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#Amores unilaterales

[Hoseok]

Era increíble como un simple comentario podía arruinar el humor de una salida con amigos. Bueno, no sé si había sido para tanto pero yo me sentí así. Indignado, enojado y con ganas de patearle el trasero al idiota de Tae. Cuando los Velvet subieron al escenario, Tae tuvo el descaro de tirarle un beso a Wonnie, haciendo que bajara la vista al piso. Juro que si me lo ponían enfrente lo molía a golpes. Ya había contado que yo había sido el último en unirse al grupo, por lo tanto yo solo pude apreciar a los idiotas de los Velvet como enemigos acérrimos de los chicos. Y había decidido mantenerme al margen. Los problemas que ellos podían tener no eran de mi incumbencia y hasta se me hacía algo hipócrita tomar un bando cuando yo sólo conocía una parte de la campana. Y sí, inconscientemente había tomado un bando, pero había sido por decantación natural y no porque hubiera emitido algún juicio con respecto a sus peleas. Después de todo, ellos se conocían de pequeños y estaba seguro de que actualmente, ninguno sabía a ciencia cierta por qué habían comenzado a pelear.

Pero si de algo estoy 100% seguro es de que Wonnie no tenía culpa de nada en ninguno de los problemas que tanto sus amigos de la infancia como su hermano y amigos se empeñaban en avivar cada vez que se cruzaban.

—Wonnie —Wheein levantó la mano y le acomodó un mechón de pelo oscuro tras la oreja—, no tienes que darle demasiada importancia a lo que dice el imbécil de Tae. Sabes que siempre sintió algo por ti. Está dolido.

¡Eso era nuevo! ¿A Tae le gustaba Wonnie?

—Está bien —Wonnie sonrió de manera fácil, tranquilizando a su mejor amiga de que las palabras de su ex amigo no le habían molestado—. De todas formas espero algún día poder aclarar las cosas con él. Después de todo fuimos cercanos cuando éramos chicos.

—¿Y qué piensas aclarar, Wonnie? —esta vez fue Min el que alzó la voz—. Nos odian, todo lo que alguna vez nos unió, ya no existe. Me parece que sería revolver el avispero para nada.

—Min tiene razón —dijo Yuta que miraba hacia el escenario con el odio pintado en el rostro. A un costado del escenario, Yeeun lo miraba con una media sonrisa.

—Si... —Wonnie se encogió de hombros y se recostó en la silla—. De nuevo pregunto, ¿para qué vinimos?

Min se aclaró la garganta y se removió en la silla. —Vinimos a apoyar a los chicos. Y además Jae nos lo pidió.

—Los escuchamos en casa todo el tiempo.

—Nunca fuiste a ninguno de nuestros shows —lo retó Jae—, no te mataría mostrar algo de apoyo a tu gemelo, mal hermano... —Jae le golpeó el hombro y Wonnie se rió. Sus risas sonaban idénticas y eso hizo que Wheein y Min se echaran a reír también.

—Eso no es cierto —se defendió Wonnie— fui a verlos algunas veces.

—Eso es mentira —acotó Yuta secundando a Jae—, solo fuiste una vez y te fuiste temprano porque te molestaba el humo.

—Bueno, bueno, acepto que no los apoyé lo suficiente, pero a veces me siento fuera de lugar.

Todos intentamos dejar la pelea a un lado y divertirnos como los amigos que éramos. Nunca teníamos la oportunidad de estar todos juntos ya que con los trabajos y los distintos horarios en la universidad, a veces se nos hacía imposible coincidir todos en el mismo lugar. Los Velvet siguieron tocando, pero ninguno de nosotros le prestó atención, sumergidos en una charla sobre la nueva mascota de la banda.

—Y te digo, en una semana va a estar dando saltitos con mis pantuflas en el pico —Chang mostró una foto de la nueva adquisición.

—Hey, es un cuervo, no un maldito perro —se quejó Min sacándole el celular de la mano— aparte me lo llevaré a casa en unos días.

—Tu mamá va a morir del disgusto —acotó Jooheon—. Min, sabes que tu mamá no te lo va a permitir ni en mil años.

Min asintió despacio y le dio a Honey con una mirada herida. —Tú podrías ayudarme a convencerla, Honey, ella te adora.

—Hey, a mí también me adora —dijo Wheein haciéndose la ofendida.

—Todos te adoramos, Weenee —dijo Jae estirando una mano para apretarle un moflete—. ¿Cuándo aceptarás salir conmigo?

—Cuando dejes a Hoseok, no puedo competir con él —Wheein me guiñó un ojo y sonreí.

—Hecho —Jae se giró hacia mí y me dió un sonoro beso en los labios—. Lo siento, Hoseok... terminamos.

—Bien, pero luego no vengas a buscarme cuando Weenee te ajuste el collar de ahorque.

Todos nos echamos a reír. El ambiente se había distendido bastante y pronto cada uno estaba en su mundo. Chang se había puesto a repasar unos acordes, Min conversaba animadamente con Jooheon, Wheein hablaba de Nunu con Kiki y Yuta estaba hablando con una chica acodado en la barra. Jae me hizo una seña y me acerqué a su lado.

