Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Revelaciones


...

Karin tiró la colilla del cigarrillo que fumó al suelo y la pisoteó con la suela de sus zapatillas. La andrógina mujer frunció el ceño y clavó sus oscuros ojos sobre el hospital que tenía justo enfrente de ella. A continuación sacó su celular del bolsillo de su ancho pantalón deportivo color gris y chasqueó la lengua con molestia al percatarse de la hora.

—Ya ha pasado demasiado tiempo ¿qué tanto hace TaeMin si sólo vino a buscar un par de prendas?— se cuestionó a sí misma mientras guardaba nuevamente su celular en el bolsillo.—Joder, tengo un mal presentimiento. Mejor iré a ver qué tanto hace el mocoso de MinHo.

Entonces la azabache dejó su moto en la calle y se encaminó rápidamente hacia el hospital. No pudo evitar relamerse los labios con lascivia al ver a unas cuantas enfermeras muy guapas ir de un lado a otro, mostrando un poco de sus piernas por los vestidos blancos que estaban obligadas a usar al realizar su trabajo. Mientras caminaba por el hospital, Karin se preguntó mentalmente dónde diablos estaría TaeMin pero no necesitó preguntar a nadie pues enseguida vio a un par de enfermeras gritar por ayuda, diciendo que dos hombres se estaban peleando en el segundo piso.

—¡Joder! ¿acaso ese chiquillo tiene un imán metido en el culo que atrae a los problemas o qué?— se quejó la azabache mientras corría por las escaleras hacia el piso de arriba. Sólo tuvo que doblar un par de pasillos para encontrarse con una escena que le erizó los vellos de la nuca.

TaeMin se encontraba en el piso rojo a causa de la ira y salpicado con sangre que claramente no era suya, estaba sentando encima de otro hombre el cual no podía siquiera defenderse de todos los puñetazos proporcionados por el pelirrojo. Las enfermeras no se animaban a interferir por temor a salir heridas ellas también, simplemente observaban la escena y gritaban despavoridas por ayuda; Karin reaccionó lo suficientemente rápido como para quitarse la sudadera que traía puesta y tirarla encima de la cabeza de TaeMin para cubrir su rostro, porque vio a una enfermera sacar su celular seguramente para tomarle una foto al pelirrojo. La mujer usó su gran fuerza para apartar al pelirrojo del cuerpo del otro sujeto, agarró las prendas que habían venido a buscar originalmente y forzó a TaeMin a correr fuera de esa habitación, escaleras abajo para poder salir rápido de ese hospital. El menor no reaccionaba ni razonaba nada, simplemente corría porque Karin lo tenía bien agarrado de la muñeca. No obstante, cuando finalmente salieron del hospital y la azabache colocó la llave en su moto para huir ambos de allí, el pelirrojo hizo el amague de querer volver al hospital para seguir golpeando al ex convicto. Esa acción imprudente hizo que Karin perdiera la gran paciencia que tenía y entonces abofeteó a TaeMin para que reaccionara de una vez por todas.

—¡Grandísimo estúpido!— le gritó luego de darle esa bofetada y el pelirrojo abrió desmesuradamente sus ojos, pues era la primera vez que veía a la azabache así de enojada.—¿Tienes idea lo que pasará si la policía viene y te encuentra causando destrozos en un hospital? ¡Te van a volver a meter a la cárcel por imbécil! Si quieres matar a alguien, puedes hacerlo pero no en un jodido hospital.— sólo entonces TaeMin reaccionó y asintió rápidamente.

—Vámonos, te contaré todo en el camino.— dijo el pelirrojo mientras agarraba las prendas de sus hermanos y las apretaba contra su pecho. Karin simplemente asintió para luego montarse en su motocicleta, TaeMin hizo lo mismo y arrancaron rápidamente antes de que la policía llegara al hospital.

Karin aceleró todo lo que pudo y recién cuando estuvieron lo suficientemente lejos del hospital, disminuyó la velocidad. La azabache sintió cómo TaeMin temblaba detrás de ella, se preguntaba qué demonios le habrá dicho ese sujeto para que el pelirrojo reaccionara de tal manera. No obstante, no tuvo que preguntar nada pues fue el mismo pelirrojo quien rompió el incómodo silencio que se había formado.

—Ese tipo que golpeé en el hospital... es un ex convicto.— le reveló al fin y entonces Karin frunció el ceño pero no dijo nada, sólo asintió con la cabeza.—Me dijo que... uno de mis amigos de la cárcel murió. Más bien que fue asesinado y que él... participó en su muerte. Por eso reaccioné así y le di tantos puñetazos, realmente tenía toda la intención de acabar con él, no sé qué hubiese pasado si tú no hubieras interferido.— TaeMin sorbió su nariz, estaba a punto de quebrarse y llorar nuevamente. Eran demasiadas emociones para un sólo día, sentía que en cualquier momento explotaría.

—Oye, tranquilo.— trató de consolarlo la mujer, esquivando a varios autos.—Puede ser que ese tipo simplemente haya querido herirte y por eso te dijo eso. Vamos, lo más probable es que te haya mentido para provocarte.— TaeMin realmente quería aferrarse a esa posibilidad pero algo dentro de él le decía que lo más probable era que...

—Pero ¿y si es verdad?— una lágrima rodó por su mejilla pero el viento que chocaba contra su rostro, hizo que se desvaneciera rápidamente.

—TaeMin... piensa en tu madre. Ahora no es tiempo para que te preocupes por esas cosas. Recuerda que tu hermano va a nacer en unas cuantas horas.— entonces el pelirrojo apretó fuertemente sus párpados, no quería llorar más. Debía ser fuerte por su familia pero...

—¡Pero son mis amigos!— exclamó, quebrándose inevitablemente.—Y aún así jamás fui a verlos en todos estos meses... ni una sola vez.

—Era lógico que no fueras, tenías miedo de encontrarte con MinHo y tratabas de rehacer tu vida. No te culpes, TaeMin. No lo hagas.— una gotita de sudor se asomó sobre la sien de Karin, no era el mejor momento para que el pelirrojo empezara a culparse a sí mismo por todo lo malo que le pasaba a la gente que lo rodeaba.

—Por favor, Karin... llévame a la Underground Prison. Necesito saber si es o no cierto lo que ese tipo me dijo.— la azabache ni siquiera necesitó pensarlo dos veces, movió su cabeza de un lado a otro.

—¡¿Tú quieres que MinHo me corte el clítoris y que el viejo me desherede o qué?! Por supuesto que no.— TaeMin se aferró más a la cintura de la andrógina mujer, estaba desesperado.

—¡Por favor! ¡Haré lo que sea!

—No, TaeMin. Antes de llevarte allí necesito preguntarle a MinHo si puedo hacerlo o no.— Karin esquivó otro auto, estas cosas le pasaban por haber aceptado ser la niñera de ese mocoso increíblemente terco.

—Si no me llevas allí ahora mismo juro que...— TaeMin pensó unos segundos con qué amenazar a la mujer.—Te juro que me voy a soltar de ti y caeré a la autopista, seguramente moriré cuando mi cabeza impacte contra el asfalto.— definitivamente el pelirrojo no se esperaba que Karin se riera en su cara.

—Invéntate otra, porque esa no te la creo niñato.— el pelirrojo rodó sus ojos y pensó en cambiar de táctica ya que se dio cuenta que las amenazas falsas no funcionaban con la azabache. Así que pasaría al plan B: soborno.

—Si me llevas a la cárcel... te prometo que te ayudaré a conquistar a Cheonsa.— TaeMin sintió cómo Karin se estremeció. "Bingo" pensó.

—¿Cómo es que tú...?— la mujer no tuvo que terminar la pregunta pues TaeMin se lo respondió antes.

—¡Oh, vamos! Eres ridículamente obvia, hace mil años me di cuenta que te gusta mi amiga. Sólo Cheonsa no se da cuenta porque es muy ingenua. Pero si me ayudas ahora, yo te ayudaré después a conquistarla a ella.— Karin meditó unos segundos su respuesta pero TaeMin ya sabía que aceptaría.

—Ok pero le diremos a MinHo que amenazaste con tirarte a la autopista si no te llevaba a la cárcel ¿de acuerdo?— TaeMin sonrió ladino, al final, él siempre obtenía lo que quería.—Será nuestro secreto, Tae.

—Trato hecho, Karin.

Entonces la azabache asintió y tomó otra ruta, una que los llevaría directamente a la prisión subterránea que se encontraba bastante alejada de la ciudad. El ansioso pelirrojo tragó grueso, luego de tantos meses volvería a pisar esa penitenciaría pero esta vez como un simple visitante. Sólo le rogaba a Dios que lo que ese ex convicto le dijo en el hospital fuese falso.

...

Mientras tanto, en uno de los barrios más peligrosos de todo Seúl, el trío de ex convictos se encontraban en la humilde pero bonita casa de uno de los hombres más fieles que tenía MinHo en Paradise: "la mole". Ya saben, aquel gángster alto, fornido, calvo y con la cabeza rapada llena de cicatrices causadas por el mismo MinHo años atrás en una pelea. Key se hallaba acostado en el sofá de la sala de estar siendo atendido por la mujer de la mole, quien era una enfermera y se encontraba desinfectando la brecha que la diva tenía en la frente.

—¿Es necesario hacer una sutura?— preguntó MinHo y la mujer asintió.

—Sí, luego de desinfectar la herida procederé a inyectarle un anestésico local para poder suturar la herida.— JongHyun se removió ansioso en su sitio. No le gustaba nada la idea de que tuvieran que inyectarle algo a Key y mucho menos a coserle la piel pero ni modos, era por su bien.

—¿Me dejará cicatriz?— preguntó un adormecido Key. Entonces la enfermera se encogió de hombros.

—No estoy segura, la verdad. Pero probablemente sí.— ante tal respuesta, Key hizo un puchero.

—Eso te enseñará a dejar de ser tan imprudente.— le regañó MinHo y a la diva le hubiese encantado enseñarle el dedo medio pero no tenía fuerzas para hacer tan siquiera eso, así que simplemente le sacó la lengua.

—Miren justamente quién me viene a dar un sermón sobre la prudencia.— se burló la diva con las pocas fuerzas que le quedaban para hablar. La mole, su mujer y JongHyun no pudieron evitar reírse. MinHo simplemente chasqueó la lengua con molestia.

—Con cicatrices o sin cicatrices, me seguirás gustando igual.— le aseguró JongHyun y el pelirosa le sonrió débilmente, levantó un poco su mano y el castaño la cogió sin pensarlo.—Seguirás siendo hermoso, para mis ojos tú siempre serás el más hermoso Key.

—Te amo, perrito.— fue lo único que dijo antes de cerrar sus ojos, realmente estaba cansado.—Y por cierto rana, tú serás quien le pagará al cirujano plástico para que elimine la cicatriz si es que me queda una en la frente.— el platinado rodó los ojos.

—Tan vanidoso como siempre, diva.

—Gracias, es un don.— entonces la enfermera preparó una inyección, le iba a aplicar anestesia local para poder suturar la herida de su frente.

MinHo permaneció parado frente al sofá cruzado de brazos junto a la mole, viendo a la enfermera suturar la herida de un adormecido Key. No obstante, JongHyun fue quien se dio medio vuelta y se retiró de la casa una vez que le inyectaron al pelirosa la anestesia local. Él estaba más que acostumbrado a ver sangre y heridas pero no soportaba verlas en la tersa piel de su diva, simplemente le hacía mal. Y todo eso había pasado por culpa de Paek, de su maldito padre y de él mismo, por ser un imprudente. Definitivamente se vengaría de ambos tarde o temprano. Quebraría uno a uno los huesos de ambos, sobre todo los de Paek y Key simplemente se iba a deleitar al verlo sufrir, pues JongHyun no dejaría que su diva se vuelva a ensuciar las manos con la sangre de ese imbécil.

El castaño estaba parado afuera de la humilde pero pintoresca casa de la mole, apoyado sobre la reja color rojo vivo. Le había pedido prestado un cigarrillo y un mechero dorado a MinHo, puesto que él no fumaba casi nunca, a no ser que estuviera ansioso o enojado. Y en esos momentos JongHyun realmente necesitaba fumarse un cigarrillo pues estaba que explotaba. No obstante, sólo llegó a darle cuatro caladas pues una chica muy bonita teñida de rubia se paró justo enfrente de él y al verlo, tiró al suelo las bolsas del supermercado debido a la sorpresa. JongHyun frunció el ceño y enfocó mejor su mirada, al verla mejor la reconoció de inmediato, dejando caer al piso su cigarrillo a medio fumar.

—¿SeulGi?— preguntó el castaño y la chica enseguida sonrió de oreja a oreja.

—¿JongHyun? ¡¿en verdad eres tú?!— los ojos de la rubia se tornaron cristalinos, estaba feliz de verlo.

—Sí, lo soy. Salí de la cárcel hace algún tiempo.— le respondió encogiéndose de hombros y pisando el cigarrillo aún encendido que se encontraba tirado en el piso.—¿Y tú cómo estás? ¿cómo te ha tratado la vida?

—¡Oh, cállate y bésame! ¡Te extrañé tanto!

El castaño no pudo reaccionar a tiempo, pues la rubia simplemente se abalanzó sobre él. SeulGi enredó sus delgados brazos alrededor del cuello ajeno, pegó sus suaves pechos a los firmes pectorales de JongHyun y le estampó un húmedo beso en los labios. El perro tenía sus ojos muy abiertos, realmente no se esperaba que su antigua amante se lanzara así sobre él, no pudo reaccionar y/o rechazar el beso hasta que escuchó una voz que tan bien conocía, tembló por puro pánico.

—¿JongHyun...?

...

TaeMin aspiró una gran bocanada de aire para luego exhalar lentamente. Estaba muy nervioso y ansioso a la vez. Frente a él, se encontraba la intimidante puerta de acceso a la prisión. Una vez dentro, tendrían que tomar un ascensor que los llevaría hacia la instalaciones de esa penitenciaría subterránea. Aún no podía creer que allí había comenzado todo hace poco más de año y medio. Karin colocó una mano encima del hombro del pelirrojo, dándole valor para entrar.

Una vez dentro, hablaron con un policía pero él enseguida les negó la entrada al sector de visitas pues no habían programado una con anticipación, como lo exigían las normas de esa prisión. No obstante, Karin fue lo suficientemente inteligente como para sobornar al policía con un buen fajo de dinero que siempre llevaba oculto entre sus ropas por si las dudas. El sujeto aceptó y los guió hasta el sector de visitas, una vez allá TaeMin pensó seriamente a cuál de sus amigos llamaría para hablar y, al final, optó por llamar a Onew. El policía simplemente asintió y fue a buscar al reo, tardó aproximadamente quince minutos en volver ahí junto con un sorprendido castaño.

Una vez que dejó al pollo allí, el policía simplemente se retiró contando emocionado cuánto dinero le había dado Karin. Entonces, en esa habitación solamente quedaron TaeMin, Onew y la azabache. Onew realmente no podía creer que volvía a ver a TaeMin luego de tantos meses, el pelirrojo ante sus ojos estaba más resplandeciente que nunca, el castaño se sintió sucio y feo al lado del menor en esos momentos. Por su parte, el pelirrojo maldijo mentalmente estar separados por un vidrio blindado pues en serio deseaba abrazar fuertemente a Onew. El pollo había adelgazado bastante, sus ropas estaban desgastadas y su piel normalmente perlada se veía opaca, se notaba a simple vista que no la estaba pasando nada bien. Onew se veía cansado y desnutrido, eso hizo que el pecho de TaeMin doliera. Mientras él comía bien todos los días, sus amigos sufrían hambre y maltratos en esa prisión.

—Hola...— se animó a hablar Onew, rompiendo finalmente el incómodo silencio que se había formado.

—Hola, Onew. Tanto tiempo sin vernos...— TaeMin se sentía increíblemente incómodo, no sabía qué coño decir. Pero la cálida sonrisa en el semblante cansado del pollo, le dio confianza.—Te ves horrible, amigo.— entonces el castaño se carcajeó divertido mientras asentía. El ambiente se tornó más ameno a partir de ese momento. Incluso Karin sonrió, a pesar de no conocer al castaño de nada.

—La vida en la prisión es dura, ya sabes.— le comentó encogiéndose de hombros.—Tú por el contrario te ves genial, ¿has estado haciendo ejercicio? Digo, por tus nuevos músculos.— TaeMin asintió, un tanto orgulloso de que haya notado su cambio.

—Sí, ésta mujer me ha estado entrenando.— le reveló señalando a Karin, quien se encontraba parada detrás de TaeMin, el cual por cierto se hallaba sentado al igual que Onew.—Ella es una amiga de MinHo, ¿alguna vez oíste hablar de una tal "Karin"?— la azabache carraspeó nerviosa, dudosa de que fuera correcto que el pelirrojo le contara esas cosas al castaño.—Tranquila, Karin. Realmente confío en Onew, es un buen tipo y me salvó la vida en una ocasión.— el castaño no pudo evitar sonreír un tanto sonrojado, le gustaba mucho sentirse útil.

—Sí, MinHo alguna vez la mencionó. Sobre todo cuando hacía esas llamadas para programar cosas que se hacían afuera.— Karin lo miró con interés.

—¿Conocías a MinHo?— le preguntó la azabache y Onew se removió incómodo en su asiento. No obstante, asintió con la cabeza.

—Onew fue la pareja de MinHo antes de que yo llegara a la prisión y se lo robara. Al principio nos odiábamos y peleábamos por MinHo pero al final, terminamos convirtiéndonos en buenos amigos.— le reveló TaeMin a Karin y ésta abrió sus ojos sorprendida, más no aportó más comentarios sobre el asunto.

—¿MinHo, Key y JongHyun están bien? ¿no los hirieron cuando escaparon de la cárcel?— preguntó Onew en un susurro. TaeMin le sonrió con su característica amabilidad.

—Ellos están bien, pudieron huir gracias a Karin y por suerte no les pasó nada.— el castaño suspiró aliviado.

—Qué bueno saberlo, en verdad. Estaba preocupado pero no había forma de saber el paradero ni el estado de esos tres. Gracias por avisarme, TaeMin.— el pelirrojo simplemente negó.

—No tienes que darme las gracias, soy yo quien aún te debe la vida.— le respondió y entonces sintió cómo Karin le daba un golpecito en su hombro. Debía hacer la pregunta, el tiempo se acababa y en cualquier momento volvería a entrar el policía para decirles que el tiempo finalizó.

—Estoy seguro de que viniste aquí para hacerme una pregunta ¿verdad? Pero no te animas a hacerla.— TaeMin no pudo evitar suspirar.

—Tan inteligente como siempre, Onew.— el castaño simplemente se encogió de hombros.—Te la diré pero antes quiero saber ¿Joon está bien? ¿ambos lo están?— Onew no pudo evitar temblar pero enseguida se repuso.

—Joon está bien...— empezó a hablar mientras jugaba nervioso con sus dedos.—Desde que MinHo abandonó la prisión, ya no hay mandamás. La Underground se convirtió en un infierno sin Satanás, aquí cada quien hace lo que quiere. Ya sabes, simplemente rige la anarquía y el caos.

—Qué desastre... ¿eso quiere decir que sin MinHo las cosas empeoraron demasiado?— Onew asintió.

—MinHo dentro de todo tenía controlada la prisión, él era una figura de autoridad a la que todos temían. Ahora que él ya no está, los reos hacen lo que les plazca.

—¿Cómo han logrado sobrellevar eso Joon y tú?— Onew nuevamente se encogió de hombros y mordió su labio inferior.

—Nos aliamos con otros reos, porque sabíamos que solos nosotros dos no podríamos sobrevivir. De hecho, tus amigos se unieron a nuestro grupo por lo mismo.— TaeMin jadeó sorprendido, sus manos empezaron a sudar al oír hablar sobre sus queridos amigos.—Joon es fuerte y muchos reos temen a sus puños. Si él no me protegiera, probablemente yo ya hubiese sido asesinado por los reos porque aún me guardan rencor por los días en los que los trataba como esclavos, ya sabes... cuando era la pareja de MinHo.— TaeMin simplemente asintió, su boca estaba seca. Si sus amigos estaban en el grupo de Onew, eso quería decir que nada les había pasado ¿verdad? ¡¿verdad?!

—Yo...— TaeMin tragó grueso.—No vine aquí antes porque no sabía que MinHo había huído de prisión, lo supe hace menos de 24 horas, lo juro. No vine a visitarlos antes porque no quería encontrarme con MinHo, porque sabía que me quebraría si lo veía.— las lágrimas de culpabilidad se acumularon en los ojos cafés de TaeMin y Onew le dedicó una sonrisa de compresión.

—Está bien, TaeMin. No tienes que dar explicaciones, nosotros lo enten...— pero el pelirrojo lo interrumpió.

—¡Por favor deja que termine!— exclamó temblando y entonces Onew lo dejó continuar.—Yo vine justo ahora porque... en el hospital me encontré con un ex convicto. Él me reconoció, se burló de mí y me dijo... me dijo...— las lágrimas de TaeMin caían de forma involuntaria. Realmente no podía detenerlas y no se atrevía a repetir lo que ese sujeto le dijo. Entonces Karin suspiró profundamente y decidió ayudarlo.

—Ese ex convicto le dijo a TaeMin que él junto con otros reos habían asesinado a uno de sus amigos.— entonces TaeMin cubrió su rostro con ambas manos, avergonzándose de su propia debilidad. Y Onew agachó su cabeza, sin decir nada.—Queríamos saber si es cierto o si sólo estaba mintiendo para hacerlo enojar.

TaeMin sintió una fuerte opresión en su pecho que le estaba impidiendo respirar de forma correcta. El silencio de Onew decía mucho y cuando finalmente quitó sus manos del rostro, el pelirrojo pudo ver al castaño llorar detrás de ese vidrio. Al ver las lágrimas en los ojos ajenos, TaeMin quedó en shock pues supo que lo que tanto temía, era verdad. Uno de sus amigos, uno de los reos que le abrieron sus brazos y lo cuidaron durante todo ese año... había muerto. No, peor aún: había sido asesinado.

—Lo siento, no pudimos hacer nada... fue justo cuando estábamos haciendo nuestros trabajos comunitarios y no podíamos estar todos juntos como siempre.— empezó a hablar Onew entre sollozos mientras sorbía su nariz.—Fue un grupo de reos que le guardaban rencor a él por haberte defendido tantas veces, incluso del propio MinHo.

¿Defendido de MinHo? ¿Cuál de sus amigos le había defendido incluso de MinHo? Y entonces una escena en el gimnasio de la prisión invadió la mente de TaeMin, quien no pudo evitar levantarse rápidamente tirando la silla a un lado. Karin no sabía qué mierda hacer o decir, ella en verdad creyó que ese ex convicto había mentido pero al parecer era verdad.

—¡¿Quién fue?!— preguntó TaeMin estrellando las palmas de sus manos sobre la mesa.

—Fue Bae...— el pelirrojo lo sabía. Sabía que era verdad lo que ese sujeto le dijo en el hospital pero oír la confirmación de Onew hacía que doliera aún más.

TaeMin no dijo nada, simplemente permaneció ahí parado llorando en silencio. Ni siquiera reaccionó cuando Karin lo zamarreó por los hombros para que dijera o hiciera algo. Estaba en shock y no podía creer que de entre todos sus amigos, justamente haya perdido al primero que hizo y al que más quería.

Muchas imágenes y escenas pasaban por la mente de un atormentado pelirrojo. La primera vez que pisó esa prisión y que estaba enojado con la vida, Bae mejoró su humor al recibirlo con una sonrisa amable en la celda que a partir de ese día compartirán ambos por varios meses. Sin conocerlo siquiera, se ofreció a ayudarlo y a cuidar su espalda, le presentó a sus amigos con esa amabilidad que tanto lo caracterizaba y encima le hizo cambiar de opinión con respecto a los homosexuales; pues le demostró que no todos los homosexuales estaban locos como Young pues de hecho el mismo Bae lo era y TaeMin no había conocido hasta la fecha una persona más amable que ese castaño. Le enseñó tantas cosas de esa prisión, incluso le prestó sus revistas y libros para que no se aburriera tanto ahí dentro. Fue el primero en pedirle ser su amigo allí dentro y le defendió de todos, incluso del mismo MinHo aquella vez en el gimnasio... aún sabiendo que el ex mandamás podría haberlo matado de un solo golpe, Bae temblando de miedo se puso como escudo entre MinHo y TaeMin cuando la relación de ellos dos recién empezaba y con el pie izquierdo. Le confió sus secretos, lo escuchó siempre que TaeMin lo necesitó, le contó su pasado entre lágrimas y fue el primero en darle el mote de "Taeminnie" dentro de la prisión. Y... él simplemente se había ido. Se había ido y TaeMin sentía que le debía tanto, nunca le pudo dar las gracias por todo lo que Bae hizo por él durante ese año. Nunca.

—¡TaeMin! ¡Reacciona!— le gritó Karin a un shockeado pelirrojo. El cual por cierto estaba hecho un manojo de nervios y cuya cara se encontraba completamente roja y mojada debido a las lágrimas que no paraban de brotar mientras recordaba a su amigo.

El policía ya había entrado a la habitación para decirles que el tiempo de visita se había agotado. Pero TaeMin simplemente no reaccionaba. Quería gritar, quería preguntarle a Onew quiénes habían sido los que mataron a Bae, quería asesinarlos con sus propias manos pero... lo único que podía hacer era llorar como un imbécil. Simplemente no tenía fuerzas para hacer nada más que llorar en esos momentos. Estaba tan cansado... le habían pasado tantas cosas malas juntas en un mismo día. Sencillamente todo eso lo logró saturar, su cuerpo y su mente ya no aguantarían más nada por hoy. Quería cerrar los ojos y descansar, sólo eso. Así que sin saber cómo ni porqué, todo se tornó negro para TaeMin e incluso el rostro lloroso de Onew se distorsionó, estaba a punto de desmayarse por tanto estrés. Sólo esperaba que cuando abriera los ojos, todo fuese un jodido mal sueño. Sólo eso deseaba...

...

Mientras tanto, en uno de los rascacielos que le pertenecían a Devril, un enojado Paek ingresaba a una habitación lujosa con una compresa de hielo sobre su frente lastimada. Sólo tenías que ver la expresión de su cara para saber lo furioso que estaba. Algún día asesinaría a Key por la humillación que le hizo pasar ese día, lo mandaría al infierno junto con su hermanito para que dejara de extrañarlo tanto. Paek bufó cuando sintió la mirada de un chico castaño sobre su nuca, al darse la vuelta se encontró con un par de ojos cafés que lo analizaron durante unos largos segundos. El joven se encontraba recostado sobre una inmensa cama, perfectamente tendida.

—¿Qué te ocurrió en la cara?— se animó a preguntar al fin el joven. Paek simplemente gruñó mientras cambiaba de lado la compresa de hielo. No veía la hora de que el analgésico que había tomado calmara el dolor que sentía en todo el cuerpo, aunque sobre todo en el rostro.

—Me golpearon ¿qué no es obvio?

—Eso ya lo sé, lo que quise preguntarte es quién fue ¿acaso MinHo te dio esa paliza?— el pelinegro gruñó y si no le doliera tanto el rostro, hubiese sonreído con sorna.

—Ya quisieras... no, no fue MinHo. Quien me golpeó fue el idiota de Key.— de sólo recordar cómo la diva lo dejó en ridículo frente a MinHo, Paek hizo crujir sus dientes encolerizado. Se enojó aún más cuando escuchó al castaño reírse de él.

—Te lo mereces, por lo que le hiciste a su hermano.

—No fui yo quien mandó a matar a Taki, ese fue MinHo.— se justificó rodando los ojos. El castaño negó lentamente con la cabeza.

—Los hombres de MinHo fueron quienes mataron a ese niño pero fuiste tú quien les tendió una trampa para salvarte el culo. Así que deja de quejarte, porque mereces eso y mucho más.— Paek suspiró resignado, sabía que no era inteligente seguir discutiendo con el castaño.

—De acuerdo, de acuerdo. Sigue pensando que soy el malo de la historia tanto como quieras, siempre y cuando me ayudes, está bien.— nuevamente cambió la compresa de lugar, reprimiendo un gemido de dolor. Realmente odiaba a Key.

—MinHo y tú sois iguales. No entiendo porqué se odian tanto, deberían hasta llevarse bien.— soltó el castaño mientras se cruzaba de brazos y se acomodaba mejor sobre la mullida cama, apoyando su cabeza sobre el respaldo de capitoné. Paek sonrió ladino antes de responder.

—Y justamente porque somos iguales, es que no nos toleramos. Sólo hay lugar en Corea para uno de los dos.— el castaño lo fulminó con su mirada.

—Y en su absurda lucha por el poder, han arrastrado a gente inocente.— le recrimina el castaño mientras acaricia con la yema de sus dedos, la cicatriz que tenía en su mejilla.—Ojalá la herida de tu frente te deje una cicatriz imborrable, así sabrás lo que se siente.

—Vaya, no pensé que fueras tan rencoroso.— se burló Paek y el castaño le sonrió.

—Si no fuera rencoroso, no te estaría ayudando ¿o si?— entonces la sonrisa del chico se esfumó.—¿Lo conociste?

—¿Al mocoso? ¿a TaeMin?— el joven asintió.—Sí, es un pequeño monstruo. Realmente MinHo lo corrompió, incluso se atrevió a amenazarme con una navaja y no vaciló en ningún momento. No será fácil de manipular.

—No es justo que él sufra. Realmente quisiera poder excluirlo de todo esto...

—La única forma de dañar a MinHo, es atacar donde más le duele. Y TaeMin es su punto débil actualmente.— a pesar de eso, el castaño dudó.

—Quiero que MinHo sufra, en serio quiero que pague pero...

—No te preocupes, el chiquillo sufrirá pero a la larga entenderá que su mejor opción es estar lejos de MinHo... antes de que termine por hundirse completamente en él.

—Si es que ya no se hundió.

—No, aún no. TaeMin aún tiene ese brillo que tú ya perdiste. Ese chiquillo sabrá salir adelante cuando MinHo perezca.

—Y se puede saber... ¿cómo diablos te acercarás a TaeMin si por lo que me contaste te detesta?— entonces Paek, a pesar del dolor que sentía en el rostro sonrió de oreja a oreja.

—Hay un infiltrado que está bajo mis órdenes en Paradise, él sabrá cómo acercarse al chico para atraerlo tarde o temprano a mi.

—¿Un infiltrado? ¿es de Devril?— preguntó el castaño con curiosidad.

—Algo así... la cosa irá lenta pero segura. Te lo garantizo.

—Más te vale no fallar y evitar involucrar a la mayor cantidad de gente posible.— empezó a decir el castaño con un tono de voz autoritario mientras cerraba el libro que estaba leyendo, se levantaba de la cama y se acercaba a Paek.—Si veo que te estás pasando de listo... mandaré todo este circo a la mierda y hablaré directamente con vuestro padre. Sabes que no te conviene hacerme enojar, Paek. Ya has roto muchas reglas, una sola más que rompas y BaekHo te expulsará de la familia.— Paek quiso golpear al castaño por su osadía pero sabía que no podía hacerlo, ese chico era su haz bajo la manga para deshacerse de MinHo de una buena vez por todas. Así que prefirió agarrar la delicada mano del castaño y llevarla hasta sus labios, para depositar un beso caballeroso ahí.

—Como tú ordenes, mi adorado DaeHyun.— susurró Paek y sonrió cuando el castaño apartó con brusquedad su mano de sus labios.

—Ahórrate el show. Eres desagradable.— espetó antes de darse media vuelta y volver a su cama, para retomar la lectura de su libro.

"Mientras te tenga de mi lado, mi victoria sobre el imbécil de MinHo está asegurada"

...Continuará...

Bueno, chicas y chicos... sé que últimamente las cosas en UP andan tensas. Y que 2Min casi no ha tenido tiempo de hablar o interactuar. Pero no lo hago adrede, simplemente es el curso natural de la historia. Yo ya avisé que esta segunda temporada tendría menos lemon y cursilerías que la primera temporada. Acá hay más acción, más drama y más revelaciones, se terminarán de conocer los pasados de los personajes y se solucionarán dudas que muchos tenían. Ya lo habrán notado, hay más dinámica en esta temporada que en la anterior pero a mi me encanta, espero a ustedes también.

Aún así, no todo será drama por siempre... se viene el bebé, se vienen lemons, se viene el yuri (Karin x Cheonsa) y se viene mucha interacción entre el 2Min. En serio ♥

Otra cosa, el cambio en TaeMin es fundamental... es decir, ha pasado por tanto que sería ilógico que no cambiara ¿verdad? No es un cambio drástico como algunas piensan, es un cambio progresivo. Hace mucho tiempo TaeMin está cambiando, sólo que ahora se nota más que antes.

Y bueno, como sé que las y los tengo llorando o mordiéndose las uñas por pura ansiedad, decidí dejar este adelanto (ya lo subí en mi facebook personal pero mucha gente seguramente no lo vio) es un adelanto de algo que pasará mucho, mucho después. Yo suelo dar algunos spoilers en mi facebook y quien lo quiere leer, lo hace. Pero jamás lo di acá por wattpad (sacando las curiosidades) sólo que ahora siento que es buen momento para hacerlo, es algo así como "oigan, por ahora todo está para el culo pero mejorará, sean pacientes." no se acostumbren a estos spoilers por aquí, eso sí. Jajaja Bueno sin nada más que decir, ahí les dejo y QUIENES NO QUIEREN SPOILER, NO LO LEAN. Ya están advertidas y advertidos. El o la que quiera leer, que siga:

...

—TaeMin... ¿qué estás haciendo?— pregunta MinHo mientras veía cómo el pelirrojo se colocaba la mochila. El menor se había vestido para salir, sacándose el pijama con el que normalmente andaba por la casa.

—Voy al supermercado a comprar cosas que hacen falta, Key está abajo esperándome. Te encargo al niño mientras tanto.— le avisó mientras se aproximaba a al ascensor privado que lo llevaría al piso de abajo. No obstante, MinHo lo sostuvo del brazo.

—¿Qué?— fue lo único que llegó a decir. El pelirrojo frunció el ceño.

—¿Que de qué?— entonces TaeMin vio cómo el platinado tragaba grueso. Su nuez de Adán subió y bajó.

—¿Quieres que yo me quede solo... a cuidar a eso?— preguntó el mayor mientras apuntaba con su dedo al bebé, quien se encontraba jugando en el corralito. El pequeño se carcajeó risueño al darse cuenta que MinHo lo estaba mirando, balbuceando algunas palabras que sólo el bebé comprendía.

—"Eso" tiene nombre, MinHo.— sentenció TaeMin enojado, haciendo a un lado la mano del mayor que retenía su brazo. El platinado rodó los ojos.

—Como sea.— le restó importancia.—¿Por qué no te lo llevas?

—Afuera hace frío, estamos en pleno invierno. Además él ya está enfermito, va a empeorar si lo saco así.— TaeMin caminó hasta el corralito y se inclinó para acariciar la cabecita repleta de lindos cabellos castaños del bebé, quien se cerró los ojos y sonrió, disfrutando de la caricia.

—Pues entonces dile a Key que suba, que se quede a cuidar al niño y yo te acompaño al supermercado.— MinHo tembló cuando vio la mirada asesina de TaeMin sobre él. Incluso el bebé se apartó por la densa aura que el pelirrojo soltó.

—¿Cuál es tu problema con el bebé?

—Ninguno.— respondió rápidamente, apartando la mirada.

—Entonces sólo cuídalo y vete haciendo a la idea de encariñarte con él. Porque si me quieres a mi, lo debes querer a él también. Además no entiendo porqué te cuesta tanto encariñarte, si es una ternura.— el pequeño, como si entendiera lo que TaeMin decía, sonrió mostrando el pequeño diente que le estaba creciendo y MinHo rodó los ojos.

—De acuerdo, de acuerdo.— cedió el gángster, por fin.—Ve y vuelve rápido.— refunfuñó. TaeMin sonrió y le dio un beso en los labios a MinHo antes de entrar al ascensor privado.

—Cuídalo bien y no quiero oírlo llorar cuando venga. Juro que no habrá sexo para ti esta noche si me doy cuenta que lo has ignorado.— MinHo maldijo por lo bajo y se le quedó mirando al niño como si fuese un animal extraterrestre una vez que escuchó a TaeMin irse finalmente del penthouse en el que vivían.

—Muy bien mocoso, ahora serás un buen chico y te quedarás ahí sin llorar hasta que TaeMin regrese ¿entendido?— MinHo le hablaba al niño como si fuese una mascota. El bebé ladeó la cabeza, interrogante. Y cuando el mayor se dio la vuelta para irse a su habitación y dejar al bebé encerrado en el corralito jugando con sus juguetes de goma, escuchó dos palabras que lo hicieron temblar.

—Upa Lalá.— MinHo se detuvo inmediatamente y tembló. Él sabía que el niño decía esa frase cuando quería que lo alzaran. MinHo se dio la vuelta como un robot y miró fijamente al niño, quien alzó sus regordetes brazos hacia él y volvió a decir esas jodidas palabras.—Upa lalá.

—Olvídalo, mocoso. No te pienso alzar.— sentenció cruzándose de brazos. MinHo había rechazado todas las veces que TaeMin trató de hacerlo cargar al bebé. No iba a alzar a esa cosa regordeta de cabellos castaños. No lo iba a hacer.

El bebé sorbió su nariz y volvió a pedirle que lo cargue. Pero MinHo volvió a negar. Entonces los ojos del pequeño de pronto se volvieron cristalinos, estaba a punto de hacer un berrinche y largarse a llorar a todo pulmón. Una gota de sudor frío se asomó sobre la sien del gángster. Joder, él había jurado jamás ser padre y a sus treinta años le venían a pasar estas cosas.

—Appa, upa lalá ¡Appa!— MinHo abrió sus ojos sorprendidos, era la primera vez que la cosa regordeta decía esa palabra ¿le había dicho "appa" a él? De entre todas las personas ¿justo a él?

P/D: "Appa" vendría significado "papá" en coreano.

♥Nos vemos♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro