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Advertencias: Escenas con alto contenido +18.

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Jungkook.

La reunión con la junta directiva duró aproximadamente tres horas. Tres horas en las que los temas variaban continuamente. Los horarios de consultas, de cirugías, las guardias y mucho más fueron temas a tratar junto a muchos más.

Suspiré cuando todos dejaron la sala de juntas, solamente quedando el doctor Lee y el director Kang, dos de los miembros de la junta directiva.

Kang me miró seriamente y pedí internamente para que aceptara mi propuesta.

Miré el reloj en mi muñeca, no era tarde, aún tenía tiempo y dos consultas por realizar. Suspiré pasando una mano por mi cuello cuando esté se levantó del asiento y asintió. Lee copió su acción y sin pensarlo mucho también me levanté.

- ¿Lo aceptan? - interrogué calmadamente.

- Es una decisión apresurada, pero si, se que en tus manos estará bien. Eres inteligente y un excelente doctor- asentí con una reverencia a lo dicho por Kang.

- Espero que sepas lo que haces- habló Lee tomando los archivos con las planillas y amontonándolos para posteriormente guardarlos en el portafolio-. Eres un buen médico y sabes que tienes un gran futuro por delante. Espero que sepas hacer de tu equipo el mejor, ¿sabes algo? - alcé la vista ante su pregunta y un poco confuso negué-. Tu padre estaría muy orgulloso de tí. Has logrado convertirte en tan poco tiempo en un excelente y prestigiado doctor.

- No sé qué decir exactamente... supongo que gracias- dije con una profunda reverencia y una pequeña sonrisa-, con el permiso de ambos, me retiro.

-Ten buena tarde.

Fue lo último que escuché antes de abandonar la sala. Comencé a caminar por los pasillos y al llegar al elevador marqué el piso 24. Era hora de hacer una visita muy importante.

Al estar frente a la puerta toqué dos veces recibiendo un adelante. Asomé la cabeza y Yoori me indicó con los ojos que pasara. Haciendo caso a su orden me adentré sacando de mi cuello el estetoscopio y comprobando posteriormente los latidos del corazón de la señora Choi. Me senté en el borde de la cama y tomé las manos de Yoori entre las mías, mirándola como solo yo sé mirarla. Hice un pequeño puchero y miré el rostro sereno y dormido de su madre antes de hablar.

- Está mejorando, supongo que haber extirpado una parte del tumor hará que mejore notoriamente. Aún debe guardar absoluto reposo, fue una cirugía complicada.

- Eso lo sé- mis ojos buscaron los suyos y juré ver pequeños destellos dorados en sus orbes. Sonreí antes de levantarme y tirar de ella pegándola a mi lado. Yoori emitió un jadeo de sopresa cuando la tomé de la cintura y deposité un profundo y corto beso en sus labios-. Aprovechado.

Me recriminó aún cerca de mis labios acariciando mi nuca con ambas manos. Una risita salió de mis labios. Desde hacía rato que no podía mantener mis pensamientos en orden, a mi cabeza lo único que venía era su nombre. Mi cerebro exigiendome que la besara, la tocara, la hiciera mía. Y no solo mi cerebro porque justo ahora siento una electricidad recorrerme como escalofríos y mi corazón, joder, está golpeando tan fuerte que lo siento en mis oídos.

Miré sus labios a tan solo milímetros de los míos y relamí los míos, aún sin perder el contacto de nuestros ojos. Mi cuerpo estaba sumbando de excitación y justo ahora tenía unas enormes ganas de comérmela aquí mismo. No me importaba justo ahora que alguien estuviera cerca porque el dolor detrás de mis boxers era insoportable. Di una pequeña lamida a sus labios antes de atrapar el inferior entre mis dientes y chuparlo, sintiendo su cuerpo temblar y pegarse al mío.

Mis manos descendieron desde su cintura hasta su trasero, dónde propiné un apretón no muy gentil que la hizo jadear en mi boca al mismo tiempo que nuestras lenguas se fusionaban en un beso profundo y desgarrador. Raspé sus muslos con ambas manos y comencé a subir la derecha al mismo tiempo que la conducía al rincón más cercano de la habitación y la pegaba a la pared. Mi boca descendiendo por su garganta hasta su cuello y mordisqueaba la zona y daba lamidas probando su carne. Mis manos subieron su falda apretada hasta tenerla enroscada en su cintura y mi mano derecha bajo hasta adentrarse en sus bragas y la sentí tensarse cuando con mi dedo índice toque su botón en un pequeño roce y su boca se abrió con un dulce gemidito, antes de que atacara su boca porque lo que venía a continuación la dejaría sin habla.

Mi dedo recorrió sus pliegues de forma circular y acaricié su clítoris hinchado antes de pellizcarlo sintiendo como trataba de cerrar sus piernas y se aferraba a mi bata con un sollozo de excitación buscando equilibrio. Coloqué mi rodilla entre sus piernas y sin pensarlo mucho bajé sus bragas hasta que estás se enredaron en sus tobillos. Subí una de sus piernas a mi cintura permitiendo el acceso directo a su entrada y la agarré fuerte de la espalda, ayudándola a sostenerse sintiendo como mi pene se endurecía aún más al tenerla en esa posición.

Su cabeza se fue hacia atrás cuando mi dedo resbaló y se adentró en ella, quería escuchar sus gemidos así que me separé de su boca, viendo cómo sus ojos se cerraban y respiraba entre gemidos.

El ah, ah, ah. Se convirtió en mi melodía favorita en los últimos minutos, mientras ahora la penetraba con dos dedos. Su intimidad se encontraba tan resbaladiza y húmeda que mis dedos entraban y salían fácilmente. Respiré agitado cuando de su boca salió mi nombre y la vi abrir los ojos, hecha un desastre, su boca buscando la mía con hambre.

Propiné con mi dedo pulgar un apretón en su botón y entre besos la escuché chillar, mordí su boca, sus labios, hice tijeras con mis dedos en su coño y la sentí apretarme de manera dolorosa, lista para liberar el tan ansiado orgasmo y se corrió. Gimiendo fuerte contra mi boca y dejando caer la pierna que tenía en mi cintura.

Su cabeza cayó en mi pecho y tuve que sostenerla porque temblaba irregularmente. Ambos respiramos agitados y nos miramos con nuestros ojos oscurecidos por la lujuria. Acaricié su mejilla dejando un beso en esta y acomodé su pelo deteniéndome cuando sentí dos manos en el botón de mis pantalones.

Detuve sus manos sintiendo el dolor punzarme y la miré.

- No tienes por qué hacerlo- le dije aún sintiendo como esa zona palpitaba aclamando atención y la observé agacharse hasta quedar de rodillas, su rostro sudado y tan malditamemte caliente quedando cerca de mi entrepierna y aguanté una maldición.

- Pero lo quiero, ambos lo queremos- sus ojos me miraron con un brillo único y ya derrotado asentí sin mucho que decir porque ella tenía razón. Follarle la boca, esa boquita tan caliente era uno de mis fetiches por cumplir, junto a muchos más y aunque sabíamos que estábamos en una habitación y en compañía de una persona en estado delicado eso era lo que menos me importaba ahora, pero como siempre las precauciones son importantes.

Corrí la cortina que dividía el espacio donde estábamos del resto, privando a cualquiera de ver nuestro show privado.

Las manos de Yoori pasaron el botón por el enganche del pantalón y bajaron la cremallera, la ayudé a dejar mis pantalones hasta la rodilla, dejando el prominente bulto a la vista, no había empezado el espectáculo, si así se le podía llamar y ya me sentía tan malditamemte ansioso y agitado como si dos orgasmos me hubieran atacado.

Suspiré cuando bajó mi boxer negro y mi longitud, gorda, grande y venosa quedó a su vista.

Sus ojos se abrieron y su boca también, formando una pequeña o, tragué duro cuando con mi propia mano sostuve la base, que goteaba pre- semen.

No quería forzarla a algo así por lo que volví a insistir.

-Aún estás a tiempo...

Y mis palabras se cortaron cuando de un movimiento rápido quitó la mano que cubría el glande y dió una pequeña lamida al glande haciéndome temblar y apoyar una mano en la pared, la observé degustar el sabor y relamerse los labios gustosa antes de esta vez rodear la punta con la lengua y posteriormente chupar como si fuera un caramelo. Un jadeo salió de mi boca y cuando su boca abarcó mi falo comencé a moverme junto con ella.

Había soñado con éste momento muchas veces, con su boca caliente rodeando mi polla dura, pero la realidad se sentía diferente y mucho mejor.

Tomé su cabello en una coleta cuando comencé a embestir su boca. Tiré la cabeza hacia atrás porque la sensación de su boca y su lengua caliente era maravillosa. Gemí su nombre por lo bajo cuando acarició mis bolas y el sudor se hizo presente, mojando mi frente, haciendo que el cabello se pegara en la misma, las gotas de sudor bajaron no solamente por mi frente, sino por mi pecho y espalda, haciéndome sentir más acalorado de lo que ya estaba.

Bajé la vista cuando nuestros ojos se conectaron y observé dos lágrimas bajar por sus mejillas y sus ojos cristalinos mirarme y solo esa mirada bastó para que un nudo bajase por mi vientre hasta la punta de mi masculinidad anunciando mi orgasmo de una manera tortuosa.

Un gemido gutural salió de mi boca al mismo tiempo que mi semilla caliente llenaba la boca de Yoori. Derrotado dejé que la tragara y me separé de ella observando como se relamía los labios limpiando las comisuras de su boca.

Agitados nos sonreímos con complicidad y antes que nos llamaran por los altavoces aprovechamos para darnos par de besos calientes y acomodarnos la ropa.

Ésto era solo el comienzo de lo que seguiría en el club.

•••

Pobre señora Choi, quedó traumada.😅😏🥵

Califiquen el lemon del 1 al 10. Espero ver las respuestas en comentarios. Las leo.

Que calor está haciendo 🥵🔥

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