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Nace un nuevo TaeMin


¡Hola! ♥ ¿saben? Estos días he estado sensible, hoy se cumplió dos meses desde que él nos abandonó. Y SHINee se presentó por primera vez en un escenario siendo sólo cuatro, aunque en mi corazón siempre serán cinco. He estado reflexionando y llorando muchísimo. Pero lejos de dejarme sin inspiración, la propia tristeza ha sido una extraña inspiración para seguir escribiendo. Y obviamente, ustedes también lo son. Muchas gracias por darme su apoyo a mi y al fic, lo agradezco inmensamente :') 

...

Paek realmente no se esperó que Key reaccionara así de rápido. Lo estaba provocando adrede sí... pero no imaginó sacarlo de sus casillas tan pronto. Paek podía ser de todo pero no era ningún tonto, él por ejemplo sabía que peleando cuerpo a cuerpo contra MinHo no tenía oportunidades de ganar pero también sabía que podía vencer a la diva. Al menos así era hace cuatro años.

El pelinegro logró esquivar a duras penas el primer puñetazo que le lanzó el pelirosa. Paek no pudo evitar tragar grueso al oír el ruido que hizo el aire al cortarse con el rápido y enguantado puño de Key; con la fuerza que concentró en ese golpe realmente le hubiese roto la nariz si Paek no hubiera reaccionado a tiempo. El pelinegro trató de darle una patada a la diva pero fue fácilmente esquivada por el pelirosa, Paek abrió mucho sus ojos sorprendido pues eso no hubiese ocurrido en el pasado ya que si bien la ofensiva de Key siempre había sido excelente, su defensa dejaba mucho que desear ¿acaso el desgraciado perfeccionó su estilo de pelea durante su estadía en la prisión? Hasta ese momento, Paek podría haber jurado que la diva se la pasó follando con los reos todos esos años y jamás entrenó. Pero ahora veía lo equivocado que estaba.

Key aprovechó ese descuido por parte de Paek para acercarse más a él y darle un tremendo cabezazo en la frente al pelinegro, el golpe fue tan fuerte que no sólo hizo sangrar a Paek si no que además logró desestabilizarlo. El golpe obviamente también abrió la frente de la diva pero no le importó, la adrenalina y la ira recorrían cada centímetro de su cuerpo, lo único que Key deseaba era ver muerto a ese hijo de puta. El recuerdo de su hermanito completamente quemado y agonizando entre sus brazos era la motivación más grande que él tenía para seguir adelante. Si iba a morir, que así sea pero antes se aseguraría de llevarse a Paek con él al infierno.

Así que con ese pensamiento en su mente; Key rápidamente se agachó hasta quedar en cuclillas y estiró de forma horizontal una de sus piernas, para a continuación darse impulso con ambas manos colocadas en el piso hasta conseguir que su cuerpo girara de tal forma que su pierna lograra impactar directamente contra las piernas de un mareado Paek, la patada fue tan fuerte que logró derribarlo con facilid

ad. Key sonrió cuando vio al pelinegro caer boca arriba sobre el suelo, ese movimiento se lo había enseñado el mismo MinHo en prisión; la diva aún recordaba cuánto regañó a la rana por haberle hecho caer de esa manera tan vergonzosa y en presencia de otros reos, eso fue durante una de sus tantas "peleas amistosas" en las que ambos solían salir gravemente heridos.

Cuando Paek cayó al piso, Key automáticamente saltó sobre él como si fuese un león saltando encima de su presa. Automáticamente Key se colocó de lado y pasó uno de sus brazos por debajo del cuello del otro, entrelazando además sus piernas con las del pelinegro para que no pudiera escapar. Paek empezó a jadear desesperado al darse cuenta que efectivamente Key le estaba practicando una llave, el pelirosa estaba completamente dispuesto a matarlo. Si Paek no se zafaba pronto de aquella peligrosa llave, la diva realmente lo iba a desnucar o bien a asfixiar.

Y fue entonces que Key recordó que no estaba solo en ese lugar con Paek, pues escuchó una escandalosa alarma que logró hacerle levantar la vista. Y cuando lo hizo, pudo ver al padre de MinHo accionar algo que había debajo de su elegante escritorio, automáticamente la diva escuchó las puertas de aquel despacho abrirse de par en par. Unos cuantos pasos se oyeron detrás de ellos y entonces Key sintió cómo cuatro manos lo jalaban con fuerza para alejarlo del bastardo que quería asesinar.

—¡Suéltenme, maldita sea! ¡Suéltenme o los mataré a ustedes también!— exclamó la diva fuera de sí, tirando puñetazos a diestra y siniestra en un intento desesperado por que lo soltaran y así poder volver a saltar sobre Paek, para terminar lo que empezó. A pesar de las amenazas de la diva, los dos tipos que lo sujetaban de atrás no lo soltaron.

—¡Key! Cálmate ya.— sentenció MinHo acercándose a su amigo y colocando ambas manos sobre los hombros del pelirrosa. La voz del ex mandamás sonó más fría que nunca.

—¡Y una mierda me voy a calmar!— le gritó la diva y entonces MinHo le volteó la cara con una sola bofetada al otro.

—¡Espabila! Has hecho exactamente lo que él quería que hicieras, idiota. Te provocó adrede y tú volviste a caer en su sucio juego.— le dijo el platinado sin una pizca de tacto al pelirosa. Fue entonces que Key finalmente se rompió y comenzó a llorar de pura frustración, su agudo llanto retumbó contra las paredes de ese gran despacho e hizo estremecer a las personas que allí se encontraban. Sólo entonces los dos hombres que lo sujetaban de atrás, lo soltaron y la diva cayó de rodillas al piso, llorando desconsolado. MinHo no pudo evitar apretar sus puños con rabia, era la primera vez que veía a su amigo así de destrozado, los hombros de Key se sacudían al compás de sus lastimeros sollozos y sus lágrimas, las cuales rara vez dejaba salir, caían como cascadas y empapaban sus sonrojadas mejillas.

—He dejado que le des esa paliza a Paek porque realmente siento que la merecía.— empezó a hablar finalmente BaekHo, su voz se escuchaba notablemente más ronca de lo normal.—Siento mucho todo el daño que mi hijo te hizo pero... no puedo permitir que lo mates. Espero entiendas mi posición.

—No... no la entiendo.— empezó a hablar Key mientras levantaba la cabeza y clavaba sus ojos húmedos sobre el canoso hombre.—¡¿Por qué defiende a un monstruo?!

—Por la misma razón que tú sigues al lado de MinHo, a pesar de saber todo el daño que ha hecho y que seguramente hará. Y por la misma razón que tú darías tu vida por salvar la de JongHyun, a pesar de saber todos los crímenes que tu pareja cometió y a toda la gente que torturó hasta la muerte. Porque los amas, simplemente por eso. Los amas y no te importa que sean unos monstruos.— Key comenzó a temblar a causa de la rabia y la impotencia que sentía. Sabía que BaekHo tenía razón en ese sentido pero también estaba equivocado.

—¡JongHyun y MinHo jamás me traicionarían como sí lo hizo Paek! ¡Ese hijo de puta me clavó un puñal por la espalda y me arrebató a Taki! ¡Así que no se atreva a compararlos nunca más!— chilló Key con ganas de levantarse y darle un buen golpe a BaekHo para que dejara de decir estupideces. El hombre canoso no dijo más, simplemente suspiró resignado; su secretaria fue la siguiente en tratar de hacer entrar en razón al pelirosa.

—Entonces dime...— empezó a hablar YooNa y Key clavó su mirada sobre la rubia. La diva estaba temblando a causa del llanto y la rabia.—¿En serio vas a obligar a TaeMin a seguir viendo la peor versión de ti mismo?— sólo después de oír aquel nombre, la iracunda mirada de Key por fin se suavizó y giró con desesperación su rostro hacia la esquina de aquel despacho, donde habían dejado sobre el sofá a un inconsciente pelirrojo.

Pero ya no estaba inconsciente. TaeMin estaba despierto, tanto su boca como sus ojos estaban desmesuradamente abiertos y la diva pudo notar el tiritar del cuerpo ajeno. En esos momentos Key quiso morirse, que por favor no le dijeran que su bebé... ¿tenía miedo de él? Joder ¿cuánto se esforzó para crear esa fachada perfecta que tanto encantó a TaeMin? ¿cuántas veces se reprimió en prisión para que el pelirrojo no viera nunca su verdadera personalidad? Y ahora, como el idiota que era realmente, había mandado todo su esfuerzo por el retrete al dejarse dominar por la ira. Key no quería ver miedo en los ojos de su bebé jamás y mucho menos siendo él mismo el artífice de dicho miedo.

