36
Yoori.
Cuando llegó el lunes y llegué al hospital todo estaba distinto y no sabía si era mi imaginación o si de verdad todos me miraran extraño. Un escalofrío se apoderó de mí cuando los escuché susurrar entre sí mismos sin quitarme los ojos de encima y sientiendo el pánico atacarme casi corrí hacia el ascensor. Toqué el botón correspondiente sientiendo como tenía las manos sudadas y como el corazón me martillaba fuerte en el pecho.
¿Qué está pasando?
Me pregunté sin dejar de recordar las caras de esas enfermeras. De esos pasantes y de los médicos.
Salí del ascensor aún con todos los sentidos alerta. El pasillo estaba calmado, prácticamente desalojado y cuando caminé hasta la oficina de Jungkook las voces procedentes de adentro me paralizaron.
—Estás en boca de todos.
—Le juro que no entiendo lo que está pasando.
—Bien sabes lo que está pasando. Hay fotos tuyas en la red del hospital.
Juraba que ese era el doctor Lee y sin pensarlo dos veces giré la perilla de la puerta y me adentré. Observé la cara tensa de Jungkook y como el mayor lucía realmente cansado.
—¿Pasa algo?
—Yoori...
—Mejor porqué no le cuentas lo que está pasando. A ver si ella deja de ser tan cínica.
Abrí la boca ofendida y sin realmente entender mucho, traté de protestar pero el doctor Lee realmente se veía molesto con mi persona.
—No la culpes a ella. Si hay un responsable soy yo.
De nuevo seguía sin entender mucho.
¿De que habla?
Tragué duro cuando el mayor me pasó por el lado y su aura me golpeó dejándome turbada. Giré la cabeza hasta el hombre de porte elegante que tenía enfrente y que me había babear como tonta. Pero que justo ahora su mirada estaba apagada.
—Todos susurran Yoori. Todos hablan. Todos juzgan. Todos critican y yo, yo... solo quiero que no me odies.
Un golpe me golpeó el pecho cuando escuché sus palabras.
Acaso... Eso no podía ser, era imposible. No podía, demonios, que no.
Me repetí varias veces sin dejar de mirarlo, algo se partió dentro de mí y solo quise llorar. Estábamos jodidos y el se culpaba cuando la única culpable aquí era yo. Respiré cerrando los ojos para retener la ola de sentimientos que querían salir de mí.
—Dime que no es cierto— mi voz salió en un hilo fino a punto de quebrar y observé a Jungkook caer sentado en el sofá con los ojos cristalinos. Posteriormente pasando una mano por su cabello y revolviendo el mismo.
—No sé cómo pasó, ni como esa foto paró a manos de todos, pero ya no hay remedio.
—Fue alguien conocido— afirmé sin pensarlo mucho limpiando una lágrima que había caído de mi ojo derecho.
—¿Cómo? ¿Estás diciendo que fueron los chicos?
—¡No! No digo eso. ¡Hay mucha gente conocida y hay gente del club que te conocen. Solo digo que a lo mejor a ti alguien quería, mierda, no sé, jodernos, volvernos el chisme de todo!
Suspiré ya sin ánimos y sin pensarlo mucho fuí hasta donde estaba y lo abracé con fuerza, sentada en sus piernas mientras el acariciaba mi espalda.
—Saldremos de ésta. Todo lo malo pasa.
— Eso espero— lo miré con el corazón encogido pasando una mano por su nuca y dejando y corto beso en las comisuras de su boca.
—Se que será difícil. Nunca he dicho que sea fácil. Mucho menos sencillo. Pero saldremos de ésta. Eso te lo prometo.
Murmuró mientras tomaba mi mano y enlazaba nuestros índices. Una risa triste salió de mí. Para que negarlo. No me encontraba en la mejor situación, hacía tiempo que no me sentía así.
•••
—¿Estás diciendo que sospechan de alguien conocido?
Asentí mientras nos miramos Jungkook y yo en el sofá de la oficina de Park.
—¿Estamos entre los conocidos?
Taehyung preguntó cruzando los brazos sobre el pecho y negué.
—No, sabemos que ustedes no fueron. Solo no sabemos.
—Perfecto. De seguro ya han pensado en la posibilidad de revisar el correo del hospital haber quien lo difundió.
—¿Cómo? ¡Dios Jimin, como te quiero!
Chillé abrazando a Jimin con una pequeña sonrisa. Aún me sentía triste y ésta pequeña esperanza tal vez me hiciera sentir mejor.
Si pudiéramos encontrar algo. Claro está.
Los ojos de Jeon me atravesaron como cuchillos y sentí mis mejillas quemar ante como se mordió el labio inferior como amenaza. Tragué en seco porque sabía que el no jugaba, al menos de ésta manera y respiré calmando el tumulto de emociones que estaba sintiendo.
Me alejé de Jimin avergonzada y caminé con piernas temblorosas hacia Jungkook. Su brazo se envolvió como cinta adhesiva a mi cintura y temblé cuando susurró en mi oído.
—Lo vuelves a abrazar y Park será hombre muerto. En cuanto a tí, con follarte contra la pared me será suficiente.
La respiración se estancó en mi garganta y sentí mi cuerpo estremecerse. La sola imagen era fascinante y me reprendí por pensar cosas como esas en situaciones como estas.
—Recuerda dónde estamos y por qué estamos aquí—lo reprendí en un susurro amenazador.
Lo ví ponerse serio y sin decirme nada salir de la oficina. Lo seguí tranquilamente siendo detenida por la espalda de Jeon que frenó mi andar.
—¿Ahora qué pasa?
Murmuré sientiendo el miedo sucumbirme y me escondí detrás de él. Las personas observaban sus teléfonos sorprendidos y nos miraban como si hubiesen visto fantasmas.
Me quedé en mi lugar cuál cachorrito asustado y fui testigo de cuando Jeon encendió su celular y se tornó pálido en ese mismo instante.
Mis impulsos me llevaron a quitárselo y mi respiración se volvió irregular al ver el contenido que mostraba ese maldito video.
¿Qué demonios?
Apreté mis manos como puños fijando mi vista al frente.
Mis ojos se cristalizaron. Jamás me había sentido tan humillada en mi vida. Juré sentir mi corazón romperse y como se volvía pedazos.
Obligué a mis piernas a alejarme del lugar. Esto sería difícil de olvidar y algo que definitivamente acabaría con la carrera impecable de Jeon Jungkook.
Pero estaba segura que no descansaría hasta encontrar al o la culpable. Lo encontraría y se arrepentiría.
Dejé que las lágrimas cayeran y esta vez encerrada en el baño, sin nadie molestando me permití soltar todo.
Quedando desgarrada allí mismo. Dejando que las lágrimas salieran de mí y los sollozos dolidos salieran de mí garganta como dagas afiladas.
Quería desaparecer. No quería que nadie me viera así y eso hice.
Sin nadie presente me refugié en un rincón de ese inmenso baño. Llorando como niña pequeña, sintiendo mi corazón rasgarse por completo.
Sería difícil olvidar que un vídeo íntimo de Jungkook y yo rondaba la red del hospital y que ahora ambos estábamos arruinados.
Pero entre tanto lamento me juré acabar con el que cometió tal atrosidad. Pagaría y sus lágrimas serían mi felicidad.
[•••]
Antes que nada. Esto que le ha pasado a ellos es algo que ocurre en muchos países. No me juzguen sin conocer mis motivos. Y no lo coloqué a modo de broma ni mucho menos. Ésto es serio y va a desatar el desenlace de la historia.
Solo queda decir que nos acercamos cada vez más al final.
No quedé muy contenta con éste capítulo. Pude haberlo hecho más intenso😶
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