Después del desfile volvimos al lugar de antes.

Salimos de los carros y Beau e Isabelle se fueron a hablar con patrocinadores.

Johanna miró a los del 12 y yo los miré tambien.

-El vestido de Katniss era impresionante.-Dije mirándo a Johanna.

-Ojalá hubiera tenido a Cinna de estilista...-Se quejó.

-A mi me gusta mi estilista, Beau es mi amigo y diseña bien.-Dije.

-Has tenido suerte...-Dijo ella.

-Veo tus intenciones, pero no creo que sea muy adecuado.-Dije. Sabía lo que iba a hacer, iba a molestarlos.

-Oh, vamos. No seas así... Katniss es muy inocente, no se lo tomará mal.-Dijo Johanna con una sonrisa maligna.

-A mi no me metas.-Bromeé.

Ella me sonrió.

-Voy a molestar al 12, nos vemos luego.-Me dijo mientras caminaba hácia el ascensor, dónde ellos ya habían subido.

Johanna era Johanna, nada ni nadie podía cambiarle, y eso era lo que me gustaba de ella. Que era sí misma.

Unos pasos se oyeron detrás de mí. Me giré y vi a Gloss, del Distrito 1.

Nunca había hablado con él, básicamente porque era un completo idiota, todos los que estaban aquí eran idiotas. O al menos la mayoría.

-Hola, preciosa.-Dijo él.

Yo rodé los ojos.

-¿Que quieres, Gloss?-Dije molesta.

-Vamos a morir en éste Vasallaje, lo sabes, ¿Verdad?-Me dijo con una sonrisa.

-Oh, gracias por tus animos...-Dije sarcástica.

-Y cómo vamos a morir...-Gloss hizo una pausa.-¿Eres virgen, Cassie?

Yo lo miré.

-¿Perdona?-Respondí claramente molesta.-Mi vida personal no es de tu interés.

-Oh, vamos. No me dirás que nunca te has acostado con nadie.-Dijo él con una sonrisa.

-No, soy virgen. Y lo voy a seguir siendo hasta que me de la gana.-Dije seria.

-¿Y no te gustaría haber muerto sin ser virgen?-Dijo Gloss acercándose a mí.

-¿Qué quieres, Gloss?-Dije seria.

Pasó sus manos por mi cintura, acercándome más a él y me besó.

Rápidamente me aparté de él y le di un golpe en la mejilla.

-¿Quién te crees que eres para besarme?-Respondí molesta.

Él me cogió de la muñeca y me volvió a acercar a él.

-Oh, vamos. Sé que te mueres de ganas.-Dijo él serio.

-Suéltala.-Dijo una voz detrás de Gloss.

Finnick.

Yo le sonreí.

Gloss me soltó molesto.

-Siento haberte molestado, Cassie.-Dijo antes de irse.

Se fue y Finnick y yo nos quedamos solos.

-Gracias...-Susurré.

-No hay de qué.-Me dijo con una sonrisa

Me miró con su típica sonrisa.

-Con que eres virgen eh...-Me dijo.

Yo me roburizé de la verguenza.

-¿Algún problema?-Dije molesta.-Sólo estoy esperando a la persona indicada.

-Que está delánte de tí.-Me dijo con una sonrisa. No pude evitar hacer una carcajada. -Me has besado antes.

Yo lo miré.

-Mira, Finnick.-Dije seria.-En cuánto a eso...  Nunca nos tendríamos que haber besado... Estámos en los Juegos del Hambre, y aún peor, en el Vasallaje de los 25, tenemos que luchar contra asesinos expertos. Tenemos que luchar a muerte.-Dije.

-Yo lucharé para que tú salgas viva.

-Eso lo dices ahora, pero luego no será verdad.-Dije.

-Yo cumplo todas mis promesas, Cassie Clark.

-Yo no quiero ganar, Finnick Odair. Johanna ganará. Johanna tiene que ganar. ¿Entiendes?-Dije seria.

Él me miró y me besó.

Yo pasé mis manos por su cuello y el me cogió de la cintura, atrayéndome a él.

Nos separamos y apoyamos nuestras frentes.

-Casi no me conoces.-Dije.

-Sé mucho más de ti de lo que tú misma te crées.-Dijo con una sonrisa.

-Vaya, eso suena muy acosador.-Respondí con una sonrisa.

Él hizo una pequeña carcajada.

-Siempre que iba a casa de Johanna, nunca estabas ahí.-Dijo Finnick.

-No te soportaba.-Dije con una sonrisa.

-Lo he notado.-Dijo con una carcajada.

Yo le sonreí.

-¿Sabes qué? Creo que Gloss estaba celoso...-Me susurró en la oreja.-Supongo que tu mentora ha dejado bien claro que estás enamorada de mí.

Yo me ruborizé de la verguenza.

-Si fuera por mí les habría gritado a todos los hombres del Capitolio que eres mía.-Me dijo con una sonrisa.

-No soy tuya.-Dije.

-Yo soy tuyo y tú eres mía. Nada del mundo podría cambiar lo que siento por tí.-Me dijo con una sonrisa.

-¿Me lo prometes?-Pregunté con una sonrisa.

-Te lo prometo.-Y entonces me besó.

Nos separamos.

Alguien caminó hácia nosotros.

-Señorita Clark, su mentor la necesita.-Dijo un chica.

Yo asentí.

-Nos vemos mañana.-Le dije a Finnick con una sonrisa.

Le sonreí.

Me dio un beso en la frente y se fue.

-¿Dónde está?-Le pregunté a la chica.

-En su habitación.-Dijo.

Yo asentí.

-Gracias.-Le dije con una sonrisa, dándo un paso para irme.

-¡Señorita!-Me llamó, parándome.-Debería ser más discreta con el señor Odair, aquí hay cámaras. Los están observándo.-Hizo una pausa.- Las está observándo. A Katniss y a usted, tiene que ir con mucho cuidado.-Me susurró.

Yo la miré temblándo y pálida.

-Gracias por la información.-Susurré.-¿Cómo te llamas?

-Marlee.-Susurró.

-Encantada, Marlee.-Le dije.

Ella asintió con una sonrisa y se fue.

-¿Con qué debemos tener cuidado, eh?-Dijo una voz detrás mía.

-¡Finnick!-Grité asustada.-Me has asustado.

Él me sonrió.

-Vamos a tu habitación, mañana será el dia del entrenamiento y debes descansar.-Me dijo con una sonrisa.

Subimos al ascensor y unos segundos después estábamos en la planta número 7.

Entramos y vimos a Johanna, ya vestida decentemente.

-Vaya, vaya, al fin llegan los tortolitos...-Dijo ella sarcástica.

Solté una carcajada.

-Cállate.-Dije aún riéndome.-¿Cómo ha ido la "broma"?

Ella soltó una carajada.

-Genial.-Dijo ella.

Me senté en el sofá junto a Finnick, a su lado.

-Oh, vamos, ¿qué has hecho ésta vez?-Dije.

Finnick arqueó una ceja.

-Me desnudé con la ayuda de Peeta...-Dijo.-¡Deberías haber visto su cara!-Dijo aún riéndose.

-¿Que has hecho qué?-Susurré incrédula.-¡Y Peeta te ha ayudado!-Dije frustrada.

-Sólo me ha ayudado a bajarme la cremallera, y porque yo se lo he pedido.-Explicó.-Además, era una broma... Dentro de dos semanas estaré muerta, así que deja que me divierta.

Al oír eso me quedé congelada. Palidecí y me puse seria.

-Nunca jamás vuelvas a decir eso.-Dije seria.-No vas a morir. No lo harás. Te lo prohibo. ¿De acuerdo?

Ella hizo una carcajada.

-De acuerdo.-Dijo mientras me daba un pequeño abrazo.

Después de varios minutos hablando de las reacciones de Katniss, Peeta y Haymitch en cuanto a la broma, alguien más entró en la sala.

Haymitch, con el pulgar levantado, en señal de aprobación, y con una gran sonrisa en la cara.

-Bien hecho, Mason.-Dijo mientras se sentaba en el sofá de enfrente.

-¿Te ha gustado la broma?-Pregunté.

-A mí sí, a Peeta también, a Katniss... No mucho.-Dijo Haymitch.

-¿No mucho? Oh, vamos, Hay. No se habrá puesto celosa, ella no ama a Peeta.-Dije.

Haymitch cambió de cara.

-Yo no lo veo así, preciosa.-Dijo inseguro.-Por mucho que lo niegue, Katniss siente algo por él. Lo sé, me he dado cuenta, ¿Os habéis dado cuenta vosotras?-Dijo él.

Yo lo miré.

-Katniss es mucho mejor de lo que parece, eso sin duda.-Respondió Finnick.

Yo lo miré levantándo una ceja, incrédula.

-Ni se te ocurra ponerte celosa.-Me dijo mientras me alborotaba el pelo.

Yo solté una carcajada.

-¿Yo, celosa? En tus sueños, Odair.-Dije.

Haymitch nos miró negando con la cabeza.

-Hay un problema.-Nos dijo Haymitch.- Katniss y Peeta no quieren aliarse con nadie. O al menos, Katniss.-Dijo.

-Katniss tiene razón, ¿con quién se aliará?, ¿Con Wiress y Beetee?-Dije incrédula.-No creo que los del 1 y los del 2 sean de fiar, Hay. Tampoco los adictos a la morflina, ¿con nosotros?.

Haymitch me miró.

-¿Con quién te aliarás tu, Cassie?-Dijo él curioso.

-Ya te lo dije, con Johanna, Finnick y Mags.-Respondí obvia.

-No.-Respondió Haymitch.

-¿Qué?-Preguntó Johanna molesta.

-¿Queréis una rebelión en contra de Snow?-Preguntó Haymitch.

-Pues claro.-Respondió Johanna obvia.

-Definitivamente, sí.-Afirmó Finnick.

Haymitch me miró.

-¿Qué tenemos que hacer?-Pregunté.

Él nos miró.

-¿Qué sabéis del Distrito 13?-Preguntó Haymitch.

Finnick y Johanna empezaro a decir que estaba destruido.

-Existe.-Dije mirando a Haymitch.

Johanna y Finnick me miraron sin entender.

-¿Cómo lo sabes?-Preguntó Haymitch.

Yo suspiré.

-Tres años antes de ir a los juegos, quizá cuatro.-Susurré.-Mi padre me llevó a ver las ruinas del Distrito 13.

-¿A pié?-Preguntó Johanna incrédula.-Está demasiado lejos.

-No, mi padre era un agente de paz, fuimos en el aerodeslizador del Distrito 7, los convenció diciendo que era mi regalo de cumpleaños, ir al 13.-Susurré. Hablar de mis padres no me gustaba.

-¿Cómo lo sabes, Cassie?-Preguntó otra vez Haymitch.

Yo suspiré.

-Encontré una puerta entre las ruinas, bueno, mi padre la encontró hace años, por eso me llevó ahí. Intetamos entrar, pero estaba cerrado. Ahí vive gente, hay un Distrito 13 subterráneo.-Dije mirando a Haymitch a los ojos.

-Genial, preciosa.-Dijo él con una sonrisa tranquilizadora.

Finnick me abrazó mejor, supuso que no me gustaba hablar se mis padres.

Yo cerré los ojos.

-Tenemos un plan.-Dijo Haymitch.