Sacrificios
¡Hola! Ay, es tarde pero realmente quería actualizar. En fin, acá les dejo este capítulo que está intenso. Por cierto, para quienes pregunta pronto actualizaré Sex Shop y si no la actualizaba es porque no tenía inspiración, sigo sin tenerlo pero escribo de a poquito en poquito. Gracias por su apoyo, hermosa ♥
TaeMin de UP está como está TaeMin actualmente. ♥
...
El cielo se había oscurecido por completo. Ya no quedaban rastros del sol y las estrellas brillaban con luz propia, iluminando los rostros de MinHo y TaeMin, quienes permanecieron en silencio mirando la blancura de la luna luego de que el platinado hubiese hecho esa última pregunta.
"¿A quién tengo que matar, TaeMin?"
—A los hijos de puta que asesinaron a mi amigo.— respondió finalmente después de varios minutos de meditar si decirle o no al gángster que lo hiciera. Sus principios le decían que estaba cometiendo un error pero sus ansias de venganza eran más fuertes que los valores que le habían inculcado desde niño sus padres.
MinHo frunció el ceño desconcertado,él estaba casi 100% seguro de que TaeMin le pediría que asesinara al asesino de su ex novia (el psicópata Young, quien inculpó al pelirrojo) e incluso llegó a pensar que quizás le pediría que investigara el caso de su padre y que encuentre a los verdaderos culpables de su "accidente automovilístico" pero por suerte no se trataba de eso último.
—¿Qué amigo tuyo fue asesinado?— le preguntó el mayor cuando finalmente pudo salir del trance en el que se encontraba.
—Verás, te contaré algo...— empezó a decir el pelirrojo mientras aspiraba una gran bocanada de aire.—¿Te acuerdas del día que nació mi hermano?
—Sí, nosotros fuimos a curar la frente de Key y a ti te dejamos con Karin.— el menor asintió con la cabeza.
—Ese mismo día me enteré de que uno de mis amigos de la prisión había sido asesinado.— MinHo frunció el ceño pero lo dejó continuar.—Quise saber si eso era o no verdad, así que le pedí a Karin que me llevara a la Underground...
—¡¿Ella accedió a llevarte hasta ahí?!— preguntó un escandalizado platinado. TaeMin rodó los ojos.
—La amenacé con que si no me llevaba, me tiraría en la autopista. Estábamos montados en su motocicleta y yo hice amago de tirarme varias veces, así que no le quedó de otra más que ceder ante mi petición.— mintió sin siquiera pestañear. Definitivamente después tendría que darle clases de cómo mentir apropiadamente a JongHyun.
—¿Tanto así deseabas ir a la prisión?— al parecer, el ex mandamás había creído su mentira. TaeMin sintió cómo las manos del mayor se abrazaban más a su pequeña cintura.
—Quería ver a mis amigos y saber si uno de ellos realmente había sido asesinado o no.— le dijo en un susurro casi inaudible, le dolía mucho hablar sobre ese tema pero más les iba a doler a los hijos de puta que asesinaron a Bae.—Pedí hablar con Onew; él estaba con claros signos de desnutrición y solamente tuve que ver sus ojos para saber que está sufriendo mucho ahí dentro.
—El que ellos sufran no es mi culpa ni mi responsabilidad, TaeMin.— como siempre, el bastardo desligándose de cualquier responsabilidad.
—Lo sé.— fue lo único que le respondió, cortante.
—Continúa, anda.
—Bien, entre tantas cosas Onew me dijo que efectivamente uno de mis amigos había sido asesinado por otros gángsters. Al que mataron se llamaba Bae... ¿lo recuerdas? Era el reo de contextura pequeña como yo, de cabello castaño y esponjoso que compartió celda conmigo desde el principio hasta que tú decidiste echar a Onew y ponerme a mi contigo en tu celda.
—Sí, lo recuerdo. Era el mocoso que siempre andaba pegado a ti hasta que Key llegó y robó su lugar.
El pelirrojo no pudo evitar sonreír nostálgico mientras asentía y derramaba una lágrima. Aún recordaba los celos que Bae le tenía a Key y las veces que él le tuvo que pedir perdón por pasar tanto tiempo con la diva. Quizás es cierto que los últimos tiempos descuidó al primer amigo que hizo en la prisión por pasar tanto tiempo con el trío de gángsters pero ¿qué podía hacer para remediarlo, de todos modos? Ahora ni siquiera podría compensar el tiempo perdido con Bae, pues él ya no estaba en este mundo. Lo único que podía hacer era pedirle perdón al alma de su amigo amante de las revistas y vengar su injusta muerte.
—Sí, exactamente ese era él.— empezó a decir TaeMin mientras veía el cielo nocturno. Se preguntó si quizás toda la gente que amaba y que había perdido... su padre, hermanos, primo y amigo estuvieran en algún lugar del firmamento. Tal vez en las estrellas y sí, definitivamente pensar eso hacía que doliera menos.—Luego de enterarme que él había muerto quedé con un vacío horrible en el pecho y al llegar a casa de HyunBin... al ver por primera vez a mi hermanito, supe cuál sería su nombre de inmediato ¿tú lo sabes?
—No... Karin solamente me dijo que era un varón y que había nacido sano.— se sinceró.
—Le puse BaeHyo. Lee BaeHyo.— MinHo notó el amor con el cual TaeMin se expresaba sobre aquel bebé, como si estuviese hablando de la cosita más bonita del mundo.
—Le pusiste Bae en honor a tu amigo.— afirmó el ex mandamás y el menor asintió con la cabeza.
—Y Hyo por mi padre.— le reveló y entonces el gángster tragó grueso.—Una vez en la cárcel te conté sobre mi padre ¿cierto? Te dije que fue policía y que había muerto en un accidente automovilístico hace años.
—Sí, lo recuerdo.— cada vez que hablaban sobre ese tema MinHo se sentía enfermo, descompuesto.
—Pero creo que jamás te dije cómo se llamaba ¿verdad? Pues su nombre era Lee Hyo.— genial, ahora todo cuadraba y el platinado ya no tenía ninguna otra duda. Él había asesinado al padre de TaeMin por meterse en sus asuntos y en Paradise hace años.—Simplemente fue cosa de combinar "Bae" por mi amigo y "Hyo" por mi padre para armar el nombre de mi hermano. Es perfecto ¿cierto?
—Sí claro, perfecto.— susurró MinHo, cuyo semblante estaba pálido mientras miraba las estrellas y se repetía mentalmente que todo estaría bien. Que TaeMin no tenía porqué enterarse jamás de nada.
—Entonces ya sabes lo que quiero a cambio de darte una nueva oportunidad ¿verdad?— le preguntó el pelirrojo mientras se levantaba del regazo del platinado. MinHo no pudo evitar hacer una mueca de disgusto, ya que a él realmente le gustaba estar abrazado al menor.
—Sí, debo mandar a matar a los reos que asesinaron a tu amigo Bae.— entonces MinHo frunció el ceño al oír una sonora carcajada por parte del menor, quien se hallaba parado frente a él con los brazos cruzados.
—No MinHo, no. Tú no me estás entendiendo.— le dijo mientras se inclinaba para estar a la altura del que se hallaba sentado en aquel cómodo sillón.—No te estoy pidiendo que mandes a nadie a la prisión, te estoy pidiendo que vayas tú mismo allá y los mates.— los negros ojos del gángster se abrieron de forma desmesurada.
—¿Ir yo? Pero... no puedo.— se sinceró.—Tengo prohibido volver allá, es decir sigo manejando al alcaide y al negocio desde afuera pero no puedo entrar ahí ¿entiendes?
—Claro que lo entiendo, entrar allí te traerá varios problemas ¿no?
—Exactamente. Problemas jodidos con el viejo.
—Justamente por eso debes ir.— sentenció mientras se alejaba del mayor y se acercaba al cristal del balcón.
—No entiendo, TaeMin ¿cuál es la diferencia con que vaya yo o vaya otro?
—La diferencia es que si mandas a otro, tú no arriesgas nada.— le respondió mientras se apoyaba sobre el cristal y cerraba los ojos, permitiendo así que la brisa nocturna despeine sus rojos cabellos.—¿En serio creíste que te la iba a dejar tan fácil, Choi MinHo?
—Oh, ya sabía yo que eras una fresa malvada.— se mofó el ex mandamás fingiendo compostura, aunque en verdad su mente estaba trabajando a mil por hora pensando en una alternativa para salir bien parado de todo eso.
—Por cierto, no sé cómo pero tendrás que hacer que uno de mis amigos te vea allí para yo poder corroborar que en serio fuiste tú y no mandaste a alguien más.— maldito, pensó en todo el desgraciado.—Y ni se te ocurra mandar a un sicario y decirle que amenace a alguno de mis amigos para que luego me diga que supuestamente te vio, porque yo sé cuando alguien miente MinHo. Por ejemplo, supe desde el principio que JongHyun estaba mintiendo cuando habló de tus "maravillas" inexistentes.— el ex mandamás rodó los ojos.—Oh sí y también tendrás que pagar la fianza de mis amigos para darles libertad. Las de Jung, SaeJin, Chin, Joon y Onew.
—¿Algo más, su majestad?— una risita se escapó de la garganta del pelirrojo.
—No, nada más.— sentenció mientras se daba la vuelta y se encaminaba hacia donde MinHo se encontraba sentado.—Si haces todo lo que te dije al pie de la letra, entonces...— el pelirrojo se inclinó y depositó un casto beso sobre los labios del mayor.
Al principio, fue un simple roce de labios pero MinHo no tardó mucho en profundizarlo, haciendo presión para poder introducir su lengua en la boca ajena. El pelirrojo gimió en medio del beso y lo correspondió, dando inicio así a una guerra entre ambas lenguas para ver quién tenía más control sobre el otro.
Cuando tuvieron que separar sus bocas por la falta de aire, TaeMin se irguió nuevamente frente al platinado que se hallaba sentado y le sonrió con una picardía habitual en él cuando tenían sexo. La mirada cargada de deseo que le dedicó el pelirrojo encendió una chispa en MinHo que se dirigió directamente a su entrepierna, despertándola.
—Bebé, deseo tanto follarte...— susurró con una voz ronca por el deseo mientras desnudaba a TaeMin con su mirada.—Estás más hermoso que nunca, con un cuerpo lampiño torneado por el ejercicio pero que aún no ha perdido ese toque delicado que me vuelve loco. Tú me vuelves loco, TaeMin.
El pelirrojo no pudo evitar sonrojarse, ese hombre realmente sería su perdición. Debía admitirlo, él era vanidoso, le encantaba que le dijeran que era guapo aunque fingía modestia para quedar bien con los demás. No obstante, más que nada amaba cuando MinHo le decía que ante su ojos era el ser más sexy y hermoso de todos, eso le subía el ego hasta las nubes y le producía una agradable sensación de calidez en el pecho.
—Me tendrás cuando hayas hecho lo que te pedí.— sentenció TaeMin, no se iba a doblegar aunque se muriera de ganas por arrancarse la ropa, montarse sobre MinHo y auto-penetrarse con la gran polla que se cargaba el platinado.—Sólo entonces podremos retomar lo nuestro y podrás follarme tanto como quieras, MinHo.— prosiguió mientras acariciaba con la palma de su mano la mejilla del platinado.—Tú también eres hermoso, más aún con ese color de cabello.
El ex mandamás se aferró casi con desesperación a la mano que el menor colocó sobre su mejilla y TaeMin podría haber jurado por su vida que si MinHo fuese un animalito, estaría meneando su cola de un lado a otro feliz porque había conseguido lo que tanto quería. Entonces el pelirrojo se estremeció pues en estos momentos se dio cuenta de cuánto poder realmente él tenía. TaeMin podía hacer feliz a MinHo pero también podía derrumbarlo si así lo quisiera. Entender eso lo hizo sentirse dichoso, porque MinHo realmente debía amarlo demasiado y confiar mucho en él para permitirle calar tan profundo en su corazón, a tal punto de dejarlo verlo así, tan vulnerable y necesitado de su perdón.
Entonces ambos escucharon unos golpecitos en la puerta de ese lujoso despacho. Y toda la dulce atmósfera que los rodeaba se desvaneció, TaeMin apartó su mano de la mejilla ajena y MinHo carraspeó, tratando de recobrar la compostura. Lo vio refunfuñar por lo bajo debido a la interrupción pero al ver su reloj de muñeca, MinHo enseguida supo la razón por la cual los interrumpieron y no le quedó de otra más que suspirar resignado.
—Disculpa la interrupción.— se disculpó con TaeMin mientras se levantaba del sillón y arreglaba su corbata. Sólo entonces el pelirrojo se percató de lo guapo y jodidamente caliente que MinHo se veía usando traje.
—No hay problema.
Ambos abandonaron el balcón y se encaminaron directamente hacia la puerta de roble tallada que tenía ese despacho, fue MinHo quien la abrió y entonces TaeMin vio detrás de ella a ese hombre grande con la cabeza rapada que había visto en el complejo cuando llegó con JongHyun, el único gángster que le sonrió en su corto recorrido por las instalaciones.
—Jefe, disculpe la molestia.— se disculpó el hombre que era más alto que MinHo. Fácilmente debía medir 2 metros pero aún así se dirigía con mucho respeto al platinado.
—¿Ya está en camino?— directo, como siempre. En esos momentos TaeMin no pudo evitar sonreír, pues el "cambio" de MinHo solamente era con él, no con el resto. Y eso de alguna tonta manera le hacía sentirse especial.
—Sí, jefe.— empezó a hablar mientras le pasaba su celular a MinHo quien simplemente lo miró, asintió y se lo devolvió.—El jet del socio chino, Zhao Fei, acaba de arribar Corea y ahora mismo se encuentra llegando aquí en automóvil. Calculamos que llegue al cuartel en treinta minutos y usted debe estar listo para poder acordar todo lo...
—Sí, sí mole.— lo cortó MinHo antes de que el rapado dijera algo inadecuado frente a TaeMin.—Ya sé todo lo que tengo que hacer y decir. No lo repitas.
—Me disculpo nuevamente, jefe.— susurró haciendo una leve reverencia ante el platinado.
Entonces los ojos del enorme gángster se fijaron en TaeMin y éste no pudo evitar esconderse un poco detrás de la ancha espalda de MinHo, intimidado por la apariencia de ese hombre. Pero entonces el rapado le sonrió de forma amigable, como lo había hecho la primera vez que le vio afuera en el complejo y eso a TaeMin le dio confianza, él tenía el don de saber si alguien era bueno o malo desde la primera vez que lo veía. Y casi nunca le fallaba, por lo cual supuso que ese hombre era bueno aunque luciera intimidante a simple vista.
—Tú debes ser Lee TaeMin ¿verdad?— entonces el pelirrojo ladeó su cabeza, confundido.
—MinHo ¿tú le contaste sobre mi?
—Sí, lo hice. Eres especial TaeMin, así que eres un tema de conversación constante con la gente que es cercana a mí.— reconoció el platinado y el pelirrojo se sonrojó hasta las orejas de la vergüenza.—Él es mi hombre más fiel en Paradise, le llamamos "mole" y es un buen tipo, aunque si le ordeno que mate a alguien él no dudará en hacerlo. Es leal pero también letal, te protegerá siempre que yo no pueda o no esté, igual que JungKook y JiMin que te siguen vigilando aunque tú no sepas que están ahí.— TaeMin entrecerró sus ojos e infló sus mejillas, de nuevo sentía que lo trataban como a un bebé.
—Yo sé cuidarme bien solo.
—Por supuesto que sabes.
—¿Eso fue sarcasmo?— preguntó el menor cruzándose de brazos.
—Mole, preséntate por favor.— MinHo cambió convenientemente de tema.
—Como ya lo dijo el jefe, me apodan "la mole"— se presentó el gigante hombre haciendo una reverencia ante un sonrojado TaeMin.—Es un placer conocerlo por fin.
—Yo... yo soy Lee TaeMin.— el pelirrojo se mordió la lengua pues ya el rapado sabía su nombre y apellido.—El placer es mío, mole.
—Por favor, le encargo mucho al jefe. Cuide de él, se lo ruego.— TaeMin no pudo evitar rodar los ojos, ni que él fuera la niñera de esa rana terca o algo así.
—Trataré.— fue lo único que dijo y eso fue más que suficiente para la mole, quien le volvió a sonreír.
—TaeMin, Karin ahora mismo se halla aquí en el cuartel. Mole te llevará a donde ella se encuentra y entonces te irás con Karin a tu casa ¿de acuerdo? Te llevaría yo mismo pero...— dijo mientras veía la hora en su reloj de muñeca. Ya era tarde y pronto vendría el odioso chino con el cual debía pactar un acuerdo, eran muchos millones en juego.
—Tranquilo, lo entiendo.— dijo TaeMin para después dedicarle una sonrisa a MinHo que hizo al susodicho suspirar de alivio.—Entonces ¿sigue en pie lo que hablamos antes? ¿realmente lo harás?— el platinado asintió sin pensar.
—Sí, lo haré. Pero primero voy a investigar bien quiénes lo hicieron y luego actuaré. Serás avisado cuando ya todo esté hecho.— le respondió y la mole frunció el ceño pues no tenía ni idea de qué estaban hablando ellos dos pero tampoco le correspondía meterse en los asuntos maritales de su jefe.
—Muy bien, MinHo. Que así sea entonces.— sentenció TaeMin con una sonrisa adornando su rostro antes de acercarse al ex mandamás, rodear su cuello con sus brazos y depositar un beso sobre los labios del platinado, sin importarle que la mole estuviera viéndolos.
Cuando se separaron, TaeMin salió del despacho y se puso a caminar como si nada, la mole tardó unos segundos en reaccionar pero enseguida siguió al pelirrojo aunque claro, no sin antes despedirse con respeto de su jefe; quien por cierto se quedó en su despacho a prepararse para la reunión que pronto tendría con el capo de una importante mafia china con la cual Paradise firmaría una acuerdo.
—Es por aquí, Karin se encuentra enseñándoles a los novatos.— le dijo la mole mientras apuntaba hacia un pasillo algo desolado, TaeMin lo siguió.
—A pesar de tu aspecto intimidante, pareces un buen tipo.— le dijo TaeMin y el rapado se carcajeó.
—Sí, suelen decírmelo bastante.— entonces el hombre miró al pelirrojo mientras seguían caminando por ese pasillo.—Usted es incluso más hermoso de lo que el jefe me contó. Él realmente se sacó la lotería con usted, sólo hace falta ver el brillo en los ojos de ambos cuando se miran para saber cuánto se quieren.— TaeMin no pudo evitar sonrojarse.
—Gra-gracias, supongo...— susurró cohibido.
—Entonces ¿se reconciliaron?— preguntó de repente mientras seguían caminando.
—¿Cómo dices?
—Usted y el jefe ¿se reconciliaron?— una sonrisa tímida adornó el semblante del menor.
—Algo así, aunque aún le quedan cumplir un par de peticiones mías antes de que lo perdone por completo.— entonces la mole suspiró aliviado, como si TaeMin le hubiese quitado un gran peso de encima al decirle que él y MinHo se habían reconciliado.
—Eso es genial, en serio muchas gracias por perdonar al jefe.— TaeMin caminó más relajado, realmente ese hombre era muy agradable.
—De nada, mole. Y por cierto, no es necesario que me llames "usted" puedes tutearme.
—Oh, por supuesto que no. Usted merece todo el respeto de Paradise, porque fue gracias a usted que el jefe logró superar su depresión y volvió a nosotros.— en esos momentos el menor realmente creía que el color de su cara debía combinar perfectamente con el color de su cabello, estaba demasiado avergonzado por recibir tantos elogios que no sentía merecer.
—Yo... yo no hice la gran cosa. No exageres por favor.
—Logró derrumbar cada muro que el jefe puso alrededor suyo. No cualquiera lo logra, en serio. No minimice sus logros.
TaeMin y la mole se estaban acercando a un gran salón en el cual Karin se hallaba entrenando a los gángsters novatos, desde esa distancia TaeMin oía el ruido característico que producían los puños vendados al estrellarse contra la piel de una persona. Seguramente Karin les estaba dando una paliza a los novatos que se creían la gran cosa simplemente por haber sido aceptados en Paradise; el pelirrojo no pudo evitar sonreír al recordar todos los meses que llevaba en el gimnasio entrenando con ella, a él también Karin le dio una paliza las pocas veces que él mismo le insistió para que peleara en serio y que dejara de contenerse tanto. TaeMin sabía que estaba años luz de superarla pero gracias a esa mujer, ahora se sentía más hombre que nunca y capaz de hacer cualquier cosa si se esforzaba. Le debía mucho, demasiado de hecho.
—TaeMin.— fue la mole quien lo sacó de sus pensamientos.
—¿Si?
—Te quería pedir perdón en nombre de todo Paradise.— entonces el pelirrojo frunció el ceño confundido.
—No entiendo ¿por qué me pides perdón?
—Porque sé que cuando viniste junto a JongHyun para hablar con MinHo, todos te miraron muy feo salvo yo ¿verdad?
—Sí, es cierto. Pero no te preocupes, estoy acostumbrado a que me miren así. Los reos en la cárcel me miraban igual o hasta peor.— el rapado negó con su cabeza repetidas veces.
—No tiene porqué ser así.— sentenció de inmediato.—Lo que pasa es que el rumor sobre ti ya recorrió todo Paradise y la mayoría cree que eres... pues...
—Una puta trepadora o algo así ¿verdad?— la mole lo miró con pesar y TaeMin se encogió de hombros.—También me decían eso en la Underground. Ya lo tengo superado, me vale mierda lo que opinen porque sé muy bien quién soy y lo que siento por MinHo.— entonces el hombre calvo se carcajeó, ya estaban por llegar al salón desde donde oían a Karin gritarle groserías a los novatos.
—Eres genial TaeMin, me encanta que sepas lo que quieres.— lo elogió una vez más y el pelirrojo le regaló una sonrisa que dejaba ver sus blancos dientes.—Serás una digna reina para Paradise.
—¡Oye! Que soy hombre.— se quejó cruzándose de brazos.
—Lo siento, entonces un digno re...— sin embargo, Karin lo interrumpió al ver a TaeMin.
—¡Tae! ¿qué haces aquí?— preguntó la andrógina mujer mientras se acercaba a la mole y al pelirrojo.
—Vine a hablar con MinHo, JongHyun me trajo.— le comentó y entonces una sonrisa de pura alegría adornó el rostro de la azabache.
—¡¿Se reconciliaron?!— la emoción en el tono de voz de Karin hizo reír al pelirrojo.
—Ajá, algo así pero te tengo que contar toda la historia para que lo entiendas.
—¡Joder, hombre! Definitivamente tienes que contarme todo y con lujo de detalles.
Entonces los ojos de TaeMin recorrieron el tonificado cuerpo de su amiga/mentora. Deportivas desgastadas por el uso constante, pantalones de mezclilla claros también desgastados e incluso con partes rotas que dejaban ver la piel de sus piernas y al menos dos tallas más grandes que su talla real, sostenidos por un cinturón de cuero negro con una calavera de plata en el centro. Un sostén negro deportivo que mucho no sostenían pues Karin era más bien plana de pechos, sus duros abdominales se dejaban ver pues no llevaba nada más arriba salvo ese sostén. Sus fuertes antebrazos se hallaban vendados para protegerlos, su cabello azabache estaba mojado por el sudor y sus hermosos tatuajes se dejaban ver más que nunca antes repartidos en su espalda, brazos e incluso tenía un escorpión en la parte baja de su vientre. Definitivamente ella era muy guapa a su manera y ojalá Cheonsa no dejara ir a ese gran partido que representaba Karin como pareja.
—¡Eh, Tae!— sólo entonces el pelirrojo reaccionó.—¿Te has quedado embobado mirándome? Lo siento niño, sé que estoy buena y todo pero... me van los coños y tú ya estás prácticamente casado con MinHo. Así que lo nuestro es imposible.— inmediatamente Karin esquivó divertida un golpe directo por parte de TaeMin.
—¡Tonta!— gritó el menor entre risas.
—Bien, Minho te mandó para que yo te llevara a casa ¿no?
—Sí ¿cómo lo supiste?— preguntó el pelirrojo ladeando su cabeza. Karin se encogió de hombros.
—Lo supuse, ya sabes, últimamente soy una especie de paloma mensajera o bien una mula de transporte entre tú y mi hermano.— le respondió rodando los ojos, TaeMin se rió divertido aunque en fondo también se sintió algo culpable.
—Bien, ¿entonces me llevarás? Debo ir ahora, dentro de poco será la hora en la cual BaeHyo se despierta para comer y la nodriza no sabe bien cómo tratarlo.— Karin se estiró y varias se sus articulaciones hiciera un ruido gracioso.
—De acuerdo, te llevo.— entonces la azabache miró al calvo.—Mole, encárgate de los novatos mientras yo me encargo de llevar a Tae sano y salvo a su casa.
—Sí, señora. Yo me hago cargo de todo.
—No tengas piedad con ellos, mole. Luego por ser muy blandos los novatos se creen la gran mierda y se revelan como Rain, le tuvimos que dar varias lecciones a él para que entendiera su lugar porque tú no fuiste lo suficientemente duro.— TaeMin enseguida reconoció ese nombre, era el chico amistoso y agradable que conoció en el Valle del diablo. Rain realmente le había caído bien.
—No se repetirá, señora Karin.
—Bien, te lo encargo.
TaeMin evitó ver el dolor y el rencor en los ojos de aquellos novatos a los cuales Karin les había dado una paliza minutos atrás. No era su problema después de todo, así que sin más el pelirrojo se dio la vuelta y se encaminó hacia la salida de ese edificio junto con la andrógina mujer. La mole se despidió de él y se quedó a seguir dándole lecciones a los novatos de Paradise, él de por sí era mucho más blando que los monstruos de Karin y de MinHo pero trataba de ser lo más inflexible posible con los novatos pues eso era lo que se le exigía, para eso le pagaban.
...
Unas tres horas después aproximadamente, MinHo se encontraba en su despacho quitándose su elegante saco de sastre bordó y tirándolo sobre su mullido sillón de escritorio. Se quitó también malhumorado su corbata del mismo color que su traje y desabotonó los primeros tres botones de su blanca camisa, revolviendo su engominado cabello plateado con su mano. Suspiró profundamente mientras contaba en su mente hasta diez, odió tener que fingir amabilidad y una sonrisa ladina frente al capo chino con cual acababa de firmar un acuerdo, al menos la reunión terminó bien porque sino seguramente BaekHo ya lo estuviera llamando para darle un estúpido sermón.
Pero estaba enojado porque sí, la reconciliación con TaeMin se veía tan cercana pero antes debía hacer algo que realmente le joderá la vida. BaekHo le había prohibido completamente ir de nuevo a la Underground Prison, le daría muchos problemas políticos a su padre si pisaba esa prisión luego de haberse fugado como lo hizo y su padre obviamente no se le dejaría pasar; ni siquiera si le decía que lo hizo para reconciliarse con TaeMin. MinHo ya tenía asumido que BaekHo lo castigaría, seguramente azotes o alguna clase de tortura física, quizás incluso haría que lo humillaran con el claro objetivo de golpear a su hijo donde sabía que más le dolía: en el orgullo. No importa, él podía soportar eso pero sólo esperaba que BaekHo no le diera más posibilidades a Paek de ser su sucesor luego de que él irrumpiera en la prisión y asesinara a los hijos de puta que mataron al amigo de TaeMin. Joder, ya le dolía la cabeza de sólo pensar en todo lo que se le vendría encima por cumplir con el capricho de su amado pelirrojo.
MinHo estaba realmente enfadado y quizás por eso fue directamente hacia el sector del complejo donde sabía que se encontraba su mejor amigo seguramente durmiendo. Le agradecía a JongHyun por haber convencido a TaeMin de que fuera a hablar con él pero definitivamente le daría unos buenos golpes por hacerle creer al pelirrojo de que la solución era que pelearan. Cuando el ex mandamás llegó a la zona de ese edificio que era usada como "área de recreación" (¡bah! en realidad era una sala común que los gángsters usaban para holgazanear un rato, claro hasta que llegaban Karin o MinHo y lo sacaban de ahí a punta de golpes, para que siguieran trabajando ya que para eso se les pagaba) allí vio a JongHyun acostado sobre un sofá, durmiendo como si nada y encima roncando completamente despreocupado por todo, una vena se asomó sobre la sien del platinado y sin siquiera pensarlo levantó su mano y golpeó la cabeza del castaño, quien al sentir el golpe enseguida se despertó.
—¡¿Oye pero por qué coño me golpeaste?!— preguntó un enojado y a la vez sorprendido JongHyun mientras se sobaba la cabeza. A un lado suyo se encontraba parado MinHo, quien lo hacía trizas con su oscura mirada más no le respondió nada, entonces el más bajo prosiguió.—Te lo voy a repetir por si no lo escuchaste la primera vez.— empezó a decir JongHyun mientras se levantaba del sofá en el cual anteriormente había estado durmiendo cómodamente.—¡¿Por qué coño me golpeaste en la cabeza, idiota?!
—¿Por qué le dijiste a TaeMin que hiciera esa estupidez?— JongHyun tembló al por esa pregunta ¿acaso el cabeza de fresa lo había mandado al frente? ¿qué debía hacer?
—No sé de qué me estás hablando.— se hizo el tonto.—Fui yo quien habló con TaeMin y lo convenció para que viniera a hablar contigo, incluso lo traje en mi auto ¿qué pasó en tu oficina?
—Nos reconciliamos o al menos eso es lo que parece.— JongHyun no pudo evitar sonreír de forma sincera, feliz por MinHo y TaeMin.
—¡Eso es genial!— exclamó y luego sonrió victorioso.—Como siempre Kim JongHyun salvando el día.— se elogió a sí mismo.—Deberías estar agradecido conmigo y besando mis pies pero en lugar de eso me golpeas, cabrón.
—Deja de hacerte el desentendido.— sentenció rodeando el sofá para acercarse a JongHyun.—Sabes de lo que hablo.
—¿De verdad el cabeza de fresa te dio una paliza?— preguntó mofándose del más alto. Sin embargo no había atisbo de diversión en el semblante de MinHo.
—¿Por qué le dijiste a TaeMin que hiciera eso, JongHyun?— de nuevo la pregunta. El más bajo se encogió de hombros.
—Pero funcionó ¿verdad? Se reconciliaron, eso es lo importante.— entonces el ex mandamás chasqueó la lengua con molestia, acortó por completo la distancia que los separaba y agarró al castaño con fuerza por el cuello de su camiseta.
—¡Ese no es el jodido punto! Por tu estúpida sugerencia, TaeMin lloró y se sintió mal.
—¡Ja, por favor! Ambos sabemos que TaeMin llora por todo, dime algo que no sepa.— entonces JongHyun sintió un puñetazo estrellarse contra su mejilla, le rompió el labio inferior y pudo sentir el sabor metálico de ese líquido vital en su boca.
El castaño escupió sangre en el rostro de su amigo y entonces MinHo soltó su camiseta. El platinado se limpió la sangre ajena salpicada en su cara y gruñó, estaban a punto de agarrarse a puñetazos. JongHyun sonrió ladino, él no le tenía miedo al idiota egocéntrico de MinHo. No estaba arrepentido de lo que hizo ni del consejo que le dio a TaeMin.
—Ahora ambos estamos iguales, los dos tenemos el labio partido.— señaló el castaño divertido.—Te lo merecías, por haberme chantajeado como un cobarde con esa foto.
—¡¿Todo fue por la puta foto esa?!
—¿Qué foto?— los dos temblaron y sus semblantes contraídos por el enojo palidecieron de un instante a otro. Ambos se miraron desesperados, pidiéndole al otro en silencio ayuda.
Entonces unos pasos retumbaron en esa sala común y una cabellera rosada se posó en medio de los dos ex convictos. Era Key y los miraba a ambos con una ceja levantada, sospechando.
—¿Qué me están ocultando? ¿y por qué JongHyun está tan pálido como si se fuese a desmayar?
—Pues... estábamos discutiendo.— el primero en hablar fue MinHo.
—Ya sé que estaban discutiendo, por eso vine ya que oí sus gritos.— le respondió Key cruzándose de brazos.—Oí que hablaban de una foto ¿qué foto?— JongHyun sudó frío y el ex mandamás tragó grueso.
—Una... una foto de la niñez de Jjong que yo tengo.— mintió, en parte. JongHyun frunció el ceño y miró a MinHo como si éste hubiese perdido el juicio.—Verás diva, tu primer beso en realidad te lo robó JongHyun.— esa información hizo que Key abriera sus ojos de forma desmesurada y que el perro se sonrojara hasta las orejas.
—¿Co-cómo?
—¡Cállate MinHo!— trató de silenciarlo el perro pero el ex mandamás lo miró y JongHyun supo de inmediato lo que le dijo con la mirada.
"Es eso o que Key se entere de que te dejaste besar por esa tal SeulGi"
—Explícate, MinHo.— dijo la diva y el platinado asintió.
—Pues la verdad es que cada vez que tú dormías esas tardes que te escapabas de casa e ibas con JongHyun al parque, él esperaba a que tú finalmente te durmieras y entonces aprovechaba para besar tus labios. Tú tienes el sueño pesado, ya que jamás te diste cuenta.— entonces un adorable rubor tiñó las mejillas del pelirosa y éste miró a su pareja, quien aunque cabizbajo también se hallaba sonrojado. JongHyun jamás le había dicho a Key que de niños (también de grandes) esperaba hasta que se durmiera para robarle besos que cuando la diva estaba despierto no se animaba a pedirle.
—Yo sabía eso y quise capturar ese momento en una foto.— siguió contando MinHo, con una sonrisa nostálgica.—Sabía que Jjong jamás me permitiría sacarle una foto mientras te robaba un beso, así que tuve que hacer malabares para hacerlo.
—Hijo de puta.— le insultó el perro, en realidad quería decirle "hijo de puta, jamás me dijiste que tenías esa foto en tu poder" pero debía seguirle el juego.
—¿Y cómo nos sacaste esa fotografía?— le pregunté la diva aún sonrojado y ¿por qué no? También feliz, su JongHyun había sido su primer beso sin siquiera saberlo.
—Pues... cuando una monja del orfanato se descuidó, le robé su cámara instantánea.
—Ladrón como siempre.— le cortó Key negando con la cabeza y con una sonrisa divertida.
—¿Qué te digo? Nací para ser un criminal, supongo.— le respondió antes de continuar con su anécdota.—Bueno, cogí la cámara y fui antes que ustedes al parque donde sabía que se reunían por las tardes. Los dos siempre se sentaba debajo de un árbol que les daba sombra. Entonces yo me trepé y permanecí sentado sobre una gruesa rama que soportó mi peso hasta que ustedes llegaron, luego fue sólo cuestión de esperar hasta que Key se durmiera y que tú le robes el beso para fotografiarlos.
—Hijo de puta ¿todo eso hiciste para sacarme una jodida foto?— le dijo JongHyun sin poder creerlo.
—¡¿Entonces aún conservas la foto?!— preguntó un alegre Key, dando saltitos de emoción.
—Sí, está en la habitación que tengo de aquí. Busca en el cajón de mi buró.— Key no necesitó oír más, de inmediato corrió hacia donde se hallaba la habitación de MinHo, desesperado por tener en sus manos esa fotografía de él y JongHyun cuando eran niños. La guardaría como su más grande tesoro, sería más valiosa para él que su colección de sudaderas Gucci y eso era mucho decir.
—Joder, eres un puto cabrón de mierda MinHo.— le insultó JongHyun una vez que estuvieron solos.
—Agradece la existencia de esa foto.— le respondió el platinado.—Porque si no Key ahora mismo te estuviese montado el drama de la vida al ver la foto de ti con SeulGi.
—¡Elimina la puta fotografía! Yo ya cumplí con mi parte del trato.— el ex mandamás puso sus ojos en blanco.
—Bien, bien.— entonces MinHo sacó su celular que tenía escondido en el bolsillo de su pantalón de sastre, lo desbloqueó y eliminó frente a JongHyun la fotografía tan comprometedora.
—¿"Cabeza de fresa"? ¿esa es tu contraseña? ¿en serio, hermano?— se burló el castaño y MinHo lo fulminó con su mirada.
—Cállate y vamos a por Key, que hay varias cosas que tengo que contarles a los dos.— entonces ambos ex convictos se encaminaron hacia donde se hallaba la habitación del mandamás.
—¿Qué clase de cosas? ¿buenas o malas?
—Oh, definitivamente malas.
—¿Por? ¿el acuerdo con el capo chino salió mal?
—No, eso salió perfecto.— le reveló.—Es sobre TaeMin.
—Dijiste que se reconciliaron.
—Sí pero me puso ciertas condiciones que debo cumplir para que realmente me perdone y me dé una segunda oportunidad...
...
MinHo estuvo aproximadamente hora y media contándoles todo lo que pasó en su despacho con TaeMin a JongHyun y a Key, éste último por cierto no se despegaba en ningún momento de la fotografía que ya se la había robado al ex mandamás. No obstante, la pareja de oro no estaba nada de acuerdo con la decisión de MinHo, pues según ellos el platinado estaba arriesgando demasiado por un simple capricho del menor, quien no entendía cómo le iba a joder la vida a MinHo con lo que había pedido a cambio de darle su perdón.
—¡Tú realmente estás loco para aceptar eso!— exclamó por tercera vez Key, quien se agarraba la cabeza mientras caminaba de lado a lado en la habitación, como un león enjaulado. Había guardado la foto en el bolsillo de su sudadera Gucci favorita.
—Es la única manera.— susurró MinHo, quien seguía sentado en su cama absurdamente grande y cómoda. El semblante del ex mandamás lucía calmado y eso sólo logró enojar más al pelirosa.
—Jjong, dile algo por favor. Hazlo entrar en razón.— pidió Key mirando suplicante a su pareja, quien se encontraba en una esquina de la habitación, apoyado de brazos cruzados contra la pared.
—Si eso es lo que TaeMin pidió para perdonar a MinHo, entonces hay que hacerlo. No hay otra opción.— fue lo único que dijo. Entonces la diva abrió sus ojos de forma desmesurada ¿por qué JongHyun no lo ayudaba? ¿es que acaso él era el único cuerdo en esa habitación?
—Están locos, los dos.— sentenció mientras se jalaba los cabellos, tratando de pensar en otra alternativa.
—Dinos algo que no sepamos.— se burló MinHo y la diva lo fulminó con su mirada, no estaba para bromas.
—Puedes ordenar a alguien más que lo haga.— sugirió Key y MinHo negó.
—No, TaeMin especificó que quiere que lo haga yo. Desea que le demuestre que puedo arriesgarme por él.
—¿Desde cuándo mi bebé se convirtió en una persona exigente y fría?
—Oh Key, tú no sabes cuánto ha cambiado "tu bebé" en estos meses.— le respondió MinHo encogiéndose de hombros.
—Lo sé. Lo vi.— dijo Key recordando la facilidad con la cual TaeMin amenazó a Paek y colocó una cuchilla sobre su cuello.—Pero... ¿cómo sabrá TaeMin si lo hiciste tú o lo hizo otro?
—Oh amor, es raro que tú quieras jugar sucio y más si se trata del cabeza de fresa.— Key miró mal al castaño y el susodicho simplemente se calló.
—MinHo arriesgaría demasiado si va allí... quiero muchísimo a TaeMin pero lo que está pidiendo es demasiado.— se justificó la diva.—Así que no me sentiré mal por jugar sucio. Lo haga MinHo o lo haga otro, el resultado será el mismo y se habrá vengado la muerte del chico.
—Lo sabrá, créeme.— sentenció el ex convicto levantándose de su cama.
—¿Cómo?
—Me especificó que de algún modo debo dejarme ver por sus amigos. Ellos le dirán si realmente me vieron allí cuando estén... afuera.— Key boqueó como un pez fuera del agua al oír eso último.
—¿Es decir que vas a pagar la fianza de ellos?
—Sí, esa fue otra de sus condiciones.— entonces la diva caminó hacia la cama de MinHo y se desplomó allí, estaba abatido. TaeMin lo había dejado sin salida.
—Mierda... ¿qué hacemos?— susurró en un hilo de voz la diva, ya acostado boca abajo sobre la cama.
—Ustedes nada, yo seré quien iré.— sentenció el ex mandamás.
—Nosotros te acompañaremos, quieras o no.— le respondió Key mientras se sentaba sobre la cama.
—Tú solo haces idioteces, rana.— agregó JongHyun.
—Si van, también serán castigados por el viejo.
—No nos importa.— dijeron al unísono JongHyun y Key. MinHo no pudo evitar sonreír, realmente agradecía tener hermanos como esos dos locos.
—JongHyun no me preocupa, él se las aguanta todas como yo.— empezó a hablar el platinado mientras veía fijamente a Key.—Quien me preocupa eres tú diva, ya sabes... te la has pasado chillando las últimas semanas por la cicatriz de tu frente. Si vas con nosotros, cuando regresemos y nos castigue el viejo seguro que te quedarán más cicatrices en la piel.— Key sonrió de oreja a oreja.
—Pues tendrás que pagarle una fortuna a algún buen cirujano plástico, cabrón. Pero me harás desaparecer hasta la última cicatriz cuando volvamos.— le dijo y MinHo le devolvió la sonrisa.
—Sólo seremos castigados ¿verdad?— preguntó JongHyun al platinado.—Es decir, tu posición como sucesor del viejo BaekHo no se verá afectada ¿o si?— el ex mandamás se encogió de hombros.
—No lo sé, hermano. Ya he roto varias reglas y romperé una de nuevo.— empezó a hablar mientras recordaba las palabras del pelirrojo.—Le causaré un gran problema al viejo y estoy seguro de que ésta no me la dejará pasar como las otras.
—¿Realmente estás dispuesto a arriesgar tu puesto por TaeMin?— le preguntó un sinceramente sorprendido Key.
—Ya ves que el amor idiotiza a la gente.— le respondió MinHo encogiéndose aún más de hombros.— la pareja de oro sonrió, era obvio lo enamorado que ese imbécil estaba.
—Bueno, ¿cuándo nos infiltramos en la Underground Prison?— preguntó JongHyun, le resultaba extraño pronunciar ese nombre luego de tantos meses de libertad.
—Ni bien los hombres que tengo infiltrados en la Underground me digan quiénes asesinaron a Bae, ya di la orden de que se investigue hace un par de horas. Entonces actuaremos.
...
Los días pasaron y entonces finalmente llegó el día que estaban esperando para actuar. Los gángsters que MinHo tenía infiltrados en la Underground para que lleven sobre ruedas el negocio de drogas que aún él manejaba investigaron como MinHo se los ordenó y le pasaron por celular tanto los nombres como los rostros de los reos que asesinaron a Bae.
Se supone que el trío de gangsters iba a ir a la cárcel pero JongHyun y MinHo hablaron sobre ese tema en privado, a escondidas de la diva. Ambos estaban de acuerdo con que si Key iba seguramente sería de muchísima ayuda pero... el problema sería cuando volvieran. El viejo BaekHo los iba a castigar a los tres por infringir las reglas y obviamente recibirán castigo físico. JongHyun podía aguantar que le hagan a él lo que sea pero no soportaría ver que azoten a su diva enfrente de él y que no pudiera hacer nada por detenerlo. Así que fue el mismo perro quien le pidió a MinHo dejar a Key e ir ellos dos solos a la Underground.
MinHo estuvo de acuerdo pero ambos sabían que Key se opondría completamente a esa idea. La diva irá a donde sea que JongHyun vaya, ellos lo sabían así que planearon juntos una manera de evitar que Key los siga y a la vez dejarlo en un lugar seguro durante el día o día y medio que ellos estarán en esa prisión matando a los reos que asesinaron a Bae.
Así que cuando finalmente llegó el día, Key se hallaba en su habitación rosa guardando todo lo que necesitaba en la mochila que llevaría y no se percató de que MinHo se acercaba silenciosamente por detrás, con su mano recta cual filosa navaja. Sólo necesitaba dar un un golpe fuerte pero preciso entre su nuca y cabeza que serviría para desmayarlo de inmediato. Key jamás sospechó que sería atacado por la espalda así que sin siquiera oponer resistencia se dejó golpear por MinHo y el platinado lo cogió en brazos antes de que cayera al suelo.
—¿Ya está?— preguntó JongHyun más nervioso que nunca. Se sentía jodidamente culpable y sabía que le esperaban dos o tres meses de abstinencia sexual pero también sabía que era lo mejor para su diva. Así no sería castigado por BaekHo como sí lo serían ellos dos.
—Sí, anda debemos dejarlo en esa habitación que te dije.
JongHyun y MinHo se dirigieron directamente a una habitación especial que poseía ese edificio. Y digo especial porque no tenía ventanas para que nadie entrara o saliera de ella y además tenía una puerta especial que solamente se abría por fuera y con un código especial de varios dígitos que sólo MinHo conocía.
¿Era acaso esa habitación una especie de mazmorra horrenda donde se encerraba a intrusos o enemigos de Paradise para torturarlos? No, porque de hecho era limpia, amplia e higiénica. La triste verdad es que en su momento MinHo mandó a construir esa habitación para mantener ahí a DaeHyun, cuando empezó su obsesión por mantener a su pareja encerrada y " a salvo". MinHo odiaba esa habitación pues le recordaba su pasado pero al menos ahora serviría para mantener a Key seguro y evitar que salga a perseguirlos, ya que una vez encerrado adentro era imposible salir de ahí.
La diva no sufriría hambre o alguna otra necesidad pues la habitación contaba con una cocina, alimentos y un baño. Solamente no podría salir de ahí hasta que MinHo llegara y colocara la contraseña en la puerta. Por muy hacker que Key sea, sin su celular no podía hacer nada y la habitación estaba diseñada justamente para que por dentro no se pudiera hacer nada que permitiera violar la seguridad de la misma. JongHyun fue el encargo de revisar el cuerpo inconsciente de Key para sacarle cualquier artilugio de hacker que el pelirosa tuviera escondido entre sus ropas, para su sorpresa eran varios.
Una vez recostado sobre la cama de esa habitación, JongHyun besó la cicatriz de su frente y le prometió volver pronto. Le pidió perdón por hacerle eso pero también le dijo que era por su propio bien, aunque claro que Key no pudo oírlo. Cuando MinHo estuvo a punto de cerrar esa puerta que supuestamente no dejaría a Key salir ni entrar a nadie y que lo mantendría a salvo, JongHyun tuvo un mal presentimiento pero se obligó a hacer a un lado sus pensamientos extremistas y se convenció de que todo saldría bien. Ambos abandonaron ahí a la diva y luego de asegurar esa puerta se fueron del complejo, directamente a la Underground Prison.
Minutos después de que el par de ex convictos se fueran, un hombre completamente vestido de negro se colocó enfrente de la puerta de esa habitación, sacó su celular y necesitó sólo cinco minutos para burlar la seguridad de esa habitación, abriendo fácilmente la puerta de la misma y cerrándola una vez que ingresó.
Sacó de su mochila artilugios sexuales como una gruesa soga para practicar la técnica del "Shibari" y unos dildos anormalmente grandes, entre otras cosas. Se acercó a Key con la soga en la mano y no dudó en empezar a practicar ese arte que tan bien conocía en el pelirosa, aunque se apuró todo lo que pudo pues temió que en cualquier momento la diva despertara.
Lo primero que hizo fue desnudarlo por completo y luego lo privó de todo movimiento al atarlo de tal manera que sus piernas quedaran completamentes flexionadas y su ano a entera disposición.
El bastardo se sentó a esperar que Key despertara para iniciar el juego o de lo contrario no sería divertido. Mientras esperaba se percató de que había una vieja fotografía escondida en el bolsillo de la sudadera Gucci rosa que le había quitado al desnudarlo. El sujeto agarró la fotografía, la vio y una sonrisa burlona se asomó debajo de la máscara negra que estaba usando. Sin decir nada, rompió la foto en dos y la tiró, pronto Key despertará...
...Continuará...
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