Capítulo 4.
Hi~ Aprovechen para dar un último respiro soft el capítulo de hoy porque ya el fin de semana entramos en un nuevo arco y se viene potente la intensidad chiquillos. De verdad muchas gracias a las personitas que han apoyado este otro proyecto chiquito, no le tenía fe, sigo medio ambivalente con la fe, pero hasta ahora creo que está encaminado decentemente.
—Parece que te sientes especialmente motivado en la práctica de hoy. —Ash sonríe como respuesta antes de alzar enfrente su espada, clava sus zapatos en contra del piso y si bien, aborrece los jardines dados los recuerdos sobre la muerte de su madre debe admitir que es agradable tener sus clases al aire libre.
—Quizás me siento especialmente motivado hoy. —Eiji se limpia el sudor con el dorso de su muñeca, la tela del kimono cae hacia su codo con el movimiento, es una prenda floreada y linda, se han vuelto más lindas y delicadas desde que empezó a darle clases a Aslan y por ende, sospecha que es su obra.
—Pues no hay nadie a quién puedas impresionar en el público. —De hecho, es una práctica privada.
—Estás tú, ¿verdad, onii-chan? —El aludido sonríe, aunque antes le fastidiaba el apodo lo embelesa la forma en que Aslan canturrea las sílabas.
—Sí, pero no tienes que impresionarme a mí.
—Justamente porque no quieres ser impresionado debo impresionarte.
—¿Entonces qué esperas, Ash? —Sus cabellos brunos caen como brotes de chiribitas por el costado de sus mejillas—. Impresióname, alfa.
—A tus órdenes.
La electricidad quema entre ellos cuando vuelven a la contienda de espadas, los movimientos de Eiji se han vuelto más ágiles y ligeros bajo el cuidado que el médico de la residencia le dio (a espalda del emperador y el patriarca Callenreese por supuesto) su muñeca se siente mejor desde que toma esas hierbas medicinales y es capaz de darle más pelea al alfa como si fuera un samurai.
Las espadas brillan bajo el sol cuando se encuentran, Ash le sonríe con galantería, usando esa brecha corporal que tienen deja caer todo su peso encima del beta, consiguiendo que retroceda aunque las suelas de sus sandalias se encuentren literalmente enterradas, el alfa toma el rol dominante y piensa en esto como si fuera un baile y Eiji una pareja a la que tuviera que poner en su lugar, nunca así bajo los brazos de su esposo porque Yut-Lung sabe cumplir a la perfección su papel predestinado, Ash no puede hacerlo, Ash es rebelde y necesita de un compañero de baile igualmente rebelde para forzarlo a sacar toda la pasión que escalda en su interior.
Eiji es perfecto.
Es una mezcla entre terquedad, irracionalidad y locura, todo eso recubierto por una capa de dulzura.
Por Philia, realmente quiere ser su amigo, qué los dioses lo ayuden.
—¡No te distraigas!
—¡Oye!
—Te lo enseñé en nuestra primera lección, no bajes nunca la guardia.
Por supuesto que Eiji aprovecha su instante de debilidad para arremeter contra él y el ataque es tan preciso que Aslan acaba con la camisa inclusive cortada, sabe que Blanca lo regañará apenas lo mire, no es propio de un señorito andar impresentable y bla, bla, bla. Tal vez, pero no tiene ganas de vestir mallas para práctica y menos frente a Eiji que luce malditamente bien con su kimono, se ve hermoso, como un amigo, claro.
—¿No es trampa atacarme cuando estoy con la guardia baja?
—Eso nunca te ha detenido a ti. —Se alejan, Aslan se arremanga la camisa hecha jirones a los codos.
—Tienes un punto.
—Lo sé.
—¡Menos charla y más acción, onii-chan!
