"Me había quedado estático en mi sitio sin poder moverme manteniendo mi mirada en aquel hombre que se aproximaba hacia mí. No podía creer que aquel Alfa fuera de verdad, era... el hombre más apuesto que había visto en mi vida.

– El profesor Valentine, supongo– su voz, madre mía, no sonaba como la típica voz de un alfa, era melodiosa y casi aterciopelada que hacía mis sentidos adormecerse pero agitarse a la vez, para mis oídos parecía música.

Su aroma me envolvía y provocaba que mi omega se retorciera de ansias.

"Dios, es tan guapo y mira qué cuerpo, uuuh, imagínate sus abrazos, seguro que sería como estar entre almohadas, y su aroma debe ser mil veces mejor estando tan cerca, ¡es un papito, literalmente! ¡Debe ser nuestro!"

Agité mi cabeza para intentar calmarme, no podía dejar que me viera tan ensimismado en su persona, aunque me parece que ya era tarde.

– S-Sí, u-un gusto conocerlo– intenté sonreír a pesar de que sentía que el sonrojo de mis mejillas me delataba.

– El gusto es mío, profesor~– no sabía por qué, pero me pareció que dijo eso en un tono algo sugerente, mi sonrojo empeoró–. Connor me ha hablado mucho de usted, parece que le ha tomado mucho cariño.

Oh cielos, intento concentrarme con todas mis fuerzas, pero sus ojos... esos hermosos ojos verdes me distraían, no evitaba pasar mi propia mirada por su cuerpo, cabe decir que era casi dos cabezas más alto que yo. Su espalda ancha y hombros rectos le daban una presencia imponente, y su cabello rizado de color turquesa contrastaba exquisitamente con su piel de caramelo, parecía tan radiante y apetitosa y... y sus brazos lucían tan fuertes bajo esa camisa blanca que estaba seguro de que incluso podría cargarme sin ningún...

¡AGH, COCÉNTRATE, BONNIE!

– A-Ah, sí, sí, Connor es un niño espléndido, ¿no?

El hombre me dio una sonrisa divertida, de seguro quería reírse se lo patético que me veía. Tierra, trágame.

– Bueno, no sé si aún esté listo, veo que hoy se ha lastimado y estoy algo preocupado de que él no pueda cuidarse solo.

Miré al hombre y pude notar a mi pequeño estudiante escondido atrás de su pierna mientras le acariciaba la cabeza con suavidad. Vi cómo la expresión de Connor era la de un cachorro que trataba de ser valiente, mientras que la de su padre era juguetona y despreocupada, pero indirectamente trataba de decirme que le siguiera el juego, así que tranquilicé a mi omega como pude y hablé.

– Eso no será necesario, señor Smith.

– ¿Está usted seguro, profesor?– preguntó levantando una ceja, Connor salió lentamente de su escondite para pararse al lado de su padre.

– Claro que sí, señor Smith. Connor es el niño más bueno, inteligente y valiente que he conocido– le sonreí mientras miraba todavía al pequeño–. Él puede cuidarse solo, un simple raspón no lo detendrá– pude ver cómo mi querido alumno cambiaba su expresión e inflaba su pequeño pecho con orgullo, este niño me mataría de lindura.

–Ya veo, entonces creo que no será necesario sacarlo de la guardería– soltó con seguridad asintiendo con la cabeza y así el pequeño niño empezó a dar saltitos de alegría y a celebrar, ¿cómo podía ser tan tierno?

– ¡Yey! ¡Yey! ¿Ves, papá? Te dije que el profe Bonnie te aclararía todo– dijo el niño a su padre con total seguridad en sus palabras, abrazando su pierna.

– Sí, campeón, tenías razón– su padre le despeino el cabello juguetonamente y Connor le sonrió–. Ahora ve al auto, yo iré en un momento.

– Sí, papá. Hasta mañana, profe Bonnie– el pequeño se despidió de mí y fue hacia su auto donde el mismo hombre pelirrosa de siempre le abría la puerta.

– Es un niño maravilloso– solté sin querer en un suspiro enternecido.

– Sí, lo es, el más maravilloso del mundo– volteé a ver al hombre a mi lado y en sus ojos solo pude ver puro amor y devoción por su hijo.

Esa era la mirada de un alfa de familia que daría todo por sus cachorros, una mirada que decía tantas cosas a la vez que no hacían falta más palabras para saber que aquel hombre haría lo que fuera por su hijo. Nunca había visto a un padre tan dedicado a su pequeño y sentí que mi corazón se derretía.

– Muchas gracias por seguirle el juego– desperté de mi ensoñación rápidamente y disimulé el hecho de que estaba viéndolo directamente, esperaba que no lo hubiera notado.

– N-No agradezca, es mi trabajo después de todo– involuntariamente empecé a jugar con un mechón de mi flequillo, algo que sólo hacía cuando me ponía muy nervioso.

– Vamos, no sea modesto, profesor. Connor me cuenta cómo es usted con él y los demás niños, creo que eso es más que sólo su trabajo– me dio una mirada bastante dulce y me sentí desfallecer, ¿esto era real? Oh cielos, creo que ya estoy delirando–. Bueno, ya debemos retirarnos, así que fue un gusto conocerlo, profesor Valentine– me extendió su mano izquierda, al parecer era zurdo.

– El gusto fue mío, señor Smith, y si gusta puede llamarme sólo Bonnie– le extendí la mía para devolverle el apretón de manos, pero él envolvió mi mano produciéndome una corriente eléctrica que me atravesó el brazo y todo el cuerpo, era más grande y rasposa que la mía, pero era tan cálida y suave de alguna manera que no evité temblar ligeramente.

– En ese caso, por favor, llámame Bon– me sonrió de una forma tan encantadora que el mundo a mi alrededor desapareció, solo pude centrarme en sus ojos esmeraldas y en la mezcla de nuestros aromas, era tan fresco y tranquilizante que podríamos quedarnos así para siempre.

Sin embargo, el momento acabó al soltarnos las manos, una sensación de vacío me invadió completamente y no evité hacer un ligero puchero.

–S-Sí– eso fue lo único que pude tartamudear mientras veía cómo este hermoso Alfa se iba y... Madre mía.

¡ÉL ES TOTALMENTE MI TIPO!"

(...)

El apuesto Alfa subió a la parte trasera de su auto donde su cachorro lo esperaba muy alegre. Le dio una última mirada al lindo profesor que lucía muy sorprendido y estaba sonrojado hasta las orejas, lo que lo hacía ver aún más tierno y hermoso. Cerró la puerta y le pidió a su chofer que los llevara a casa.

– ¿Y qué te pareció el profesor, papá?– la voz de su pequeño lo llamó con entusiasmo.

– Tenías razón, campeón, él es increíble– le dijo a su niño con una suave sonrisa.

– ¿Verdad que sí?– Connor le dio una sonrisa tan grande que podía ver ese adorable espacio de su diente faltante.

– Y... ¿De casualidad sabes si está casado o tiene alguna pareja?– dijo intentando sonar casual mientras el nene se pensaba un rato la pregunta de su padre, tratando de recordar si su profesor había mostrado alguna seña de estar en una relación.

– Umm... No creo, no usa ningún anillo en su dedo, tampoco hay marcas en su cuello y siempre huele a él, así que es poco probable que tenga pareja.

Bon miro a su hijo entre divertido y asustado, sabía que Connor era muy listo desde su temprana edad, además de que por culpa del Internet y algunos libros de la biblioteca en casa estaba más enterado de algunas cosas sobre las jerarquías y sus bases, a pesar de que no debería aprenderlas hasta que llegara por lo menos hasta primaria. Aun así, le parecía bien que conociera lo básico aun si era un poco joven.

– ¿Sabes hijo? A veces me da miedo lo inteligente y observador que eres.

– Sip, lo sé– dijo felizmente el nene–. ¿Y por qué te interesa saber eso de mi profe, papá?

– Nada más que mera curiosidad– dijo el padre encogiéndose de hombros mirando por la ventana sin borrar su sonrisa tranquila.

– Sí, claro– murmuró el pequeño genio entrecerrando sus ojitos.

– Bueno, dime, ¿qué te gustaría almorzar? – preguntó tratando de cambiar el tema y llenar ese extraño silencio que se había formado volviendo a mirar a su cachorro.

– Pues me gustaría...– el nene le siguió el juego a su padre, aunque dentro de su brillante mentecita planes ya se estaban maquinando.

(...)

Hola a todos lamento que este capitulo sea tan corto pero los prometo que el siguiente sera mucho mas largo