—TaeMin... yo...— Key quiso disculparse por su actuar entre balbuceos pero fue interrumpido por un encolerizado Paek.

—¡Suficiente de toda esta mierda!— exclamó el pelinegro levantándose del suelo para después sacudir su estropeado traje.—Joder, cómo duele.— se quejó mientras limpiaba la sangre de su frente abierta, debido al cabezazo que le dio Key.—Vengo para saludar a mi hermano que no veo hace más de cuatro años y soy recibido esta manera, esto no se quedará así.— sentenció mientras veía con odio a la diva, quien seguía de rodillas en el piso con lágrimas empapando su cara y con la frente también herida debido al cabezazo. Sin embargo, Key ni siquiera lo escuchó pues estaba más concentrado en pensar cómo disculparse con TaeMin.

—Te conozco, Paek.— empezó a hablar BaekHo y su hijo lo miró fijamente.—A ti te importa una mierda MinHo, sólo has venido aquí a provocar caos y lo has conseguido. Así que te ordeno que te largues ya mismo de aquí.

—Qué cruel eres, padre. Me hieres.— se tono de voz denotaba lo cínico que era.—Incluso dejaste que el desgraciado de Key me golpeara hasta casi matarme, un poco más y lo conseguía.— Paek se hacía la víctima mientras seguía limpiando con un pañuelo la sangre que salía de su frente.

—¿Me crees idiota?— le preguntó el canoso hombre mientras apuntaba al pecho de su hijo mayor con su dedo índice.—Justo ahí, debajo de tu saco tienes escondido un dispositivo ¿o me equivoco? el cual tiene un botón. Al apretarlo, automáticamente tus hombres van a ingresar armados a este despacho y te salvarán el culo a cualquier costo. Eso sin mencionar la inyección que también tienes escondida en tu saco ¿o acaso crees que no me di cuenta? cuando Key te estaba haciendo esa llave en el cuello, ibas a matarlo o desmayarlo con esa inyección si yo no interfería.— Paek no pudo evitar aplaudir, con una sonrisa ladina adornando su rostro.—Eres la persona más cobarde que conozco, jamás arriesgarías tu vida así porque sí.

—No es cobardía, se llama instinto de supervivencia.— se justificó encogiéndose de hombros.—Es cierto que mis hombres están aquí en el edificio y vendrán si yo aprieto el botón que tengo escondido en mi saco. Pero...— entonces la mirada de Paek se desplazó hacia JiMin y JungKook; quienes por cierto fueron los que ingresaron al despacho ni bien BaekHo apretó el botón que está debajo de su escritorio y separaron a Key de Paek.—Ustedes dos estuvieron parados detrás de la puerta todo este tiempo y estoy seguro que sabían lo que estaba pasando. Así que... ¡¿por qué diablos no entraron antes a sacarme al imbécil de encima?!— les gritó encolerizado y a ninguno de los dos gánsters les movió un pelo la ira de Paek. El primero en responder fue el más bajo.

—Ya sabes lo que dicen: nunca te metas en una pelea de gánsters. Es cuestión de honor, aunque dudo que entiendas el significado de esa palabra.— JiMin simplemente se encogió de hombros y su mirada denotaba una clara burla hacia Paek.

—Además, usted no significa nada para ninguno de nosotros dos.— empezó a hablar JungKook mientras acomodaba sus gafas.—JiMin y yo estamos bajo las órdenes de MinHo o, en su defecto, del señor BaekHo. Pero usted no tiene ninguna autoridad sobre nosotros.

—Pequeños bastardos altaneros...— susurró Paek enfilando peligrosamente su mirada.—Si yo quisiera, podría aplastarlos a ambos el día que me plazca. Soy igual de poderoso que MinHo, así que no lo olviden y cuiden sus espaldas.

—Hace tiempo le perdimos el miedo a la muerte, así que a otro perro con ese hueso. Porque las amenazas no funcionan con nosotros.— le respondió JiMin cruzándose de brazos.

—Yo estaría feliz de morir por MinHo.— le contestó JungKook y sólo debías ver su intensa mirada para saber que hablaba muy en serio. Paek no pudo evitar fruncir el ceño desconcertado por la lealtad de ese sujeto y JiMin rodó los ojos, otra vez hablando de MinHo como si fuese su única jodida razón de vivir. Odiaba cuando lo hacía.

—Lárgate.— la orden esta vez fue dada por MinHo. Y Paek no pudo evitar temblar cuando vio la gélida mirada de su hermano sobre él. Los ojos color ónix de MinHo estaban increíblemente abiertos y su mandíbula se hallaba más tensa que nunca.—Si no quieres que te mate, lárgate. Traidor.

—¿Traidor? Oh, entonces puedo suponer que JongHyun y Key ya te lo contaron ¿verdad?— Paek hacía todo lo posible por lucir seguro pero su temblorosa mano se desplazó rápidamente hacia su saco. Si MinHo saltaba sobre él, definitivamente iba a apretar el botón para que sus hombres vinieran a salvarlo. Sabía que no tenía oportunidades contra el platinado.

—Sí, me lo contaron todo. Eres un traidor hijo de puta y yo mismo me encargaré de que tengas la peor de las muertes. Por mis hermanos y por mí mismo.— MinHo estaba tiritando a causa de la rabia que sentía. Estaba usando toda su fuerza de voluntad para no saltar sobre Paek y matarlo con sus propias manos.

—Esperen, no entiendo nada.— empezó a hablar BaekHo, con el ceño fruncido.—Sé que Paek traicionó a JongHyun y a Key. Por culpa de él ambos fueron a parar a prisión pero ¿qué te hizo Paek a ti, MinHo?

—Cuéntale tú, hijo de puta.— espetó el platinado, fulminando con su mirada al pelinegro. Paek miró a su padre y comenzó a hablar mientras seguía limpiándose con el pañuelo la sangre que no paraba de emanar de su frente.

—Simplemente le di la oportunidad a DaeHyun de huir de su trágico destino al lado de MinHo.— respondió como si nada Paek, encogiéndose de hombros. Entonces BaekHo abrió los ojos anonadado por esa información, Paek no debería haber tenido nada que ver con el suicidio de aquel chico.

—¿De qué estás hablando...? ¿Q-Qué hiciste?— BaekHo empezó a temblar y YooNa rápidamente le trajo algo de agua para que se calmara. Esta vez, fue JongHyun el que habló.

—En aquel entonces...— cuando Jjong comenzó a hablar, todos fijaron su atención en él y jadearon horrorizados. Los labios del castaño estaban completamente ensangrentados debido a lo mucho que se los había mordido, en un vano intento por reprimir sus ganas de matar a Paek.—Key y yo estábamos bajo las órdenes de ese bastardo, en Devril. De un momento a otro, Paek nos delegó a uno de los peces gordos de China y trabajamos para él durante varios meses.

—Hasta que un fatídico día, ese chino nos ordenó robarle a un mafioso coreano que estaba en China por asuntos de negocios.—siguió hablando Key, ya había dejado de llorar y tanto su sangre como sus lágrimas se habían secado. Su voz sonaba increíblemente ronca y sus ojos se notaban ausentes, pues estaba recordando el pasado que tanto daño le hacía.

—No... — BaekHo estaba empezando a atar cabos, YooNa también lo hacía y TaeMin simplemente estaba al borde de la histeria. Era demasiada información para un solo día pero aún así se obligaba a sí mismo a oírlo todo, deseaba más que nada saber la verdad. Ya no más mentiras ni verdades a medias, quería saber lo que en verdad le había pasado a su primo.

—Key debía desactivar el complejo sistema de seguridad que ese coreano había instalado en su casa.— siguió contando JongHyun, quien por cierto no estaba mucho mejor que la diva. La mirada del castaño también estaba ausente pero sus puños no dejaba de temblar, ansiosos por despellejar vivo a Paek.—Y una vez que el sistema cayera, yo debía ingresar a la casa y robar lo que contenía la caja de seguridad de ese gángster.

—Y matar a cualquier testigo que allí se encontrara.— siguió Key y TaeMin reprimió un grito de horror. Entendió inmediatamente todo y entonces comenzó a hiperventilar ¿acaso JongHyun había...?

—Entré a la casa y robé lo que contenía la caja de seguridad. Pero justo cuando iba a irme... lo vi. Estaba hecho bolita y llorando escondido debajo de la mesa.

—¿Da.... DaeHyun?— esa voz quebrada y aguda fue de TaeMin. Todos giraron a verlo, incluido Paek.—¿Tú lo... mataste?— JongHyun no pudo ver a la cara al pelirrojo y simplemente siguió relatando lo que ocurrió.