—¿Te acuerdas que este fin de semana iré a visitar a la abuela Chae…?

Asentí sintiéndome un poco molesto. No porque Jae tuviera que ir a ver a su abuela sino porque el ambiente en mi casa no era el mejor y ya me había acostumbrado a estar en lo de los Chae casi toda la semana.

—Hey, no pongas esa cara, bebé —Jae apoyó un dedo bajo mi barbilla y lo miré—. Será solo por este fin de semana.

—Lo sé, no me hagas caso. Es solo que mi padre volvió de viaje y ya sabes cómo es.

—Puedes ir a mi casa igual, sabes que tienes mi habitación. Wonnie estará ahí. No tienes que quedarte en tu casa si no quieres.

—No te preocupes, me las arreglaré. Y no pienso molestar a Wonnie, quizás quiera estar solo.

—Es Wonnie —dijo riendo y volteando a ver a su hermano que estaba con la mirada perdida. Seguí el camino de su mirada y vi como Yuta se besaba con una chica. Pude ver la expresión de disgusto en la cara de mi cuñado—. No sabrás ni que está en casa...

—Jae, ¿crees que a tu hermano le guste alguien? —Hice la pregunta por mera curiosidad aunque ya sabía la respuesta. Ellos podían haber estado unidos en el útero, pero estaba seguro de que Jae no tenía la menor idea de lo que pasaba en la vida de Wonnie. Me miró desconcertado.

—¿Eh? —preguntó. Estábamos apoyados contra la pared, Jae dándole la espalda a nuestra mesa. Yo podía ver a Yuta y a Wonnie que se encontraban en mi misma dirección. La cara de Wonnie lo decía todo. Era obvio que le gustaba Yuta. Ahora estaba más que seguro. —¿Por qué lo preguntas?

—No sé, escuché cuando hablaba con Min.

Jae se giró y miró en su dirección y vimos como Wonnie se sobresaltaba al ser descubierto y giró la cara rápidamente.

—No lo sé —Jae se rascó la nuca y volvió su atención a mí—. Pero ahora no hablemos de mi hermano, quiero que me beses... —Por supuesto que correspondí de inmediato. Jae tenía ese efecto en mí que hacía que todo pasara a segundo plano cuando me hablaba con esa voz ronca al oído. Ya tendría tiempo de ponerme al día con los problemas de Wonnie.

[HyungWon]

Y ahí estaban. Besándose en mi cara. Me sentí fatal, ¿por qué tenía que estar enamorado del único hombre que debería estar prohibido para mí?

Para colmo de males, seguramente esa noche debía soportar sus gemidos por toda la casa y no iba a poder pegar un ojo. Cada día se me hacía más pesado tener que estar bajo el mismo techo que Hoseok. Me sentía fatal porque mi hermano lo engañaba. ¿Por qué no podía ser como Jae? Yo en su lugar pondría el mundo a sus pies. Hoseok... tan hermoso y amable. Odiaba que mi hermano no pudiera ver lo afortunado que era al tener el amor de él. ¿Por qué se había fijado en mi hermano?

—Deja de ser tan masoquista, Wonnie —Wheein me golpeó la pierna cuando vio que miraba a la pareja besarse.

Suspiré, rendido. —¿Puedo quedarme esta noche en tu casa? No podré soportar otra sesión intensa de amor de parte de esos dos.

Wheein frunció la boca y asintió. —Por supuesto. Honestamente no sé cómo lo haces.

—¿Cómo hace qué? —preguntó Min uniéndose a la charla cuando Jooheon se levantó con Chang para empezar a subir al escenario.

Wheein señaló con la cabeza al par de tortolitos. —Ah, ya veo... en serio, Wonnie, tienes que conocer a alguien más y sacártelo de la cabeza.

—Ojalá fuera tan fácil de hacer, pero no puedo evitarlo. Soy un idiota. —Vacié la botella de cerveza de un golpe y me apoyé en la mesa, suspirando.

—Hey, ¿qué es ese suspiro? —levanté la cabeza asustado. Hoseok apoyó ambas manos en mis hombros y por un momento sentí pánico de que hubiera podido escuchar nuestra charla.

—Amores unilaterales —respondió Min mirando hacia el escenario.

Hoseok hizo una mueca y tomó asiento a mi lado. Olía a coco y a caramelo. Ojalá pudiera embotellar ese perfume.

—¿Habla de Jooheon? —susurró Hoseok inclinando un poco la cabeza hacia mí—. Creí que estaba todo bien entre ellos.

—Si... no sé. Supongo... el amor no correspondido apesta —lo dije sin pensar. Estaba tan cansado de guardar mis sentimientos que ya estaba empezando a agobiarme.

Hoseok me miró con algo de pena. —Wonnie... yo...

—Shhh, cállense ustedes dos que ya salieron los chicos —nos retó Kiki y nos señaló el escenario. Ambos cerramos la boca. Kiki daba miedo a veces.

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