Capítulo 10.
Hola mis bonitos lectores~ Me traspapele con las actualizaciones y por eso además me atrase con este fic que tenia que estar arribita ayer además, pero nada muy terrible, como les he comentado varias veces este es un au de mierda con personajes de mierda, no esperen que nadie esté muy idealizado o santificado, todos son egoistas a su manera y esto lo menciono porque hoy profundizamos un poco más en un nuevo personaje, ya verán, pero antes, nos tomamos una pausa muy necesaria para ver qué onda con el AshEiji.
Muchas gracias por tanto~
Aslan hunde sus yemas en los cabellos esponjados, una de las primeras cosas que llamó su atención cuando conoció al beta fueron sus mechones, eran negros y más negros que esas noches sin estrellas en dónde Dino se fumaba un puro con olor a caro y Ash permanecía quietecito viendo el mosquetero de oro que caía sobre su torso desnudo y adolescente todavía, eran más negros que eso, más negros que los vinos ostentosos que lo forzaban a beber y mucho más negros que el rencor que ardía dentro de los ojos de su esposo, pero a la vez eran esponjados e increíblemente reconfortantes, por eso en más de una ocasión se descubrió a sí mismo a punto de acariciarlos.
La dualidad le dio risa.
A Ash solían darle miedo las cosas oscuras.
Pero la oscuridad de Eiji es diferente y reafirma el pensamiento una y otra vez mientras lava su pelo dentro de la bañera real.
Lava. Lava. Lava.
Suspira.
Han pasado muchas cosas desde que se oficializó su rol de amante. Griffin. Max. Palizas (algunas de parte de Jim y otras de parte de su consejero).
Dino.
Pero Ash no tiene ganas de pensar en eso ni de lidiar con los regaños de su pareja por no engendrarle un hijo o traer una omega.
Prefiere quedarse acá permitiendo que el vapor sangre hacia su interior, apreciando cómo los olores se orquestan debajo de su nariz para transportarlo a una burbuja en dónde no importa nada además de la espuma fragante golpeando su torso igual que olas contra un peñón, sintiendo su piel expuesta rozar como una pluma de mirlo la piel desnuda del nipón, sintiéndolo crisparse igual que un conejillo herido hacia sí mismo. Suspira. No fue fácil hacerlo su amante enfrente de todos, sin embargo, Aslan comprende que es la mejor chance que tiene de supervivencia.
Porque Eiji es un beta.
Nacer beta es nacer esclavo o prostituto y ambos saben que el título de amante es un gran privilegio.
Pero Eiji se ve tan roto mientras lo baña.
Eso hace que su corazón duela.
—Bones eligió esas esencias especialmente para ti. —Entonces intenta animarlo y recordarle que sí hay personas que lo quieren en este lugar—. Es de flor de cerezo.
Ash se espera un comentario mordaz, algo como: "¿no es racista asumir que me gusta ese olor solo por mi nacionalidad?", algo que haga de Eiji ser tan Eiji.
—Ah. —Pero Eiji tiene la mirada clavada en el agua—. Ya veo.
—Es dulce.
—Sí.
—Es dulce como tú, onii-chan.
—Gracias.
—¿Es agradable?
—Muy agradable.
—Eiji. —Un nudo se apremia en la garganta del alfa por cada letra pronunciada, la tensión desciende desde sus cuerdas vocales coaccionadas hacia sus entrañas, las revuelve, dejándole un caldo fundido de sentimientos ininteligibles, luego pasa a su vientre y se planta como una perforación, se mantiene unos momentos ahí hasta extender sus alas y liberar su veneno igual que una espora tóxica—. ¿Estás bien con esto? ¿Te sientes cómodo bañándote conmigo?
—Sí.
¿Consensuas lo que estará por pasar?
Eiji sonríe destruido
—Lo consiento, estoy cómodo contigo.
Pero mentiste.
Sé que me mentiste porque eres un terrible mentiroso.
Y Ash ya no puede respirar ante tan horribles recuerdos, el vapor repleto de reminiscencia floral que debería envolverlo en una bruma soporífera no hace más que oprimirlo e inducirle un posible ataque de pánico, pero Eiji no está diciendo nada, al contrario, se está quedando quieto mientras acuna sus rodillas contra su pecho dejándolo hacer lo que desee y Aslan no sabe si debería apartarse, opta por no hacerlo puesto que tiene la impresión de que si lo suelta y deja que el beta se sostenga a sí mismo se va a quebrar en cientos de pedazos que se perderán dentro de la tina y por más que rebusque no los encontrará, no todos. Así que prefiere masajearle el cuero cabelludo, pasear sus dedos con calma y gentileza, con bondad, intentando transmitirle ternura, incondicionalidad y todas esas cosas lindas de las que el alfa fue privado y siempre anheló.
Lava su cabello.
Lo adora.
Lo besa.
Y Ash no entiende por qué pero mientras enjuaga esa matita de algodón, con el torso desnudo sobre la espalda desnuda de Eiji, con sus rodillas sumergidas apenas rozándose, con sus frotes de shampoo evitando deliberadamente la zona de la nuca (la mordida de Yut-Lung) se siente destrozado, es como si una angustia infinita se hubiera liberado enjuagando a Eiji y viendo sus reacciones (reacciones que son propias de una víctima con su agresor) pero Ash no es un abusador si incluso consiguió que todo fuera verbalizado, le dio su consentimiento pero ¿qué tan libre fue dicho consentimiento? No existía una elección real si lo otro era morir o ser reducido al trato de un beta, ¿y acaso eso no lo hace igual que Dino? No. Dino es un violador...Ash no. Dino es todo eso que Ash aborrece de un alfa. Ash es un alfa bueno. No es como esos hombres que le hicieron daño a él. A Griff. No es una escoria. E inclusive si lo fuera la circunstancia de Eiji es afortunada, a todos les toca ser violados al menos una vez en su vida y sino eso da cuenta de una posición en extremo afortunada. Por ende no debería guardar culpa sino hizo nada malo. Ambos lo acordaron. Pero Eiji. Dios.
Pero Eiji lo miró con tanto miedo.
Y lloró como un bebé.
Y gritó como si Aslan fuera el agresor y algo en tener que aceptar su posición de alfa, algo en forzarse a usar el rol que siempre toman Dino, Marvin o los otros cerdos a los que Jim lo cedió, algo en...verse obligado a convertirse en uno de esos hombres hace que quiera volcar todas las tripas, desprenderse capa por capa la piel, arrancarse los ojos, hervirse el cerebro, todo al mismo tiempo de golpe. Porque Ash sabe lo que hizo, pero aceptarlo implicaría convertirse en...no puede tolerar esa idea ni tampoco la sobreviviría.
Así que lava el cabello de Eiji y llora.
Perdón.
No quería hacerte daño.
—Ash. —Entonces Eiji se da vueltas con sus ojitos muy aguados, ambos saben que nada podrá volver a estar bien entre ellos dos luego de esto, ambos realizan el duelo de su relación—. Fuiste el primero.
Oh, Dios.
—Eiji.
—Esa fue la primera vez que...
—Mierda, Eiji.
Su padre le ha advertido que si Eiji lo ablanda va a matarlo, por esto debería mostrarle lo privilegiado que habría sido si hubiera tenido una primera vez diferente pero Eiji se está haciendo pequeño entre sus brazos, lo mira con sus ojos de cervatillo lastimado, se abraza a sí mismo, incluso si Ash lo lastimó y lo hizo su amante siendo consciente de las consecuencias, está acá, mostrándose frágil y anhelante por consuelo. Ash no puede rechazar eso.
Así que lo abraza.
Lo arrulla con todas esas cosas blandas y puras que todavía conserva, lo acoge, retiene esos tiritones para absorberlos mientras al mismo tiempo se desprende de las cosas que tiene resguardadas, todas esas cosas inocentes y bonitas y suaves que alguna vez amó Aslan. Libertad. Pureza. Ingenuidad. Las despoja en el abrazo para dárselas, entiende que no compensará el daño hecho, comprende todavía mejor que le dé lo que le dé no cambiará nada pero guarda la esperanza de que Eiji siga conservando ese brillo mezquino en sus ojitos. Quiere que Eiji siga siendo Eiji.
Terco. Irracional. Impulsivo.
—Lo siento mucho. —Ash besa la coronilla de sus cabellos, lo hace una y otra y otra vez, la mitad de la espuma se cae al suelo, le da igual, todo da igual menos hacer sentir a Eiji valioso—. No quise pero tuve que hacerlo.
—Lo sé. —Eiji esconde su rostro en el hueco entre el hombro y el mentón del alfa, en ese lugar están sus glándulas aromáticas y tiende a ser muy mezquino con quién las comparte—. No es tu culpa, las cosas son como son, no hay culpables reales.
—Eiji.
—Pero aun así... —Los dedos del moreno se crispan en los músculos definidos de su espalda—. ¡Tuve mucho miedo! Y me dolió, me dolió mucho.
—Perdón.
Ash se aparta de golpe.
No soy digno de tocarte.
—¡No! —Eiji lo frena antes de que lo suelte—. Por favor, no me dejes de tocar así, es diferente, estás siendo muy gentil, eso me gusta.
—Te estoy haciendo daño.
—No lo haces, estás siendo más Aslan en estos momentos, logro notar la diferencia y cómo enfrente del resto actúas siguiendo tu papel de alfa, no son los mismos ojos, pones una mirada extraña.
—Es la clase de mirada que tanto les fascina a los nobles.
—A mí no. —Entonces Eiji lo sostiene de las mejillas, impresiona determinado—. A mí me gusta esto un millón de veces más, me hace sentir seguro. —¿Seguro luego de...? Ja.
—Sin duda eres un irracional. —Se lamenta—. Pero de una manera dulce y valiente.
—Soy tu amante, no hay nada de dulce o valiente en eso.
—Nunca serás solo eso para mí. —Le promete.
¿Entonces qué eres?
—Debería agradecerte por lo ocurrido en vez de estar llorando, cualquier otro beta sería afortunado de estar en mi lugar, lo sé, esto debe ser una falta de respeto gigante para ti.
—No. —Ash junta sus frentes, traza círculos con sus yemas sobre la marca que no sanará en su nuca, es gentil, mimoso, lo hace hasta que físicamente se relaja—. Prométeme que incluso si me convierto en el esposo del emperador confiarás en mí para contarme cómo te sientes, tienes el derecho, tienes el poder de decirme lo que te parece bien o no con sinceridad, pero no me mientas, por favor porque no puedo adivinar lo que pasa por tu mente.
—No. —Claro que ese terco niega—. No puedo aprovecharme así de tu bondad, sé lo que soy, Aslan.
—Eres maravilloso. —Entonces besa un carrillo—. Eres la persona más hermosa que he vislumbrado.
—"Persona". —Repite triste—. No "beta".
—Nunca serás solo un beta para mí.
—¿Entonces qué soy? Sino soy un amante o un beta, ¿eso en qué me convierte?
—Te convierte en Eiji. —El nipón frunce el ceño evidentemente molesto antes de usar su palma para catapultar agua hacia sus ojos verdes, hijo de puta—. ¡Oye!
—¿Qué diablos es un Eiji?
—Un Eiji es alguien por quién valdría la pena luchar hasta morir. —Ash suelta sus feromonas aunque sabe que no tendrán efecto en el beta las disipa para hacer el espacio más íntimo, son el fiel reflejo de lo que está sonsacando su corazón—. Un Eiji es un dolor de culo la mayoría del tiempo porque ni siquiera escucha lo que le digo, carece de toda pizca de autocuidado, posee la necesidad desquiciada de demostrarle al resto que es útil, como si fuera desechable.
—Lo he sido. —Musita—. Muchas veces.
Pero nunca para mí.
Eres Eiji después de todo y solo hay un Eiji en el mundo.
—Un Eiji es terco, tiene pelo esponjosito, mueve su nariz como si fuera un conejo, cuida pájaros que se caen de los árboles y tienen las alas quebradas, adopta cachorros, juega con los Skips y domestica Aslans.
—¿Te domestiqué? —Eso le roba una risa y es una caricia para su corazón, mierda, Ash iría de ida y vuelta al infierno con tal de preservar esa sonrisa.
—Lo hiciste. —Le asegura, juntando sus frentes, dejando que sus cabellos húmedos se fundan en la cacofonía de dorados y negros que son—. Eres terco, tienes costumbres extrañas y estás muy herido pero estar herido jamás te ha impedido empatizar ante el sufrimiento del resto, eres suave, adorable y bonito, tienes algo de chispa de estrellas que me quita un poco la respiración y haces que me duela el corazón y me sangre el alma y que sienta cosas extrañas.
—Aslan.
—Eres el Patroclo de mi Aquiles, eres el sol de mi Icaros, eres mi Dios, mi adoración, eres lo que hizo que saliera vivo de la guerra y esté acá dispuesto a enfrentar a Griffin y a mantener como pueda una nación que se cae a pedazos por la corrupción. Eres lo limpio en mi alma y la sonrisa que me quitaron y la inocencia que rompieron. Eres Eiji. Y Eiji es indescriptible. Es sublime. Es hermoso. Pero no dejes que te engañe, es un bastardo astuto y aunque Eiji puede ser suave como una motita de algodón es muy duro consigo mismo.
—Eso... —Las mejillas del beta están tan granas que incluso el agua impresiona hervir a su alrededor, Ash es adicto a ver esa clase de expresiones avergonzadas—. Eso fue...
—Eres mi adoración.
—Estoy enamorado de ti. —Entonces Eiji suelta—. Y si sigues diciéndome esa clase de cosas mi alma no lo soportará más y moriré acá mismo por la vergüenza.
—¿Qué?
—Sí yo... —Esto está ocurriendo en literalmente las peores condiciones—. No estoy tan seguro sobre lo que significa estar enamorado de alguien, pero creo que lo estoy.
—Eiji.
—Creo que eso es un Ash para mí.
Carajo.
Bien debería haber sabido que Eiji le daría esta clase de respuesta en dónde se resigna a tragarse su sufrimiento y aun así, a absorber el dolor del alfa como si fuera un girasol sorbiendo toda la radiación que yace impregnada en el piso. Porque Eiji es así. Lindo. Compasivo. Cálido. Empático. Fuerte. Libre.
Y siempre se ha tratado de eso, ¿no?
Su reticencia para no dejarlo ir. Lo mucho que lo lastimó encontrarlo marcado por Yut-Lung. El recelo a que se mantenga a su lado a pesar de las consecuencias.
No tiene que ser para siempre, Ash nunca sería tan hipócrita para pedirle eso.
Pero...aunque sea solo por ahora.
—¿Qué haremos ahora? —Y esta es la primera vez que Aslan se siente tan perdido, es gracioso mirar cómo se esforzó por prevenir a toda costa esto—. No codicio hacerte daño, sé que siendo mi amante estás a salvo de Dino y de Jim, a ellos puedo controlarlos si "eres de mi propiedad" pero las estúpidas costumbres no pueden cambiar, menos con Yut-Lung siendo recién coronado, Griffin, Dios, no tengo idea de qué diablos hace acá, todo es un caos y...
—Ash. —Pero Eiji le está sosteniendo las mejillas, tiene las palmas húmedas y suavecitas aun si están repletas de heridas frescas—. Creo que puedo soportarlo mientras me quede a tu lado, estoy seguro de que podría soportar cualquier cosa mientras te tenga a ti.
Porque te amo.
—Pero no debería ser así. —Y de repente lo inunda una ola de frustración, su cuerpo cede contra la tina—. No tendrías por qué resignarte a opciones tan horribles ni es justo que te resignes ¿por qué? Eres mucho más que un beta, eres la persona más maravillosa que conozco, salvaste mi vida, mierda.
—Pero las cosas son así. —Eiji le sonríe con tristeza—. Así lo han sido siempre. —El lince desea llorar.
—¿Qué haremos si tengo que seguir cumpliendo con mi rol de alfa y tú siendo mi amante? —¿Tengo que seguirte lastimando?, ¿qué haremos si ya no podemos soportarlo? ¿y por qué tenemos que hacer algo tan estúpido como soportarlo?
—Lo soportaré. —Su voz es fiera como una tempestad pero su mirada es gentil igual que un campillo de dientes de león ya que esa es la dualidad del beta—. Mientras no me dejes de mirar así y mientras sigamos siendo Ash y Eiji a solas puedo soportar lo que sea, es una promesa.
—Eiji, yo también estoy enamo...
—No. —El beta le cubre la boca—. Menos eso, no me digas eso.
Las gotas caen desde sus mechones entintados hacia la espuma de la artesa, aunque están desnudos quedan más expuestos que nunca en ese contacto visual.
Plic. Plic. Plac.
—Porque eso es lo único que no podría soportar, Aslan. —Ser correspondido y ser amado, eso nunca.
«Pero yo también estoy enamorado de ti» quiere decirle.
Escapemos.
Huyamos.
Vamos a un lugar seguro.
—Te lo ruego.
Pero entiende que nada de esto es real y que al final... si ambos aceptan lo que realmente pasa entre ellos los terminará matando. Así que le dirá otra cosa, le dará las palabras sin que sean abrumadoras.
—Yo te protegeré. —Ash lo dice con ojos fieros y brillantes, su voz es dura pero nunca logra ser duro cuando se trata de Eiji porque sí ¡lo admite! adora al terco y por eso fue egoísta, no lo ansía dejar ir, no quiere hacerlo—. Nunca te alejes de mi lado.
—¿Eh?
—Nunca te alejes de mi lado y te daré todo lo que tengo y lo que soy, eso te ofrezco si me lo permites darte.
—Sí. —Eiji no vacila, tiene sus ojos brillando como estrellas y su sonrisa de regreso—. Lo quiero.
—Bien. —Ash besa la coronilla de su cabeza, es dulce, suave—. Ahora vamos, ya estamos arrugados.
Ambos ríen.
Están mejor.
Era necesario poder clarificarlo, ha estado ignorando sus sentimientos como si se trataran de alguno de los cuadros familiares que Jim colgó en la residencia y la verdad, es que está enamorado de Eiji y probablemente lo ha estado desde que lo vio defenderse frente a Arthur con el fuego fiero hirviendo en sus ojos, la verdad es que debe estar enamorado desde que Skip habló de un tal "Ei-chan" y cómo quiso jugar con él, la verdad es que lo haría su esposo si pudiera. Pero no puede. Lo saben. ¿Conoces a algún héroe que fuera feliz? Probablemente no porque nunca te dejan ser famoso y feliz, pues tomé una decisión.
Yo seré el primero.
—Perdón. —Shorter lo detiene una vez deja a Eiji en sus aposentos, sabe que estará a salvo ahí dado que sus agresores no son idiotas y no atacarán en plena luz—. Lo siento, Ash.
Pero Shorter está acá e impresiona tan arrepentido.
—¿Por qué? —Estaba camino a una reunión con su padre cuando su mejor amigo lo interceptó entre los diferentes pasillos—. No entiendo por qué te disculpas.
—Porque yo te sugerí hacer a Eiji tu amante. —Sus pasos frenan—. Vi...lo que tuviste que hacer tuvo que ser horrible para ti, lo siento mucho, te di un terrible consejo.
—Shorter.
—Pero pensaba que de esa manera sería seguro, había escuchado rumores sobre lo que pasa siendo un amante y mierda, no tienes idea de la cara que ponías hablando de Eiji entonces pensé que al fin tenías a alguien que querías proteger y te hacía feliz y parecías feliz incluso en esa masacre refiriendo lo bonito que era o sus habilidades con la katana, creí que era la forma de mantenerlo a salvo porque acá nadie está a salvo. —Shorter tensa sus manos alrededor de su espada—. Me equivoqué.
—No podías saberlo. —Y siendo franco no lo culpa, Ash es responsable de sus decisiones y fue a raíz de la desesperanza que ver la marca de Yut-Lung le forjó que lo hizo—. Me dejé cegar por los celos.
—¿Celos?
—Mi esposo.
—Oh. —El alfa tensa la boca.
—Sé que Eiji no es mío, aceptar que es mío implicaría aceptar todo eso que odio y Eiji tampoco es un objeto, es una persona, pero algo en mi interior se descontroló cuando sentí la posibilidad de perderlo por mi esposo, no porque compita con él, podría haber sido cualquier otra persona y me habría pasado igual, eso es horrible. —Se arranca esa espina como si fuera una espada enemiga incrustada en su pecho—. Al final, soy igual que Dino
—¡No es verdad! —Shorter impresiona furibundo—. Nunca te vuelvas a comparar con ese cerdo.
—Lo siento. —Sus hombros se hunden en su capa—. No sé qué pasa conmigo.
—Creo que solo quieres mantener a Eiji a tu lado.
—¿A costa de su libertad? —Eso es lo que más amó Ash y él mismo agarró sus alas para arrancárselas una por una.
—Ash... —Pero la mirada de Shorter es compasiva, incluso calma—. ¿Qué otra opción tenías? Vamos a ser realistas, sino hubieras hecho a Eiji tu amante y lo hubieras dejado en el clan Lee los hermanos de Yue lo habrían matado o le habrían dado un destino peor a la muerte.
Prostituto. Esclavo. Trata blanca.
La lista sigue y sigue.
—Tal vez, pero...
—Pongámonos en el caso de que vuelve como "tu instructor de katana". —Shorter hace comillas en el aire porque es un hijo de puta—. ¿Cuánto más crees que le habría tomado a Blanca percatarse de la lesión en su muñeca y sospechar? ¿Crees que no se lo habría reportado a Golzine? Y ya sabes todo lo que Dino podría haberle hecho, o peor, ¿qué habría hecho tu padre con Eiji?
—Es injusto. —Ash gruñe entre dientes.
—Es injusto. —Shorter lo abraza por la espalda—. Por eso, lo mejor que puedes hacer es seguirle la corriente a Yue y cambiar las cosas desde adentro.
—¿Aunque eso implique tener un bebé que no quiera? ¿Aunque eso implique tener que ceder estos valores que son tan importantes para mí?
—Me gustaría decirte que no. —Sabe que es cierto—. Me encantaría poder cuidarte de esa crueldad porque soy tu caballero y mano derecha, pero lo único que puedo hacer es impulsarte a ser un poco egoísta e incitarte a ser feliz.
—¿A costa de Eiji?
—Mientras Eiji lo consienta.
Ja.
Qué chiste es el consentimiento en este mundo ¿verdad?
—No eres bienvenido acá. —Pero ni siquiera alcanza a procesar las cosas cuando una bofetada hace eco en el gran salón—. ¡Vete!
—Papá.
—No tienes derecho a llamarme papá, estás exiliado ¿en qué diablos estabas pensando? ¿tanto nos quieres humillar, Griffin?
—¡Detente! —La voz de Aslan se endurece en un santiamén—. No lo toques, le vuelves a pegar y...
—¿Y qué? ¿Crees que no te golpearía a ti también? —A veces olvida que su papá es esa clase de alfa y la verdad es que le da pena.
—Déjame a hablar a solas con Griffin.
—No, quiero que se vaya de inmediato de la residencia.
—Jim. —Ash usa su voz de alfa—. Déjame hablar a solas con Griffin o sino la pagarás.
—Tch. —Su padre gruñe metiéndose las manos en los bolsillos—. Les daré un par de minutos, si veo que se demoran mucho mandaré a Blanca para que los ponga en su lugar a ambos, puedo tener aún más hijos, no son tan indispensables como creen.
—Sí, sí. —Ash rueda los ojos—. Lo que digas.
Los dejan a solas.
Ash se había imaginado este reencuentro millones de veces, irónicamente eso lo mantuvo vivo cada vez que sostenía su espada contra su garganta, una cuerda o incluso una daga infectada, su memoria de Griffin lo obligaba a resistir un poco más y a prometerse que más tarde lo vería, Ash había soñado miles de veces en cómo iría esta conversación, se había anticipado debido a los cambios que Max le advirtió de su hermano de cabellos de pelusa castaña, ojos transparentes a causa de su gentileza, la barba tersa con sombra casi rosa, sonrisa gentil, mirada protectora y carácter cálido. Porque Griffin protege y siempre lo protegió y por eso fue exiliado. No obstante, ahora que tiene al omega enfrente no tiene idea de qué decirle. De qué podría arreglarlo. Simple, nada podría arreglar lo pasado sobre el exilio de Griffin y aun así...
Lo siento.
Te amo.
No quería que te fueras, no quería ser un mal hermano, por favor, no me odies.
Sé que siempre me mostré fuerte ante ti, sé que alguna vez me dijiste que los niños no lloran... perdón pero muero por llorar en estos momentos. Odio que veas en lo que me convertí. Odio haberte echado tanto de menos. Griffin. Me haces mucha falta.
—¿Qué quieres? —Algo frío se enrosca en el estómago de Aslan cuando le escupe la pregunta, sabe que este es el resultado de la supervivencia, que Griff debe tener su propia guerra grabada en carne y huesos y más considerando su exilio pero aun así...
Esto lo termina de derrumbar.
Lo destruye.
Lo mata.
—¿Por qué le pediste a papá que nos dejara a solas? Podía manejarlo, no necesitaba tu ayuda.
—Griffin.
—No quiero extender mucho tiempo este encuentro, no me gustaría tener que lidiar con esos perros que usa papá para esconderse. —A pesar de las descripciones que Max le brindó sobre el cambio al que su hermano se vio sometido nunca esperó encontrarse con esto—. Habla.
Impasible. Despiadado. Cruel.
—Ash.
Le dice "Ash", no "Aslan".
Ay.
—¿Qué fue lo que pasó en la ceremonia? —Entonces va a la defensiva y se planta con firmeza, pero se siente cómo una maldita broma ¿a quién engaña? No termina de procesar que este hombre sea su Griffin.
—Vengo a desafiarte por el trono, lo escuchaste.
—Estás exiliado. —Se hace el frío.
—Maté al emperador.
—¿Qué?
—Yo maté al emperador, por ende, tengo derecho a desafiarte por el lugar que siempre ha sido mío aunque tú me lo arrebataste.
—Griffin.
—No vengo a retomar nuestra relación, Ash. —El omega se para imponente, luce como una persona totalmente diferente, lo desconoce, en sus ojos no queda atisbo de amor sino de un dolor sangrante que lo amenaza con consumirlo todo—. Vengo a acabarte, ¿aceptas ese desafío?
No.
Por supuesto que no.
—¿O también me vas a privar de esto? —Pero esas palabras...
Ash de niño. Jim hambriento por poder. Griffin sacrificándose para poderlo cuidar y saliendo...herido por su culpa. Siendo exiliado. Estando prometido. Estando destrozado. Fue culpa de Ash que pasara y ya le quitó demasiado así que, ¿realmente está dispuesto a quitarle más?
—Acepto. —Aslan le extiende la mano—. Esto es guerra por el trono.
—Estamos en guerra, Ash.
¿Conoces a algún héroe que fuera feliz?
¿Pillan de qué son las referencias? Ahora entramos al arco de Griff por así decirlo, tenemos más AshEiji en contextos dulces como azucar y toxicos como chernovil porque pucha, el tema de ser un amante no fue a la ligera y recién partimos con eso. Siempre les reforzare que este fic es fuerte y feo pero agradeazco infinitamente a quienes siguen acá.
Probablemente nos veamos a fin de la otra semita porque entro a examenes pero nunca muero por estos lares, see ya~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro