#Incertidumbre
—...me dijo que Lee Crow debería tener una jaula si quería que se quedara —Min hizo un puchero y se recostó entre sus brazos. Wheein le acarició el pelo, consolándolo.
—¿Qué le pasa? —preguntó Yuta sentándose en la punta de la mesa.
—¡Estás todo embarrado! —exclamó Wheein haciendo una mueca asqueada.
—¿Acaso no te viste en el espejo? Tú estás cubierta de pintura, pareces un graffitti mal hecho.
—Yo hago arte, no puedo evitar salpicarme de pintura.
—Yo hago deportes —Yuta imitó el tono agudo de su amiga—, no puedo evitar mancharme de barro... —sacudió la cabellera rubia que estaba apoyada sobre la mesa—. ¿Qué pasa, Min? ¿Weenie te está molestando?
—Esta vez yo no le hice nada —Wheein se encogió de hombros y se echó hacia atrás en su silla—, pero al parecer Lee Crow va a tener que buscarse un nuevo hogar.
—Te dije que tu mamá no iba a permitírtelo, Min —HyungWon se metió una papa en la boca, suspirando.
—¡No es justo! —Min levantó la cabeza y soltó un llanto fingido—. Es un pájaro bien educado.
—Puede vivir en mi casa —Chang apoyó la bandeja y tomó asiento al lado de Wonnie.
—Pero...
—Ya deja de hacer tanto teatro —lo retó Wheein— deja que se quede con Chang.
Jooheon y Nunu se acercaron a la mesa, conversando sobre algunas movidas en el partido de la mañana. Ambos lucían frescos y limpios.
—Yuta, no te bañaste todavía —Nunu hizo una mueca y se sentó. El japonés se encogió de hombros.
—Tenía hambre. Ahora que estamos todos... Se viene el cumpleaños de Hoseok.
HyungWon se removió en su asiento. Por supuesto que no lo había olvidado. Incluso ya tenía el regalo para su cuñado.
Hacía casi un mes que vivía solo y todavía le costaba acostumbrarse al silencio sepulcral de su nuevo hogar. Antes, su casa estaba llena de los ruidosos de sus amigos y aunque de vez en cuando aparecían por su nuevo apartamento, no era lo mismo. Así que aprovechaba al máximo los momentos en la universidad en los que podían estar todos juntos. Hoseok nunca había ido a verlo. Apenas si lo veía por el campus y la mayoría de las veces lo hacía a lo lejos. Extrañaba verlo. Lo extrañaba demasiado para su gusto. Estaba tan acostumbrado a verlo paseando por los pasillos de su casa cuando se levantaba, como un zombie hermoso, con el cabello desordenado por el sueño y sus pantuflas de conejo, que cuando se despertó el primer día en su casa y se vio solo sufrió un desencanto que casi lo hace correr a su casa solo para verlo. Hoseok, ¿cuándo piensas salir de mi cabeza?
—¿Jae está planeando algo? —preguntó Min mirando de reojo a Wonnie.
—No lo sé —Nunu se giró hacia HyungWon— ¿a ti te dijo algo?
Wonnie sacudió la cabeza. —No, no he hablado con él en días.
—Debe estar muy ocupado con la innombrable... —El comentario de Min hizo que todos en la mesa lo miraran.
—¿Quién es la innombrable? —preguntó Wheein a su hermano.
—Nadie —intervino HyungWon—. No le hagan caso... Joo, ¿tienes planeado algo para Hoseok?
—Podríamos hacerle una pequeña fiesta sorpresa —el baterista arrancó una hoja de su cuaderno y se puso a hacer una lista de las cosas que deberían comprar—. Últimamente está algo raro y me gustaría levantarle los ánimos.
HyungWon se puso en alerta. —¿Raro? ¿Le pasó algo a Hoseok?
Chang resopló y se inclinó hacia adelante.
—Creo que peleó con Jae el otro día. Desde ahí que apenas se hablan.
Min miró a HyungWon. —Wonnie, ¿sabes qué pasó entre ellos?
—No... hace días que Jae no viene a verme, pero hablamos la otra noche por teléfono y no me dijo nada.
—Bueno, como sea, la cosa es que pensé en que podríamos organizarle una pequeña fiesta, solo entre nosotros. ¿Qué dicen?
Todos estuvieron de acuerdo pero HyungWon no pudo dejar de pensar en su hermano y en su cuñado. ¿Por qué habían peleado? Agarró su mochila y se levantó.
—Iré a buscar a mi hermano —dijo a los demás— y cuenten conmigo para lo que necesiten.
—Podríamos hacerlo en tu nuevo apartamento —sugirió Yuta sonriendo— de paso inauguramos tu espacio oficialmente.
HyungWon lo pensó un momento antes de aceptar. —Está bien, ahora me voy. Avísenme que deciden hacer.
Sacó su celular mientras miraba para todos lados para ver si veía a Jae.
No lo encontró, ni a él ni a Hoseok. Así que cuando terminó su última clase del día corrió a su casa. Jae estaba durmiendo en su habitación, rodeado de botellas de alcohol. Se apresuró a zamarrear a su gemelo hasta que este abrió los ojos.
—Hey —dijo abriendo un ojo y estirando una mano para tocarle la cara—, ¿qué haces acá?
—¿Qué es todo esto? ¿Estás intentando suicidarte ahogándote en vodka?
Jae soltó una risa apagada pero se incorporó en la cama agarrándose la cabeza.
—Se me parte la cabeza, ¿me traes aspirinas?
HyungWon se levantó y se metió en el baño buscando el botiquín. Jae tragó dos pastillas y se tomó todo un vaso lleno de agua.
—¿Por qué no fuiste a clases? —su tono era intentaba ser severo pero vio que su hermano no estaba del todo bien—. ¿Qué pasó con Hoseok?
—¿Ya te contó? ¡Qué rápido vuelan las noticias!
—No hablé con Hoseok, hace días que no lo veo pero Chang dijo que discutieron.
—Fue mi culpa —Jae se abrazó a su almohada— yo... puede que haya olvidado nuestro aniversario.
HyungWon se mordió la lengua. Su hermano era increíble.
—¿Puede? ¿Lo olvidaste o no?
—Estaba con ella.
HyungWon se levantó y se puso a caminar por la habitación. —¿Él... Hoseok sabe de esa chica?
—Jenny, se llama Jenny.
—No me interesa como se llame, Jae. Te hice una pregunta, ¿Hoseok se enteró?
—No, pero creo que sospecha algo. Soy un idiota —su hermano escondió la cara en la almohada y gruñó.
—Te pedí que no lo lastimaras.
—Te juro que fui cuidadoso, pero se me pasó la fecha.
—Dime que pasó, quizás todavía estés a tiempo de solucionarlo.
Y seguía lanzando a Hoseok a los brazos del idiota de su hermano.
—Yo llegué al otro día y todavía estaba la cena preparada y su regalo sobre la mesa... se fue. Él también me abandonó.
—¿Cómo que también?
—Primero tú y ahora él. Soy patético. No sé qué voy a hacer...
— Escucha todavía puedes redimirte. Viene su cumpleaños, haz algo especial por él.
—No lo entiendes, Wonnie —Jae se sentó de nuevo, sus ojos estaban rojos— yo... creo que ya no lo amo.
HyungWon quiso abofetearlo. Se pellizcó el puente de la nariz y se sentó.
—Jae, estás enamorado de ella, ¿no es así?
Su hermano se quedó en silencio y bajó la cabeza. Pero no respondió.
—Jae, no puedes tener a los dos, lo sabes ¿no?
—Lo sé, lo sé. ¿Puedes hablar con él?
HyungWon levantó las cejas. —¿Yo? Estás loco, ¿qué quieres que le diga?
Jae se levantó y se metió en el baño. Escuchó la ducha y lo siguió.
—Me va a odiar, Wonnie —sus ojos lucían desesperados— no me mires así, tenías razón, si. Pero simplemente pasó. Ella... me siento tan bien cuando estoy con ella. Hoseok no va a querer escucharme...
Jae se metió bajo el agua y HyungWon se sentó sobre el tocador. —De todas maneras, si estás seguro, debes decírselo, Jae. Fueron cuatro años juntos. Hoseok se merece al menos eso de tu parte. Sé sincero.
Oyó a hermano resoplar bajo el agua.
—Bien, no sé cómo voy a hacerlo, pero tienes razón. Hoseok se merece que le diga la verdad.
Un poco más tarde, caminando hacia su apartamento, HyungWon estaba teniendo una revolución de sentimientos encontrados. Su hermano estaba enamorado de otra persona. Había soñado incontables veces con algo parecido. Y sin embargo no se sentía feliz. Hoseok seguía siendo un imposible. Abatido y con la cabeza llena de pensamientos negativos, solo pudo rogar que las cosas salieran de la mejor manera posible.
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