No le permite volver a reaccionar, corre hacia el beta para arremeter hacia su tórax (quién arroja un chillido totalmente adorable) Eiji apenas logra alzar la katana y contrarrestar ese ataque, a diferencia de Blanca no es un maestro con habilidades pulidas, el japonés carece de técnica, formación y gracia, es obvio que si se encuentra en esta residencia se debe al favor o la bendición de un alto cargo y por lo poco que ha escuchado apuesta que Max está involucrado con ese tal Ibe-san y aun así sabe sacar lo mejor de Aslan en cada entrenamiento sin necesidad de amenazas o regaños como Blanca, Eiji es un buen maestro, el problema es que si alguien más nota esto lo matarán, es un beta esclavo. Ni Jim ni el clan Lee, ni Dino ni nadie puede descubrirlo.
No se preocupa.
Ash es un excelente mentiroso.
Sabe jugar su papel asignado, en especial por quienes ama, por Max, Skip, Shorter y sobre todo Gri...
G-Grif...
Te extraño.
—¡Te dije que no te distrajeras! —No sabe cómo pero termina tropezándose, la cuchilla de Eiji queda justo en su garganta y aun así, no consigue mantener el equilibrio, cae para atrás, se golpeará cuello y nuca en esa posición, le costará un par de días en la enfermería—. ¿Ash? —Pero esa caída no llega.
—¿Qué? —Ya que Eiji ha soltado su propia katana para sostenerlo de la cabeza y así evitar el porrazo.
—Lo siento, vi que estabas distraído, debimos parar antes.
—No, yo... —La voz de Eiji lo trae de regreso a la tierra y lo aparta del azul en los ojos de su hermano mayor—. Debí estar más atento, fue mi culpa.
—¿Estás bien? —El lince apenas puede ver al chico que tiene enfrente, la luz pega contra su espalda, convirtiendo el blanco del kimono en una luz cegadora que emana alrededor del beta, Aslan necesita entrecerrar la mirada para intentar distinguir las facciones que tiene enfrente, sin embargo, el toque de su compañero lo tiene mareado, lo baja lentamente hacia la hierba—. Te ves enfermo.
—No, estoy bien. —No quiere que salga de encima—. Solo estaba recordando cosas.
—¿Cosas?
—Personas. —Confiesa, acomodándose en el piso sin ansiar romper el roce—. A mi hermano mayor.
—¿Lord Griffin? —Le sorprende que conozca esa historia—. Skip me contó algunas cosas, no mucho.
—Claro que el chismoso lo hizo. —Sonríe, apoyando el dorso de su palma contra la hierba, se siente áspera y húmeda contra su piel desnuda, Eiji todavía está encima y las espadas se encuentran tiradas en algún lado del jardín—. Mi padre es una mala persona, su sed de poder lo llevó a usarnos de cebo con el clan Lee para alcanzar el trono, cuando Yut-Lung posó su atención en mí yo me negué pero él amenazó con vender a mi hermano si no lo hacía.
—Ash.
—Debes haber escuchado sobre la crueldad de Hua-Lung y Wang-Lung, sobre mi cadáver iba a dejar que lo tocaran, además Griff es un omega... —¿Qué palabra usa su padre?—. Especial.
—¿Especial?
—Sí. —Eiji parece notar que no se siente listo para hablar del tema, no lo presiona, tampoco le exige mayor explicación, se limita a mirarlo con esos ojos con una transparencia que lo deja sin aire y hace que le duela mucho el corazón—. Me cuesta hablar del tema y no puedo hablar del tema, atenta las leyes mencionar a un exiliado.
—Puedes hablarlo conmigo cuando te sientas listo. —Le ofrece, flectando los codos como un intento por levantarse de encima y fracasando—. No me importa irme exiliado, siempre lo he estado.
—Tú... —Ash se inclina un poco más, queda tan cerca que sus narices se tocan, la de Eiji está caliente, es agradable y tiene una forma graciosamente redonda, es una nariz pequeña—. La vida que poseías antes de venir a mi residencia.
—No era agradable. —Eiji finalmente se levanta—. No creo que alguna vez lo haya sido, no desde la pérdida de mis padres.
—Lo siento.
—No te preocupes. —El ambiente se vuelve tenso y Ash se maldice internamente, no tiene palabras de consuelo que ofrecer ni mucho menos podría calmarlo con una mirada como Eiji lo hizo segundos antes, Aslan no es confortante, nadie le enseñó a serlo ya que la persona que le enseñó se encuentra en un exilio infinito y no puede mencionarlo.
—Eiji. —Su mirada se pasea nerviosa por el patio, buscando cualquier cosa para distraerse—. ¿Usas el arco?
—¿Eh?
—El arco. —Musita—. ¿Sabes usarlo?
—No. —Eiji impresiona confundido por el cambio abrupto de tema, no se lo toma a mal, nunca toma nada de lo que Ash hace como si fuera malo, eso es terrible—. ¿Tú sabes? —Asiente—. ¿Puedo ver?
—Claro.
Griff soñó con ser arquero, recuerda que su padre lo odiaba y aunque la sociedad es omega-centrista y en teoría el mayor debería haber recibido el favoritismo y las regalías siempre existen excepciones, Jim sin duda era una de estas, desarrolló un odio hacia la casta superior puesto que toda omega que ¿amó? (no sabe si su padre es capaz de eso) lo abandonó, no obstante, la culpa es de Jim, marcar a un omega sin consentimiento es una violación grave a la ley pero su papá seguía repitiendo el patrón e incluso ahora con Jennifer, marcándola antes de embarazarla para asegurarse de mantenerla igual que un adorno. Fue una pelea fuerte con Griff la que gatilló el exilio. Una pelea por Aslan. Griff juró que volvería aunque jamás volvió, no lo culpa, la supervivencia no es simple, al menos sabe que está vivo por su contacto con Max.
Pero no quiere pensar en Griff.
Ni Max.
Ni nada en realidad.
—Estoy oxidado. —Suspira—. Fallé un par de centímetros. —Ash mira el obstáculo de paja apoyado en el jardín, Blanca ha insistido sobre que además de la katana debe practicar tiro al arco, aun así él sabe ser reticente y bueno, desde el exilio de su hermano no tomaba uno hasta Eiji, claro.
Eiji ha cambiado muchas cosas este último tiempo.
Lo ha hecho feliz.
—¿Eh? ¡Pero está tan lejos! —Y hay algo en la forma en cómo grita asombrado, mirándolo con esos ojos oscuros que lo hace sentir el ser más especial del universo—. ¿Deberías estar haciendo eso? Te golpeaste bastante feo en la práctica con katanas.
—Es solo un rasguño. —Se planta con fuerza contra la hierba, alza el arco, apunta otra vez hacia ese objetivo de paja con círculos blancos y rojos alternados, la estridencia de la flecha atravesando aquel soporte hace un eco que le deja un sabor metálico en la boca, sangre. Griffin. Más sangre.
—Oh, eres duro.
—¿Quieres intentarlo? —No sabe por qué pregunta, nunca ha dejado que nadie se involucre sobre todo en lo relacionado a Griffin, Ash evita a toda costa hablar, pensar, recordar o imaginar al mayor.
—¿Qué?
—Puedes disparar si quieres. —Pero no vacila al volvérselo a preguntar.
—¡¿Puedo?! —Y Eiji sin duda es lindo.
Un beta bonito.
Idea que se hace aún más potente cuando Eiji sostiene el arco como si fuera un venado recién nacido con las piernas trémulas y las manos sudadas ¿cómo alguien tan diestro con la katana es así de torpe con el arco? La dualidad del chico nunca deja de llamarle la atención, no obstante, no se burla mucho tiempo sino que prefiere ayudarlo, le pide que enderece la espalda, se acomoda detrás para reforzar lo dicho amoldando la palma sobre la cintura del beta, usando la otra para enderezarlo en las manos, le sorprende que sus manos sean tan...pequeñas en comparación, las dos le caben en una sola palma y no debería sorprenderle considerando que las de Yut-Lung son mucho más pequeñas pero aun así, esto es diferente. Eiji es diferente. No. No. Patrañas.
—Sostenlo con más firmeza o te lastimarás cuando dispares.
