Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

29: Dor






–En serio, odio estas cosas. No entiendo cómo te pueden gustar –rezongó Eren, acariciando la cintura de Mikasa bajo su camisa. La pelinegra soltó una suave risita y elevó su rostro para plantarle un rápido beso al chico en el mentón.

–Es arte, no lo entiendes.

–No, no lo entiendo –admitió Eren frunciendo el ceño, mientras las luces titilantes de la enorme pantalla en la sala de cine de la mansión Ackerman proyectaban aquella horrible película que Mikasa había escogido–. ¿La has visto... como, diez veces?

–Catorce, y es muy buena. Ahora cállate, aquí viene la mejor parte.

Eren suspiró con pesadez mientras rodaba los ojos y, en lugar de concentrarse en aquella horrible película de terror, se dedicó a acariciar el rostro de la pelinegra con sus labios. Sin embargo, y a pesar de sus propias protestas, Eren terminó prestando máxima atención a la historia que veían juntos. Estaba tan sumido en aquella película que, justo en medio de la escena más espeluznante, la puerta se abrió de golpe, haciendo que Eren diera un fuerte brinquito y abrazara con fuerza a Mikasa, quien lanzó una carcajada, esperando ver a Nicolo traer su comida.

–¡Mikasa! –gritó Sasha, y la voz de su mejor amiga asustó más a la pelinegra que la masacre que veía en la pantalla.

–Mierda –gruñó Eren y, aprovechando la penumbra en la cual se encontraba la sala, se lanzó imperceptiblemente hasta la parte trasera del sofá para quedarse agazapado allí y que la castaña no lo viera.

Para su mala suerte, Sasha venía acompañada.

–Hemos pensado que podrías necesitar un poco de compañía –señaló Armin, y Eren lanzó un montón de improperios en voz baja.

Mikasa intentó sonreír de manera casual.

–¡Chicos! Qué sorpresa tan agradable... ¿Qué hacen aquí? –preguntó intentando ocultar su nerviosismo mientras apagaba la pantalla, dejando la sala convenientemente sumergida en la penumbra.

Sasha y Armin intercambiaron miradas inquietas antes de observar a Mikasa.

–Estamos preocupados por ti –señaló Armin acercándose antes de ocupar el lugar donde Eren había estado antes. El castaño sentía su corazón latir violentamente contra su caja torácica y se deslizó hasta un costado del sillón, quedando junto a Mikasa, quien estiró su mano para rozar suavemente el cabello de Eren–. ¿Sigues molesta por lo sucedido en la fiesta de Halloween?

– ¿A qué se refieren? –preguntó Mikasa sin entender.

–A Porco –aclaró Sasha.

Se escuchó un fuerte gruñido, y Mikasa cerró los ojos con fuerza, dándole una suave palmada en la cabeza a Eren. Siempre que se pronunciaba el nombre de aquel rubio, Eren terminaba estallando con furia, pero aquel momento no era el más indicado para que lo hiciera.

– ¿Qué fue eso? –preguntó Sasha, y Mikasa intentó imitar ese sonido.

–Lo siento... estoy algo enferma.

–Bueno, no importa... ¿es por eso que nos has evitado? –quiso saber la castaña frunciendo el ceño–. Ya entendimos que no teníamos que imponerte a nadie y que tienes que vivir tu propio duelo para superar a Eren, pero no sigas enojada.

–Mika, nos has estado evitando casi tres semanas... te extrañamos –refunfuñó Armin.

Sí, lo había hecho, pero no porque estuviera molesta. Después de aquella noche en Halloween, tanto Mikasa como Eren habían llegado a un acuerdo común. Ninguno de los dos estaba listo para ver al otro salir con alguien que no fueran ellos mismos. Aunque Eren sostenía firmemente que no quería una relación con Mikasa, también le había señalado que terminaría enloqueciendo si la veía junto a otro chico. Mikasa tenía que admitir para sí misma que sin el término "novios" de por medio, su relación iba mucho mejor. Confiaban más el uno en el otro; Mikasa lo había conocido más a él y él a ella. No sentían la necesidad de fingir perfección entre ellos ni impresionarse mutuamente, lo que les permitía abrirse más. En definitiva, a la chica tampoco le interesaba mucho ser la novia de Eren, pero había estado de acuerdo con el chico: verlo cerca de Mina le había dolido de verdad. Juntos decidieron que podrían continuar su especial amistad, pero también juraron no decirle nada a sus amigos; probablemente los criticarían por la decisión que habían tomado, y lo que más querían era evitar esos sermones.

En las últimas tres semanas, Eren y Mikasa habían pasado todo su tiempo libre juntos. La pelinegra estaba a punto de terminar el año en la universidad, así que cuando no estaba estudiando para sus exámenes finales o cuidando a Zeke (porque Eren necesitaba apoyo mientras ultimaba los detalles de la discografía de Shingeki no Kyojin que pronto saldría), o ayudando a su hermano con la decoración de la habitación del bebé, estaba con el castaño. Siempre permanecían juntos en la casa del otro, compartiendo tiempo con Zeke, viendo películas, escuchando música o simplemente conversando. Por supuesto, compartir la cama también era parte del trato, y ambos disfrutaban demasiado de ello.

Sin embargo, en las últimas tres semanas, Mikasa y Eren habían evitado a sus amigos, lo que parecía estar generando preocupación.

—No tienen por qué preocuparse —señaló Mikasa—. Solo he tenido muchas cosas en mente —aseguró.

Sasha, sin embargo, no parecía muy convencida.

—Mikasa, estás encerrada sola, viendo esta estúpida película que ya te sabes de memoria. Si querías tener una tarde tranquila, podías habernos avisado —insistió Sasha.

—¡Exacto! —Apoyó Armin—. Estamos para ti, Mika. Si aún estás afectada por lo que pasó con Eren...

—¿De qué hablas? —Sonsacó Mikasa.

—Sobre la chica que lo estaba acompañando en la fiesta —aclaró el rubio—. Créeme, fue un fallido intento de Reiner y Connie para que él conociera a alguien más, pero él no parece interesado en ella.

—Y no te lo decimos para que mantengas la esperanza de volver con Eren —añadió rápidamente Sasha.

—Porque, para serte sincero... —habló Armin, y Mikasa frunció el ceño.

—¿Qué?

—Creo que está viendo a alguien... y podría ser alguien importante —admitió el rubio con pesar—. Todo el tiempo está feliz y cantando.

—Así que es mejor que renuncies a la idea de volver con Eren —aseveró Sasha—. Sé que duele, pero es hora de avanzar.

—Exacto —apoyó Armin—. Lo conozco... y creo que Eren ya encontró a alguien que lo hace feliz.

La pelinegra intentó mantener su rostro serio, pero las comisuras de sus labios se elevaron un poco. Afortunadamente, la sala de cine estaba tan oscura como para que sus amigos no lo notaran. Mikasa sintió cómo Eren le besaba la mano.

—¿En serio? ¿Y creen que está enamorado? —Sonsacó Mikasa.

—Mika —Armin se notó visiblemente incómodo—. No creo que sea buena idea...

—Necesito saber —casi suplicó y sintió cómo Eren le daba un golpe suave en la mano. Armin suspiró con cansancio.

—Sí, Eren parece estar enamorado... cuando canta es como si le dedicara todas las melodías a quien sea con quien se esté viendo —admitió Armin.

–No se trata de Pieck, ¿verdad? –preguntó Mikasa, intentando mantenerse seria, aunque una pequeña carcajada amenazaba con escaparse de sus labios. Especialmente cuando sintió cómo Eren le mordía la mano con fuerza. La chica tuvo que contenerse para no gritar adolorida.

– ¿Acaso no te lo dijo Nicolo? –preguntó Sasha.

Claro que lo había hecho. Sin embargo, Mikasa no quería perder la oportunidad de molestar a Eren.

– ¿Decirme qué?

–Pieck se va a casar.

– ¿¡Con Eren!? –preguntó Mikasa y volvió a sentir otro mordisco en su mano.

–No seas tonta –reprendió Armin–. Con Jean.

–Creo que no fue fácil para él, pero por fin la perdonó por esconderle la existencia de Gabi –explicó Sasha.

–Por favor, claro que la iba a perdonar. Jean siempre estuvo enamorado de ella. Y enterarse de la existencia de su bebé no hará más que intensificar ese sentimiento.

–Bueno, me alegro de que al menos alguien haya tenido un final feliz –musitó Mikasa.

–Sí, como sea. No estamos aquí para hablar de Pieck –señaló Armin.

–Ni de Eren –añadió Sasha–. Queremos asegurarnos de que tú estás bien.

–Mira, Historia quiere que la acompañemos al bosque.

– ¿En pleno invierno? Armin, nos vamos a congelar el trasero si lo hacemos.

–Vamos, Mika, el bosque se pone muy hermoso en invierno. Está todo cubierto de nieve –Armin parecía muy animado.

–Por favor, Mikasa, será muy lindo –insistió Sasha–. No puedes estar encerrada todo el tiempo.

–Bueno, tal vez... –Mikasa sintió otro mordisco. Evidentemente, Eren quería seguir estando con ella en ese momento. Por supuesto, esa tarde la tenía libre y habían prometido permanecer juntos todo el día–. Quizá en otro momento.

–Mikasa, por favor, vamos –suplicó Armin–. Annie también va a ir y quiere pasar tiempo con nosotros un rato antes de irse.

– ¿Annie se va? –preguntó Mikasa asombrada.

–Después de grabar el disco, tu padre va a hacer otro viaje –explicó Sasha.

–Sí, lo sé.

–Y quiere que Shingeki no Kyojin vuelva a hacer el telonero del espectáculo –expuso Armin. Mikasa apretó los dientes con fuerza.

– ¿En serio? ¿Y Eren ya lo sabe? –preguntó con molestia y sintió cómo el chico le acariciaba la mano, claramente disculpándose por no habérselo dicho antes. Mikasa agitó su mano bruscamente sin que sus amigos lo notaran, y sonrió complacida cuando sintió que había golpeado a Eren, probablemente en el rostro.

– ¡Ya deja de pensar en Eren! ¿¡Qué importa!? –reprendió Sasha.

– ¿Cuánto durará la gira? –insistió Mikasa.

– La finalizarán en año nuevo. En Marley –respondió Armin.

– ¿Eso significa que van a estar fuera en Navidad y año nuevo? –preguntó decepcionada.

– Eso no importa –Sasha zanjó el tema.

– Quiero pasar tiempo con Annie... y quiero que tú estés allí con nosotros –instó Armin.

Estaba bien, tenía razón. Sería lindo pasar tiempo con sus amigos antes de que la rubia se fuera, pero para ella era aún más importante pasar tiempo con Eren, por lo cual negó.

– Chicos, en serio no me siento de ánimos.

– Por favor, Mikasa –insistió Sasha, pero la pelinegra negó con fervor.

– Quiero estar sola. Por favor –casi suplicó la pelinegra. Armin suspiró con pesadez y asintió antes de inclinarse para besarle la frente a su mejor amiga.

– Está bien, pero mañana serás solo de nosotros, ¿okay? Estaremos, Annie, Sasha, tú y yo. Veremos películas, y no de terror, porque son horribles. Y pasaremos tiempo juntos, por favor –demandó el rubio.

Mikasa asintió desanimadamente y observó cómo sus amigos salían a regañadientes de la sala de cine. Una vez que sus pasos se desvanecieron por el pasillo, Mikasa miró a Eren junto al sofá. El chico estaba agazapado y aún en la oscuridad, la pelinegra notó sus ojos verdes brillando con arrepentimiento.

– ¡¿Cuándo planeabas decirme que te ibas, idiota!? –preguntó completamente furiosa.

Eren volvió a tomar asiento junto a la pelinegra, con la mirada baja y mordiéndose el labio inferior.

—Mikasa, lo siento. Quería decírtelo, pero las cosas se complicaron, y...

Mikasa lo interrumpió levantando la mano en señal de alto.

—¿Complicado? ¿Crees que eso es suficiente explicación? —dijo con sarcasmo cruzándose de brazos—. No es solo que te vayas, Eren, es que nuevamente me estoy enterando de cosas tuyas por terceros. ¿Es tan difícil contarme las cosas?

Eren se pasó la mano por el cabello, visiblemente incómodo.

—Mikasa, lo siento de verdad. No quería que te enfadaras, pero...

—¿Pero?

—Pero he estado pensando en rechazar la oferta de tu padre.

Mikasa se dejó caer en el sofá, observando al castaño completamente sorprendida.

—¿Qué? ¿Por qué demonios harías algo como eso? Eren... ¿estás demente?

—No, no estoy demente —señaló lleno de frustración—. Estoy enamorado. Y esas cinco semanas lejos de ti fueron insoportables. Sé que esta es una oportunidad única para la banda, pero quiero estar a tu lado. Quiero poder empezar un nuevo año contigo. No quiero pasar la Navidad sin ti, ¿entiendes? Además, la última vez que me fui, todo salió tan mal.

—No volverá a salir mal si no me estás ocultando nuevos secretos —obvió Mikasa.

—Te juro que no.

—Somos amigos —añadió Mikasa—. Prometimos que seríamos solo amigos, ¿no? Dijiste aquella vez en mi habitación que te sentías aliviado por no ser mi novio, ya que podrías irte de viaje sin que te importara si hablábamos.

Cierto, él había dicho eso, pero lo había dicho por un momento en el que realmente estaba bromeando. Las cenas familiares, soportar a Levi y los viajes pensando en ella, todo eso le fascinaba porque le hacía sentir que Mikasa era completamente suya y que nadie más podría hacer algo así por ella.

—Sí... dije eso —admitió a regañadientes.

—Entonces vas a ir, porque no pienso ser un obstáculo para tu carrera, Eren.

—Pero te voy a extrañar —rezongó el ojiverde, y Mikasa se sentó sobre las piernas de él.

—Y yo también, pero vas a ir a ser una estrella y vas a trabajar en lo que te has estado esforzando los últimos meses. ¿Entendido?

—No quiero ir —se quejó Eren.

—Y no quieres arruinar no solo tu sueño, sino el sueño de tus amigos por una simple amiga, ¿verdad?

—Mikasa, tú y yo sabemos que no somos simples amigos —espetó Eren.

—Prometimos que lo seríamos.

—¡Y fue una estupidez! —gritó el chico.

—¿Y entonces? ¿Quieres ser mi novio?

—¡No! ¡No quiero ser tu novio, Mikasa!

La chica se sintió completamente irritada.

—¿¡Entonces qué demonios quieres!? No quieres que seamos novios, todo el tiempo estamos juntos, dormimos juntos y no podemos salir con otras personas. No quieres ir a una gira porque no quieres alejarte de mí, dices que me amas y yo te amo, ¿pero no podemos tener una relación? —preguntó Mikasa llena de exasperación.

—¿Tú quieres que seamos novios? —sonsacó Eren.

—¡No! ¡Claro que no! Éramos una pareja terrible.

Eren suspiró con cansancio y apartó la mirada, sintiendo una mezcla de frustración y confusión. Mikasa estaba en lo correcto; ambos estaban enredados en una madeja de emociones y promesas rotas que parecían no tener solución. Quizás sus amigos habían tenido razón en el momento que les dijeron que ser amigos era una completa estupidez. Era un imposible para dos personas que se amaban con la magnitud que Eren y Mikasa lo hacían.

– ¿Entonces qué sugieres que hagamos? –preguntó Eren con un dejo de resignación.

Mikasa bajó la mirada un momento, recorriendo con sus dedos las manos de Eren.

–Creo que necesitamos espacio... los chicos tenían razón, y esta gira es una oportunidad para ambos. Tú puedes enfocarte en tu música y tus sueños, y yo podré empezar a desenredar mis sentimientos por ti –aseguró Mikasa, mientras Eren fruncía el ceño mirándola intensamente.

– ¿Desenredar tus sentimientos? ¿Qué significa exactamente eso?

–Significa que, aunque nos amemos, necesitamos alejarnos. Si seguimos actuando como dos idiotas, todo empeorará. Creo que ya comprobamos que somos terriblemente desastrosos estando juntos y que lo mejor es que cada quien tome su camino.

Eren asintió lentamente, comprendiendo las palabras de Mikasa. Aunque la idea de separarse de ella le dolía, tal vez tenía razón.

–Pero Mikasa, ¿y si durante la gira me doy cuenta de que te extraño demasiado?

Mikasa sonrió con tristeza y acarició la mejilla del chico.

–A veces, para que dos personas se encuentren, primero tienen que perderse, ¿no?

Eren la abrazó con fuerza, sabiendo que lo que decía tenía sentido. Sus amigos habían tenido razón desde un inicio. Intentar revivir algo que se había echado a perder hacía mucho tiempo simplemente los iba a lastimar, los estaba lastimando demasiado. Con un último beso en la frente, Mikasa se levantó de su regazo.

–Vas a hacerlo genial en la gira, Eren, es un nuevo inicio.

Eren se puso en pie y abrazó fuertemente a Mikasa.

–Prometimos ser amigos, ¿verdad? –preguntó Eren con desánimo.

–Sí, lo prometimos.

–Entonces, supongo que esta es nuestra oportunidad de cumplir esa promesa –el chico suspiró tomando del mentón a Mikasa para elevar su rostro, sonrió débilmente y plantó un suave beso en la frente de la chica–. Te amo, Mikasa; siempre te amaré.

–Y yo también te amo a ti, Eren, pero creo que es hora de avanzar.

Seabrazaron con fuerza, sabiendo que aquella despedida era necesaria para poderavanzar y dejar de lado todo el dolor que los estaba consumiendo. Eren seseparó de la chica y, con un último vistazo lleno de tristeza, salió de lasala, teniendo la certeza de que quizá era la última vez que podría estarrealmente cerca de ella.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro