A los ojos de un cachorro
– Joven Connor – escuché una voz familiar que me llamaba, pero yo aún tenía sueño y no tenía ganas de abrir mis ojos, por lo que solté un gruñido y me acurruqué más con mis sábanas de hojitas –. Joven Connor, si no se despierta ahora llegará tarde a la guardería y eso no le gustará al profesor.
Aquella ya hizo que abriera mis ojos de par en par.
– Cierto, el profesor – inmediatamente me levanté y me senté en la cama, soltando un gran bostezo sin poder evitarlo, y vi a Félix sonriéndome en el marco de la puerta –. Buenos días.
– Buenos días, joven Connor – me respondió con cortesía –, su ropa ya está lista y su desayuno lo está esperando en el comedor.
– Muchas gracias, Félix – le agradecí y él se despidió saliendo de mi habitación, así que busqué la ropa que el dejó sobre mi cama y me cambié para luego bajar al comedor donde mi papá ya estaba sentado tomando un café.
Me hacía feliz ver que hoy podré desayunar con él, pues normalmente a estas horas ya está en la oficina. Tal parece que hoy podré pasar más tiempo con él.
– Buenos días, papi – lo saludé con emoción y una gran sonrisa.
– Buenos días, campeón – me devolvió el saludo alegremente mientras se inclinaba un poco para que yo pudiera darle un beso en la mejilla, papá es muy cariñoso conmigo siempre.
– ¿Que harás hoy, papi? – le pregunté mientras me sentaba a la mesa a desayunar junto a él, hoy tenía hotcakes con mermelada de moras y jugo de manzana.
– Pues tengo que ir a la oficina después, quizás esté ahí todo el día – papá suspiro cansado, él siempre trabaja mucho pero aun así intenta tener tiempo para mí, lo quiero mucho por eso.
– ¿Entonces no podré verte hoy? – pregunté algo desanimado, sé que papá tiene que trabajar, pero me pone un poco triste no poder estar siempre juntos.
A veces me siento un poco solo en esta gran mansión -a pesar de que Félix y algunas sirvientas siempre están pendientes por si necesito algo-. Si tan solo el profesor viviera con nosotros y fuera mi mami, él me haría compañía cuando papi no pudiera por estar en el trabajo...
– Lo siento mucho, campeón, pero te prometo que te lo compensaré – asentí con la cabeza y seguí desayunando en silencio.
Cuando terminé, una de las criadas que tenia un largo cabello castaño y unos simpáticos lentes redondos me ayudó a terminar de arreglarme y tendió mi mochila y mi lonchera para irme a la guardería. Papi se acercó a despedirse de mí, se arrodilló mi me dio un abrazo que yo correspondí con mucho afecto.
– Espero que tengas un buen día, pequeño, y también dale esto a Bonnie de mi parte – dijo tendiéndome una cajita envuelta en papel de regalo de colores pasteles y un lacito sencillo.
Aunque papi y el profesor ya están saliendo oficialmente, no se le quita la costumbre de usarme a mí como mensajero para enviarle regalos al profe Bonnie. Creo que ya se le hizo costumbre, así que tomé la pequeña cajita de regalo y la guardé en mi mochila
– Esta bien, papi, pero... ¿por qué el profe no pudo quedarse a dormir esta vez? – yo ya sé la razón, pero quizás si le lanzo a papi una indirecta lo entenderá, o al menos, le meteré la idea en la cabeza.
– Porque sería difícil para él, ya que tiene todas sus cosas en su casa – me explicó como si fuera obvio, aquí es donde quería llegar.
– Entonces, ¿por qué no le pides que se mude con nosotros? – pregunté sin más rodeos, papi se sonrojó mucho y se aclaró la garganta.
– A-Aún es pronto para eso, campeón, ahora apresúrate que llegas tarde – suavemente me empujó hacia la puerta y me despedí de él con la mano, rápidamente me subí al auto donde el señor Fede me esperaba.
– Buenos días, joven Connor – el señor Fede es un hombre muy amable, espero que algún día Félix y él tengan cachorros con los cuales yo pueda jugar, ya que al paso que va mi papi con el profesor pasará muuuuucho tiempo antes de que si quiera piensen en darme un hermanito o hermanita.
– Buenos días, señor Fede. ¿Pasaremos por Nath hoy? – últimamente siempre pasamos por Nath, aunque a veces su mamá lo lleva a la guardería.
– Así es, joven Connor – dijo y yo sonreí feliz, lo bueno es que Nath no vivía lejos de aquí, así que llegamos rápido a su casa y ahí estaba a él, en la puerta de la gran mansión en compañía de su mamá que le daba un beso de despedida.
– Pórtate bien y no te alejes mucho de Connor, ¿vale, mi amor? – le dijo suavemente el señor Freddy a Nath mientras peinaba sus rubios cabellos.
– Sí mami, nos vemos por la tarde – sonrió tiernamente, se despidió de su mamá y fue corriendo hacia el auto donde Fede le abrió la puerta para que subiera junto a mí. – Hola Connor – me saludó suavemente y me dio un rápido beso en la mejilla.
Ante ese gesto me sonrojé un poco, porque Nath siempre me ha parecido muy lindo y me gusta que me dé ese tipo de afecto. Creo que me parezco más a papi de lo que creía.
Seguimos nuestro camino hacia la guardería hablando sobre muchas cosas, en espacial Nath que me contó que ahora ya no está tan molesto con su hermanito por quitarle la atención de sus padres, de hecho ahora se lleva mucho mejor con él y ha aprendido a tenerle paciencia y a jugar con él.
Yo en verdad envidio un poco a mi amigo, él tiene una mami que lo quiere mucho, pero en especial un hermanito con quien jugar. Pero si mis planes salen a la perfección, yo también podré tener eso en poco tiempo.
(...)
Al llegar a la guardería, el profe Bonnie nos recibió con un gran abrazo un pequeño beso en la mejilla para mí. Jeje, sin duda es más cariñoso que mi mamá de verdad.
– Hola, profesor – lo saludé con mucha alegría y le tendí la cajita que mi papi me dio esta mañana –. Mi papi le envía esto .
– Oh, vaya, ¿qué es? – mi ma... el profesor, sí, el profesor abrió la caja y en ella había un collar que tenía una púa de guitarra color turquesa con una B dibujada en ella, aunque era algo muy sencillo, el profesor parecía encantado con ella –. Es precioso, me lo pondré justo ahora – el profe Bonnie se la puso alrededor de su cuello y parecía muy contento con ella, sus mejillas estaban rojas –. ¿Qué tal se ve?
– Se ve muy bien, profesor – dijo Nath suavemente con su linda sonrisa.
– Je, je, muchas gracias, cariño, ahora vayan a jugar, ¿sí? Más tarde empezará nuestra hora de manualidades – ambos asentimos, Nath tomó mi mano y nos dirigimos a jugar con los demás niños.
(...)
A la salida me quedé junto al profesor ya que a Nath su padre lo pasó a recoger antes.
– ¿Quién vendrá por ti hoy, cariño? ¿Tu padre o el señor Fede? – estaba sentado en el regazo del profesor mientras comíamos unas gomitas de mora que había comprado para los dos.
– Seguramente será el señor Fede, papi dijo que estaría muy ocupado hoy en la oficina– dije como si nada, pero creo que el profesor notó que estaba un poco triste por eso.
– Oww... Bueno, sabes que tu padre tiene que trabajar, no puede dejar sus responsabilidades así como así – dijo mientras acariciaba mi cabello con ternura, yo no evité hacer un pequeño puchero.
– Lo sé, pero aun así, a veces me siento muy solo en la mansión. Ojalá tuviera a alguien que me hiciera compañía por las tardes – no iba dejar pasar esta oportunidad, por lo que puse los mejores ojos de cachorro triste que pude y lo miré directamente a los ojos.
– Oh, entiendo... – el profesor me vio muy triste y me abrazó más acurrucándome en su pecho y tratando de calmarme con sus dulces feromonas, eso realmente me animó bastante.
– Sí, como usted profesor, sería genial si usted se mudara con nosotros – dije de lo más feliz, el profesor se sonrojó mucho y se quedo sin habla un rato.
– B-Bueno cariño, e-es un poco más fácil decirlo que hacerlo – dijo tartamudeando, evitando el tema, y ahí vamos otra vez con eso, ¿por qué los adultos son tan complicados?
– Pero a usted le gusta estar en nuestra casa, podría quedarse más que solo los fines de semana y...
– ¡Connor! ¿Qué haces? – ups, la voz de papá me interrumpió a mis espaldas, no creí que él viniera, pero por el cansancio en su cara parece que se hartó del trabajo y se escapó de la oficina.
– ¿Yo? Yo no hago nada, papi – dije con tono inocente mientras el profesor me tomaba entre sus brazos y me cargaba hacia donde estaba papá.
– Hola Bon, parece que has tenido un día pesado – el profesor le dio a papá un suave beso en los labios que él correspondió, yo sonreí al ver que realmente se gustaban.
– Sí, las cosas en la oficina han estado difíciles y... Oh, te gustó el collar – se fijó en el cuello del profesor y él sonrió, creo que eso le gustó a papi por que se sonrojó mucho, me dio gracia verlo así.
– Sí me gustó mucho, gracias por el regalo – papi sonrió de una manera muy tonta, parece que el profesor lo hace mas tonto de lo que es, jeje.
– Sí bueno yo... ejem, Connor, por favor, no molestes al profesor con esos temas, son cosas que los adultos debemos resolver, ¿sí? – papi puso su mano sobre mi cabeza mientras me despeinaba, yo solo bufé disconforme.
– Sí, papá – dije resignado mientras mi papi me tomaba de los brazos del profesor, yo me abracé a su cuello mirando al profe.
– ¿Te veré esta semana, Bon? Connor mencionó que estás muy ocupado – pregunto el profesor un tanto tímido pero sin borrar su sonrisita.
– Bueno, es algo difícil esta semana, pero haré todo lo posible para hacer tiempo para ustedes dos – sonrió cansado y abrazó tanto al profe como a mí, pobre papi, espero poder hacerme cargo de la empresa pronto para que él pueda descansar.
Finalmente ambos nos despedimos del profesor para ir hacia la mansión.
– Gracias por venir a recogerme, papi – dije desde el asiento de atrás, papá me sonrió a través del espejo retrovisor.
– Sí, verás campeón, lo hice no solo porque necesitaba salir de la oficina, sino porque tu madre llamó – aquello me erizó la piel, ¿mamá? –. Quiere que te quedes con ella unos días, ya que el fin de semana no puedo estar contigo – me dijo en un tono que me decía que papi no parecía muy feliz con eso.
– ¿Que mi mamá quiere que me vaya con ella? – no evité fruncir el ceño, estaba muy molesto, preferiría pasar la tarde solo en la mansión que pasar tiempo con ella, es todo siempre muy aburrido, ella nunca me deja divertirme, ni siquiera me lee cuentos.
– Sí, pero así lo quiso ella, además, la convencí de que Nath estuviera contigo, asi las cosas serán mas llevaderas para ti – suspiré cansado como afirmación.
Bueno, si Nath está allí las cosas serán más fáciles.
(...)
Y ahí estábamos Nath y yo, en la entrada de la mansión esperando a mi madre.
– Connor – la suave voz de Nath me llamó y volteé a verlo.
– ¿Qué pasa, Nathi? – dije cariñosamente y las redondas mejillas de Nath se tiñeron de rojo, se veía adorable así.
– Yo nunca he conocido a tu mamá, ¿cómo es ella? – me preguntó con algo de timidez, aunque no me gustaría responder la pregunta de Nath, no era más que genuina curiosidad.
– Pues ella es... muy seria – dije simplemente.
– Oh, bueno – dijo en un susurro.
Seguimos esperando hasta que finalmente sonó el timbre y mi papi en compañía de Félix vinieron. Félix le abrió la puerta a mi madre y como siempre, ella entró vistiendo de forma lujosa y sin siquiera saludar a Félix
– Hola, mi pequeño rayo de sol~.
Mamá fue directamente hacia mí y me abrazó, incluso me cargó y también me llenó la cara de lápiz labial rojo gracias a sus besos, lo cual era realmente inusual en ella.
– Oh, y tú debes de ser Nathaniel, es un gusto conocerte, angelito – mamá le dio a Nath una de esas sonrisas fingidas de le da a la gente, pero al menos Nath no se veía asustado de ella.
– Mucho gusto, señorita Toddy – saludó tan educado como siempre, a lo que mamá le sonrió más, creo que a ella le gusto que la llamara señorita en vez de señora.
– Hola, Toddy – saludo papá de forma seria y fría.
– Bon – ella borró su sonrisa y volteó a ver a Félix –. Mayordomo inepto – le dijo duramente.
– Bruja mala del oeste – solté una pequeña risita y mamá me miró mal, pero rápidamente cambio su expresión a otra sonrisa.
– Bueno, si ya están listos suban sus cosas al auto e iremos a comer algo, ¿les parece? – ambos asentimos y tomamos nuestras mochilas, mientras los demás sirvientes llevaban nuestras maletas al auto.
– Adiós, pequeño, pórtense bien, ¿sí? – papi se despidió de mí con un beso en la frente, pero yo no me quería ir, lo iba a extrañar mucho, mamá sólo me dejaba hablar con él unos minutos antes de ir a dormir para decirle buenas noches.
Así ambos subimos al auto seguidos por mamá quien se subió al asiento del conductor.
– Muy bien, pequeñines, ¿a dónde quieren ir? – Nathi y yo nos miramos entre nosotros y sonreímos.
– ¿Podemos ir al Mega Pizza Plex? – pregunté sin dejar de sonreír –. Los padres de Nath son los dueños, así que todo será gratis – le dije y pareció que a mamá le gusto oír eso.
– Gratis, ¿eh? Me gusta, será ahí entonces – y así partimos, dejando mi hogar cada vez más atrás, no pude evitar formar una triste mueca, hasta que vi que Nath volvía a tomar mi mano, así que le sonreí tratando de no preocuparlo.
Usualmente mamá no es así de agradable, pero al menos con Nath a mi lado estos días serán más fáciles.
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