—¿Así? —Eiji se da vueltas y Ash se traga el aire al tenerlo tan cerca, intenta no pensarlo aunque no le importa, acostumbra a tener a las personas mucho más cerca (y no significa nada). Pero las manos del beta se sienten calentitas entre las suyas y huele muy bien.
—No te preocupes por la resistencia del viento a esta distancia. —Sus cabellos negros le cosquillean contra la nariz y no puede resistir la tentación a aspirarlo, sin duda carece de feromonas, si fuera un omega tendría las glándulas aromáticas justo dónde Ash presiona su nariz y aun así, hay una esencia deliciosa encima de su piel, no son feromonas ni son las lociones que la servidumbre presuntamente le pasó, esto es algo más—. Tensa la fecha suavemente. —Huele a hogar, es su primer pensamiento.
Huele a estar protegido.
Huele a estar a salvo.
Huele cálido.
Eiji.
—Apunta bien y... —Sueltan la flecha, Eiji logra atravesar el objetivo de paja y se da vuelta con esos ojos de estrellas fugaces.
—¡Lo hice! —Grita emocionado—. De verdad acerté en el tiro. —Aunque es impropio de su carácter amargado se deja contagiar por la emoción.
—¡Lo hiciste! —Y chocan los cinco para felicitarse, o al menos, eso pretenden al inicio—. Si continúas practicando algún día podrías volverte mi competencia. —Pero sus dedos acaban entrelazados y eso se asemeja más a un agarre de manos, quema, el toque quema como brasas de confort.
—¿Cómo eres tan bueno en todo lo que haces?
—¿Acaso no es obvio? —Crispa una ceja—. Porque soy yo.
—Eres un presumido. —Eiji bufa.
—Y tú eres un irracional. —Ash no puede resistirse a tironearlo de las mejillas, se sienten regordetas, tibias y esponjosas al tacto, le gusta—. ¿Qué manera es esa de hablarle al alfa del futuro emperador?
—La manera en que se merece ser hablado. —Lo tira aún más fuerte y Eiji gimotea arrojando patada tras patada con el objetivo de protestar en vano—. ¡Ash! ¡Ya para! ¡Me haces cosquillas!
—Vaya, vaya. —Una tercera voz lo congela—. Me voy por un par de semanas y encuentras la forma de reemplazarme por alguien más bonito, debo confesar que me siento herido.
—Shorter. —Su sonrisa inconsciente es imposible de disimular, le hizo falta—. ¿Cuándo regresaste?
—Acabo de llegar. —Suspira—. Sabes que Yut-Lung puede ser un dolor de culo cuándo lo quiere.
—Lo sé. —Mejor que nadie—. El problema es que siempre quiere serlo.
—Y dime. —La mirada de su mejor amigo se posa descaradamente sobre el beta—. ¿Quién consiguió domesticarte en mi ausencia?
—Yo no estoy domesticado.
—¿Eh? —Shorter es un desvergonzado y no duda en abrazar a Eiji aun si son desconocidos, los ojos del beta se encuentran clavados en su cabello pinchudo y en su armadura llamativa—. Pues parecían estarse divirtiendo antes de que los interrumpiera.
—¿A qué has venido?
—Tengo noticias, tenemos que hablar. —De repente, su lengua se aprecia pesada encima de su boca puesto que comprende que no puede ser nada bueno—. Lamento quitarte tiempo con tu nuevo...
—Instructor de katana.
—Ajá. —Resopla—. Eso justamente parecían y no algo más íntimo.
Shorter carcajea.
Ash se sonroja.
Hijo de puta.
Pero siendo hijo de puta y demás debe confesar que realmente lo extrañó, Wong no solo es su mano derecha en la corte y el caballero principal entre sus hombres, sino que además es su mejor y único... amigo en realidad, un alfa al que conoció en la fosa más precaria del pueblo puesto que hubo tiempo antes del matrimonio en dónde trató de escapar de su destino y se fugó, Dino lo castigó por supuesto al ser el confidente de su padre, lo envió a los sitios más violentos de esclavitud con la esperanza de que aprendiera una lección, ahí encontró a Shorter, tenía 14 y estaba enrollando nobles en un burdel con la punta de sus dedos cuando Wong lo salvó.
El alfa nunca más se apartó de su lado cuando lograron escapar, a Ash le gusta tenerlo cerca y admira muchas cosas de su amigo, Shorter tiene fuertes convicciones, presenta un aprecio inmenso por sus seres amados, es fiel, leal y protector. Tristemente no está exento de jerarquías y Yut-Lung vislumbra lo importante que es Wong para Aslan por eso a veces se lo lleva en sus viajes ¿es a raíz de capricho?, ¿o es porque genuinamente confía en el alfa? No tiene idea, sin embargo, la realidad no es benévola y Wong debe acatar, es bueno tenerlo de regreso, le hizo falta en este periodo de estrés y consortes.
Cierto, debe conseguir un amante para engendrar un hijo.
Otro omega.
—Yut-Lung estaba muy enfadado. —Shorter espeta, han entrado a su oficina para poder charlar, los sirvientes del palacio ya se han retirado luego de ofrecerles bebestibles y aperitivos que rechazó de forma cordial, nunca se sabe quién podría envenenarlos—. Dijo que seguías rechazando los omegas que te ofrecía.
—No engendraré un hijo. —Bufa—. Además, mi esposo mataría a mi amante apenas dé a luz la cría.
—Sé que no te agrada el método. —Shorter tensa sus labios, se ha quitado la pechera de metal para dejar a la vista una camisa simple de lino con unos pantalones entierrados—. Pero acabo de salir del palacio de los Lee y el emperador se ve mal, como si estuviera a punto de estirar la pata.
—¿Te estás poniendo de su lado?
—No. —Aslan deja caer la espalda contra el pilar del escritorio—. Pero los hermanos mayores de su clan son de temer.
—¿Por qué fuiste con él? Podrías haberle dicho que no.
—Porque me necesitaba ahí.
—Es un omega.
—Que sea omega no implica que no sufra injusticias de parte de sus hermanos, conoces la jerarquía y especialmente cuando se trata del mandato. —El lince bufa sin poderlo contradecir y por esto odia cuando tiene estos momentos nítidos de lucidez—. Sé que no querías este matrimonio, sin embargo, es tu esposo y deberías cuidarlo como tal, tiene tu marca.
—Lo sé. —Suspira, quitándose los cabellos de la frente—. Pero Yue y yo chocamos en carácter, debe gustarle llevarme la contraria o probar mis límites.
—Creo que su carácter es una fortaleza. —Shorter musita e impresiona haber algo de timidez en su voz, Ash no tiene ganas de comprobarlo, se profesa demasiado cómodo reclinado contra el pilar de mármol con el antebrazo encima de los ojos y el calor filtrándose en su piel—. ¿Cómo te agradan las personas entonces?
—Tercas. —Sonríe—. Me gustan las personas tercas y determinadas, que sepan lo que quieren y no teman alcanzarlo aun si parezcan un poco locas, pero también dulces y adorables, es una mezcla un tanto extraña, lo sé, pero creo que puede haber alguien así.
—¿Cómo Eiji?
—¡Exacto! —Ash se ruboriza apenas se encuentra con la sonrisa descarada de Shorter—. Ya veo eso que estás haciendo, para. —Lo amenaza.
—¿Qué estoy haciendo?
—Me estás molestando, ¿acaso estás loco?
—Tú no parecías poseer problemas cuando le estabas dando la mano y te estaba tocando a ti, cínico.
—Estábamos celebrando por haber acertado a un objetivo en tiro al blanco. —Y para dejar aún más en clara su declaración el lince procede a apuntar el objetivo de paja atravesado por una flecha roja a través de la ventana.
—Ya veo. —Pero Shorter no impresiona ni un poco convencido—. No sabía que habías retomado el tiro al arco.
—No lo hice. —Gruñe a la defensiva—. Solo fue temporal porque a Eiji le dio curiosidad.
—Ash, lo tienes escrito en toda la cara.
—¿Qué cosa?
—Eiji te agrada, deberías hacerlo tu amante.
—No. —Hay una emoción desagradable arremolinándose dentro del vientre del lince sobre el mero pensamiento de volverlo su consorte—. Eiji es mi instructor de katana.
—Yue no sabe de él. —No es una pregunta—. Cuándo sepa acerca de él ¿qué crees que pasará? Ash, la única manera de protegerlo es reclamarlo de tu propiedad.
—Sabes los tratos que reciben los amantes en la realeza. —Y ese ha sido otro motivo para nunca tomar uno, si bien, los betas ya se encuentran en el rango más bajo de la casta, ser un amante resulta mucho peor, Aslan ve lo importante que es para el nipón mantener su honor, no ansía despojárselo.
—Lo sé. —Shorter se acaricia el cabello, hay sangre seca todavía incrustando sus manos sin embargo no le extraña con las protestas del reino—. Pero tendremos que ir a batalla, tu esposo pronto será emperador y tenemos que calmar las aguas antes.
—Es decir, matar a la oposición.
—Sí. —Las palabras del alfa son como un rayo helado—. Si dejas a Eiji solo nadie te garantiza que al regresar él siga acá.
—Yut-Lung no haría eso.
—Tal vez Yue no, ¿pero qué hay de tu padre? ¿o Dino? —Un nudo de angustia se forja en su tráquea entrecortando sus palabras—. Sino lo haces de tu propiedad va a estar roto cuando regreses.
—Eso es una mierda.
—Es una mierda pero es así.
Y le da rabia.
Le da tanta rabia que tenga que ser así, a fin de cuentas no tiene opción ¿cierto? Porque un requisito para que su esposo sea emperador es que logre engendrar un hijo asegurando la prosperidad en el linaje de los Lee y la única forma de tenerlo es con un amante, el problema es que Eiji es un beta, lo que hace imposible siquiera justificar el tenerlo de consorte y eso le traerá muchos problemas al no solo ser menospreciado y juzgado por el resto del palacio sino que desatará la furia de su esposo, se lo tomará como una degradación.
—Eiji parece un buen chico. —Entonces le dice y ese es el problema.
—Lo es.
—Eiji parece ser demasiado buen chico, no se ve como un instructor clásico de katana si entiendes.
—Lo hago. —Ash se arroja en su ostentoso sillón tironeándose el cabello, está sudando, hace mucho no le importaba alguien lo suficiente para perder la compostura—. Blanca no lo ha evaluado todavía, por eso lo he podido mantener en secreto, Jim tampoco lo ha visto.
—Ash. —Shorter se planta enfrente del salón, su espada relumbra en el cinturón, sus botas se hallan embarradas de sangre igual que la cuchilla—. Te lo diré una sola vez porque soy tu amigo, sino haces de Eiji algo tuyo acabará muerto y no podrás con la culpa tal como pasó con Griffin. —El nombre sin duda despierta un nervio sensible en su corazón.
—No te atrevas a mencionarlo.
—Yo cumplí mi deber como tu caballero de confianza al informarte, tú sabrás qué hacer.
—No es tan simple.
—Ni digo que lo sea. —Shorter hace una reverencia—. Ahora me retiro, su majestad.
Ash se queda a solas en el despacho.
Piensa en Eiji y en lo feliz que es de tenerlo a su lado, se lo imagina teniéndolo de amante, forzándolo a cumplir con los deberes que dicho cargo implica.
No.
No puede convertirlo en algo así de desgraciado, ya lo vio en Griffin, no lo verá otra vez.
Mañana o el domingo inician los verdaderos problemas, todavía no sé cuándo estara listo pero somos optimistas en este perfil, tengo nervios por cómo se tomaran el rumbo de la trama así que siempre les reforzare que deje un apartado gigante de advertencias al inicio y pucha, más que eso no puedo hacer. Mil gracias por el apoyo, nos vemos potente el fin de semana.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro