tu corazón; si me odias, siempre voy a estar en tu mente, te gusta William Shakespeare o ¿ya no tanto?.
Al escucharlo decir aquella frase no aguanto más y salgo corriendo de la habitación, cada paso que doy lejos de él me destruye, quiero dar la vuelta, abrazarlo y decirle que vuelva a ser el mismo de antes, pero recuerdo que ese Daniel nunca existió, que todo fue una farsa, una mentira, que apostó mis sentimientos como si se trataran de nada, que está con la persona que casi me mata en un ataque de celos y locura tirándome de las escaleras, que me llamo estúpida y que me dijo por lo claro que yo no soy nada al lado de ella, que no le importo en lo absoluto.
Mi cuerpo se siente blandito, mis piernas ya no me aguantan son como gelatinas, entro a un baño y cierro la puerta con llave para que nadie entre y ahí, sin poder contenerme más voy cayendo hasta el suelo.
Me hago un rollito, tengo mis brazos al rededor de las rodillas y mi cara entre mis piernas, no me importa quien pase por fuera y me escuche llorar con el desconsuelo que lo hago, no me importa nada ya, me duele recordar sus te amos, sus promesas, el tiempo juntos, el collar que llevo en el cuello me quema pero se me hace imposible quitármelo.
Estoy vacía y rota, nadie me había lastimado a esta magnitud y todo por mí maldita culpa, caí como una imbécil en su juego, ¿cuánto debe haberse burlado de mí?, y lo que más me duele es que yo no solo le entregaría mi virginidad, si hubiera querido le habría entregado mi propia vida.
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