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2. La Cosecha.

Los agentes de paz vinieron enseguida. Se llevaron el cadáver y no respondieron mi pregunta de "¿Qué vamos a hacer si era el último vencedor del 7? Tampoco había hablado mucho con él, así que no me afectó mucho su muerte. 

Me quedé encerrada en mi habitación de mi casa hasta el día de la cosecha. Ese día, mi estilista Beau me maquilló y me vistió para la ocasión. Beau era la única persona del Capitolio, junto con Isabelle, la escolta de los tributos del 7, que me caía bien, eran grandes amigos míos, sobretodo Beau.

El estilista de Johanna y ella se llevaban muy mal, aunque no me extrañaba, él la vestía fatal. 

Beau me puso un jersei de mi armario y unos pantalones negros apretados.

No parecía hermosísima ni tampoco era un look con mucho glamour, pero creo que eso era lo que Beau quería.

Llegué a la plaza, Johanna iba delante mío. Nos situamos en la parte derecha del escenario y nos pusimos de lado. Johanna me dio una mano para que me tranquilizara.

Pero no funcionó.

Isabelle, nuestra escolta, la chica que se encargaba de elegir los tributos del 7, empezó a hablar. Ella y yo nos llevábamos bien, Johanna no la soportaba, pero Isabelle siempre se había preocupado por mí y me había defensado desde que salí de tributo femenino en los 72º Juegos del Hambre.

-Damas y caballeros, por primera vez en la historia de los vasallajes, los tributos van a salir del círculo de los vencedores. Bien, las mujeres primero.

Nos miró triste a Johanna y a mí, y luego, metió su mano en la caja de vidrio en la que estaban las dos papeletas. La de Johanna y la mía.

Cerré los ojos, tenía que salir Johanna. Así podría presentarme voluntaria en su lugar. Sabía que si salía yo, ella iba a hacer lo mismo.

Sacó la papeleta y la desplegó.

-¡Cassie Clark!

Noté cómo me bajaba una lágrima.

-¡Me presento cómo voluntaria!-Dijo Johanna.

Yo la miré, la agarré de la muñeca, parándola, y le susurré "No". Pero me ignoró y se fue al lado de Isabelle.

-De acuerdo... Ahora los hombres...-Hizo una pausa, cómo si le estubieran diciéndo algo desde su auricular.-Oh, vaya. De acuerdo. Lamentablemente el único vencedor masculino se ahorcó hace unos días.- Entonces volvió a quedarse callada, escuchándo lo que le decían en el auricular.-¿Qué?, ¿Dos mujeres? Pero... De acuerdo...-Entonces, me miró.-Me acaban de informar, que el otro tributo será elegido del círculo de vencedoras.

Palidecí.

-Ven aquí, Cassie.

Caminé hácia ella, quedándo yo a su derecha y Johanna a su izquierda. Nos cogió las manos y nos las levantó.

-¡Felices Juegos del Hambre y que la suerte esté siempre, siempre de vustra parte!

Habíamos entrado en el tren, nuestro mentor iba a ser Isabelle, y ésta sería ayudada por Beau, mi estilista. Ya que no quedaban más vencedores para ser mentores.

Entré en el último vagón y ahí me senté.

Oí unos pasos y vi a Johanna.

-No tenías que presentarte en mi lugar.-Dije.

-Sí que tenía, sé que odias estar ahí.

-Yo... Me habría presentado voluntaria si Isabelle hubiera cogido tu papeleta.

-Cassie, soy mayor que tú, tienes mucho por vivir. Yo no tengo nada.-Dijo Johanna.

-Me tienes a mí. Me has apoyado y cuidado desde que gané los Juegos y mataron a mi família. Me has tratado cómo una hermana. Eres una hermana mayor para mí, y haría lo que fuera por salvarte.

Entonces ella me sonrió.

-En la Arena tendremos que tener aliados o nos mataran a las dos.-Dijo Johanna.

-No, es mejor estar las dos. Luchar codo con codo, menos riesgo a que nos descubran...

-Todos los vencedores se conocen, Cassie. Tú nunca te has molestado en conocerlos.

-Te conozco a tí. Y a Haymitch. Y a Mags. Y a Majara y Voltios. También conozco a Finnick.

-Nunca has hablado con Finnick.

-Pero tú sí.

-Tendrías que hacer un esfuerzo para conocerlo. No es cómo dice ser.

-Es un engreído y un egoísta. El niño mimado del Capitolio.

-Tú también eres una de las favoritas.

-Pero yo no soy cómo él.

-Lo que tú digas, pero al menos háblale educadamente, ya sabes, no te pongas...

-¿Qué no me ponga en plan Johanna?

-Oh vamos, no soy tan borde.

-Lo eres con casi todo el mundo, menos conmigo y Finnick.

Se rió y yo me reí con ella.

Cuando llegamos al centro de entrenamiento, el lugar dondde ibamos a vivir hasta que empezasen los Juegos, todos los tributos de este año estaban ahí, pero solo conocía a algunos. Nunca tuve amistades con los otros vencedores.

Johanna fue corriendo a abrazar a Finnick, y luego empezaron a hablar amistosamente. Yo fui corriendo hasta Mags, ella me enseñó a hacer nudos en mis juegos. La abrazé.

Cuando nos separamos me señaló y luego señaló su corazón. Supe lo que quería decir.

-Nada de ésto es tu culpa, sólo es culpa de Snow.

Ella me sonrió y unos segundos después aparecieron Finnick y Johanna.

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