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#Conclusiones apresuradas

La música se podía escuchar aún en la sala. Hoseok salió de la habitación y caminó por el pasillo. La puerta del taller de Wonnie estaba apenas entreabierta. No quería hacer ruido así que se acercó en puntas de pie y se asomó. HyungWon estaba solo con unos pantalones grises sueltos que le caían en la cadera. El cabello largo suelto. Estaba parado con las manos a los costados. En una un pincel, en la otra la paleta colorida. La música salía de un pequeño equipo que estaba sobre una mesita en un rincón.

'I'm begging you for mercy...'

El lienzo mostraba un gran manchón negro, con líneas azules que formaban algún dibujo. HyungWon lo miraba atentamente, sin moverse. Hasta que al final suspiró y dejó caer la cabeza hacia adelante. Hoseok quiso entrar, pero estaba seguro de que HyungWon no quería compañía en ese momento. Sacudió la cabeza y se metió de nuevo en la habitación de su novio. Quizás, su cuñado estuviera enojado con él y no se lo podía reprochar. Se le pasaría cuando se diera cuenta de que él solo quería su bienestar. Nunca resultaba nada bueno el tener sentimientos por una persona que vibraba en otra sintonía. Le dolía, porque Wonnie se merecía todo, pero un amor no correspondido no era algo lindo y ciertamente él no quería que su cuñado pasara por eso. Claro que fuera de advertirle o aconsejarle no sabía más qué hacer. Le hubiera gustado poder ayudarlo de alguna manera, pero la realidad era que no había mucho más que decir sobre el tema. Wonnie tendría que sacar a Yuta de su cabeza a la fuerza.

'No se lo digas a Jae' —le había dicho la noche anterior. ¿Tendría miedo de que las cosas se pusieran incómodas? Bueno, era algo probable. Yuta era amigo de ambos hermanos y siempre estaba dando vueltas por la casa. Debía ser algo mortificante para Wonnie tener que estar en el mismo espacio que la persona de la que estaba enamorado y saber que no puede hacer nada con ello. ¿Debería ir a hablarle? La noche anterior habían tenido un acercamiento y él se había sentido feliz. Cómodo con la compañía del hermano de su novio. Ambos se habían soltado como nunca antes lo habían hecho. HyungWon se veía contento y... relajado. Sí. Esa era la palabra. Wonnie siempre había actuado demasiado serio y hermético a su alrededor y sin embargo, la noche pasada había estado suelto, riendo y bromeando con él. Quizás debería haber cerrado la boca y no sacar el tema de Yuta pero, ¿qué se suponía que debía hacer? ¿Ver como le rompían el corazón y cruzarse de brazos? No podía hacer eso. Él era un ferviente partidario de que la verdad siempre era mejor por más dolorosa que fuera.

Se dio una ducha rápida y se vistió. Los chicos iban a ir a ensayar pronto.

[HyungWon]


—¿Y ahora quién se murió? —Min abrió la puerta en pijamas.

—Yo —respondí. Minhyuk abrió los brazos y me refugié en ellos.

—¿Qué pasó? —su mamá me saludó a lo lejos y seguí a mi amigo a su habitación.

—Jae se fue a "acampar" con su amiguita Jenny —me recosté en su cama—. Hoseok se quedó en casa, piensa que su noviecito está cuidando a mi abuela.

Min rodó los ojos. —En serio, tu hermano a veces se pasa de imbécil.

—Prácticamente me obligó a cenar con él, ya sabes como es Hoseok.

—Y tú que eres un malvavisco al fuego cuando él está cerca.

—Hablamos mucho, nunca habíamos estado juntos tanto tiempo.

Min le sacudió la pierna. —No me asustes, ¿qué pasó? No me digas que... ¿Te le confesaste?

—No directamente —hice un ruido y me puse la almohada en la cabeza.

Min se recostó a mi lado. —¿Cómo es eso?

—Él escuchó nuestra conversación el otro día.

Min se tapó la boca con ambas manos.
—¡No!

Asentí, el nudo que tenía en la garganta me asfixiaba.

—¿Qué... qué te dijo?

—Que nos había escuchado y que tenía que olvidarme de eso. Que jamás podría corresponderme y que no quería que sufriera por alguien que jamás iba a fijarse en mí...

Min hizo un ruido y se sentó. —Ouch, ¿y ahora qué vas a hacer, Wonnie?

Me encogí de hombros. Me sentía fatal pero por extraño que pareciera, me sentía aliviado. Ya no tenía que andar escondiéndome por la casa cuando él andara por ahí. Hoseok me había bajado a la realidad. Me había abierto los ojos y me había puesto en mi lugar. El lugar que yo debía ocupar. Yo era su cuñado. Nada más que eso. Ahora solo restaba sacarlo de mi cabeza y de mi corazón y aceptar que los sueños solo son eso, sueños.

