#The Tainted Bitches
[HyungWon]
—¡Despierta! —dije sacudiendo a mi amigo por los hombros. Min abrió un ojo y gruñó.
—¿Trajiste comida? ¿Viste a Honey?
—Acaba de pasarme algo...
Min se desperezó y se sentó. —¿Qué?
—Hoseok... em... Me confundió con SungJae.
—¿Eh? Bueno, es normal, son dos gotas de agua. Pero, ¿y los tatuajes?
—Yo estaba de espaldas. Como sea, me agarró por atrás y me apoyó.
Min abrió los ojos y sonrió. —Ahhh, ¿Te dijo algo? ¿Sentiste su...?
Asentí. —Me respiró en el oído. Creo que casi me agarra un infarto.
—Ay, me muero... ¿y entonces?
—Bueno... nada... le dije que era yo.
Min resopló y se levantó para agarrar un sandwich. —Hubieras aprovechado, tonto.
—¿Y hacer qué? Mi hermano está en la casa y apenas mirarme a la cara se hubiera dado cuenta.
—Te hubieras refregado en su pene.
—¡No seas idiota!
Toc, toc. El golpe en la puerta hizo que nos calláramos. Mi hermano asomó la cabeza.
—¿Qué me tenías que dar? —preguntó saludando a Min con una palmadita en el hombro.
Agarré el sobre y se lo di. —Una tal Jenny dijo que quiere verte y que podían encontrarse dónde la viste la otra vez. ¿Qué diablos, Jae? ¿Le estás metiendo los cuernos a Hoseok?
—Shhh, no seas chiquilín. Solo me divierto un poco. Tú también deberías hacerlo.
—Es lo que siempre le digo —acotó Min con la boca llena de pavo.
—¿Por qué no vienen a vernos el viernes? Eres mi hermano y jamás has ido a verme... —mi hermano hizo un puchero.
—¿Podemos? —Min saltó de la cama.
—¿Por qué no van a poder? Te anotaré en la lista —le dijo a Min—, puedes llevar a alguna chica.
Me eché a reír. Min era más gay que yo y mi hermanos juntos. Aunque SungJae era técnicamente bisexual. Un infiel y perfecto bisexual.
—Ah, y no le digas a Hoseok.
—Yo no hablo con Hoseok —dije encogiéndome de hombros.
—¿No? —SungJae parecía genuinamente sorprendido.
—Eh, no...
—Se llevarían bien —dijo—. Ok. Ya sabes, estaremos arriba, vengan si quieren. Chang y Yuta no tardan en llegar.
Salió de la habitación y mi amigo me miró.
—¿Subimos?
Rodé los ojos. Min a veces era imposible. El timbre sonó y Min corrió a la sala.
—Yo abro —avisó.
Todos estaban reunidos en la nueva sala de sonido de Jae. The Tainted Bitches era una banda que habían formado SungJae, Jooheon y dos de sus mejores amigos. Chang en guitarra y Yuta en bajo. SungJae tocaba la viola y cantaba. Pero, según Min ahora estaban buscando un cantante.
Chae SungJae.
Violero y cantante de The Tainted Bitches. 20 años. Extrovertido, striker de Los Zorros de Yonsei. Ama el punk rock. Fanático de David Bowie.
Nakamoto Yuta.
Bajista de The Tainted Bitches. 21 años. Japonés. Mediocampista estrella de Los Zorros de Yonsei. Le gustan las fiestas, el alcohol, los escenarios. Pasivo agresivo.
Im ChangKyun.
Guitarrista principal de The Tainted Bitches. Introvertido. 21 años. Presidente del club de Química. Defensor de Los Zorros de Yonsei. Sarcástico 24/7.
Lee JooHeon.
20 años. Defensor de los zorros de Yonsei y baterista de Tainted Bitches. Metro ochenta de pura masa muscular y hoyuelos demoledores. Atractivo, gracioso y mejor amigo de mi hermano. Bisexual.
—Podríamos probar a Kiki... —sugirió JooHeon mientras hacía rodar uno de los palillos de la batería entre sus dedos.
—¿Quién es Kiki? —Yuta se recostó en uno de los sofás con las piernas apoyadas en la mesita ratona en forma de cassette que la abuela Chae le había regalado a SungJae en su cumpleaños número diecinueve.
—¿Kihyun? ¿El enano que sale con Nunu? —preguntó Hoseok que estaba acostado en el piso con los brazos detrás de la cabeza. Jooheon asintió.
—Canta bien, lo oí una vez en el club cuando los Velvet Lips se quedaron sin cantante por el accidente. ¿Se acuerdan?
SungJae hizo un gesto con la mano. The Velvet Lips era una bandita local que hacían grunge y que, a pesar de haber ido todos juntos al colegio y haber crecido en el mismo distrito, habían decidido declararse enemigos de The Tainted Bitches. Nadie sabía a ciencia cierta cuándo había empezado esa rivalidad pero ambas bandas se evitaban y cruzaban insultos cada vez que se veían. Así llevaban la rivalidad hasta que el tecladista de los Velvet Lips le robó la novia a Yuta. Desde ahí, la guerra había empezado.
—No, no —SungJae se acostó en el piso al lado de Hoseok. —No quiero tener nada que ver con los Velvet. Busquemos a otro...
—Pero Kihyun no está con ellos, al parecer Nunu peleó con Johnny y Kihyun no aceptó quedarse con ellos.
—Ok, mándale un mensaje y dile que venga en la semana.
HyungWon se asomó y pidió permiso para entrar.
—¿Podemos entrar? —preguntó.
—Es tu casa también —SungJae se encogió de hombros y Min y Wonnie tomaron asiento.
—¿Van a ir a la fiesta del sábado? —preguntó Min mirando a Jooheon.
—Si... no sé —Yuta prendió un porro.
—Depende, seguro que Yeeun estará y no tengo ganas de verle la cara. Ni a ella ni al idiota de su noviecito.
—Búscate otra —dijo Chang aceptando el porro de Yuta—, tienes a la mitad de la uni detrás tuyo.
HyungWon sacó su celular y se puso a jugar con él, en un intento por no mirar a Hoseok que se besaba muy acarameladamente con su hermano. Definitivamente era masoquista. Se levantó y le dijo a Min que iría a terminar unos trabajos que debía entregar y salió de la sala.
Caminó hasta el cuarto de huéspedes que ahora era su taller y se puso su delantal. Cuando se sentía muy agobiado, lo único que podía sacarle todo el stress y las frustraciones, era la pintura. Agarró un lienzo limpio, se ató el cabello en un rodete desordenado y se sentó. ¿Cómo podía sacarse a Hoseok de la cabeza? A veces hasta se le hacía pesado respirar cuando su 'cuñado' estaba cerca. Otras veces solo se encerraba en su habitación hasta que las risas escandalosas del musculoso ya no se escuchaban rebotando por toda la casa y podía respirar de nuevo. SungJae y él vivían prácticamente solos ya que sus padres se la pasaban de viaje. La casa era enorme por lo tanto Hoseok se quedaba la mayor parte de la semana con SungJae. Y eso no era todo. Lo peor eran las noches. Su hermano era bastante escandaloso y para su desgracia, los gemidos y los jadeos de la pareja se escuchaban hasta el amanecer. Y HyungWon ya no sabía qué hacer. Muchas veces barajó la posibilidad de mudarse solo, pero luego desistía porque no quería dejar a su hermano solo en una casa tan grande. Y no podría ver a Hoseok tanto como él quería. Suspiró y dió una pincelada.
Oyó la puerta abrirse pero no se giró a ver quién era.
—¿Qué pasa, Min? Desde ya te voy diciendo que no pienso ir a esa estúpida fiesta, tengo que entregar unos trabajos...
—Soy yo, Wonnie.
HyungWon se giró y su corazón se desbocó cuando vio a Hoseok apoyado en el marco de la puerta. Le hizo una inclinación de cabeza y volvió su atención al lienzo.
—¿Qué pasó? ¿SungJae te mandó por algo?
—No, no. Sólo quería pedirte disculpas por lo que pasó en la cocina...
—No te preocupes, fue una confusión.
—Lo sé, pero debo tener más cuidado. Me da vergüenza que pienses que fue a propósito.
Tranquilo. No tengo tanta suerte.
—No lo pienso, tranquilo. Nadie en su sano juicio me elegiría a propósito.
—¿Eh? No, Wonnie, no fue lo que quise decir.
—Hoseok —se giró a mirarlo otra vez—, dije que no había problema. No le diré a Jae, si eso es lo que temías.
—¿Qué hacías? —Hoseok se acercó y se paró a su lado.
—Intento terminar un trabajo... —el perfume de Hoseok le estaba embotando los sentidos— así que si no te molesta...
Hoseok asintió despacio y le palmeó el hombro. —Claro, lo siento. Solo quería aclarar las cosas contigo.
—Despreocúpate, no hay nada que aclarar.
Hoseok le hizo una seña con la mano y salió cerrando la puerta tras de sí.
HyungWon apoyó la frente en el lienzo y suspiró. Tenía que irse de esa casa.
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