#Pelea
[Hoseok]
—Me gustas, Hoseok. Yo... yo estoy enamorado de ti..
Me tomó un minuto completo entender que estaba diciendo HyungWon. Me alejé de su cuerpo y me senté en el extremo del sofá. Sus ojos iguales a los de Jae me miraban con tristeza.
—Hoseok... —hizo el ademán de tocarme pero yo no podía procesar lo que estaba pasando. Me levanté y agarré mi bolso.
—Yo... tengo que irme —dije encarando hacia la puerta. Lo sentí caminar a mis espaldas, pero no pude darme vuelta. No estaba entendiendo nada.
—Hoseok, espera...
Solo me fui. No sé por cuánto tiempo caminé hasta que llegué a la casa de Chang. Fue lo único que se me ocurrió.
—¿Qué te pasó? Te ves cómo si hubieras matado a alguien —dijo cuando abrió la puerta. Me hizo pasar y subimos a su habitación. Me llevé un susto de muerte cuando el maldito cuervo apareció saltando a mi lado.
—¡Cielos, Chang! Casi me infarto —me llevé una mano al pecho y me senté en la cama.
—Lee, vete de aquí —dijo y curiosamente el cuervo lo miró y simplemente salió de la habitación.
—Bien, ahora ¿por qué traes esa cara?
—Jae y yo terminamos.
Su cara fue de absoluta sorpresa. —¿Qué? ¿Por qué?
—Bueno al parecer yo no le era suficiente e invitó a una de las animadoras a sumarse a la relación.
—¡Qué inconveniente! —dijo rascándose la cabeza—. ¿Y ahora?
—Me fui y... pensé en quedarme con Wonnie...
—¿También te echó?
—Me dijo que estaba enamorado de mí.
—Ah —dijo asintiendo.
—¿Ah? ¿Es todo lo que vas a decir? ¡Mi cuñado acaba de decirme que le gusto, Chang!
—Ex cuñado —dijo—, y ya lo sabía.
Mi boca se abrió hasta el piso. —¿Sabías qué?
—Oh, vamos, Hoseok. Eres el único que no se daba cuenta. Wonnie estuvo enamorado de ti desde que llegaste al colegio.
—¿Qué... ¿Qué estás diciendo?
Chang exhaló con fuerza y se sentó a mi lado. —Bien, entiendo que todo esto sea muy reciente y todo, pero ¿vas a decirme en serio que nunca notaste nada?
—Yo... yo creí que le gustaba Yuta...
Una carcajada retumbó en la habitación.
—¡Vaya que eres lento! Además, ¿Yuta?
—¡Él me lo dijo!
Chang levantó las cejas. —¿Él te dijo eso?
Abrí la boca para responder.
'Sé que lo amas y todo, pero no es sano para tu cabeza... Tienes que ver a ese tipo todos los días, no entiendo cómo haces...'
'Sabes que no quiero cruzarme a ya sabes quién. Me está comiendo la cabeza...'
'...el amor no correspondido apesta'
'—Nunca se lo dijiste a esa persona, ¿no es así?
—No lo creí conveniente.
—¿Conveniente?
—Esa persona estaba enamorada de mi hermano. Ya sabes, cosas que pasan.'
'Quieres saber si me gusta alguien... Bien. Sí. Me gusta mucho alguien.'
'No, no te disculpes. No es tu culpa después de todo. Yo soy consciente de que me fijé en la persona equivocada. Siempre supe que era algo imposible...'
'...solo no le digas a Jae de esto.'
'¿Crees que a Jae le haría gracia saber de quién está enamorado su hermano?'
Oh. Diablos. Wonnie...
[HyungWon]
¿Qué había hecho? Había perdido la cabeza. Una fachada casi impecable que me tardó cuatro años construir y en un segundo la había destruido.
Minutos, tal vez horas desde que Hoseok se fue y aún no podía moverme. ¿Qué iba a hacer ahora? Hoseok seguramente me odiaba. Y no culpaba. Por supuesto que no. Lo había arruinado todo. Toda la alegría que había sentido teniéndolo en mis brazos se había ido con él. Me senté en el sofá y me agarré la cabeza con ambas manos. Mi teléfono empezó a sonar. Atendí sin mirar la pantalla.
—No puedo hablar ahora —dije.
—Dijiste que ibas a llamarme... ¿Qué te pasa?
—Yo la cagué.
—¿Ahora qué hiciste?
—Le dije a Hoseok que estoy enamorado de él.
Silencio. —Espera, ¿qué? ¿Cómo? ¿Por qué?
—Yo...
—En diez minutos estoy allí.
Diez minutos después yo seguía en la misma posición. Min entró con su llave y se sentó a mi lado.
—Wonnie, ¿qué pasó?
—Arruiné todo, Min. Eso pasó.
Fue a la cocina, preparó dos cafés y volvió a la sala. —Bien, empieza.
—Jae y Hoseok terminaron.
Min asintió. —No pareces muy feliz —observó.
—¿Alguna vez escuchas lo que dices?
—Bueno, bueno, ya. ¿Y entonces?
—Él apareció aquí. Lloró...
—Ajám...
—Hablamos, le di su regalo de cumpleaños y me abrazó. Nunca nos habíamos abrazado. Y entonces le dije que me gustaba.
—¿Qué dijo él? —Min se acercó al borde del sofá, ansioso por saber todo el chisme.
—Se fue. Agarró su bolso y se fue.
Min cerró los puños e insultó a Hoseok en voz alta.
—Ya cálmate. No es su culpa.
—Deja de defenderlo. Tú no le debes nada. Es un idiota. ¿Por qué se fue?
—Min, si vas a hablar mal de él mejor vete a tu casa.
—Pero Wonnie...
—Pero nada. No sé para qué te cuento las cosas. Ponte en su lugar. ¿Qué harías si tú acabas de terminar con Joo y luego su hermano te dice que está enamorado de ti?
—Ay, no digas eso.
—Es lo mismo. No, esto es peor porque encima yo tengo la misma cara que el idiota que lo engañó. Juro que me meteré a monje, ¿crees que acepten estúpidos?
—Si es así iremos juntos, esto de estar enamorado se nos da fatal.
—Al menos el tuyo te corresponde. Es medio lento, pero le gustas. Bueno, el daño ya está hecho. Tendré que mudarme del planeta y cambiar de identidad.
—¿Hablaste con tu hermano? Es un idiota pero también debe estar mal.
—Si, tienes razón. Iré a verlo, estos últimos días estuvo haciendo estupideces, no quiero imaginarme cómo debe estar. Hoseok lo mantenía en línea.
—Vamos, te acompaño.
Cuando llegamos a casa de mis padres, abrí y todo estaba a oscuras. Min prendió las luces y nos dirigimos a la habitación de Jae. No se escuchaba nada así que temiendo que mi hermano hubiera hecho alguna locura abrí la puerta.
La tal Jenny estaba tapada hasta la cintura y por el bulto en las sábanas mi hermano estaba debajo de ellas.
Ella pegó un grito y se tapó los pechos. Mi hermano sacó la cabeza y me miró. Min se había acercado corriendo cuando escuchó el grito de ella.
—Y nosotros pensando que este idiota estaba sufriendo —dijo chasqueando la lengua.
—Hola, Min —Jae le sonrió y luego me miró— ¿Y tú no sabes tocar la puerta?
Me di vuelta furioso y cerré la puerta de un portazo que casi hace saltar las bisagras. Hoseok estaba hecho un desastre y el estúpido de mi hermano divirtiéndose con esa mujer. Era el colmo.
Jae me siguió envuelto en la sábana.
—Hey, ¿ya te vas?
Me giré ya harto de su actitud. —¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¿Y Hoseok?
—Terminamos. Agarró sus cosas y se fue —dijo yendo a la cocina donde Min estaba sentado en la mesada comiendo una manzana.
—Y apenas pudiste metiste a tu amante a la casa... ¿Por qué no me sorprende?—dijo mi amigo. Jae lo miró.
—No sabía que mi vida sentimental fuera tema de debate público.
—No lo es, pero me gusta el chisme. Aparte, dejar a Hoseok por eso...¿En serio?
—¿Y a ti qué te importa? Ni siquiera eres su amigo.
—Mataría que por una vez en tu vida sacaras la cabeza de tu trasero y te dieras cuenta de que las cosas que haces lastiman a otras personas. Al menos Hoseok se dio cuenta, tarde, pero por fin te dejó. Tú no lo merecías.
—Vamos, Min —dije agarrándolo del brazo y me giré para mirar a mi hermano—, y contigo hablaré cuando estemos más tranquilos.
—¿Tú también vas a decirme que soy un idiota? —Jae se acercó a nosotros con el rostro desencajado—. Me enamoré, ¿ok? Perdón si tanto les ofende.
—Te dije que si lo lastimabas no te lo iba a perdonar —Min me agarró por las muñecas.
—Vamos, Wonnie. No vale la pena.
—¿Qué mierda les pasa a todos? ¿De repente son todos del club de fans de Hoseok? ¿Cuándo te importó algo de él? Ni siquiera lo mirabas y un segundo después eres su mejor amigo —soltó una risita que yo conocía muy bien porque yo también la hacía cuando estaba enojado y estaba perdiendo la paciencia.
—Tú no sabes nada —dije dándome vuelta para salir de la casa.
—¿Qué es lo que no sé, eh? ¿Desde cuándo eres tan amigo de él? ¿Sabes qué?, no me importa, si tanto lo quieres, ahí lo tienes, es tuyo.
Sus palabras me golpearon en toda la cara.
—Eres un idiota —dije acercándome hasta juntar nuestras frentes— y mantente alejado de Hoseok, ¿entendiste? Una vez más que lo lastimes y voy a olvidarme de que eres mi hermano.
Min me arrastró fuera de la casa y todo el peso de las últimas horas cayó sobre mí con la fuerza de un yunque.
Todo se había ido al carajo.
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