—Se me había ordenado matar a cualquier testigo, así que no dudé en levantar mi arma contra él.— JongHyun hacía memoria para recordar cada cosa que hizo aquel día.—Me dio lástima el chico, así que decidí matarlo rápido. Un tiro en su cabeza le volaría los sesos y no sufriría una muerte lenta.— los labios de TaeMin temblaron y realmente le invadieron unas tremendas ganas de llorar. El pelirrojo no podía ni quería imaginar el miedo que DaeHyun habrá experimentado en esos momentos. JongHyun podría ser un gran amigo pero TaeMin sabía que no dudaba a la hora de matar.—Pero el chico se movió en un intento desesperado por salvarse.

—¿N-no murió?— preguntó TaeMin en un hilo de voz.

—No murió pero la bala abrió su mejilla y perforó la pared.— siguió relatando JongHyun.—Cuando me preparé para darle el golpe final con mi arma, el celular desechable que me habían dado para esa misión sonó. Era el bastardo de Paek.

—JongHyun le contó que ya tenía lo que gángster chino le había ordenado que robara.— empezó a hablar nuevamente Key.—Y también le dijo que estaba a punto de deshacerse del único testigo que lo vio: DaeHyun.

—Pero entonces Paek se mostró inusualmente interesado en DaeHyun.— continuó JongHyun, fulminando con su mirada al pelinegro.—Me ordenó que no lo matara y que le dejara huir de la casa con mi celular desechable en mano. A mi me pareció una orden muy extraña e incluso renegué en dejar con vida a un testigo pero al final, accedí porque después de todo ese imbécil era mi jefe en ese entonces.

—¿Entonces mi primo huyó con ese celular de la casa?— preguntó el pelirrojo y JongHyun asintió.

—Yo huí con lo que había robado y dejé ir a DaeHyun como Paek me lo ordenó.

—Es decir que no sabes lo que ocurrió con mi primo después de eso ¿verdad?— JongHyun inmediatamente negó con la cabeza y entonces la mirada de TaeMin se desplazó hacia Paek. Lo miró con odio y se levantó rápidamente del sofá en el cual se hallaba sentado.—¡Tú, infeliz! ¡¿Qué diablos le hiciste a DaeHyun?!— lejos de intimidarse por el grito del pelirrojo, Paek sonrió con cinismo.

—Tú debes ser la nueva víctima de la locura de mi hermanito ¿verdad?— TaeMin simplemente le respondió con un gruñido. Entonces Paek sonrió de oreja a oreja.—También es un gusto conocerte. Y en cuanto a tu pregunta... simplemente le dije la verdad a tu difunto primo: lo infeliz que sería si MinHo lo volvía a encontrar. Y como soy una persona tan benevolente...

—Tú tienes de benevolente lo que yo tengo de cuerdo.— le cortó de inmediato MinHo, cuya mirada iracunda estaba fulminando a Paek. Si las miradas mataran, el pelinegro ya estaría muerto.

—Menudo sentido del humor, hermanito.— se burló Park antes de continuar.—El caso, es que le propuse rehacer su vida lejos de MinHo. Después de todo, había visto varias veces al chico y realmente me caía bien. Era una lástima ver a una persona tan feliz y luminosa completamente apagada por la locura de mi inestable hermano menor.— entonces el platinado no lo soportó más y se acercó a Paek con tres zancadas. El pelinegro ni lento ni perezoso llevó su mano rápidamente hacia su saco, un movimiento en falso por parte de MinHo y él apretaría el botón para que sus hombres entraron armados a ese despacho. Con suerte alguno de ellos dispararía y al final se quitaría de encima a MinHo. Lo mejor de todo sería que no violaría el acuerdo pues MinHo lo violaría primero al tratar de atacarlo y entonces, tanto Devril como Paradise le pertenecerían enteramente a él. El plan era perfecto, MinHo sólo necesitaba dar el primer golpe.

—¡Tú nunca fuiste ni serás mi hermano, maldito!— exclamó el platinado mientras lo agarraba del cuello de su camisa. Paek sonrió, provocándolo para que le golpeara.

—¡MinHo!— exclamó BaekHo y sólo entonces el ex convicto reaccionó. No iba a caer en el jueguito de ese hijo de puta como Key cayó. La diva no tenía mucho que perder a estas alturas pero él sí. Si MinHo atacaba a Paek, eso significa que romper el acuerdo que hizo y no le iba a dar el gusto a ese desgraciado de verlo caer. Cuando todo sea suyo y tenga el poder suficiente, lo haría pagar con creces. Paek le iba a suplicar que lo mate entre alaridos de dolor, era una jodida promesa. Entonces MinHo soltó a un disgustado Paek y chasqueó la lengua con molestia.

—No vales la pena.— espetó el platinado, alejándose.

—Tú... Paek o como mierda te llames.— empezó a decir TaeMin, con su mirada mucho más endurecida que de costumbre. El pelirrojo ya no temblaba y se encaminaba hacia donde el pelinegro se encontraba parado.—Continúa con lo que estabas diciendo, ahora.— Paek no pudo evitar sorprenderse por ese cambio de actitud pero enseguida disimuló su asombro.

—Muy bien ¿en qué me quedé? ¡Oh, sí!— entonces una nueva sonrisa adornó su rostro.—Intenté convencer a DaeHyun de rehacer su vida através pero él no accedió. Después de todo, estaba destrozado porque MinHo le arrebató a la persona de la cual se había enamorado durante sus meses de encierro ¿mi padre te contó que MinHo degolló al amante de DaeHyun frente a sus ojos, como castigo por haberle sido infiel?— le preguntó Paek en tono burlón, pensando que quizás TaeMin no sabía esa información. Lo que el pelinegro pretendía era asustar y llenar de dudas e inseguridades al pelirrojo. Pero no pudo evitar sorprenderse al ver a TaeMin asentir con rigidez. En ese momento Paek lo supo, ese chico era diferente a DaeHyun, era mucho más difícil de manipular.

—Sí, me contó todo. Lo sé todo.— entonces la inexpresiva mirada café de TaeMin se posó sobre los ojos color ónix de MinHo. El ex convicto en esos momento se sintió desnudo, ahora el pelirrojo sabía todo sobre él y... MinHo sabía que era un monstruo pero le dolía ser consciente de que ahora TaeMin conocía el porqué se había convertido en el monstruo que ahora era. Le hacía sentir vulnerable y a la vez... lleno de culpa. Sin poder evitarlo, MinHo apartó la mirada y agachó su cabeza, en un claro acto de sumisión frente a la intensa mirada del pelirrojo. Simplemente MinHo no soportaba sostenerle la mirada a TaeMin, se había rendido completamente ante sus pies.

—Sabes todo... ¿y aún así pretendes seguir a su lado?— el pelirrojo no le respondió nada, sólo guardó silencio y entonces Paek comenzó a reírse como un lunático.—¡Oh, joder! He conocido locos pero tú has superado cualquier límite, chiquillo.— empezó a mofarse el pelinegro y entonces TaeMin llevó su mano hacia el bolsillo de su pantalón, donde tenía escondida la manopla negra con cuchilla integrada que Karin le había regalado tiempo atrás.—¡Eres aún más iluso que tu prim...!— pero Paek no pudo terminar la frase porque de un instante a otro, TaeMin corrió hacia donde él se encontraba y colocó la filosa cuchilla de su manopla justo sobre el cuello del más alto. El pelinegro estaba anonadado, realmente no se esperó eso. Paek hubiera dudado de MinHo, de JongHyun, de Key e incluso de su misma hermana Karin pero jamás imaginó que ese chiquillo supiera siquiera cómo sujetar una navaja, mucho menos ponerla sobre su cuello.

—Anda, atrévete a apretar ese botón y seguro que tus hombres entran y me matan.— empezó a susurrarle TaeMin ni bien vio que Paek llevaba lentamente su mano debajo del saco.—Pero antes de que me maten, haré un corte letal en tu cuello y morirás desangrado. Nos moriremos juntos ¿te apetece la idea?— Paek no supo porqué empezó a temblar al ver la sonrisa socarrona en el rostro aparentemente inocente de ese chico.

—Tú...— empezó a decir Paek mientras veía fijamente a un también sorprendido MinHo.—¿No que te gustaban sumisos? ¿qué clase de pequeño monstruo has creado?

MinHo no podía creer lo que estaba viendo ¿desde cuándo la mirada de TaeMin se había endurecido tanto? ¿desde hace cuándo llevaba una manopla con cuchilla integrada escondida en su bolsillo? ¿desde cuándo se movía tan rápido? y sobre todo ¿desde cuándo tenía los huevos para amenazar a alguien de esa forma? ¿en qué había convertido Karin a su niño durante su ausencia?

—¡Responde!— exclamó TaeMin, haciéndole una pequeña herida en el cuello a Paek al apretar la cuchilla contra su piel.—¡¿Qué carajo le dijiste a mi primo para que cometiera suicidio?!

—¡Ya te lo dije! Nada más que la verdad, lo infeliz que sería si MinHo lo atrapaba y que obviamente lo volvería a encerrar ni bien diera con él.— TaeMin gruñó pero no dijo más, sólo le dio una señal para que siguiera hablando.—No importa lo mucho que traté de hacerle desistir de la idea, él insistió con que la única forma de huir completamente de MinHo era suicidándose.

—¿T-tú lo ayudaste a su-suicidarse?— preguntó tartamudeando y su mano tembló de forma involuntaria. Paek aprovechó ese descuido para apartar esa cuchilla de su cuello y retrocedió unos cuantos pasos, alejándose de TaeMin.

—Traté de hacerlo desistir pero él dijo que si intentaba rehacer su vida, tendría que vivir huyendo de MinHo pues él lo perseguiría por siempre. Y eso para DaeHyun no era vida, así que prefirió partir de este mundo a tener que seguir soportando los abusos por parte de él.— sentenció apuntando con su dedo acusador a un dolido platinado, quien no se atrevió a reprochar nada porque en el fondo sabía que era verdad. Había sido un hijo de puta con la persona que más amaba.

TaeMin no pudo evitar derramar una silenciosa lágrima. A pesar de que sabía que no podía hacer nada por retroceder el tiempo, aún así se sentía culpable por amar al responsable de la muerte de DaeHyun y deseó con todas sus fuerzas que su primo no haya tenido que pasar por todo lo que pasó. Él no se merecía ese trágico final, porque en sus recuerdos de infancia DaeHyun era un ángel lleno de amor y sonrisas que brillaba con luz propia ¿por qué MinHo opacaba todo lo que tocaba? ¿también apagaría hasta último halo de luz que había en TaeMin si permanecía a su lado?

—El deseo de DaeHyun era suicidarse en uno de los majestuosos acantilados de China. Y, sin poder hacer más nada para evitar lo inevitable, le surtí el dinero suficiente para poder llegar hasta allí. Al menos quería cumplirle ese último deseo al pobre chico. Realmente me dolió verlo tan roto, ojalá tú no termines así.— Paek aprovechaba cada oportunidad para soltar su veneno.

—¡Deja de tratar de lavarle el cerebro a TaeMin!— exclamó MinHo, acercándose dos pasos a Paek, temblando de rabia.—Y deja también de fingir ser una buena persona, sé que "ayudaste" a DaeHyun simplemente porque querías verme sufrir a mi. Nunca te importó DaeHyun.

—¿Y ti sí te importaba? Porque de ser así, realmente no me daría ni pizca de gracia ser una persona importante para ti.— entonces MinHo hizo crujir sus dientes debido a cólera que sentía y se acercó otros dos pasos más, Paek retrocedió por puro instinto más su sonrisa burlona jamás abandonó su semblante.—Y por cierto, mi querido MinHo. No necesito lavar el cerebro de este chico, porque por lo que veo tú ya lo has hecho; es increíble que después de conocerte completamente, él siga enamorado de un monstruo como tú.

—Es suficiente.— sentenció TaeMin mientras levantaba su brazo hacia Paek y lo apuntaba directamente con su cuchilla.—Lárgate de aquí, ya saqué toda la información que necesitaba de ti.— el semblante del pelirrojo se notaba inexpresivo y sus ojos estaban apagados, no había una pizca de vacilación o lamento en su mirada.

—Mírate, ya hasta empiezas a hablar como MinHo. Realmente te ha contaminado, chico.— se burló Paek mientras retrocedía hacia la puerta. Había algo que no estaba bien en ese chiquillo pelirrojo, su mirada lo intimidaba y no sabía exactamente porqué. Ese encuentro le sirvió a Paek para saber de sobra que DaeHyun y TaeMin eran abismalmente distintos. Y saberlo no le gustó porque supo de inmediato que manipular a ese chico sería imposible, así que tendría que cambiar de planes.

—Vete, ahora mismo.— repitió TaeMin y Paek siguió sonriendo pero no pudo evitar tragar grueso.

—Paek.— esta vez el que habló fue BaekHo y todos voltearon a verlo, todos menos TaeMin quien seguía viendo fijamente a un nervioso pelinegro.—Ahora que sé la verdad de lo que pasó con DaeHyun... ¿sabes que no puedes quedar impune, verdad? Has roto parte del acuerdo, no lastimaste a MinHo directamente pero sí lo has hecho de forma indirecta.

Paek simplemente se encogió de hombros y asintió levemente con la cabeza, terminando de retroceder lo suficiente como para que su espalda chocara contra la puerta. BaekHo permaneció unos segundos en silencio, pensando en lo que haría hasta que finalmente habló.

—Retírate de mi vista, Paek.— empezó a hablar y entonces el pelinegro abrió la puerta para irse de allí pero el viejo volvió a hablar.—Luego te contactaré personalmente para decirte cuál será tu castigo por haber obrado en contra de tu hermano.—Paek no pudo evitar temblar al sentir la gélida mirada de su padre sobre él, los ojos de BaekHo podían ser incluso más aterradores que los del mismo MinHo cuando se enojaba.—El castigo que te impondré por haber ayudado a DaeHyun a suicidarse será severo pero si me entero que te metes con Lee TaeMin...

—¿Qué pasará entonces?— se atrevió a preguntar Paek y BaekHo cerró los ojos, esperando unos segundos antes de responder.

—Yo mismo me encargaré de anular el pacto que ustedes dos hicieron y MinHo podrá hacer lo que quiera contigo, yo no me meteré más.— entonces Paek abrió sus ojos sorprendido y por primera vez en su vida sintió auténtico miedo, el cual se intensificó cuando vio la sonrisa desquiciada que le dedicó MinHo. El siguiente en hablar fue TaeMin.

—Así que atrévete a joderme y...— Paek miró cómo TaeMin llevaba su manopla con cuchilla integrada hasta la altura de su propio cuello y fingía degollarse a sí mismo. El pelinegro tembló al verlo sonreír, ese chico estaba igual de loco que MinHo. Se habían corrompido mutuamente.

—Me largo de aquí, todos ustedes están locos.— fue lo último que dijo Paek antes de salir huyendo de ese despacho y dar un portazo.

Los minutos luego de que Paek abandonara aquel despacho transcurrieron, las manos de TaeMin cayeron lánguidas a sus costados y MinHo tenía su mirada fija en la nuca del menor. Nadie se animaba a decir nada y el ambiente en ese lugar era increíblemente tenso. Después de todo lo que dijeron ¿qué más quedaba por decir? ¿qué pasaría de ahora en adelante? ¿qué elegiría hacer TaeMin?

—TaeMin... yo necesito que...— MinHo fue el primero que se atrevió a romper el incómodo silencio pero el pelirrojo lo calló.

—Cállate.— entonces el pelirrojo finalmente giró su cabeza hacia donde MinHo se encontraba, permitiéndole por fin ver su rostro. El semblante del pelirrojo era gélido pero su mirada estaba llena de confusión. A MinHo le dolió el pecho, porque Paek a pesar de todo había conseguido lo que quería: llenar de dudas a TaeMin.—No quiero oírte, no quiero verte. No ahora, no hoy.

—TaeMin yo te am...

—¡Ni se te ocurra decirlo!— ese grito estremeció a todos los allí presentes, se notaba en la voz lo herido que estaba el pelirrojo.—¿Sabes cuánto desee que me dijeras "te amo" en prisión? No, no tienes idea de lo mucho que lo anhelé. Ni lo triste que me sentí al saber que amabas al recuerdo de un muerto con el que claramente no podía competir. MinHo, tú me hiciste sentir celos y odiar a mi propio primo sin siquiera saberlo.

—Yo no... no pretendía hacer eso. En ningún momento quise que las cosas acabaran así, escúchame...

—¡No! Te he escuchado demasiado, ahora escúchame tú a mi.— sentenció mientras se daba la vuelta y lo encaraba.—No sé qué hacer pero sé que ahora mismo no te quiero cerca. Me duele amarte, como no te haces una idea. Yo sólo...— pero justo entonces el celular de TaeMin empezó a sonar. Tardó unos cuanto segundos en reaccionar y finalmente atendió la llamada.—¿HyunBin? Ajá, sí. ¿Por qué?— entonces todos vieron cómo el pelirrojo abría desmesuradamente sus ojos, notablemente sorprendido.—¡¿Cómo que mamá rompió aguas?!

...Continuará...

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