10
Jungkook.
-Yoori, despierta- sacudí su hombro levemente... pero nada,- Vamos se hace tarde. -Solté un suspiro cansado.
La cirugía se llevó a cabo hoy y como lo tenía planeado Yoori me acompañó solo que parece que terminó más cansada que yo.
Peiné mi cabello hacia atrás mientras un suspiro lastimero salía de mis labios. Mis ojos buscaron lo que necesitaba hasta dar con él.
Serví el contenido en un vaso y con mucho cuidado fui hasta donde estaba. Dormía plácidamente recostada en el sofá y yo tenía más trabajo que hacer, así que con el mayor pesar de mi vida, derramé el agua sobre su cara y joder mis oídos casi explotan por su grito.
-¿Qué pasó?- dijo asustada con la respiración agitada incorporándose y con una mano se limpió el agua que había en su cara. Me miró con cara de pocos amigos y solo viré los ojos despreocupado.
-Nada- le resté importancia-Solo que te gusta dormir dónde no debes, además estás en horario laboral- le regañé viendo cómo agachaba su cabeza.
-No volverá a pasar- murmuró avergonzada y asentí no muy convencido. Luego de unos minutos en silencio volvió a hablar- Doctor Jeon podría ir a visitar a un familiar que está internado en este hospital.- preguntó mientras jugaba con sus manos, esperando mi respuesta.
-¿Qué familiar?- indagué centrando mi vista en ella que enseguida me miró con esos orbes color café que me dan tantas sensaciones indescriptibles. Tuve que desviar la mirada a otro punto de la gran oficina porque me sentía cohibido.
-Es mi madre- habló con tristeza.-Hace días que no la veo y realmente la extraño mucho- se llevó un mechón de pelo hasta detrás de la oreja mientras se mordía el labio inferior con tristeza. Un vacío en mi pecho hizo presencia y solo asentí, si su madre estaba enferma lo mejor sería que ella la vistara y le diera su apoyo.
-¿Puedo saber cómo se llama tu madre?- pregunté acariciando su mano y sus ojos fueron a la unión de nuestras manos, asintió sonrojada.
Quería saber si mis sospechas eran ciertas.
-Se llama Choi Yoomin, usted la conoce- asentí triste con un nudo en la garganta, solté su mano antes de levantarme y salir sin dar explicaciones.
Corrí por el pasillo hasta llegar al antiguo cuarto de archivos, el cual ahora estaba desavitado y me senté en una esquina tratando de tragarme las ganas de llorar que se formaban en mi pecho, pero fue inútil porque a los pocos segundos mi vista ya estaba borrosa y una lágrima escurridiza se había escapado de mi ojo derecho.
Ahogué un sollozo mientras pensaba en todo. Mi madre, mi padre que aunque casi nunca estaba en casa era admirable, el carisma de mi madre. Su pasión por la pintura, su sonrisa. Su forma de hablar.
-Hijo nunca olvides que te amo, ahora ve a jugar y diviértete cariño - me sonrió besando mi frente.
Los recuerdos comenzaban a atormentarme llenando mi cabeza como si de un detonante que fuera a explorar se tratase. Cerré los ojos con fuerza ante el bullicio de gente que se escuchaba afuera y enterré mi cabeza entre mis rodillas tratando de calmarle pero cada vez me sentía más asfixiado y atormentado.
Siempre juré que sería como mi padre; un ejemplo a seguir, le prometí a mi madre que trabajaría duro para ser alguien importante. Tanto dolor me hacía más débil y pensar desde un inicio que Yoori fuera la hija de la señora Choi no fue muy agradable por así decirlo. Pero son cosas que no se pueden revertir ni cambiando la historia. Pero aún así duele, porque tengo miedo, tengo miedo de que ella no sobreviva al igual que pasó con mi madre, tengo miedo de llegar un día por la mañana y encontrar la noticia de que ha fallecido. Me da tanto dolor de pensar que algo le pueda pasar que tiemblo, tiemblo de rabia y dolor interno. Porque a fin de cuentas yo la considero mi segunda madre.
Una calidez me abrazó por la cintura y al levantar la cabeza lo primero que ví fue la imagen de una pequeña Yoori acurrucada contra mí, dándome confort y paz. Hundí mis manos por su cintura y sin pensarlo la abrasé pegándola a mi y enterrando mi cara en su cuello, mientras aspiraba su dulce aroma y poco a poco me iba calmando.
-Lo siento- susurró y solo la apreté aún más.- Mamá me contó que te pasaban éstas cosas cuando sientes miedo a perder a alguien.- llevó la mano que tenía en mi espalda mientras enredaba mis mechones de cabello entre sus dedos, sintiendo como impartía caricias en mi cuero cabelludo.
-No me sueltes por favor- supliqué contra la piel de su cuello- No quiero seguir así- sollocé profundamente contra la piel de su cuello, sintiendo mi corazón estrujarse.
-Shh- acarició mi espalda- No te quitaré el derecho de tener una segunda madre- aseguró y desenterré la cabeza de su cuello mirándola fijamente. Ésta sin pensarlo secó mis lágrimas con sus pulgares y me sonrió cortamente. Agradecí haber tomado distancia porque de lo contrario no sé que habría podido pasar.
Me sentí tan hipnotizado con sus ojos como aquel día con esa chica en el club, mi corazón latía ferozmente casi a punto de estallar. Desvié la mirada de ella borrando todo rastro de suposiciones que comenzaba a crear mi mente aturdida.
Pasé la lengua humedeciendo mis labios al mismo tiempo que me levantaba aún un poco aturdido pero ya más calmado, le tendí mi mano y su tacto me estremeció, andaba como hechizado. Tiré de su brazo logrando levantarla cuidadosamente y salimos de allí.
Debía eliminar cualquier inseguridad que sentía cuando Yoori y yo estábamos cerca.
...
Vaya, vaya. El Jeon anda confundido respecto a Yoori. Esperemos que todo salga bien y puedan superar sus miedos. Me cuesta un poco escribir sus momentos de claustrofobia, espero y entiendan.
No es por dar spoiler pero se vienen cositas buenas.
Sígueme para más contenido.
Vota y comenta para que aumente mi inspiración.
Hasta un próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro