33
Jungkook.
Cuando llego al hospital todo es un desastre. Llantos, ruidos de ambulancias y personas ensangrentadas siendo trasladadas a urgencia.
Cuando entro junto a Yoori, porque si, la había ido a recoger a su casa aún cuando es bastante lejos y habíamos en el camino, hablado sobre la recuperación de su madre y los tratamientos que se le impondrán.
Pero cuando entro por la puerta de la primera planta, un niño está extendido en el suelo, con sangre en la cabeza, y dejando a Yoori atrás mientras atiende a otras personas y sin pensarlo dos veces corro a ayudar al niño el cual tratan de darle primeros auxilios.
Saco a la enfermera y me pongo en cuclillas rápidamente comprobando sus signos vitales. Tenía el pulso muy débil y por cómo le costaba respirar supe que tenía un pulmón a punto de colapsar con tener dióxido de carbono retenido.
Se escuchan por los altavoces cuándo informan que el Doctor Kim está en cirugía y piden que otro médico lo asista y aunque se que no soy pediatra igual tengo los conocimientos suficientes para salvar una vida.
Abrí el botiquín que me extendió el paramédico, el cual al parecer era el que había acompañado al niño en la ambulancia, y sin colocarme guantes, presioné una aguja de dos milímetros contra su pecho, empujé con fuerza y cuando toda la longitud de casi trece centímetros quedó enterrada, procedí a extraer el gas. El pecho del niño se desinfló y jadeando quedó inconsciente.
Los enfermeros le colocaron una máscara de oxígeno apenas les di espacio para proceder y tomándolo en una camilla lo llevaron a cuidados intensivos.
Miré la cara del pequeño antes de que se lo llevaran.
Ese rostro me era conocido de algún lado.
Yoori que se había quedado detrás ayudando a una embarazada, me alcanzó y me extendió alcohol desinfectante y luego de lavarme las manos y secarlas con una paño, el cual deseché en un cubo de basura, procedí a ponerme los guantes y la mascarilla.
—Necesito que me digas lo que ha pasado.
Inquirí quitándome la bata y poniéndome el uniforme desechable por encima de la misma ropa.
Yoori me extendió mis cosas y se alejó un poco, dándome espacio porque algunos nos miraban discretamente.
—Un auto impactó contra un taxi. Todos han sido trasladados aquí, porque en el Hospital Kuon no hay capacitacidad.
—Dios santo— sacudí la cabeza y me adentré al ascensor no sin antes tomar a Yoori de la mano. Ella se alejó de inmediato y señaló los guantes. Maldita sea.
Ahora debía desinfectarlos de nuevo. Pensé; pero igual no me arrepentía. Tener a Yoori cerca era suficiente para sentirme pleno conmigo mismo. Y aunque la situación era abrumadora igual era algo que vivía día a día. Mi título no lo tenía por gusto, mucho menos como un mérito más. Era algo que me había ganado con trabajo y esfuerzo.
Cuando llegamos al ala VIP de la UCI. Justo donde me reunía con mi equipo médico. Pasé una tarjeta por una de las puertas y ella como mi enfermera residente se adentró junto a mí.
Todo el equipo médico estaba allí y las cosas no pintaban bien. Porque el director estaba allí y no lucía contento en lo más mínimo. Aunque luego de vernos su semblante cambió.
—¿Quién de todos ustedes le hizo la punsada pulmonar al niño?
Todos se miraron entre sí y negaron, observé a Yoori tensarse a mi lado y mirarme con temor. Negó con la cabeza y solo le dí un leve asentimiento y aún sintiendo mi corazón taladrar mi pecho y como un tic se instalaba en mi cuello, procedí.
Sin pensarlo dos veces di el paso al frente y el director soltó una sonrisa ladina antes de palmear mi hombro con claro orgullo. El estómago me dió un vuelco y alejándome un poco fue mi turno de ponerme serio, mientras acomodaba mi mascarilla, dejándola bajo la barbilla.
—¿Pasa algo?— sentí a Yoori murmurar y la enfermera Baek subió y bajó los hombros sin entender. Kwon la codeó y le susurró algo a lo que ella asintió con una sonrisa amable y yo, bueno. No tenía miedo en lo más mínimo, pero tenía claro que había incumplido una norma muy importante. Porque lo que había hecho en plena recepción constituía un desacato entre las normas del hospital. Los niños debían ser atendidos por los pediatras y sabía que Taehyung me mataría cuando se enterara de lo que hice. Pero igual, no lo podía dejar morir. Salvarlo era más importante.
—En realidad, todo el sistema directivo quiere felicitar al increíble equipo médico que tiene, doctor Jeon, y principalmente a usted. Porque aunque incumplió una regla muy importante para nosostros, salvó al heredero del imperio Min. Por lo que su familia ha decidido donar parte del patrimonio al hospital y a cada uno de ustedes se les felicita de corazón— dijo tocando su pecho y sonriendo orgullosamente.
—¿Qué?— murmuró Kwon con la boca abierta y Ho HyunTae lo codeó para que se calmara. No era muy común ver al director sonreír y mucho menos felicitarnos tan abiertamente.
—Te entrarán moscas por la boca— se oyó por parte Ho, y Kwon cerró la boca con notoria vergüenza mientras un sonrojo tenía sus mejillas. Hizo una reverencia ante el director como disculpa.
Las palabras del director Kang resonaron en mi cabeza como un martillo y mi pecho dió un vuelco mientras la sorpresa aparecía en mí.
Con razón la cara de ese niño me era conocida de algún lado. Claro, en las fotos familiares de los periódicos. Recordé.
Sin pensarlo mucho hice una reverencia y asentí. Si los Min, donaban parte del patrimonio ayudarían a cumplir gastos y la mejora en las salas de intensiva. Mejores y más desarrollados equipos y también significaba una pronta mejora para la señora Choi. Lo cuál era muy bueno.
—Eso es muy bueno. Pido disculpas por saltarme tan importante norma y también pido comprensión. No podía dejarlo morir, no me lo hubiese permitido—admití sinceramente, porque era algo que no estaba en mí. Salvar vidas era mi pasión y era a lo que me había consagrado por el resto de mí vida.
—No se te aplicarán sanciones. Y absolutamente todos tendrán el mérito. Sin más me retiro — todos nos inclinamos ante el y luego de que salió todos incluyendo a Yoori que se veía radiante me sonrieron.
—No sabes cuánto te lo agradezco, ahora mamá podrá recuperase más rápido — la escuché susurrarme cuando me abrazó y acaricié su cabello y discretamente dejé un beso en su cabeza.
Me alegraba tenerla conmigo en momentos como éste y no sentirme tan solo, como antes. Ahora mis méritos también eran para ella, tal y como debía ser. Porque lo que siento en el corazón cuando estoy con ella, ya sea de cualquier manera posible. Sea triste, feliz, romántica o caótica. Mis sentimientos por ella siguen allí, recibiendo todo el cariño que solo ella puede darme. Poque no hay nada más pleno que ser correspondido.
[•••]
Nuevo capítulo. Espero les guste y disculpen si no fue el mejor. Pero fué lo que salió de mi cabeza.
Dejen en comentarios si les gustó. Estoy abierta a sugerencias.
Se jodieron los guantes 😅.
Nos leemos pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro