Serás mío
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-P-para... p-por favor... Minho...-Sin embargo no pudo terminar la oración porque el más alto abandonó su cuello, el cual por cierto dejó lleno de chupones rojos para proseguir a besar casi a la fuerza la boca de un impresionado pelirrojo, el beso inmediatamente fue rechazado por el menor, sin embargo el azabache era tan demandante, tan dominante, tan apasionado que Tae no tuvo más opción que dejarse besar, sin resistirse más, la lengua de Minho ingresó a la cavidad oral del menor a la fuerza y comenzó a degustar el delicioso y adictivo sabor de la dulce boquita del otro, haciendo que su húmeda lengua rozara la del menor, mientras que lo besaba, colocó una de sus piernas entre las del pelirrojo, haciendo fricción con la pelvis del de ojos cafés, haciéndola despertar por el erótico roce.
-¡Hmm!-Gimió Taemin ante tal estímulo en medio del beso, el otro sonrió victorioso y siguió besándolo con gula, mientras seguía haciendo fricción contra el miembro del otro, un hilo de saliva escapó por la comisura de sus bocas que se encontraban unidos, de un momento a otro, Taemin, en medio de su excitación, comenzó a responder involuntariamente al beso, casi con necesidad, no era consiente que lo estaba haciendo, más bien sus instintos lo estaban guiando a hacer tal cosa. Simplemente eran instintos, ¿O quizás no?...
En ese momento no le importaba, dejó de pensar y rodeó el cuello del más alto con sus delgados brazos y comenzó a corresponder al beso con mayor intensidad, era una verdadera guerra de lenguas, hasta que, lamentablemente, ocurrió un "click" en la cabeza del pelirrojo, lo que provocó que abriera sus ojos en medio del beso y comenzara a empujar a Minho con el fin de apartarlo. Sin embargo el azabache no se rindió tan fácilmente y con ayuda de su mano deslizó la toalla blanca que cubría las partes nobles del menor y acercó su mano a la entrepierna del pelirrojo para masajear el miembro de Taemin, quien al darse cuenta de las inteciones del madanmás inmediatamente detuvo la mano del otro con las suyas, ante tal acción el mayor se despegó del beso y lo fulminó con la mirada, Taemin por su lado estaba ruborizado, asustado, con la respiración entrecortada y con los labios rojos e hinchados por tan fogoso beso. Jamás nadie le había besado con tanta intensidad.
-¿Aun no entiendes tu posición aquí, Lee Taemin?-Le preguntó con la misma fría voz de siempre, el menor no podía entender cómo incluso en aquella situación tan candente el mandamás podía mantenerse tan neutral y apacible. Simplemente no podía entenderlo.-Si yo quiero puedo follarte aquí mismo, cómo quiera y las veces que quiera.-Espetó con un tono de voz ácido. El menor aun trataba de recuperar el aire, pero a su vez se sentía tan ofendido por lo que aquel hombre le decía, no obstante, muy a su pesar sabía que aquel azabache tenía la razón.
-Y-yo... no... yo no...-Tartamudeaba aun sonrojado y respirando entrecortadamente. El mayor lo perforó con su negra mirada nuevamente, no aceptaría más dudas.
-¿Tú no qué?-Le cuestionó intimidante mientras llevaba una de sus fuertes manos al delgado y frágil cuello del menor y comenzaba a hacer presión sobre el, tratando de intimidarlo, ya no aguantaría más tiempo las dudas del chico, mientras que hacía presión sobre su cuello se dedicaba además a morder la clavícula del otro y se deleitaba al oír el gemido de dolor que salía de la garganta ajena.
-P-por favor... n-no quiero...-Rogó mientras empezaba a teblar del terror, Minho sonrió para sus adentros mientras aspiraba la dulce esencia floral que despedía la tersa piel del más joven, "por fin comienzas a sentir miedo, así te quería ver, temblando del pánico, pequeño bastardo" fue el pensamiento mordaz que pasó por la mente del cruel mandamás.
-Serás mío quieras o no, nadie aparte de mí podrá poseerte a no ser que me aburras y me deshaga de ti.-Le advirtió atravesándolo con ese par de ojos negros que te ponían la piel de gallina.
Taemin apretó sus puños muy enfadado, mordiéndose la piel interior de sus mejillas, conteniendo las ganas de golpear a ese cretino, estaba refiriéndose a él como si se tratara de un objeto, un objeto del cual podría deshacerse cuando él se "aburriera". ¿¡Quién coño se creía?! ¡¡Cómo lo odiaba!! ¡Realmente lo detestaba!
-Veo que aún te quedan agallas, cosa que me parece extraña viniendo de un niño escúalido y sin fuerza como tú.-Se burló del menor que ya estaba temblando nuevamente pero no del miedo, sino de la rabia que sentía hacia el azabache.-Pero anda, inténtalo, golpéame a ver si me duele.-Siguió mofándose y el pelirrojo estaba enserio a punto de golpearlo cuando escucharon cómo las puertas del baño se abrían de par en par, Taemin avergonzado levantó la toalla que se encontraba tirada a sus pies y se tapó sus partes nobles con agilidad, Minho sin embargo sólo rodó los ojos con fastidio. Tres guardias entraron al baño y les apuntaron con armas de fuego.
-¡Reos Choi y Lee, ambos irán al hoyo por tratar de hacerse los vivos, estúpidos!-Les gritó uno de los guardias, el pelirrojo simplemente asintió con la cabeza apretando fuertemente sus dientes, maldición, ese azabache sólo le causaba problemas, mientras que por su lado el mandamás los fulminó con la mirada y les enseñó el dedo corazón.
-¡Que les jodan, imbéciles!-Les gritó y uno de ellos gruñó, quiso pegarle pero otro guardia le tocó el hombro y negó varias veces con la cabeza, como advirtiéndole que no lo hiciera o le iría mal.
Minho y Taemin fueron llevados por la escolta policial al sector de castigo para los presos, allí cada uno fue separado para irse al afamado "hoyo", ambos recibieron como correctivo permanecer en el hoyo por 5 días.
El "hoyo" era una celda muchísimo peor que las corrientes, el espacio era minúsculo, las paredes prácticamente se caían a pedazos, el suelo estaba cubierto por tierra húmeda, no tenía cama, solo un colchón desgastado, sin almohada y sin sábanas tirado en el piso, con un olor asqueroso y manchas desagradables para la vista. En un costado de la habitación había un retrete para hacer tus necesidades y nada más. Ni un mísero lava manos, nada. Y para colmo el retrete estaba muy sucio. Taemin tuvo arcadas al estar allí adentro, se sentó en el suelo sucio y húmedo, prefería eso a sentarse en aquel horrendo colchón. Tuvo que aguantar estar encerrado allí durante cinco días, con el alimento mínimo e indispensable que le proporcionaban los guardias cada día, momento que aprovechaban de hecho para insultarlo y llamarlo "puta". Y todo por culpa del estúpido mandamás de aquella maldita prisión. Cada día deseaba más volver a su hogar, con su amada familia, cuánto los extrañaba a todos. Sólo esperaba que estuvieran bien...
...
-Vamos perro, ¿cuánto tiempo más seguirás enojado?-Le preguntó Key por décima vez acostado en la cama de abajo de la celda que compartían.
-No estoy enojado, más bien tú estás imaginándote cosas como siempre.-Le contestó con un tono de voz apático desde la cama de arriba. El rubio suspiró hastiado.
-¿Por qué te saca tanto de quicio Taemin? Él es un buen chico, y además es súper tierno, seguro que si se conocen se llevarían bie.-Le dijo risueño, el perro gruñó y saltó de la cama para encarar a la Diva.
-Sí claro cómo no ¡Dentro de esta puta prisión nadie es bueno Key! ¡¿Cúando lo entenderás?! Él sólo quiere protección, como todos aquí dentro, por eso se comporta de esa forma. Comprende que sólo podemos confiar en nosotros mismos y en Minho, Onew y ese tal Lee Taemin sobran aquí. -Hizo una pausa y miró detenidamente los ojos del rubio y luego miró hacia otra parte, ocultando sus ojos con el espeso fleco castaño que caía por su frente.-Una vez confiamos en alguien más y mira cómo nos fue.-Comentó con voz apagada, Key abrió sus ojos sorprendido y dolido al recordar aquella traición.
-Lo sé Jonghyun, sé que la mayoría de las personas son unas hijas de puta, sé que habrá veces que sufra ante una traición.-Comenzó diciendo y el castaño lo miró atentamente.-Pero también sé que no puedo simplemente cerrarme ante el mundo y vivir amargado, con miedo a todo aquel que se me acerca, escondiéndome en una coraza de insultos, golpes y frialdad. Tal cual como lo hacen tú y Minho.-El perro al oír todo aquello cerró sus puños con mucha fuerza, cómo odiaba que le dijeran la verdad y mucho que se le dijera Key, quien era la única persona que en verdad le importaba además de su mejor amigo Minho.
-No te metas en donde nadie te llama Key.-Le advirtió con la mandíbula tensa, sin embargo la Diva ni se inmutó y continuó hablando.
-Yo también he sufrido mucho Jonghyun y sin embargo no recurro a los golpes, los insultos ni a la frialdad para "protegerme". Al contrario, mi mayor fortaleza es mi sonrisa, nadie me la quitará haga lo que haga. Y mientras más traten de hundirme y de verme vencido más aumentan mi gran ego que tras años me ha hecho fuerte. Yo no soy estúpido perro, a través del tiempo he aprendido en quién confiar y en quién no. Y créeme, sé que Taemin es de fiar.-Dijo mientras miraba hacia un punto inexistente de aquella celda, el más bajo bufó cansado.
-Haz lo que quieras, pero cuando te lastimen de nuevo no vengas a mi llorando porque te daré una patada en el culo, estúpida Diva.-El rubio sonrió ante la actitud del otro, ése era el perro que le gustaba, el roñoso, testarudo y enojón que tanto quería. Ése era su Jonghyun.
-Mejor dame otra cosa por el culo perrito, dale que me porté mal, te saqué tus verdades y de paso las de Minho en la cara, castígame.-Le dijo divertido con voz increíblemente melosa mientras se acercaba a un sonrojado castaño que obviamente le huía al más alto.
-Estás bien loco Key, ya te dije que soy heterosexual.-Le rebatió de inmediato bastante nervioso. El rubio rodó los ojos cansado.
-Sí, sí, que eres heterosexual y que sólo usas tu mano para satisfacerte. Pero entonces no hay problema, si quieres puedes usar mi mano para meneártela.-Todos los colores se concentraron en el rostro del castaño, al observar como, luego de proponerle aquello el rubio llevaba su mano a la altura de sus labios y pasaba su lengua lentamente por la palma de ésta, devorando al perro con su seductora mirada, enseguida el más bajo miró hacia otra parte y subió a la cama cucheta rápidamente. La Diva hizo un tierno puchero.
-Serás malvado perro.-Le regañó suspirando resginado, el otro le gruñó.
-Y tú serás guarro Key.-Le dijo al final dándose la vuelta y quedando su rostro en dirección a la pared. El otro simplemente frunció el ceño confundido por el actuar de su amigo y luego le restó importancia.
-En fin, yo sí tengo ganas de fornicar así que me voy pero vuelvo al tiro perro.-Le informó mientras se despedía con la mano para luego desaparecer más allá de los barrotes de aquella celda.
Jonghyun por su lado se quedó acostado en su cama apretando con fuerza su almohada mientras se mordía el labio inferior hasta hacerlo sangrar. Cómo odiaba que la Diva se revolcara con cuanto reo le viniera en gana, pero a la ve sabía que no se lo podía impedir, era su vida y más importante aun su culo y podía hacer con el lo que quisiera.
En el fondo el castaño sabía que él no heterosexual, más bien se podría decir que era bisexual, sin embargo también sabía que si se lo decía a Key él le insistiría aun más para "jugar" y eso era algo que Jonghyun no podría tolerar, debido a que él, por más que lo negara a diario, albergaba sentimientos en su corazón para el rubio, por lo que si aceptaba "jugar" o como quieran ustedes llamarlo: coger, fornicar, follar, tirar, tener sexo o relaciones con Key, entonces se enamoraría de verdad y no soportaría tener que compartirlo sexualmente hablando con otros hombres. Eso nunca.
Pero también estaba al tanto de que el rubio no soportaba los celos enfermizos y él sería un celópata si mantuviera una "relación" con la Diva, de eso estaba seguro en un 100%. Por lo que llegó a la conclusión de que lo mejor era callar sus sentimientos y seguir siendo simplemente un amigo para Key. Lo único que quería era ver feliz a su rubio, estuviera o no con él. Jonghyun podría ser muchas cosas: malhablado, roñoso, orgulloso, vanidoso, testarudo, agresivo y frío. Pero no era egoísta, o al menos no si se trataba de la Diva.
No le podría pedir jamás que cambiara, puesto que a Jognhyun, a través de los años, quien realmente le había cautivado era ese Key, el Key liberal, alegre, atrevido y fuerte. Ese chico que jamás se rendía y que si se caía se levantaba de nuevo. Ése era el hombre que le había conquistado y por quien cada día su corazón latía con fuerza. Cuántos cosas habrá hecho el perro en todo ese tiempo para deshacerse de esos sentimientos tan estúpidos y sin embargo no había podido, ya se había resignado, pero simplemente no quería enamorarse del todo del rubio porque sabía que sufriría y la verdad ya sufrió demasiado, ambos ya sufrieron demasiado.
-Mierda Minho, ¿cuándo diablos saldrás del hoyo? Y todo por culpa de ese pelirrojo insoportable y falso.-Dijo mientras miraba al techo con el ceño fruncido.-No importa lo que la Diva diga, para mí ese pendejo no es de fiar.-Comentó al aire mientras cerraba lentamnte sus ojos marrones, entregándose al sueño. Bueno, por lo menos ese era el quinto día desde que habían encerrado a Minho y a Taemin en el famoso "hoyo" así que se suponía que ya deberían salir en el transcurso del mismo.
...
-¡Hey puta! El tiempo ha terminado, puedes salir ahora mismo.-Dijo un guardia mientras abría la puerta y Taemin cerraba sus ojos debido a que quedó cegado por la luz que lo envolvió al abrirse aquella puerta de hierro, ya que toda esa maldita celda estaba a oscuras. El chico se levantó del suelo mugriento y temblando, sus delgadas piernas parecían gelatina, se acercó a pasos lentos hacia la puerta y observó como ese estúpido guardia se reía de su torpeza, estaba débil, hambriento ya que a penas le alimentaron y se sentía asquerosamente suicio, sí, durante esos 5 días le prohibieron bañarse. Sólo quería bañarse, comer y acostarse en la cama de su celda para descansar al fin. De la nada sintió algo atravesarse en su caminar, tropezó y cayó de cara al duro suelo, quejándose ante el impacto.
-Jajaja así es como debe estar la basura como tú, en el piso.-Se mofó de él uno de los guaridas que le rodeaban, el apretó los dientes impotente. Ese hijo de mil puta le había puesto el pie para que se cayera, lo había hecho a propósito.
-Dicen los reos que él es el nuevo juguete de Minho, no está mal ¿verdad chicos? yo con ese culo sí le doy.-Taemin los miró con odio en sus orbes cafés, cómo odiaba ese lugar y a la escoria que albergaba dentro.
-¿Qué pasa, putita? Mientras más feo me miras, más cachondo me pones.-Dijo el guardia mientras llevaba una de sus manos a su entrepinera y se la sobaba. Al pelirrojo le dio asco aquel acto.
-¿Y si nos lo turnamos chicos? Primero que ma chupe a mí.-Dijo otro de los guardias.
-En tus sueños imbécil, ponme tu polla en la boca y lo primero que haré será arrancártela con los dientes.-Espetó con rabia Taemin, los hombres lo miraron asombrados.
-¿Qué dices? Si utilizas tus dientes al chupárnosla entonces te los arrancaremos.-Le amenazó otro.
-Háganlo, pero antes de que lo hagan por lo menos a uno de ustedes le dajaré castrado.-Uno de los guardias levantó su puño para estampárselo al menor en el rostro, el pelirrojo automáticamente cerró sus ojos, estaba demasiado cansado y debilitado, no soportaría encima una paliza, pero ni modos. Sin embargo, el golpe jamás llegó, al abrir los ojos se sorprendió al ver que Minho estaba sosteniendo el puño del guardia con una de sus manos, el guardia estaba tratando con todas sus fuerzas de liberarse del otro, pero no podía hacerlo y el azabache estaba tan tranquilo que ni siquiera parecía que estuviera haciendo fuerza.
-¡S-suéltame ahora mismo Minho!-Le advirtió el asustado hombre, el azabache le sonrió cínicamente y éste tembló.
-La única polla que Lee Taemin chupará será la mía ¿Entendido, insecto? Si llego a enterarme de que trataron de violar su boca o su culo, no solamente haré que no puedan aspirar su estúpida heroína durante varios meses, sino que además me desharé de sus queridas familias y haré que todo sea vea y quede como un "accidente".-Le advirtió con su característica frialdad, un escalofrío surcó la espinal dorsal de todos los allí presentes, incluso la del mismo Taemin al oír la crueldad de sus palabras, los guardias sabían que el traficante de droga por excelencia de la Underground Prison era sin duda alguna Minho y que además él poseía peligrosos contactos afuera por ser líder de la mafia, así que sabían que no había que joder con el azabache por lo que lo que se miraron entre sí y asintieron todos a la vez con la cabeza para luego darse la vuelta y retirarse de allí.
Luego de algunos segundos, cuando ya estaban solos, Minho le habló al otro.
-Ni creas que te salvaste sólo porque esos estúpidos nos interrumpieron en el baño hace cinco días, tú y yo tenemos un tema pendiente aún.-Le recordó imponente y el otro simplemente apretó sus dientes hasta hacerlos rechinar, para luego juntar las pocas fuerzas que le quedaban y levantarse de sopetón para después gritarle.
-¡¿Es que acaso no puedes dejarme tranquilo?! ¡Desde que te conocí todo va de mal en peor! ¡Por tú culpa tuve que soportar estar encerrado en esa maldita celda de tortura!-Explotó gritándole aguantando las ganas de llorar, el otro simplemente se le quedó mirándole sin expresión alguna en su rostro, hasta que de la nada comenzó a carcajearse, el menor arrugó su frente confundido "Realmente este tipo está loco" Fue lo primero que pensó. Luego paró y miró fijamente al más bajo.
-¿Celda de tortura? ¿Realmente crees que el hoyo merezca ser catalogado de esa forma?-Le preguntó con cinismo e ironía en su voz, Taemin simplemente calló y entonces el otro continuó hablando.-Si realmente crees que eso.-Dijo apuntando a la puerta de la celda donde el pelirrojo había permanecido encerrando 5 días.-Fue una tortura, entonces realmente no tienes idea de lo que es sufrir de verdad, Lee Taemin.-Le espetó con frialdad y entonces recién el menor notó el estado del mandamás de aquella prisión, tenía un poco de barba que seguramente después se la afeitaría, pero sacando ese hecho se veía igual que siempre, seguía teniendo ese porte intimidante e imponente que lo caracterizaba, no temblaba para nada como él lo hacía, se veía igual de fuerte física y mentalmente hablando, como si la frialdad, la oscuridad, el hedor y la horrenda esencia que despedía el hoyo no lo haya afectado en lo más mínimo. ¿Acaso ese hombre era de hierro, nada lograba doblegarlo? Parecía que no.
-Yo no...-El pelirrojo simplemente agachó la cabeza y miró hacia el suelo, era verdad, él nunca había sido torturado ni había sufrido en su vida, lo único trágico en ella fue la pérdida de su padre, pero más allá de eso nada más. Se podría decir que tuvo una vida tranqula y feliz hasta que conoció al desgraciado de Young, sujeto por el cual de hecho estaba encerrado en aquella cárcel. Ambos permanecieron en silencio durante algunos segundos hasta que Minho rompió el silencio.
-Luego hablaremos de esto, jamás te dejaré en paz Taemin, no hasta que seas mío, lo quieras o no.-Le dijo mientras de repente lo agarraba por el cuello de su playera blanca y lo tiraba hacia él, besándolo demandante en el acto, el menor no tenia más fuerzas, así que simplemente se dejó hacer. Permitió que el otro lo besara y que lo apretara contra su fornido y varonil cuerpo, de la nada todo se oscureció para el pelirrojo y cayó en un sueño profundo. Minho lo notó así que lo sostuvo en brazos para que no cayera al suelo.
-¿Te desmayaste? Sí que eres débil estúpido, pero de que estás bueno estás bueno.-Le reveló con morbo a un inconsciente Taemin para posteriormente alzarlo y llevarlo hasta su celda.
Al entrar a la misma se encontró con tres sujetos, a uno de ellos, el más menudo y pequeño, lo reconoció como el compañero de celda del pelirrojo, con el cual se había visto en el gimnasio en una osación, a otro más muculoso y alto lo reconoció como el engendro que había tratando de violar a Taemin en el baño hace algunos días atrás y al otro directamente no lo reconoció, todos estaban sorprendidos al verlo entrar a él cargando a un inconsciente pelirrojo.
-¡Taemin!-El primero en reaccionar y levantarse fue Bae, quien de inmediato se acercó a Minho y quiso cargar a su amigo sin embargo el más alto le gruñó y entonces el castaño lo miró con miedo y rabia a la vez contenida.
-Apártate.-Le ordenó el azabache y a Bae no le quedó de otra más que obedecer y hacerse aun lado, por mucho que odiara a Minho sabía que no tenía oportunidad contra él y que no era prudente hacerlo enojar. Jung y Chin hicieron lo mismo que el castaño, se hicieron aun lado y dejaron pasar al mandamás, quien al estar frente a la cama de abajo, recostó al menor allí y luego se dio la vuelta y caminó hacia la salida de la celda, pero antes de irse les dijo a los tres compañeros de Taemin.
-Díganle a Lee Taemin que aún tenemos un asunto pendiente, que no lo olvide.-Fue lo último que dijo antes desaparecer de aquella celda.
-¡Ese maldito! ¡Seguro le hizo algo horrible a Taemin!-Gritó un enojado Bae mientras acariciaba la frente de su maltrecho amigo y maldecía internamente a aquel azabache.
-Quizás sí le hizo algo horrible, pero de igual forma no podemos hacer nada contra Minho y eso lo sabes bien Bae, así que cálmate.-Le dijo un prudente Chin, el castaño simplemente se mordió fuertemente su labio inferior hasta casi abrir la piel del mismo pero luego suspiró resginado.
-Lo sé Chin, sé que no podemos hacer nada contra ese malnacido y eso es lo que más me enoja, me siento impotente, inútil.-El otro sólo colocó una mano sobre el hombro del más pequeño, dándole a entender que todo estaría bien, que ya no se culpara más.
-Tenemos que llevarle a la enfermería.-Propuso Jung, los otros dos asintieron, pero de la nada Taemin comenzó a despertar, abriendo lentamente sus orbes cafés, todos lo observaron expetantes.
-¿D-dónde estoy?-Preguntó en un hilo de voz.
-Estás en tu celda Taeminnie.-Le contestó Bae mientras le acariciaba los cabellos rojos con delicadeza.
-Ya veo... pero yo no recuerdo... haber...-Se cuestionaba así mismo confuso, puesto que lo último que recordaba era el beso que tuvo con el mandamás.
-Te desmayaste y Minho te trajo hasta aquí.-Le infomó Chin, el pelirrojo abrió sus ojos sorprendido.
-¡¿Qué?!-No se lo podía creer, conociendo lo cruel que era el azabache pensaba que lo habría dejado tirado allí a la deriva.
-Eso mismo Taemin. Dime ¿Qué te hizo ese maldito, acaso te violó?-Le preguntó directamente el castaño, el pelirrojo negó con la cabeza.
-No Bae, no me violó.-Le contestó y luego miró fulminante a Jung, quien en todo ese tiempo había permanecido callado y con la mirada gacha, sintiéndose culpable por haber tratado de abusar del menor. El castaño no se dio cuenta de aquella mirada y simplemente sonrió alividiado al saber que su amigo no había sido abusado sexualmente por el mandamás. Aunque en el fondo lamentablemente sabía que no se podría evitar por más tiempo. Tarde o temprano el azabahce abusaría de su amigo.
-¿Te sentó muy mal estar en el oyo, Taemin?-Le preguntó Bae nuevamente, la mirada del pelirrojo se oscureció y asintió con la cabeza, fue realmente horrible.
-Sí, fue una experiencia que efectivamente no querría repetir. ¿Alguno de ustedes fue al oyo?-Les preguntó.
-Pues ni yo ni Jung hemos ido, el único que sí lo hizo fue Chin, por agarrarse a los golpes con otro reo hace como un año.-Le contó Bae bastante divertido al recordar aquel pleito.
-Sí, y como bien dijo Taemin es una experiencia que no quisiera repetir.-Dijo al final Chin y Tae le dio la razón.
-Muero por bañarme, comer y seguir durmiendo.-Les reveló el pelirrojo con una leve sonrisa en su bello rostro.-¿Me acompañan primero al baño?-Les cuestionó, tanto Chin como Bae aceptaron, el único que permaneció callado fue Jung.
-¿No piensas venir, Jung?-Le preguntó el castaño a su amigo, éste negó con la cabeza.
-No, mejor voy a mi celda a hacer otras cosas.-Dijo mientras se levantaba y salía de la celda.
-Jung está actuando extraño.-Comentó Chin y su amigo con derecho le dio la razón.
-Quizás se sienta culpable.-Comentó Taemin en un susurro, los otros dos le observaron interrogantes.
-¿Qué quieres decir con eso, Taeminnie?-Le cuestionó con el ceño fruncido el castaño.
-Nada Bae, vamos al baño que muero por sacarme la suciedad del cuerpo.-Le cortó la conversación mientras se encaminaba hacia su destino, los otros dos se miraron extrañados pero le restaron importancia al asunto, más tarde le preguntarían al mismo Jung qué diablos ourría allí.
Taemin se duchó y comió siempre acompañado de Bae y Chin. Luego se despidió del último y fue con su amigo hacia la celda que compartían ambos. Cuando de repente apareció un guardia y se dirigió al pelirrojo informándole lo siguiente.
-¿Reo nº 4765, Lee Taemin?-Preguntó primero y el nombrado asintió con la cabeza.-Ésta carta se la envía su familia.-Le dijo pasándole un sobre color blanco, el menor emocionado agarró el mismo con extrema felicidad ¡Su familia le había escrito! El guardia después de entregársela se retiró de la celda, Bae sonrió alegre al ver a su amigo tan dichoso.
-¡Qué bueno Taeminnie! ¡Abrelo, abrelo!-Chilló emocionado agitando sus manos, Taemin le miró con ternura, se sentía bien tener dentro de ese lugar tan hostil un compañero de celda como aquel castaño, le hacía sonreír a pesar de saber que estaba encerrado en una horrible prisión y que recién saldría dentro de dos décadas y media . Sin más asintió mientras abría el sobre con una gran sonrisa y sacaba la carta para comenzar a leerla en silencio.
Bae se sorprendió al ver como de un momento a otro la sonrisa de Taemin se esfumó y que su rostro se desfiguraba en una mueca de completo espanto y miedo. El castaño de inmediato colocó su mano sobre el hombro de su amigo, para tratar de calmarlo.
-¿T-Taemin? ¿Ocurrió algo malo?-Le preguntó despacito, el pelirrojo seguía con la misma expresión de horror y tristeza en su semblante.
-N-no... No puede ser...-Fue lo último que dijo antes de romper en llanto, Bae se asustó y sin pensarlo dos veces lo abrazó con fuerza, abrazo que fue correspondido por el menor, cual sea que fuera la noticia que recibió Taemin definitivamente no era buena.
...Continuará...
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