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Capitulo 2

Vio algo más que una simple mujer en el centro de un escenario; vio a la que parecía ser la reencarnación de la mismísima Afrodita. Sin embargo, cuando la música empezó a sonar, y la mujer a moverse al ritmo de esta, se dio cuenta que no era la reencarnación de Afrodita, sino que era la reencarnación del Diablo.

Lisa había visto muchas mujeres bailar durante su adolescencia, hábito que dejó de lado al conocer a Miyeon, pero que retomó cuando salía con sus socios a ciertos clubes, para celebrar el cierre de un contrato importante; pero jamás había visto a una bailarina como la que estaba presenciando ahora.

"Jane" como suponía que era su nombre -ya que era el que todos en el lugar coreaban-, más allá de hacer un simple striptease, parecía tener hipnotizados a todos en el lugar, moviéndose con agilidad como una serpiente, con la cautela de un felino apunto de atacar, y con la fuerza de un león atacando a su presa.

La voz de Rihanna resonando en todo el lugar pasó a segundo plano cuando Jane empezó a acariciar sus desnudas piernas con delicadeza sentada en la silla que ocupaba el borde del escenario, para posteriormente dejar de hacerlo y tirar de su cabeza hacia atrás haciendo que su larga cabellera castaña cayera como una cascada, dejando al descubierto su níveo cuello, el cual Lisa tuvo unas repentinas ganas de besar, morder e incluso apretar.

La presentación parecía finalizar a medida que la canción iba llegando a su fin y que los calculados movimientos de Jane empezaban a detenerse en sincronía con la canción.

Cuando la presentación finalizó, Jane solo estaba cubierta por una diminuta -casi inexistente- falda y un sujetador negro con pequeños pero llamativos detalles rojos cubriendo su parte superior; la multitud empezó a aplaudir de pie, a vitorear y a corear el nombre de la bailarina, mientras que Lisa solo se limitó a seguirla con la mirada y a cruzar sus piernas con disimulo para ocultar el notorio bulto en sus pantalones.

Lisa se giró hacía la barista que la miraba con diversión, por lo que frunció el ceño y cuestionó: -¿Pasa algo?

La pelirroja negó con la cabeza y respondió con otra pregunta: - ¿Qué te pareció el evento principal de este club?

-Siendo honesta, me pareció excelente. - Opinó Lisa. -. Ya entiendo porque tanto revuelo en el lugar por esa tal Jane.

-Si bueno, es la mejor aquí. - Se encogió de hombros la pelirroja. -. Me alegra saber que te llevas una buena primera impresión de este lugar. Espero verte por aquí tan seguido como a tu amiga la rubia. - Lisa se sorprendió, y antes de que preguntará, la chica respondió. -. Soy buena recordando rostros. - Le guiñó un ojo.

-Ya veo - Susurró Lisa. -. Creo que mi amiga no vendrá en un buen rato - Aseguró. -. ¿O me equivocó, señorita observadora? - Bromeó escuchando la risa de la contraria.

-Me llamó Seulgi, señorita pantalones. - Se burló apretando los labios para contener la carcajada cuando Lisa apretaba sus piernas y se acercaba más a la barra para cubrir sus pantalones. -. Ten, cortesía de la casa. - Dijo llenando el vaso de Lisa con un poco de Bourbon.

La pelinegra aceptó el vaso con gusto, bebiendo el líquido de un solo trago, buscando una solución para aliviar el problema en sus pantalones.

Luego de unos pocos minutos de conversación con Seulgi, se enteró de que Jane ofrecía shows privados, así que ahí estaba; siendo guiada tras bambalinas por la bartender que no paraba de hablar sobre lo bien que la iba a pasar, y que esperaba que luego se lo agradeciera. Luego de un rato, llegaron a lo que parecía ser un camerino, donde estaban varias chicas arreglándose frente a sus espejos.

-Solo ignóralas, quieren llamar tu atención para que las elijas a ellas -Le susurró Seulgi al escuchar los murmullos y silbidos de algunas de las chicas hacía Lisa. -. Tu objetivo es Jane, no lo dudes, querida amiga. -Palmeó la espalda de su nueva amiga repetidas veces mientras llegaban al final del camerino, específicamente a la última y más grande mesa con espejo, ubicada en una esquina.

Lisa solo podía observar el deslumbrante perfil de la mujer que ocupaba ese lugar, y que estaba tan ocupada arreglando su cabello que no notaba la presencia del par de chicas, hasta que Seulgi habló: -¡Jane, mi gran y querida amiga! - Exclamó la pelirroja llamando la atención de la nombrada, que giró hacía ella en su silla y le regaló una sonrisa como saludo. -. Te luciste hoy, no creo que haya quedado algún asiento seco en el club luego de esa actuación. - Halago la pelirroja con una sonrisa.


-Gracias Seulgi - Habló Jane, y Lisa pudo sentir como sus piernas estaban a punto de empezar a temblar cuando escucho la voz de la bailarina. -. Pero creo que puedes ir al grano, no creo que hayas venido aquí y acompañada solo para halagarme. -Expresó mirando a Lisa de arriba abajo sin disimulo alguno. -. ¿No me presentarás a tu nueva amiga? -Cuestionó con una sonrisa seductora, que hizo a Lisa apretar los labios con fuerza.

-¡Claro que sí, a eso venía! -Exclamó Seulgi, rodeando a Lisa por los hombros y sacudiéndola levemente. - Jane, está es Lisa; Lisa, ella es Jane.

-¿Qué tal? -Saludaron ambas al unísono y soltaron una pequeña risa.

Seulgi las miró con una ceja enarcada y habló: -Jane, Lisa quiere que le des un show privado. - Soltó sin anestesia ganándose un golpe en el hombro de Lisa.

-¿No podías decirlo con más delicadeza, inútil? -Protestó Lisa ignorando las quejas de Seulgi por el golpe en su hombro. -. Lo que Seulgi quiere decir es, que quisiera saber si estás disponible y quieres hacer un show privado. -Aclaró.

-Es muy formal de tu parte, pero creo que básicamente dijiste lo mismo que Seulgi, solo que tomando en cuenta mi consentimiento. -Respondió Jane. -. Pero temo decirte que no importa si no quiera, igual tengo que hacer shows privados. - Aclaró haciendo que Lisa se sonrojara y agachara la cabeza un poco. -. Y no, no estoy disponible; alguien ya pagó un show privado.

Lisa no lo pensó, y mucho menos dudó antes de cuestionar. -¿Cuánto te pagará?

Seulgi miró a Lisa sorprendida, para luego mirar a Jane.

-¿En serio quieres saberlo? - Cuestionó Jane con burla. -Dudo que puedas pagar lo que él, o tal vez más.

La peli castaña estaba mintiendo, por la ropa cara, el brillante rolex y el semblante de la mujer frente a ella, sabía perfectamente que podía pagar más que el viejo verde al que tendría que darle su valioso tiempo en unos minutos; sin embargo, solo la estaba probando.

-Ah, ¿sí? ¿Estás segura? - Replicó Lisa con un aire de superioridad que tenía a Jane mordiéndose el labio y a Seulgi con la boca ligeramente abierta. -. ¿Cuánto va a pagar tu dichoso cliente?, ¿un millón de wons?, ¿dos millones de wons?, puedo darte más que eso.

Jane esbozó una sonrisa socarrona mientras negaba con la cabeza antes de hablar: -Seis millones de wons. - Aclaro la bailarina dejando a Seulgi con la boca aún más abierta y a Lisa con el ceño fruncido. -. No creo que vayas a superar eso; es decir, se ve que tienes dinero, pero no sé si esa can-

-Te daré nueve millones de wons. - Aseguró Lisa interrumpiéndola, provocando que Seulgi empezará a hiperventilar, y haciendo a Jane sonreír con malicia. -. ¿Te parece suficiente? - Preguntó sin despegar la mirada de los ojos de la bailarina.

-Puede ser, si eso es lo que consideras que vale un momento a solas conmigo, excelente.

Lisa iba a responder, le iba a decir que ni un billón de wons eran suficientes para estar con ella, pero se vio interrumpida por un alto pero gordo hombre con una sonrisa perfecta pero casi tan falsa como ese reloj que adornaba su mano que llegó casi gritando el nombre de Jane.

-Siwon, creí haberte dicho que me esperarás. -Le recordó Jane al hombre que ahora sonreía con verdadera felicidad mientras acomodaba su saco. -. Por cierto, creo que está noche no podré acompañarte, alguien superó tu oferta. -. Informó fingiendo una mueca de tristeza y tratando de no sonreír al ver cómo la sonrisa del hombre se borraba y pasaba a ser una mueca de disgusto.

-¿¡Cómo puede ser posible?! -Protestó el hombre molesto. -. Soy el que paga más por un show privado contigo, no me puedes decir eso.

-De hecho, si puede. - Intervino Lisa con una falsa amabilidad. -. Si ella dice que su oferta fue superada, es porque así lo fue; no tiene porqué enfadarse.

Aquello solo hizo enfurecer más al hombre, que a estas alturas su rechoncha cara estaba roja, haciéndolo parecer un tomate.

-De verdad lo siento, Siwon. - Se disculpó Jane. -. Pero ya sabes cómo son las reglas, si eres superado, no hay nada que hacer.

-Oh, claro que hay algo que hacer. - Argumentó el hombre, sacando una chequera y un bolígrafo del bolsillo de su saco. - ¿Cuánto quieres?, ¿Diez millones de wons? - Preguntó mientras se inclinaba sobre una mesa para empezar a escribir. -. Olvídalo, te daré doce millones.

Jane lo miró sorprendida y con los ojos muy abiertos, desviando su atención a Lisa, que no quitaba esa sonrisa arrogante de su rostro, y que solo negaba con la cabeza mientras sacaba su propia chequera de su blazer.

-Amigo, Jane ya te dijo que no hay nada que hacer. -Expresó Lisa mientras se inclinaba hacia el otro lado de la mesa donde estaba Siwon y ella misma empezaba a escribir en su propio cheque. -. Creo que su oferta ya fue superada, y con creces. - Informó dándole el cheque a Jane.

La bailarina sin salir de su sorpresa vio la cantidad escrita en el pedazo de papel que tenía la firma de la tal Lisa, que ahora sabía que se llamaba Lalisa Manobal.

-Quince millones de wons. - Leyó en voz alta sacándole un jadeo tanto al hombre como a Seulgi.

-¿¡Estás loca?! -Exclamó Siwon mirando con sorpresa a Lisa, que solo lo miraba con superioridad y burla. -. Ningún coño vale eso, ni siquiera la mejor de las putas. - Agregó. -. Además, esa zorra no te dejará follartela, no deja que nadie lo haga, ni porque le paguemos cien millones de wons.

Lisa dio un paso adelante, dispuesta a partirle la cara a ese gordinflón desagradable, pero Jane se le adelantó.

-Te hubiese dejado follarme si no fueras un viejo verde, gordo, desagradable y con una mini-polla. -Se defendió la bailarina causando más cólera en el hombre. -. Además, me hubiese follado a cualquiera que fuera de mi agrado incluso gratis.

-Maldita zorra. - Vociferó Siwon caminando hacia Jane, pero fue detenido por Seulgi.

-Vamos Siwon, no te metas en problemas, ni busques que llame a los de seguridad, porque sabes que te irá peor si lo hago. -Amenazó la pelirroja dándole un leve empujón al hombre. -Te daré un par de tragos por cuenta de la casa para que olvides este pequeño incidente, no te preocupes. -Eso pareció calmar al hombre, porque se limitó a guardar su chequera y acomodar su saco para retirarse de la habitación. -. Espero al menos un "gracias", Jane.

-¿Te basta con que le diga a Irene que te perdone por lo de la tarde? -Seulgi asintió con una sonrisa. -. Entonces ese será tu agradecimiento, no pidas más. - Informó y volvió su atención hacia Lisa. -¿Vamos? - Le preguntó ganándose un asentimiento de cabeza de parte de la pelinegra. -. Nos vemos luego, Seul. - Se despidió de la pelirroja y tomó la mano de Lisa, jalándola para que la siguiera.

-Espera. - La detuvo Lisa, sacando unos cuantos billetes para dárselos a Seulgi, que se negaba rotundamente a aceptarlos. -. Acéptalo, de seguro esa tal Irene te perdonará más rápido si le compras unas flores. - Eso bastó para que Seulgi agarrará los billetes con rapidez y les dedicará una sonrisa a ambas. -. Gracias por todo, Seulgi. -Le susurró Lisa dándole un suave golpe en el hombro antes de dejarse guiar por Jane hacia un pasillo que conducía a unas escaleras.

-Fue un lindo gesto de tu parte darle eso a Seulgi. - Dijo la bailarina mientras caminaban por un largo pasillo iluminado por tenues luces rojas. -. Es un poco pesada a veces, pero es una gran amiga y persona. - Aseguró mientras abría la puerta de una habitación. -. Puedes pasar. - Informo haciéndose a un lado para que Lisa entrará.

Lisa observó la ordenada habitación con detenimiento. El suelo estaba cubierto por una alfombra suave de un color rojo quemado; unas altas lámparas apenas iluminaban bajo una luz ámbar, y también había un gran espejo que abarcaba una pared completa. Frente a ella, yacía la cama, cubierta por unas sábanas blancas que incluso a simple vista parecían ser caras, y aun lado de ella, un largo sofá de cuero negro.

Wow, parecía ser la única palabra que por el momento ocupaba la mente de Lisa. Si bien ya tenía un amplio conocimiento de cómo funcionaban los clubs nocturnos, su primera vez "comprando" a una bailarina para un show privado definitivamente la había sorprendido. Su mirada la delataba, era de una auténtica curiosidad.

Estaba tan inmersa en su impresión que ni siquiera noto que Jane había cerrado ya la puerta de la habitación detrás de ella.

•••

besties, el siguiente capítulo tendrá un smut MUY explícito, pero si quieren leerlo dejen 75 votos en este cap.🤌🏻

ACLARATORIA: existe una diferencia de edad entre Jennie y Lisa; Lisa tendrá 35 años, mientras que Jennie 23. Ambas son adultas, así que no me anden funando porque una está en sus veintitantos y la otra sea una flaca de 35 años.

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