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10-mi William Shakespeare

                 Mini maratón 1/2
Estoy un poco nerviosa porque mis padres conoscan a Daniel y mucho más por la manía que le tiene mi madre a el medio de transporte de mí novio(que a mí me encanta), pero no quiero que finja para agradarles, no quiero esconder nada que tenga que ver con él, porque para mí todo su ser es perfecto y no voy a permitir que cambie algo para gustarle a alguien, ni siquiera a mis padres.

La cosa está un poco incómoda desde que llegamos, Daimon y Olivia estaban junto a ellos en el parqueo y a mi madre casi se le descuelga la mandíbula cuando nos vió llegar pero gracias a Dios aún no ha dicho nada.

Quisimos sentarnos en el café de la esquina para conversar un poco pero Daniel insistió en un restaurante muy bueno que hay cerca para cenar ya que nosotros no habiamos podido hacerlo y de seguro mis padres y mis amigos tampoco.

Mamá y papá están como peces fuera del agua porque nunca han estado en un lugar como este y yo no sé que hacer ante la situación para que se sientan cómodos porque yo aún tampoco me acabo de acostumbrar a frecuentar restaurantes con tanto glamour como los 5 Estrellas a los que me lleva Daniel.

-karol la comida aquí es deliciosa verás que te va a encanta, no es un lugar al que se entra sin reservar con antelación pero para su yerno no hay nada imposible- Olivia rompe el hielo tratando de relajar el ambiente pero no creo que lo a logrado.

-Olivia mi vida estás hermosa hacía tiempo no te veía- responde mi madre con una sonrisa y creo que me había equivocado.

-gracias Karol usted siempre tan gentil, hace mucho no vienen de visita por aquí y no pude ir con kristal en las vacaciones pasadas, pesqué una gripe horrible y de la cama no podía ni pararme.

- sí Kris me lo contó y recé mucho para que te pusieras bien pero no me hables de usted, ¿!cuántas veces te lo he dicho ya!?.

- ya Karol, Olivia habla así por respeto no la regañes, ¿cómo me dijiste que se llama tu novio Kristal?- habla por primera vez mi padre terminando de ojear su carta.

- soy Daniel señor y él es mi mejor amigo Daimon, novio de Olivia, es un placer conocerlo al fín.

- no me llames señor, dime Óscar.

- es formalidad amor- habla mi madre burlándose de él porque un momento atrás la regañaba por lo mismo a ella.

- y bueno, ¿qué estudias Daniel?- sigue mi madre con su modo investigadora activado.

- medicina, voy a las mismas clases que tomat.. que Kristal - sonríe mi novio.

Me ruborizo enseguida por mí ya conocido apodo, mis padres se miran por como también iba a llamarme y la otra pareja frente a nosotros sonríen.

- bueno, ¿y qué los hizo viajar y sin avisarme?- Les digo en el mismo instante en que Daniel le hace seña al camarero para pedir.

- no puedo creer que hayamos venido y no te alegres- chilla mi madre aunque más bajo de lo que normalmente lo hace por el lugar donde nos encontrámos.

- mamá claro que me alegro de verlos, solo que no me avisaron y a parte es tarde, ¿hay algún problema que yo tenga que saber?.

- no ocurre nada mi niña, tuve que venir por trabajo y cuando tu madre lo supo quiso venir conmigo para verte, volvemos mañana.

-buenas noches, lamento interrumpir ¿ya saben lo que van a pedir?.

-




-luego de que el camarero se Vaya vuelvo a preguntar- ¿y tienen donde pasar la noche?.

- claro que sí, la compañía para la que trabajo me alquiló una habitación para dormir, no tienes que preocuparte - me tranquiliza papá.

No sabía que a mi padre lo habían ascendido, me enteré en el transcurso de la escuela al restaurante cuando mi madre me lo contó, estoy feliz porque al fín se dieron cuenta de lo buen trabajador que es y así podrán permitirse cosas que antes no.

La cena transcurrió notablemente bien, la comida fue del agrado de todos igual que la bebida, estoy aliviada al parecer a mis padres les cayó muy bien Dani y el también se ve relajado, bastante para cómo es, agradesco que mi madre no lo bombardeara a preguntas porque aunque lo intenta se que no le gusta mucho hablar sobre su vida y se lo respeto; igual estoy feliz, últimamente lo noto más sonriente de lo normal y se que es por la relación.

Salimos del restaurante y mis progenitores aún están asombrados por la cuenta que Daniel pagó como si se tratara de algo sumamente barato, pero con las conversaciones de Olivia se les olvidó, o por lo menos momentaniamente.

Compramos unos café por el camino y conversamos mucho más en el parque de la uni hasta que vieron la hora y decidieron marcharse porque mañana deberían de madrugar.

-bueno mi vida ya tenemos que irnos, fue un placer conocer a Daimon y a Daniel y conversar con Olivia -me dice papá- y verte estás cada día más hermosa.

- gracias papi yo los he extrañado mucho a los dos y me alegro de todo corazón que al final valoraran tu experiencia de trabajo y tus habilidades y te ascendieran.

Mi padre me abraza y me besa la cabeza como hace desde que tengo uso de razón mientras mi madre se despide de mi novio y de mis amigos.

- cuida mucho de mi niña Daniel, puedo ver lo especial que eres para ella porque nunca antes nos presentó a nadie, solo agradecería- sigue mi madre y esta vez para mí- que cuando vuelva a ocurrirte algo tu padre y yo no seamos los últimos en enterarnos.

- sí mamá lo siento.

- Ven aquí mi princesa- mamá me abraza, siento su calor y su olor y las lágrimas amenazan con salir porque los amo y extraño muchísimo.

- siento interrumpir pero el taxi llegó- nos avisa Daimon y mis padres luego de volver a despedirse se montan en el auto y se marchan dejando un vacío en mi corazón.

No le conté a mi madre sobre mi suspenso, me mataría y los dos estarían decepcionados de mí y lo último que quiero es eso, Olivia y Daimon se nos perdieron en cuando mis padres se fueron y terminamos solos en la entrada de la escuela.

- no me gusta verte triste ¿qué ocurre?.

- no acabo de acostumbrarme a decirles adios, los extraño tanto y tardo mucho en volver a verlos.

- Ven aquí- Dani me abraza y me pasa la mano por mi cabeza tranquilizando mi tristeza.

- ¿y qué tal, qué te han parecido?- pregunto más tranquila.

- tus padres son geniales pero tu madre da algo de miedo, espero no cabrearla nunca.

- jajaja yo creo que también les caiste bien, aunque, ¿tenías que llevarlos a ese restaurante, sabes lo ridículamente caro que es la comida allí y el susto que se llevaron al saber la cuenta?, mi padre cobra eso en cinco meses de trabajo.

- lo siento no quería presumir, solo quería llevarlos a un buen lugar donde se sintieran bien y donde la comida fuera de su agrado.

Bajo la cabeza abochornada y triste, mi corazón duele por haberlo hecho sentir mal cuando él solo se estaba preocupando porque mis padres se sintieran bien, y enseguida vuelvo a abrazarlo con fuerza, pensé que no me lo devolvería pero en dos segundos ya tengo sus brazos al rededor de mi cuerpo.

- lo siento tú solo te preocupaste porque ellos y yo nos sintiéramos bien, y yo hablando de dinero.

- no tienes que disculparte, te entiendo, tenía que haberme dado cuenta de todo y ir a otro sitio.

- claro que no, tú no tienes que cambiar cómo eres, a mí me gustas tal y como eres y te conozco lo último que harías sería alardear sobre lo que tienes.

-¡¡¡diosss!!!, tengo a la novia más hermosa, inteligente y especial del mundo, ¿qué más puedo querer?.

Mientras lo dice me levanta por la cintura y me da una vuelta por los aires, solo el hecho de que sus manos me agarren por allí hacen que mi cuerpo se estremesca y a mi mente vuelve lo que estuvimos a punto de hacer hoy por la tarde.

- ¿qué ocurre tomatico que estás tan colorada?.

- na...nada, la sorpresa de que me cargaste será- miento descaradamente pero al parecer me cree- ¿nos vamos ya?.

- ¿a dónde? - pregunta arrugando la frente.

- pues a donde más, a la casa de la playa.

- mi reina es tarde y mientras estuvimos en el restaurante llovió mucho, las carreteras son un jabón y no quiero que te pase nada eso y que de seguro pronto comienza a llover de nuevo.

No me acostumbro a ese apodo pero cada que me lo dice mi corazón se hincha de felicidad, aunque debo admitir que estoy un poco desilucionada porque quería dormir con él.

- está bien- digo haciendo obvio mi molestia.

Él sonríe y me besa, es un beso lento pero con mucha intensidad.

- tenemos muchas noches para dormir juntos.

-¿cuántas?- pregunto enseguida.

- un día te lo voy a decir, por ahora es un secreto.

Y antes que diga nada me vira de espaldas, toma mi mano y comienza a guiarme.

- vamos que te llevo a tu habitación.

*****
Al final Daniel tenía razón, había llovido mucho cuando cenábamos y al rato de estar en el cuarto empezó a llo ver nuevamente, anoche soñé con mis padres no sabía que los extrañaba tanto hasta que los ví, falta un poco para fín de año y aunque siempre nos dan vacaciones, empezamos con las prácticas y no voy a poder estar viajando de ciudad en ciudad para poder asistir a ellas, por lo tanto voy a tener que pasar todos los festejos aquí.

Estoy estudiando mientras me harto de papas fritas con cachú hasta que recibo un mensaje de mi tormento:

Daniel: prepárate en media hora paso a buscarte.

Mi corazón late con fuerza como si fuera la primera vez y corro a arreglarme, tan puntual como siempre siento que tocan la puerta y tormenta moviendo la colita con su pequeño hocico metido entre el pequeño espacio de la puerta y el piso me dicen sin necesidad de abrir que es él.

A penas lo hago la cachorra se le va ensima y Dani enseguida la carga, yo muero de ternura al ver como se comporta con ella, es como si fuera alguien diferente y tiene la expresión de un niño pequeño, tanto me agrada que sin que él lo sepa le hago una foto y enseguida me guardo el cel en los vaqueros.

- ya estoy lista.

Daniel pone a tormenta en el suelo, sus ojos me observan de arriba a bajo y su mirada me quema, me siento tan expuesta como si estuviera desnuda, sonríe de lado y me besa.

- estás preciosa mi reina.

Me sonrojo como siempre y me apresuro a tomar mi bolso, vamos acercándonos a la moto y mi curiosidad gana.

- ¿dónde vamos?- pregunto abrochandome el casco.

- a divertirnos - me sonríe.

Y sin darme más explicaciones salimos de la universidad, al tiempo aparca la moto y es cuando veo que estamos en un parque de diversiones.

Me quedo fascinada porque nunca había ido allí, de pequeña mis padres no podían llevarme, siempre estaban trabajando y era un gasto que no podían permitirse, entramos cogidos de la mano y yo parezco una niña de 5 años fascinada con todo.

- ¿qué quieres hacer, dónde quieres ir primero?.

- ¿en serio me lo estás preguntando?.

- claro que sí- me dice riendo- hoy haremos lo que quieras.

Me limito a soltar un gritico de felicidad mientras doy saltitos en el lugar de la alegría y a donde primero nos dirigimos es a una tienda de accesorios para la cabeza.

Comenzamos a probarnos sombreros, gorras y cintillos hasta que él ve una corona y para rematar con piedrecitas rojas, enseguida la toma y me la pone con delicadeza en la cabeza.

- te queda perfecta, esto es lo que quiero que uses.

Sus ojos me demuestran que lo que dice es cierto, me encanta como Daniel me mira, siempre veo en ellos el amor que siente por mí y eso me hace muy feliz.

- entonces humm, tú usarás esto- le digo mientras pongo una corona de Rey en su cabeza sonriendo- todo rey necesita una reina.

Me toma de las manos y su sonrisa desaparece tornando su rostro serio.

- la reina aquí eres tú Kristal, yo sería cualquier cosa que tú quieras, tú rey, tú caballero, tú bufón, tú sirviente, tú esclavo- habla y las pulsaciones del corazón las siento en todo mi cuerpo- yo soy lo que tú quieras que sea, así de enamorado estoy de tí, eres lo único que quiero en mi vida y lo más importante en ella.

No sé que responderle solo tengo la necesidad de besarlo y lo hago, al juntar nuestros labios siento que el mundo se para, solo existimos nosotros dos, soy tan feliz y no sé si él puede llegar a imaginar lo mucho que me importa y lo mucho que lo quiero y ya no aguanto la necesidad de decírselo, terminamos el beso y me quedo mirando sus hermosos ojos grises.

- te quiero Daniel- me da esa sonrisa que hace que me derrita y me muestra sus preciosos holluelos.

- yo igual y no sabes al grado en que lo hago, tanto que sería capaz de cualquier cosa por ti mi reina.

Mis ojos se nublan de lágrimas de felicidad, pero él no permite que salgan, besa cada uno con ternura y luego de pagar me agarra de la mano y me saca de la tienda.

- ¡ahora sí vamos a divertirnos!.

***
Montamos en todos los aparatos que me apetecían, me llené el estómago de algodón de azúcar, frituras, refrescos, galletas... bueno perdí la cuenta de todo lo que comí.

- ¿cómo puedes comer todo eso y montarte en tantas cosas sin que él estómago se te revuelva? - me pregunta asombrado.

- no lo sé, nunca había venido a un parque de diversiones y quiero aprovechar al máximo.

- espera, ¿qué? - se detiene enseguida.

- es la primera vez - le digo apenada.

Pensé que me iba a mirar con la misma lástima que me miran las personas cuando se enteran de cosas así de mi vida, pero no lo hizo, me sonríe y los ojos le brillan.

- estoy muy feliz entonces de haberte cumplido un sueño, me encanta hacerte feliz.

Es tan perfecto y tan diferente a todos ¿qué no sé cómo no me había enamorado antes de él?.

{porque eras una nerd que lo único para lo que tenía cabeza y ojos eran para los estudios, aunque sí que lo observabas bastante, sí es cierto, pero me sigo denominando nelrd, aunque ya no estudie con la misma intensidad}.

Pasamos por un puesto de los que si aciertas el disparo te llevas un regalo, la gente se iba algo enojada porque nadie ganaba nada, pero lo cierto es que desde que ví un enorme peluche morado el mundo dejó de existir, nunca he tenido uno y ese es tan bello que muero de amor con sólo verlo.

Daniel parece darse cuenta porque me toma de la mano y me lleva hasta el lugar, toma el arma y a todas estas yo sigo con mi vista fija en el peluche.

- ¿a qué tengo que darle?- le pregunta Dani a el encargado devolviéndome al planeta tierra.

- si aciertas 3/5 disparos en menos de 3 minutos ganas, le puedes dar a cualquier cosa que yo ponga en movimiento.

Enseguida el hombre presiona un botón que tiene a su lado y todos los palos con cabezas de muñecos comenzan a moverse, es imposible darle se mueven demaciado y no hay casi tiempo, veo a Daniel levantar el arma para el juego y en mi vida lo ví así de serio y concentrado.

Toma una gran respiración pero no la suelta y enseguida comienza a disparar, no había visto a nadie con tan buena puntería, acierta las 5 veces, el señor está tan asombrado como yo cuando en menos de 1 minuto y medio ya le había dado a las 5 cabezas.

- ya está, ¿puedo tomar el que me guste? - Dani deja el arma en el mostrador mientras le pregunta al señor de los peluches.

- sí, sí claro, elige el que quieras- le dice el hombre todavía asombrado.

- quiero el oso morado - lo señala sin dudar.

Mi cara se adorna con una enorme sonrisa cuando el hombre me da el peluche que tiene casi mí mismo tamaño.

- ¡haaaaaaaa en serio me encanta!, ¿cómo supiste que era el que quería sin siquiera preguntármelo? - abrazo el peluche suavecito que me acaban de dar.

- eres mi novia, te conozco y soy muy observador, y he de admitir que estoy algo celoso por como mirabas el peluche, a mí no me miras así.

Comienzo a reír por la cara de celoso que tiene, parece un niño pequeño haciendo puchero, es adorable.

- no deberías estar celoso mi tormento, porque para mí nada es más importante que tú, así que deja de comportarte como peque y dame un beso.

Enseguida comienza a reír y me besa, así pasamos todo el día juntos, no me  he divertido nunca tanto como hoy, me siento en una nube de felicidad, ya nos vamos cuando su celular comienza a sonar, lo cuelga y se monta en la moto, estamos un poco apretados por el nuevo pasajero, su móvil vuelve a sonar y logro ver el nombre de Elena en la pantalla, ya va a colgar de nuevo cuando le detengo la mano.

- no se que ocurre entre ustedes pero es tu mamá y se preocupa por tí, por favor contesta.

Me mira analizando cada palabra que le dije seriamente, cuando pienso que no lo hará, responde la llamada.

- dime - su tono es frío.

-...- habla del otro lado.

-estoy ocupado ahora mismo - lo pellisco por su respuesta.

Rápidamente me mira y yo niego con la cabeza, Daniel suelta un gran suspiro antes de volver a hablar.

- dame media hora y voy.

Con la misma cuelga la llamada y en su rostro ya se encuentra la seriedad que siempre había en él antes de comenzar la relación.

- ¿segura que quieres que vaya?, no podremos irnos para la casa de la playa como querías ayer - mmm chantaje emocional.

- está bien mañana podemos ir, no te preocupes y ve con ella - le digo muy segura, quiero estar con él pero su mamá lo necesita.

- ¿sabes que lo estoy haciendo porque tú me lo pides? - suspira conformandose por tener que ir -porque si fuera por mí no perdería ni un segundo de tu compañía.

- lo sé y agradezco que tomes en cuenta mis consejos y opiniones, eres el tormento más especial y bello que he conocido, ¿lo sabías?.

Bromeo un poco para cambiar su semblante y lo consigo porque sus ojos se achinan por su sonrisa y salen a relucir sus bellos hoyuelos.

- vamos tomatico, y sostente bien no vaya a ser que por aguantar el peluche te caigas de la moto.

- sí señor- comenzi a reír y él no tiene más opción que reír conmigo.

Al poco tiempo ya estamos frente a la universidad, Daniel vino todo el camino extremadamente suave por miedo de que yo me cayera y en el fondo agradezco que lo hiciera.

-¿seguro que quieres que me vaya? - toma mi casco mientras pregunta.

- no me preguntes eso porque sabes que no, pero tu mamá necesita verte y hablar contigo - aprieta la mandíbula y todavía me pregunto ¿qué gesto puede hacer que no me quede fascinada?- mi suegra tiene que agradecer que voy a compartirte con ella- comento jugando porque no quiero verlo tenso.

-jaja no te preocupes le dejaré claro la gran benevolencia de su preciosa nuera.

Nos quedamos mirándonos como si hace meses que no nos viéramos e indiscutiblemente terminamos besándonos porque es mucha la tensión sexual que hay entre ambos, aunque yo no la haya experimentado antes; sé que se trata de eso.

- si por besarte tuviera que ir al infierno, lo haría, así después podré presumir a los demonios que he estado en el paraíso sin nunca entrar.

- whaoo, tenemos a un William Shakespeare entre nosotros y no lo sabía.

Me burlo un poco, pero lo cierto es que esa frase saliendo de sus labios me seca la boca, dispara mi pulso y moja el interior de mis bragas - ¡que vergüenza!.

- nunca una frase podría definirme tan bien mi reina - me besa la frente con delicadesa y mira mis ojos- descansa.

Lo abrazo porque no se a ido y ya lo extraño y luego de mover mi mano a modo de despedida se marcha, corro a mi habitación por una ducha urgente, no se que pasa conmigo ultimamente pero los deseos carnales que tengo por Daniel crecen con los días y no se cuanto mas pueda aguantarlos.

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