Unexma - Alma sin alma ©

CAPÍTULO 5

... Unexma ... me quedé pensando en el significado de esa palabra. ¿Será su nombre, un mensaje; o simplemente un garabato demoníaco? En fin, muchas hipótesis. Opté y decidí que Unexma era su nombre, así que así le llamaría de ahora en adelante.

Una noche Unexma no apareció, yo miraba a todos lados y también miré a la ventana. Me levanté y me dirigí hacia ella muy asustada. Con mis manos temblorosas tomé las cortinas y con rapidez las corrí y no había nada, suspiré aliviada y las cerré rápidamente. Me tranquilicé, aunque igual me sentía un poco intranquila. Encendí la luz, no podía dormir; menos mal que no tengo que ir a la escuela, porque mañana es sábado. En realidad no puedo dormir bien en las noches, porque Unexma no deja de molestarme. Al final decidí leer un cuento. Saqué el libro de abajo de mi almohada y me puse a leer. De pronto mi puerta se abrió despacito, bajé mi libro y alcé la vista, miré un poco asustada y no quise levantarme, solamente miraba de reojo. La puerta se abrió completamente y no veía a nadie, pensé que era mi papá haciéndome una broma para que yo estuviera tranquila, pero él no se asomaba:

-¿Papá?...
-Papá, ¡Eres un pesado!
-No me hace gracia tu broma -dije y volví a leer mi cuento.

Sentí un ruido, dejé de leer de nuevo y vi una mano que se asomaba por la puerta, miré asustada y no quise levantarme. De pronto sentí una quebrazón de huesos y salté de mi cama y me arrinconé en el respaldo de mi cama, no podía creerlo; era Unexma. Me sentí aterrada, su cuerpo crujía por completo y miraba al suelo mientras lentamente avanzaba hacia donde yo estaba. Vi que en su mano llevaba una rosa y con su otra mano comenzó a tocar sus pechitos y se los apretó con fuerza y empezaron a sangrarles y luego su otra mano con la rosa la dirigió a donde estaba su "Flor" y también se la apretó con fuerza enterrando la rosa en ella y luego la sacó y la pasaba por su muslo de arriba a abajo y vi que entremedio de sus piernas también caía sangre, parecía que se estaba orinando. Luego llevó sus dedos a su boca y los relamió, movía su cabeza de un lado para otro, tenía sus ojos cerrados y de pronto los abrió, mirando muy fijo hacia mí; sonrió, y de su boca salió sangre y por los agujeros de su cara salieron esos asquerosos gusanos sangrientos; yo ya no pude soportar más aquél macabro espectáculo...

-¡Aaahhh!
-Noooo...
-¡Papá, sálvame! -grité con todas mis fuerzas, y cerré mis ojos.

-¡Antonella hija!
-¿Qué pasa? -sentí el grito de mi padre, que de pronto apareció en mi cuarto.

-La...la...¡la mujer!...
-Unexma -dije apenas.

-¿Otra vez con eso hija?
-Además, ¿por qué tenías la puerta de tu habitación abierta?, ¿y quién es Unexma? -dijo mi madre, que ya había llegado a mi habitación.

-Ella abrió la puerta y ¡estaba ahí! mamá, te juro que no miento.
-¡Papá, sácame de aquí por favor! -supliqué llorando desconsolada.
De pronto la puerta de mi habitación se cerró de golpe. Mi padre inmediatamente fue a ver que pasaba y salió de la habitación. Mi madre me abrazó fuerte y me dio un beso en la frente y me dijo que estuviera tranquila.
Al rato apareció mi padre y anunció:

-"Flo", revisé toda la casa y no hay nadie; las puertas están cerradas con pestillo, además las ventanas están cerradas con cerrojo; así que viento no entró por ninguna parte. Menos por la ventana del cuarto de Antonella. ¡Está cerrada! -afirmó mi papá.

-Es todo muy extraño -replicó mi mamá.

-Sea lo que sea, estaré muy atento a cualquier cosa que te pase hija -aseguró mi papá, y trajo una colchoneta y se quedó a dormir conmigo.

Desde esa noche, Unexma no volvió a aparecer.
Por fin la tranquilidad había llegado a mi vida, o al menos eso era lo que yo creía...

Autora: Lorena Castro Castro.
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