—Nada. Min, siempre supimos que las cosas iban a ser así. El que está mal en toda esta ecuación soy yo. Yo soy el que se enamoró de él. Él no tiene la culpa de eso.

—Lo sé, pero igual... estoy molesto. Sabes, siempre pensé que Hoseok se iba a dar cuenta y...

—¿Y qué? ¿Creíste que vendría corriendo a mis brazos? —mi risa se escuchó amarga.

—Tu hermano no lo merece, Wonnie. Tú lo amas, tu hermano solo juega con él. ¡Por dios, está revolcándose con esa chica mientras Hoseok le cuida la cama!

Suspiré y me limpié los ojos que estaban empañados. —Ya está, quiero darle un cierre a esto. Las cosas son como son. Hoseok ama a Jae. Listo. Yo soy su cuñado y tengo que ubicarme en mi palmera.

—Esto apesta —Min golpeó el colchón con los puños.

Si, apestaba. Mucho. No quería volver a casa.

—¿Puedo quedarme aquí esta noche?

—Por supuesto —se levantó de la cama—, iré a avisarle a mamá que te quedas a cenar.

Ahora solo quedaba pensar en qué debía hacer de ahora en adelante. Sentía vergüenza, no quería que Hoseok me viera como el perdedor que era. El que siempre había sido. Había tenido suerte de quedarse con el gemelo encantador.

Hoseok no había visto a Wonnie en todo el día. En algún momento había ido a su habitación a buscarlo, pero cuando golpeó y nadie respondió, se animó a entrar. Wonnie no estaba. No le había avisado que iba a salir y de repente se sintió mal. No quería que las cosas se pusieran incómodas con él. No después de haber pasado una noche genial juntos.

—¿Y Wonnie? —le preguntó Yuta abriendo las alacenas para abastecerse de frituras de bolsa.

Hoseok se encogió de hombros. —No sé, no lo vi hoy...

Una ligera molestia lo había estado asediando todo el día. Por alguna razón, no podía dejar de mirar al japonés. El tipo era divertido y aunque no era su tipo, podía ver por qué Wonnie se sentía atraído por él. Yuta tenía un aire misterioso. Esa vibra de bad boy que atraía a todos como miel a las abejas. Tenía una mirada profunda y seductora, su sonrisa era su fuerte. Era hasta divertido ver como las chicas del campus lo seguían por todos lados. Tenía de esas bellezas exóticas y oscuras que atraía a ambos sexos por igual. Pero aún con todos los atributos que tenía el chico, Hoseok seguía pensando que Wonnie merecía más. ¿Qué estaba pensando? Yuta ni siquiera pateaba para el mismo equipo que ellos.

—Lo llamaré —dijo Yuta sacando su celular.

—Eh, no lo molestes —Yuta lo miró, algo desconcertado por las palabras de Hoseok—. Wonnie debe estar con Min.

Yuta no dijo nada y guardó su celular pero después de eso no le quitó la mirada de encima. Estaba decidido a no permitir que Wonnie se sintiera peor.

HyungWon y Min pasaron por la casa a buscar unas cosas y subieron a saludar al resto. La cara de Min se iluminó cuando Jooheon lo abrazó luego de recriminarle el no haberlo llamado en todo el día.

Hoseok miró a Wonnie que saludaba a todos con abrazos. Cuando llegó a su lado, le hizo una inclinación con la cabeza y se giró para ir a hablar con Yuta que ya se le había colgado a la espalda. Hoseok no pudo evitar hacer una mueca, disgustado por cómo Wonnie lo había saludado.

—¿Te pasa algo? —le preguntó Min siguiendo la dirección de su mirada.

—Tú eres su mejor amigo, ¿por qué sigues dejando que se de la cabeza contra la pared? Sabes que no le hará bien que estemos todos en el mismo lugar.

Min resopló y se cruzó de brazos. —Mira, sé que estuvieron hablando anoche, y aunque creo que tus palabras fueron algo duras, no debes preocuparte. Wonnie no es idiota, siempre supo que todo esto era una locura, simplemente pasó. Sólo tiene que hacerse la idea de que lo que siente es imposible. Lo superará.

Hoseok frunció el ceño. —¿Yuta lo sabe?

Min ladeó la cabeza y frunció el ceño.
—Cualquiera que conozca a Wonnie un poco se habría dado cuenta. Pero descuida, Yuta es discreto. Si lo sabe, no hará nada para molestarlo.

—Eso espero. Me dijo que no se lo dijera a Jae. ¿Crees que las cosas se pondrán incómodas?

—¿Crees que a Jae le haría gracia saber de quién está enamorado su hermano? —Min lo miró como si estuviera hablando con un mono lobotomizado—. Mira, olvídate de todo lo que escuchaste. Wonnie no necesita que nadie más lo sepa. Ya bastante mal se siente con todo esto... y si tú sientes algo de aprecio por él, no saques más el tema. Por favor.

Min se giró y salió de la sala. Hoseok se quedó pensando en las palabras de Min.


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