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Capitulo 15

Alina

La luz del sol se filtraba entre los edificios altos, creando un juego de sombras que parecía danzar al ritmo de nuestros corazones acelerados. Neitan y yo, con la unidad USB como nuestro más preciado tesoro, nos adentramos en el laberinto de calles de la ciudad, cada paso un eco de nuestra determinación.

—Tenemos que ser astutos, —murmuré, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre mis hombros—. Cada esquina podría ocultar ojos indiscretos.

Neitan asintió, su mirada fija en el horizonte. —No te preocupes, Alina. Si algo he aprendido de las películas de espías, es que siempre hay una salida de emergencia.

No pude evitar sonreír ante su intento de humor en un momento tan crítico. Era típico de Neitan intentar aligerar el ambiente, incluso cuando el peligro acechaba a cada paso.

—¿Y si nos disfrazamos? —sugerí, recordando una tienda de disfraces que habíamos pasado antes.

—¿Disfraces? ¿Qué sugieres, que nos vistamos de superhéroes?—Neitan bromeó, pero podía ver en sus ojos que la idea no le parecía tan descabellada.

—No sería la peor idea, —contesté, jugando con la idea—. Después de todo, ¿quién sospecharía de un par de superhéroes en una misión para salvar el mundo?.

Reímos juntos, y por un momento, la tensión se disipó. Pero la realidad nos alcanzó rápidamente, y continuamos nuestro camino, mezclándonos con la multitud matutina.

De repente, Santiago apareció detrás de nosotros, su sonrisa amplia y su presencia inesperada. Su revelación sobre el dron transmitiendo en vivo nos tomó por sorpresa, pero también nos llenó de esperanza.

—Santiago, eres un genio,—exclamé, admirando su ingenio—. ¿Cómo se te ocurrió?

—Bueno, siempre quise ser director de cine, —respondió con una guiñada—. Y qué mejor debut que este.

La risa de Neitan resonó en la calle, y supe que, a pesar de todo, estábamos haciendo lo correcto. La verdad estaba allá afuera, y ahora era cuestión de tiempo para que el mundo reaccionara.

—Entonces, ¿qué sigue? —preguntó Neitan, mirándome con expectación.

—Ahora, —dije, tomando una respiración profunda—, es nuestro momento de brillar. Vamos a contar nuestra historia, y vamos a hacerlo a lo grande.

Con la unidad USB en mano y nuestros corazones llenos de valor, nos dirigimos hacia la estación de televisión, listos para enfrentar lo que viniera. Porque al final del día, éramos más que un grupo de amigos; éramos portadores de la verdad, y nada nos detendría.

El sol continuaba su ascenso, bañando las calles con una luz dorada que parecía señalar el camino. Al llegar a la estación de televisión, la multitud se había dispersado, dejando un silencio que resonaba con nuestras propias dudas.

—Esto es real, ¿verdad? —preguntó Neitan, su voz apenas un susurro.

Asentí, sintiendo la unidad USB pesada en mi bolsillo. —Más real de lo que jamás imaginamos. Pero es ahora o nunca.

Nos detuvimos frente a las puertas de vidrio, el logo de la estación brillando sobre nosotros. Con un gesto de complicidad, empujamos las puertas y entramos. El vestíbulo estaba vacío, excepto por una recepcionista que nos miró con curiosidad.

—Buenos días, venimos a... —comencé, pero fui interrumpida por la llegada de una figura familiar.

Era la periodista Valeria Soto, conocida por su integridad y valentía. Su mirada se posó en la unidad USB y luego en nosotros.

—¿Es eso lo que creo que es? —preguntó, su voz llena de una mezcla de esperanza y miedo.

—Sí,—respondí, entregándole la unidad—. La verdad sobre el proyecto secreto.

Valeria asintió, su determinación reflejada en sus ojos. —Entonces vamos a hacer historia.

Nos guió a través de los pasillos hasta el estudio, donde las cámaras ya estaban preparadas. Santiago nos dio un pulgar hacia arriba desde detrás de una de ellas, y supe que todo estaba listo.

—Cuando estén en el aire, sólo hablen desde el corazón, —nos aconsejó Valeria—. El mundo necesita escuchar esto.

Las luces del estudio se encendieron, y las cámaras comenzaron a rodar. Neitan y yo intercambiamos una mirada, y con un suspiro colectivo, comenzamos a contar nuestra historia. La historia de cómo un grupo de amigos descubrió un secreto que podría cambiar el mundo. Y mientras hablábamos, sentí que no solo estábamos revelando una verdad oculta, sino también dando un paso hacia un futuro donde la verdad prevalecería.

El estudio de televisión se había convertido en un santuario de secretos revelados, y la historia de Lina añadía una capa más profunda a la trama que habíamos desentrañado. La noticia de su supuesta muerte había sido un golpe devastador, pero ahora, con ella de pie ante nosotros, la realidad parecía un sueño distorsionado.

—No recuerdo nada, —confesó Lina, su voz temblorosa—. El director, Arisa y Azael me mantuvieron cautiva en un sótano. Me alimentaban con mentiras y medicamentos para borrar mi memoria.

Neitan se acercó a ella, su expresión una mezcla de dolor y alivio. —Lo siento, Lina. Por todo.

—No es tu culpa, —respondió ella, colocando una mano sobre la suya—. Pero ahora que estoy aquí, necesito saber... ¿qué pasó entre tú y Alina?

La pregunta colgó en el aire, pesada como el plomo. Neitan miró a Alina, quien había retrocedido hacia la sombra de una cámara, su rostro oculto.

—Alina y yo... terminamos, —dijo Neitan, su voz apenas audible—. Pensé que quería estar contigo, pero ahora veo que estaba equivocado.

Alina salió de las sombras, sus ojos encontrando los de Lina. —Nuestra relación no terminó por ti, Lina. Terminó porque Neitan y yo queríamos cosas diferentes— estaba claro que nada de lo que Lina y yo dijimos era verdad, solo era para poner un poco de salsa a esto.

Lina asintió, procesando la información. —Entonces, ¿qué hacemos ahora?

—Ahora, —dijo Alina, tomando la delantera—, luchamos. Luchamos por la verdad y por la justicia. No solo por nosotros, sino por aquellos que no pueden hacerlo.

Con la unidad USB aún en nuestras manos y la verdad de nuestro lado, salimos del estudio. La ciudad nos recibió con sus calles bulliciosas y la promesa de un nuevo día. Juntos, con Lina de vuelta entre nosotros y un propósito renovado, estábamos listos para enfrentar cualquier desafío que nos esperara.

La lucha por la verdad había comenzado, y aunque el camino sería largo y lleno de obstáculos, sabíamos que la verdad prevalecería. Porque al final, no era solo nuestra historia; era la historia de todos aquellos que alguna vez habían sido silenciados. Y no descansaríamos hasta que cada voz fuera escuchada.

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*Silbido*
¡¿Vayaaa que está pasando aquí?!

Muchas cosas madre míaa✨❤️

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